domingo, 27 de mayo de 2018

40 años del primer Tedax fallecido en acto de servicio




ABC.ES

Rafael Valdenebro, padre de dos hijos, trató de evitar una masacre infantil cuando murió manejando un explosivo colocado en Tenerife por el grupo terrorista que lideraba Antonio Cubillo. Sus autores quedaron libres ese mismo año

 


Las Palmas de Gran CanariaActualizado:Se cumplen cuarenta años del primer suceso que dejó consternada a la sociedad canaria y a toda España. Un explosivo colocado por el Mpaiac, grupo terrorista creado por Antonio Cubillo que estuvo implicado, se llevo por delante la vida del agente de Policía Rafael Valdenebro. Fue la noche del 25 de febrero de 1978 cuando las autoridades policiales recibieron el aviso de una amenaza de bomba. Antes de fallecer, relató que intentaba evitar una masacre infantil.
Era un artefacto con mecánica de relojería colocado en una sucursal del entonces Banco de Vizcaya en La Laguna (Tenerife) y que contendría ocho cartuchos de goma 2. Valdenbro, de 27 años de edad, recibió heridas graves cuando trasladaba el explosivo desde la fachada de la oficina bancaria a una zona donde hubiese menor grado de daños para los ciudadanos. Natural de Montilla, en Córdoba, estaba destinado en Tenerife desde hacía tres meses.
Sabía lo que era una familia. Era esposo y padre de dos niños, Rafael, de dos años, y Miguel, de siete meses. Por eso, no pudo resistirse a trasladar el explosivo porque «había tres chiquillos en el piso de arriba y no hubo manera de que la Policía con los megáfonos consiguiese que se metiesen para adentro. Estaban solos, sin sus padres», decía al que era gobernador civil de Tenerife Luis Mardones en el hospital.
La amenaza terrorista se hizo a través de un periódico local y se generó en el momento de explotar cerca de la calle Obispo Rey Redondo. El salvaje atentado dañó cara, tórax y, por ejemplo, obligó a amputarle una pierna del agente especializado en desactivar bombas. Los comercios de la zona fueron destruidos por la explosión.
Era una criminal bomba trampa y fue detectado por agentes de Policía tras la llamada. Antes del traslado del explosivo Rafael Valdenebro hizo algunas comprobaciones y todas daban resultados negativos. Pero el paquete bomba se rompió y se llevó por delante al artificiero.

«Yo sentía que me moría», dijo antes de fallecer

Antes de morir, explicó a sus superiores que «cuando llegamos nos acercamos al paquete y lo quitamos de la ventana donde estaba colocado. Habíamos calculado que nos quedaba de tiempo unos ocho y nueve minutos».
«Después de coger la carga la agité un poco y pude comprobar que se trataba de un reloj de plástico. Cuando me disponía desactivarla se encendió una luz roja, Rápidamente al ver que iba a estallar, traté de arroparla con una manta antiexplosiva con el fin de que la onda expansiva no me ocasionara importantes daños. Pero no tuve tiempo».

Autores, libres el mismo año

Después de la explosión, antes de morir, explicó que «unos compañeros que me introdujeron en el coche patrulla lloraban desesperados» mientras «yo sentía que me iba a morir, me retorcía de dolor y me agarraba con fuerza a ellos, como queriendo que no me dejaran marchar, pues no quería morirme».
Después de aquellas palabras por el sanguinario atentado de los seguidores de Cubillo permaneció trece días vivo en el Hospital Universitario de Canarias. Fue enterrado en Córdoba el 11 de marzo de 1978 con honores de todos los cuerpos y fuerzas de de seguridad del Estado.
La Guardia Civil encontró a los culpables de este ataque al Mpaiac. Se detuvo a Fernando José Domingo Valcárcel Rodríguez y Miguel Pardo de Donlebún Macías. Libres porque se acogieron a la norma de ambistía en España de ese mismo 1978. El rechazo de la sociedad canaria fue total. Para acogerse a la norma los separatistas sí se consideraban españoles.

lunes, 14 de mayo de 2018

Homenajean a los siete Tedax heridos en una trampa de ETA contra Intxaurrondo


 
 
 
 
COPE.ES
 
TERRORISMO ETA 
 
Los siete Tedax de la Guardia Civil, Policía Nacional y de la Ertzaintza, que resultaron heridos de gravedad el 11 de noviembre de 2000 como consecuencia de la trampa explosiva colocada por ETA en el último atentado perpetrado contra el cuartel de Intxaurrondo han sido homenajeados hoy en este acuartelamiento donostiarra.

Agencia EFE
Los siete Tedax de la Guardia Civil, Policía Nacional y de la Ertzaintza, que resultaron heridos de gravedad el 11 de noviembre de 2000 como consecuencia de la trampa explosiva colocada por ETA en el último atentado perpetrado contra el cuartel de Intxaurrondo han sido homenajeados hoy en este acuartelamiento donostiarra.
El subdelegado del Gobierno en Gipuzkoa, José Luis Herrador, ha presidido los actos organizados para celebrar el 174 aniversario de la fundación de la Guardia Civil, ha informado hoy el Ministerio del Interior en un comunicado.
La misma fuente ha precisado que en el transcurso de esta jornada, que se celebra anualmente, se ha conmemorado hoy el 45 aniversario de los "Especialistas de Explosivos" en la Guardia Civil, que fueron creados en 1973 para responder a la amenaza terrorista.
Por este motivo, se ha homenajeado especialmente a los siete Tedax que resultaron heridos en 2000 al explotar un dispositivo trampa que ETA había colocado en un tubo lanzagranadas instalado por los terroristas en las inmediaciones del cuartel de Intxaurrondo.
En su alocución, el jefe de la Guardia Civil, el coronel Antonio Campos, ha destacado la labor del Servicio de Desactivación de Explosivos de la Guardia Civil (Sedex) como paradigma de la permanente actualización y modernización del cuerpo para afrontar las amenazas que en cada momento son fuente de riesgo para la seguridad ciudadana.
Ha recordado que, tras una fase inicial en la que los primeros "artificieros" recibieron una formación basada en la experiencia del ejército con artefactos convencionales, a partir de los años 80 la especialidad se consolidó al incorporar técnicas aprendidas en Irlanda del Norte, donde la actividad del IRA propició que se contara con los mejores expertos a nivel europeo. Posteriormente se perfeccionó a principios de siglo con la incorporación y desarrollo de modernas unidades de defensa NRBQ.
Antonio Campos ha destacado la actuación conjunta de los Tedax que resultaron heridos en Intxaurrondo como ejemplo de la deseable colaboración entre los tres cuerpos de seguridad que operan en Gipuzkoa.
El subdelegado del Gobierno en Gipuzkoa, por su parte, ha felicitado a otros nueve agentes condecorados también con Cruces al Mérito de la Guardia Civil y ha destacado "la misión fundamental y de alto riesgo que tiene el servicio de desactivación de explosivos".
En cuanto al fin de ETA, Herrador ha querido felicitar a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado por la "labor infatigable desarrollada durante todos estos años" y, en especial, al "cuartel de Intxaurrondo que ha sido el epicentro de la lucha contra ETA con innumerables comandos detenidos, pero también el que ha sufrido más bajas y heridos entre sus hombres".
El homenaje ha finalizado con una ofrenda floral en memoria de los tres Tedax de la Guardia Civil muertos en acto de servicio en Gipuzkoa, dos de ellos en 1979 en dos atentados de ETA en Azpeitia y Oñati, y el tercero en 1986 al tratar de destruir material pirotécnico en Jaizkibel.