ROBERTO BÉCARES / AZUCENA G.-CARPINTERO / Madrid
Miles de liberados y militantes sindicales ocupan los puntos neurálgicos para el transporte y el abastecimiento de las ciudades
Méndez dice que si hay actos violentos será por culpa de «los servicios mínimos abusivos» de Madrid y otras 9 comunidades
Mariano Rajoy pide que «no haya coacciones» y Aguirre proclama que «el derecho a no hacer huelga no caduca hoy»
Los sindicatos tratarán hoy de demostrar su fuerza desplegando por todo el país a miles de liberados y militantes que, agrupados en centenares de piquetes informativos, ocupan desde esta madrugada centros neurálgicos para el transporte y el abastecimiento de las ciudades.
Sólo en la ciudad de Madrid, hay 42 piquetes, 21 de UGT y otros tantos de CCOO. Además, cada central ha aportado nueve más por las comarcas de la Comunidad. En total, 60 grupos de entre 400 y 500 liberados y trabajadores en huelga. Una movilización de entre 24.000 y 30.000 personas, sin contar los de otras organizaciones.Sigue en pág. 4
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Desde las 20.00 horas comenzaron a concentrarse los piquetes en la Puerta del Sol, con banderas y pancartas. En apenas 40 minutos, ya había allí miles de personas.
CCOO y UGT dijeron ayer que «acatarán la ley» pero advirtieron de que cualquier incidente que se produzca en estos piquetes será «responsabilidad» de las comunidades que hayan «impuesto servicios mínimos abusivos» que «pretenden cercenar el derecho fundamental de huelga». Así se expresó el secretario general de UGT, Cándido Méndez, en el último acto oficial de los sindicatos antes del paro, celebrado en la Universidad Complutense de Madrid. «Los mínimos se han decidido sin ningún tipo de equilibrio entre el ejercicio del derecho a la huelga y el del derecho al trabajo», indicó.
El líder de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, fue más explícito al asegurar que son las comunidades quienes «pueden provocar el conflicto» porque «están fuera de la ley». «Es normal que la gente esté muy enfadada cuando se le impide el ejercicio de un derecho constitucional», avisó. En total, 10 comunidades han decretado los servicios mínimos sin acuerdo con representantes de los trabajadores: Madrid, Castilla y León, Galicia, Murcia, Cantabria, La Rioja, Canarias, Asturias, Navarra y País Vasco.
Toxo defendió los piquetes informativos porque tienen «su función» y aseguró que cumplirán con ella frente al «piquete del miedo» de empresarios «sin escrúpulos», en referencia al presidente de la CEOE, que no tiene reparos, dijo, en «despedir a los trabajadores» para «salvar su fortuna». «No seremos nosotros los que traigamos a la derecha al Gobierno, es mentira que la única alternativa a un Gobierno socialista sea el Partido Popular. La alternativa a un Gobierno socialista es otro gobierno socialista», aseguró a su vez el líder de CCOO, que pidió al Ejecutivo «que busque a la izquierda en la Cámara», ya que los nacionalistas son «de derechas y luego, nacionalistas».
En el acto, celebrado en el salón de actos de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense, en un ambiente festivo y entre gritos a favor de la huelga, los sindicatos respondieron al Gobierno que cualquier «llamamiento al diálogo» acerca del reglamento de la reforma laboral caerá en saco roto porque ha «perdido la credibilidad», y avisaron de que la huelga no es «la estación término de nada». En ese sentido, Méndez atacó a José Luis Rodríguez Zapatero en varios frentes: por romper «el diálogo social» cuando impuso el recorte a los empleados públicos, por imponer una reforma laboral «cuando decía que jamás lo haría» sin diálogo y por poner al «borde del precipicio» el Pacto de Toledo con la congelación de las pensiones.
«Si no reforma estas políticas, el Gobierno no tendrá ninguna credibilidad. El presidente tendrá que hacer una reforma profunda; la gente no quiere ir de
Guatemala a
Guatepeor», afirmó Méndez, interrumpido varias veces por alrededor de 800 personas que acudieron al acto. Aunque la mayor ovación la recibió cuando comparó a Zapatero con el protagonista principal de la película
Avatar, de James Cameron. «El presidente se ha reencarnado en un gigante azul, pero su electorado no es azul y tendrá que rectificar, algo en lo que es experto».
Méndez aseguró que muchos trabajadores se habían visto «coaccionados», puesto que les «están exigiendo» que digan si van a ir o no a la huelga o se les avisa de que si van al paro del 29, «no vayan a trabajar el 30, porque están despedidos».
También acusó a la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, de «robar el plano al Gobierno de la nación», imponiendo unos servicios mínimos «abusivos», que los sindicatos han anunciado que no cumplirán. Pero Aguirre se defendió alegando que los sindicatos «no pueden incumplir la ley», y recordó los ciudadanos que tienen «derechos y libertados» como hacer huelga o no hacerla, y que éstos «no caducan» este miércoles.
Por la tarde, el sindicalismo volvió a reunirse, pero en esta ocasión los dirigentes de UGT y CCOO se citaron con los piquetes informativos. Lo hicieron en la Puerta del Sol, que apretaba los puños a pocas horas de que comenzara la huelga. Los piquetes que asistieron a las 20.30 horas al kilómetro cero de Madrid cogían fuerzas, preparándose para el día de hoy, informa Guillermo Santa-Olalla.
Las más de mil personas que se congregaron portaban pegatinas y gorras, y ondeaban sobre sus cabezas banderas rojas con el anagrama de los dos sindicatos mayoritarios. Conforme pasaban los minutos, la expectación y el optimismo sobre la repercusión que lograría la huelga iba en aumento. Entre la multitud, que poco a poco se acercaba al escenario en el que hablarían Toxo y Méndez, se podían ver efectivos de la Policía que controlaban, sin mayores problemas, a los asistentes.
Las pancartas repartían críticas entre los «causantes de la crisis», tales como «Banqueros, pensiones millonarias; obreros, pensiones de miseria». Y los presentes se agrupaban para comentar la estrategia. «Lo que haremos mañana será recorrer las calles del centro de la ciudad para hacernos ver e informar», garantizó orgullosa Paloma, de UGT. Menos claro lo tenía Javier, de CCOO. «Supongo que repartiremos folletos, aunque todos conocemos suficientemente los motivos para ir a la huelga», divagaba a escasas tres horas de comenzar su misión.
A esa misma hora pero en la puerta de la imprenta Bermont, donde se imprimen La Razón o ADN, se producía el primer incidente del 29-S en la Comunidad de Madrid. Una furgoneta de reparto que salió a gran velocidad de su interior atropelló a varios miembros de un piquete, informa Luis F. Durán. Una de las integrantes, de 51 años, resultó herida y tuvo que ser trasladada al hospital La Princesa con un traumatismo craneoencefálico de pronóstico reservado. Se trata de Azucena Calderón, de CGT y trabajadora del Ayuntamiento de Coslada. El conductor prestó declaración anoche ante la Policía.
Según CCOO, los piquetes estaban «de forma tranquila» ante la sede de la imprenta. Según un testigo citado por Europa Press, en el lugar había «piquetes violentos» desde última hora de la tarde.
Ajenos a este suceso, los líderes sindicales subieron al escenario -adornado por una pancarta con la frase «Así no, rectificación ya»- para animar a su público. Méndez comparó la labor de los piquetes con la resistencia de los españoles a las tropas napoleónicas. Toxo fue más pragmático y aseguró a los piquetes que serán los «garantes de que mañana [por hoy] el trabajo saldrá ganando». Además, envió un mensaje al Ejecutivo al gritar que «una ley se cambia con otra ley», mientras los líderes de IU Cayo Lara y Gaspar Llamazares le escuchaban atentos desde primera fila.