Un agente secreto entrega en la caja
de Exteriores
los 146.000 euros que faltaban del medio millón enviado al embajador en Kenia días antes del final del secuestro
Con este singular ingreso, el Ministerio de Exteriores da ya por reembolsados los 500.000 euros que transfirió con urgencia al embajador de España en Kenia, Nicolás Martín Cinto, que en esas fechas ultimaba la negociación para la liberación del atunero vasco.
¿Cómo ha reaparecido ahora ese dinero? Tras la publicación, el pasado noviembre, de una serie de artículos en EL MUNDO sobre el escándalo del posible uso de dinero público en el rescate del pesquero, con una desaparición en caja de 146.000 euros, una persona acudió al Ministerio y declaró su intención de reponer dinero de lo enviado al embajador en Kenia. «Quedó claro que era agente del CNI», según aseguran a este diario fuentes próximas al equipo de contabilidad interna del Ministerio de Exteriores.
El objetivo era ingresar esos 146.000 en la caja de Exteriores y que el Ministerio pudiera de esa forma dar por devuelto, un año después, la totalidad del medio millón que envió misteriosamente de urgencia a la embajada española en Kenia para «gastos ordinarios», apenas cinco días antes de la liberación del atunero.
El resto del dinero, 354.000 euros, ya había sido reembolsado en abril de 2010 por un donante anónimo en la oficina del BBVA en Madrid donde Exteriores tiene sus principales cuentas. Si ya fue sorprendente entonces que alguien devolviera en la capital un dinero remitido a Kenia para gastos, más singular resulta ahora que un agente del CNI complete la devolución.
En el Ministerio no hacen oficialmente comentarios, pero el pasado día 22 su titular, Trinidad Jiménez, confirmó a puerta cerrada ante los diputados de la Comisión de Secretos Oficiales que las cuentas del Ministerio en relación con este caso «están ya cuadradas», según fuentes parlamentarias próximas a la reunión. Es decir, que la ministra da por devuelto el dinero y no da más transcendencia a lo sucedido. Pero este nuevo ingreso mantiene vivas todas las incógnitas sobre el caso, porque el dinero fue enviado oficialmente para que la Embajada se lo gastara, no como un préstamo.
El interventor delegado en el Ministerio de Exteriores, Faustino Fraile, ya consideró en un informe especial -publicado el pasado 14 de noviembre por este diario- que el Ministerio ha perpetrado diversas infracciones por transferir medio millón de euros sin justificación. Si, además, no hubiera sido restituido el dinero, las consecuencias no serían sólo administrativas, sino penales por posible malversación de fondos públicos.
Según el interventor, Exteriores remitió en su día el dinero a Kenia en un pago que «está imputado al concepto 230 [gastos de funcionamiento de la Embajada], pero no existe ningún documento que lo explique ni que lo justifique».
La ministra sigue sin explicar por qué cinco días antes de la liberación del atunero vasco surgieron teóricamente unas necesidades inmediatas de gasto para el funcionamiento de la embajada que el interventor no consigue aclarar.
El Partido Popular registró la semana pasada una nueva batería de preguntas y petición de documentos para esclarecer no sólo el uso del dinero, sino cómo se había reembolsado la primera parte.
Según el informe del interventor, «el 7 de abril de 2010, la Caja pagadora [del Ministerio de Exteriores] recibe un ingreso en efectivo, de origen desconocido, en la cuenta del BBVA por importe de 354.000 euros. La cajera lo imputa en la contabilidad de la caja como una devolución al concepto 230». Por tanto, la responsable de la caja del Ministerio sabía que ese donante anónimo estaba reembolsando parte del dinero enviado a Nairobi. También ahora el Ministerio sabe que los 146.000 reembolsados corresponden a aquella partida, pero ¿qué hace un agente de los servicios secretos devolviendo lo que se envió al embajador en Kenia?
Claro, las pruebas documentales se tiran al baño, y ya está.
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