martes, 15 de diciembre de 2015

Sangre leonesa




ABC Castilla León
Un centenar de españoles han dado su vida en los últimos años por la causa de que Afganistán, nido de terroristas, regrese a la senda pacífica que se merece un pueblo.


Vicente Á. Pérez - 13/12/2015 a las 19:04:37h. - Act. a las 19:04:38h.
Sangre leonesa, sangre madrileña, sangre española, en fin, la derramada el pasado viernes en Kabul; la de dos policías que han dado su vida por la paz en un país, Afganistán, en donde el yihadismo que siembra el terror por las calles de París o por donde le apetezca su insaciable sed del mal. Un centenar de españoles han dado su vida en los últimos años por la causa de que Afganistán, nido de terroristas, regrese a la senda pacífica que se merece un pueblo, unas gentes, una nación, que llevan décadas sumidas en la barbarie islamista.

Sangre leonesa, sí, porque uno de los policías muertos en el atentado suicida contra la Embajada española en Kabul es «Gabi», o sea, Isidro Gabino San Martín Hernández, nacido en La Bañeza; y sangre madrileña, o granadina, porque el subinspector Jorge García Tudela, era de origen madrileño aunque su familia, que hoy lo llora, reside en Granada. Y sangre española, por supuesto, ya que ambos policías han perdido su vida en país extraño cumpliendo una misión, la de la paz, que no entiende de fronteras, sino de personas que necesitan defenderse ante la tremenda guerra del terrorismo. Y en esta labor, pese a que algunos partiditos políticos crean que la muerte de un policía o un soldado los beneficia en votos, el Gobierno de España se ha ocupado con la decisión exigible a toda nación que respete y propugne la democracia para conseguir un mundo en el que tomarse una caña en la terraza de un bar no sea un riesgo mortal.

La provincia leonesa llora este fin de semana la muerte de Gabi, el bañezano que, con cuatro hijos, fijó su residencia en Valverde de la Virgen, a un paso del aeropuerto leonés, y que desde su destino profesional en Oviedo emprendió el vuelo sin vuelta a Afganistán por amor a los suyos, pues, no hay por qué obviarlo, la soldada de un policía en España es escasa para una familia numerosa, y, por supuesto, por su fidelidad y deber jurado a su nación, ahora llamada país por los partidos y partiditos denominados emergentes.
Los padres de Isidro Gabino reciben estos días las condolencias de sus vecinos de La Bañeza, una localidad en la que la vecindad es familiaridad. No habrá consuelo que les haga olvidar la pena, pero tal vez no sepan, porque ningún medio de comunicación lo ha dicho, que su hijo murió por intentar socorrer a su compañero Jorge García Tudela.

Cuando estalló el coche-bomba en la embajada española, se produjo a continuación un silencio espeso. «Gabi» llamó a Jorge; no obtuvo respuesta. Y se atrevió, cuando los disparos volvieron a sonar, a salir en su búsqueda. Fue entonces cuando uno de los terroristas que se había ubicado en la azotea del edificio lo mató… por salir en socorro de su compañero que, sin él saberlo, ya había muerto.