La Razón.es
Dice que «el coraje es mayor cuando rendirte no te salva», que el valor lo puede tener «cualquiera», no sólo los cuerpos de élite. De la Iglesia ayuda a sacar al héroe que llevamos dentro y asegura que «sentir miedo es de valientes».
C.S. Macías. Madrid.
22 de marzo de 2018. 00:06h
Ha
sido tres veces número uno en oposiciones al Estado. Policía Nacional,
Tedax... se ha convertido en un experto en miedos, los ha vivido,
estudiado e incluso ha creado una fórmula para desactivarlos y de ello
da fe en su web: www.gestiondelmiedo.com. Imparte cursos, da
formación a equipos y es coach de importantes directivos de este país.
Salva vidas y en paralelo ayuda a sacar al héroe que llevamos dentro.
Esta convencido de que «el miedo es de valientes» y si tuviera un súper
poder dice que sería «el ayudar a los demás a sacar el coraje».
–Desactivar el miedo, ¿cuál sería el cable rojo?
–El
cable rojo del miedo es la imaginación porque anticipamos la peor de
las situaciones, además, en tiempo real. Esperamos que lo peor que
estamos imaginando nos ocurra ya. Por que piensas: ¿ Y si fracaso ? ¿Y
si no gano? ¿Y si es cáncer?
–Deberíamos quitarnos muchos «y si...»?
–Sí, centrarnos en resolver eficazmente el ahora.
–¿Con qué miedo nos quedamos?
–El
miedo vital, el que nos ayuda a sobrevivir, hay que mantenerlo. El
miedo es una de las primeras emociones que aparecen cuando nos
enfrentamos a las cosas importantes de nuestra vida. Pero el miedo
tóxico, el que no nos deja avanzar, es el que tenemos que desactivar o
aprender a gestionar.
–¿Es contagioso?
–Sí,
de hecho todas las emociones se contagian y los estados de ánimo
también; la angustia y el estrés también lo son. Somos el resultado de
las cinco personas con las que más nos relacionamos.
–¿Hay que tener miedo al miedo?
–El
miedo al miedo es uno de los más comunes. La gente teme a los síntomas
del miedo. Las dos palabras que llaman al miedo son «no puedo»; es
como llamarlo a voces. Y lo que más capacita es tener una autoconfianza
colosal; por eso hay que empezar a trabajar en el lenguaje empoderado,
en la corporabilidad de victoria, en los pensamientos positivos. Tengo
que pensar que va a salir bien para que salga bien.
–¿Existiría alguna vacuna?
–La
actitud de combate. El modo de salir del miedo es teniendo una meta
superior al miedo que tengo que vencer. Así, un carácter miedoso puede
dar a luz un acto valeroso.
–¿Si el miedo viene de fuera? –Hay que ver qué se esconde detrás de él, porque allí se encuentra nuestro crecimiento.
–Un Tedax coge al miedo con pinzas...
–Un Tedax afronta el miedo porque se ha formado, porque tiene una misión que es más importante que su miedo.
–¿Usted le teme a algo?
–Tengo miedo a que le pase algo a mi hija y yo no poder salvarla, y a la mala conciencia.
–¿Tiene mala conciencia?
–Me esfuerzo continuamente por ser coherente y no tenerla.
–¿Hay quien jamás siente miedo?
–Sí.
Decía Aristóteles que al temerario o al imprudente, no se les puede
llamar valiente porque no sienten miedo. Solo lo es el que actúa a pesar
del miedo.
–¿Se puede salir del miedo sin ayuda?
–Fui
claustrofóbico y he salido gracias a las investigaciones que he
seguido, a ciertas personas y a tener un motivo. Se necesita un experto
que lo haya superado y que te guíe en el camino.
–¿Qué papel juega el coraje en todo esto?
–Es
fundamental. El miedo se gana en la acción no en la ensoñación. Cuando
el coraje es mayor es cuando rendirte no te salva, cuando tienes que
jugarte la vida para conseguir otra salida. Ahí es donde el coraje
demuestra todo su valor.
–¿Hay empresas muertas de miedo?
–Sí.
Están sometidas a la presión de los resultados. El miedo ha sido el
modelo clásico de gestión de las compañías y las organizaciones.
Trabajar con miedo inhibe la creatividad, bloquea el talento y la
adaptación a los cambios. El éxito de cualquier empresa pasa por unir y
empoderar a sus equipos, antes de marcar ninguna meta. Lo primero es
gestionar los miedos, definir los talentos y habilidades de cada miembro
y luego ir a por el objetivo. Como un comando.
–¿Todos somos héroes?
–Tengo
una fe ciega del poder del individuo como motor de cambio. Si quieres
ser un héroe, piensa y actúa como tal. El héroe tiene que basarse en los
valores tradicionales de justicia, libertad, lealtad, honor y coraje y
salir con el convencimiento de que tiene una misión importante: la suya.