J. M. ALONSO / Bilbao/ El Mundo
Los integrantes del comando desarticulado en Vizcaya tenían un subfusil, tres pistolas y 200 kilos de explosivos en su poder
Se investiga si son los autores del asesinato del inspector Puelles y del ataque al cuartel en el que murió un brigada
La operación policial de ayer abría las puertas a Sortu para evidenciar su hipotética apuesta por «las vías políticas y el rechazo expreso de la violencia» que la vieja guardia de Batasuna escenificó en el acto de presentación de los estatutos del partido, el 7 de febrero en Bilbao. Allí, rodeado de los nombres fuertes de la izquierda abertzale ilegalizada, Rufi Etxeberria aseguró que condenarían todo acto de violencia, incluida la de ETA, en una actitud que fue recibida con «optimismo» y «esperanza» dentro del Gobierno.Sigue en pág. 4
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Tras un mes vendiendo públicamente estos compromisos verbales de rechazo expreso de la violencia, lo que ha llevado a las fuerzas nacionalistas en bloque, e incluso a algunas voces del PSE a reclamar al Gobierno una condescendencia con la apuesta política de Sortu, la nueva formación abertzale no echó mano de las anunciadas repulsas y respondió con el silencio a la primera gran prueba de fuego.
Así, las detenciones han demostrado que el guión permanece inalterable. Al igual que en anteriores ocasiones, no hubo ni condenas ni censuras por parte de sus portavoces ante una operación que ha permitido evitar nuevos atentados terroristas, ya que los cuatro miembros de ETA arrestados disponían de abundante material explosivo junto a información sobre posibles objetivos de atentados.
Ares, que felicitó a la Guardia Civil por la «brillante e importante» actuación policial, quiso recalcar que el entorno de Batasuna aún necesita credibilidad para pasar el filtro de la Justicia y poder estar en las urnas: «Tienen que pronunciarse sobre actos terroristas si quieren ser creíbles». Y qué mejor motivo para evidenciar su distanciamiento de la banda y «fijar su posición con toda claridad» que la detención de los cuatro etarras.
En palabras del consejero, es la izquierda abertzale ilegalizada la que ha anunciado que quiere incorporarse a la legalidad. Por tanto, «serán ellos los que tendrán que decidir si quieren o no pronunciarse sobre esta operación antiterrorista». «Pero sería bueno que lo hicieran», zanjó.
En esta misma línea se pronunció el portavoz de la ejecutiva del PSE, José Antonio Pastor, que aseguró que «si Sortu apuesta verdaderamente por la paz, no debería desperdiciar la oportunidad de mostrar su alegría por las detenciones de unas personas que escondían explosivos y que, probablemente, hayan estado vinculadas a atentados que causaron gran dolor».
El PP vasco rehusó hacer emplazamientos a la izquierda abertzale para no darle un mayor protagonismo. «No vamos a hacerle la labor a Sortu. Me niego a darle más bola a la decimotercera marca de Batasuna», aseveró con rotundidad el presidente de los populares en el País Vasco, Antonio Basagoiti, para quien las detenciones son «más eficaces para alcanzar la paz y la libertad que 40 actos o frases retóricas de Sortu-Batasuna».
Así, frente a estos requerimientos a la izquierda abertzale, el líder del PP vasco sí hizo un llamamiento al Gobierno para que «haga lo que debe», con el objetivo de lograr el final del terrorismo, aportando las pruebas necesarias para evitar el regreso a las instituciones de «quienes defienden a los de la capucha».
Sortu no fue el único que rehusó valorar la operación policial. Si significativo fue su silencio, también lo fue el mutismo de otras formaciones políticas, como su socio estratégico, Eusko Alkartasuna (EA), con quien firmó un acuerdo en junio del pasado año para avanzar hacia la independencia. El que fuera compañero de gobierno del PNV en las instituciones vascas y que ahora puede dar cobijo a la formación abertzale en caso de ser ilegalizada también rechazó valorar las detenciones. El argumento esgrimido fue que no suele «enviar comunicados de reacciones a operaciones policiales», según apuntaron fuentes del partido.
Aralar y Alternatiba, los otros dos partidos firmantes del Acuerdo de Guernica junto a la izquierda abertzale y EA, tampoco difundieron comunicados oficiales para valorar la operación policial. No obstante, el vicecoordinador de Aralar, Jon Abril, sí se pronunció en declaraciones a Info 7 Irratia para asegurar que «ojalá estas detenciones no vuelvan a repetirse». «Tenemos que conseguir entre todos que todas estas actuaciones policiales sean superadas definitivamente y podamos afrontar una situación en la que Euskal Herria pueda vivir dentro de una normalización política y en paz», señaló.
Dentro de las reacciones políticas a la operación policial, el portavoz del PNV en el Congreso, Josu Erkoreka, manifestó que «no puede valorarse de otra manera más que positivamente», toda vez que se «ha encontrado un arsenal de armas y documentación que compromete directamente a los detenidos».
OORBYT.es
>Vea hoy en EL MUNDO en Orbyt el análisis de Josean Izarra.
FERNANDO LÁZARO / Madrid
El comando estaba a la espera de recibir órdenes
La operación se saldó con un pleno. Cuatro eran los objetivos y los cuatro fueron detenidos. Era el comando estrella, el más activo, al que se le presume la responsabilidad de la gran mayoría de los atentados perpetrados por ETA entre 2007 y 2009. Y, además, eran legales, es decir, no fichados, lo que refuerza la imagen de eficacia policial.
Según explicaron fuentes de la investigación, los cuatro detenidos por la Guardia Civil durante la pasada madrugada en Vizcaya formaban parte de un comando activo de ETA, un comando que estaba «esperando a recibir órdenes» y que estaba provisto de todo el material necesario para perpetrar nuevos atentados.
En concreto, en el dispositivo dirigido por el juez Fernando Grande-Marlaska se detuvo a Daniel Pastor Alonso, de 37 años de edad, con domicilio en Galdácano (Vizcaya); Lorena López Díez, de 31 años; Iñigo Zapirain Romano, de 34 años, y Beatriz Echevarria Caballero, de 33 años de edad, los tres con domicilio en Bilbao. Los terroristas detenidos formaban presuntamente un comando de miembros no fichados con todo lo necesario para retomar la carrera de la violencia.
Además de las viviendas de los detenidos, los agentes registraron una bajera en Galdácano. Fue allí donde la Guardia Civil se incautó de gran parte del explosivo, casi 200 kilos, y diverso material para la fabricación de bombas. Muchos de los elementos intervenidos eran similares a los utilizados en el atentado que acabó con la vida del inspector de policía Eduardo Puelles.
Además, los agentes se incautaron de un subfusil, una pistola y un revólver. Una de las armas cortas fue intervenida en la mesilla de noche de uno de los capturados. Los agentes confiscaron, también, un listado de objetivos. Las fuentes consultadas no pudieron precisar si había seguimientos recientes sobre estos objetivos o eran informaciones anteriores a la tregua actual, pero sí apuntaron que alguno de los cuatro detenidos podía estar activo desde 2003 en los comandos de ETA.
La operación realizada por la Guardia Civil contó con la colaboración inicial y básica del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). El ministro del Interior mantuvo mucha prudencia ayer sobre los atentados que se les pueden atribuir a los detenidos. Pero los investigadores sospechan que pueden ser los responsables de la gran mayoría de las acciones cometidas entre 2007 y 2009 en Vizcaya, Cantabria y Burgos.
Las fuentes consultadas por este periódico apuntan a los integrantes de este comando como presuntos autores de los asesinatos del mando anti ETA del País Vasco, el inspector Eduardo Puelles, en Arrigorriaga, y del brigada de Artillería Luis Conde de la Cruz, en Santoña (Cantabria); además del atentado en el que ETA casi vuela por completo la casa cuartel de Burgos. En aquella ocasión, más de medio centenar de personas resultaron heridas.
La Guardia Civil analiza los componentes localizados y los comparará científicamente con las bombas utilizadas por ETA durante esos años. Además, se realizarán peritajes a las armas intervenidas por si han sido utilizadas ya en alguna acción.
El titular de Interior explicó que esta operación es consecuencia de las investigaciones iniciadas tras las detenciones en el sur de Francia de los dirigentes de ETA y responsables del llamado aparato militar de la banda, Garikoitz Aspiazu Rubina, Txeroki, el 17 de noviembre de 2008; y, principalmente, de la detención, el pasado 20 de mayo de 2010, de Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, Ata, en sendas operaciones desarrolladas por la Guardia Civil en cooperación con la policía francesa.
SANTIAGO GONZÁLEZ
El futuro, aquí
Las detenciones de ayer han servido para aprehender 200 kilos de material explosivo y recipientes para la confección de bombas lapa, un subfusil, una pistola, un revólver, ollas para fabricar artefactos y documentación falsificada para usos varios. Herramientas de terroristas para la práctica del terrorismo.
He aquí la prueba del nueve del paso hacia la paz que supone el nacimiento de Sortu, homenaje a Griffith o redundancia sin más. El consejero de Interior, Rodolfo Ares, ha planteado una cuestión interesante al partido solicitante: que valore la operación de ayer, que calificó de «una magnífica oportunidad» para demostrar su rechazo a las actividades terroristas y a quienes en ellas perseveran.
Es difícil que la propuesta de Ares cuaje. Considere el amable lector (o lectora, naturalmente) la opinión que ayer expresaba una persona a quien deberíamos considerar una persona de orden. El ex lehendakariIbarretxe se dolía de la actitud del Gobierno: «Siempre les hemos pedido [a la izquierda abertzale] que den el paso y cuando lo dan, ¿damos un paso atrás?». La actitud del Gobierno es cumplir y hacer cumplir la ley: ordenar a los cuerpos bajo su mando que procedan y remitir al fiscal lo que deben remitirle. Es evidente, además, que operaciones como la de ayer contribuyen más al abandono de ETA que las más fervorosas rogativas.
Rufi Etxeberria, Rafa Díez, Iruin o cualquiera de los miembros de Batasuna han pasado a ser miembros de Sortu y, por tanto, gente sin pasado. La cuestión es que a los detenidos de ayer se les ha incautado material cuya tenencia prefigura actividades terroristas: tener explosivos y armas de guerra no es lo mismo que tener una escopeta de caza sin licencia. El futuro al que se remitían los presentadores de Sortu para rechazar las actividades de ETA -si las hubiere-, ya está aquí. ¿Qué opinan los citados de la actividad y el material que ha sido ocupado a esos militantes de una banda que jamás ha expresado su intención de abandonar?
De hecho, guardan silencio y hablarán por ellos almas pías que defenderán su derecho constitucional a callarse, lo cual no es cierto. La sentencia del Tribunal Supremo que ilegalizó a Batasuna el 27/3/2003 establece: «El silencio estratégica y sistemáticamente reiterado de un partido político ante la actividad terrorista sólo puede interpretarse desde la óptica político-constitucional como un claro signo de 'aceptación por omisión' o 'aceptación implícita' de la misma».
El Tribunal de Estrasburgo ratificaba el 30 de junio de 2009 la ilegalización que acordaron los tribunales españoles, señalando que el hecho de que la ilegalización estuviera fundada en este elemento no sería contrario al Convenio, «pues el comportamiento de los hombres públicos engloba de ordinario no sólo sus acciones o discursos, sino también, en ciertas circunstancias, sus omisiones o silencios, que pueden equivaler a tomas de posición y ser tan elocuentes como cualquier acción de apoyo expreso». Que lo callado está dicho, vamos.
Un completo arsenal etarra
>Entre el material incautado a ETA figuran 180 kilogramos de nitrato amónico, 15 litros de nitrometano, un subfusil MAT con dos cargadores, una pistola Browning con dos cargadores, un revólver Smith Wesson calibre 38 con munición, varios 'tupper' para la confección de bombas lapa, varias ollas para confección de artefactos explosivos, cordón detonante, temporizadores con anagrama de ETA, dos placas de matrícula vírgenes, radiomandos y emisores de radio-control, documentación falsa de la Ertzaintza, un permiso de conducir, un DNI y una tarjeta de identificación del Ejército de Tierra
MIGUEL M. ARIZTEGI
Galdácano (Vizcaya)
'El Dani', tras los pasos de 'Thierry', 'Txapote' y Bienzobas
Tres jóvenes y un varón increparon también a la Guardia Civil -cinco personas en total-, y aplaudieron y animaron al detenido. En mitad del revuelo desapareció la madre del etarra Jon Bienzobas, Bego. «Siempre está en primera fila en todo», comentaba una vecina. Esta sí formaba parte del corrillo mayoritario de la calle, que contemplaba impertérrito la escena a la puerta del bar Doc de Galdácano.
Un agente apartó de un empellón a Josefi, que vive en un caserío a 200 metros del lugar de la detención. El todoterreno arrancó, el resto de dotaciones policiales le siguió y se acabó el espectáculo.
En este pueblo del cinturón industrial del Gran Bilbao, que apresen a un presunto etarra no es novedad, pero inevitablemente suscita la curiosidad, que no el apoyo, de sus convecinos. Aquí crecieron ilustres del hacha y la serpiente como Francisco Javier López Peña, alias Thierry, el propio Txapote y Jon Bienzobas. Los dos primeros escalaron hasta la cúspide de la cúpula etarra y el último fue condenado por asesinar al ex presidente del Tribunal Constitucional Francisco Tomás y Valiente.
Ayer fue el turno de El Dani, como conocían a Daniel Pastor Alonso en el barrio las escasas personas a las que dirigía la palabra. Aunque con un historial menos impresionante que sus antecesores, dada su condición de miembro legal -no fichado- de ETA, guardaba en los bajos de su piso 200 kilos de explosivos, varias pistolas y material para fabricar bombas.
Aficionado al ciclismo de carretera, trabajó intermitentemente en alguna empresa del polígono industrial que rodea el municipio, ocupación que combinaba con el paro. Aunque no se relacionaba con gente del barrio, sí era cordial con el personal del bar Aperri, adonde solía ir para tomarse una Heineken y leer el Marca.
«Iba muchísimo, casi todas las tardes», comentaba una vecina en el corrillo formado en el otro bar del barrio, el Doc. «Es un tipo súper majo, conmigo siempre fue muy agradable», afirmó otra, que no aclaró si sabe o no por qué se lo lleva la Guardia Civil.
Como casi siempre en estos casos, la opinión generalizada es que El Dani era «un chico muy educado» que «nunca dio ningún problema»: «Venía de trabajar, se tomaba su cervecita, leía un poco y se marchaba a comprar una barra pequeña de pan ahí abajo. Los domingos solía comer calamares, que le gusta mucho cómo los hago», afirmó la camarera del Aperri.
El Dani llevaba «tres o cuatro años» viviendo en el portal 4B de la calle Aperribai, en unos pisos de ladrillo de caravista de nueva construcción. Era un tipo reservado que no se metía en problemas.
En el barrio los únicos lugares para socializar son el bar Doc, la panadería Degus y el Aperri. Ni hay herriko taberna ni tensión política en el ambiente. «Esto es un barrio tranquilo, pero sí han detenido a muchos, es verdad», reconoció un jubilado, que como todos los demás, prefirió no dar su nombre.
Con la cobertura del anonimato, las lenguas son más libres: «Yo lo que quiero es que esta gentuza se marche de aquí y nos deje tranquilos». «Mira, ¡al lado de casa! La pena es que no les cogen a todos de una puta vez».
M. MARRACO / Madrid
Insultos por señalar al otro acusado
Uno de los dos acusados de atentar contra un repetidor de Mendibil (Álava), Ander Arrue, reconoció ayer que su compañero de banquillo, Jokin Zerain, le había pedido que guardara el material empleado hasta el mismo día del ataque, el 11 de mayo de 2009. Sus palabras provocaron la reacción inmediata de los familiares y amigos de Zerain que asistían a la vista. «¡Qué hijo de puta!, ¡qué hijo de puta!», afirmaron desde el otro lado del cristal blindado, según informa Efe. En su declaración ante la Sección Primera de la Audiencia Nacional, Arrue se mostró «arrepentido» de lo que había hecho y aseguró que no sabía qué quería hacer su amigo con la bolsa de material pirotécnico. Arrue, que al igual que Zerain se encuentra en prisión provisional, ha hecho frente a 6.000 euros de responsabilidad civil y ha abandonado el colectivo de presos de la banda. En su escrito de acusación provisional, el fiscal Vicente González Mota pide 35 años de prisión para cada uno de los acusados: 10 por pertenencia a una organización terrorista, 17 por estragos y ocho por tenencia de sustancias explosivas. Previsiblemente, en la fase de conclusiones definitivas prevista para hoy el Ministerio Público rebajará su petición de condena.
NAIARA ORTIZ / Bilbao
«Siento un alivio que no esperaba»
El teléfono de Josu Puelles sonó repentinamente a las 6.30 horas. Al otro lado de la línea estaba Aran, una de sus hermanas, emocionada y sobresaltada. Acababa de escuchar en la radio que la Guardia Civil había detenido a los etarras implicados en el asesinato de su hermano Eduardo, el 19 de junio de 2009. Y Josu, a diferencia de aquel fatídico día, lloró, embargado por unos sentimientos que no esperaba tener. «He tenido una sensación de alegría y alivio que no esperaba. Me he emocionado, la verdad es que sí», reconocía ayer en declaraciones a este periódico.
Y es por culpa de esos sentimientos por los que ahora mismo rectificaría unas palabras que dijo durante una conversación con la hermana de Miguel Ángel Blanco, Mari Mar, recogida en estas mismas páginas apenas cinco meses después del asesinato de Eduardo. Entonces aseguró que no le importaría que no detuviesen a los asesinos de su hermano si la banda terrorista dejaba las armas de forma «unilateral, incondicional e íntegra».
«Hoy he pensado mucho en aquella frase y ahora mismo la cambiaría. En ese momento estaba en una situación anímica diferente, de cierta desesperanza porque sabes que han quedado muchos crímenes sin resolver y piensas que el de tu hermano puede ser uno más, pero, después de sentir la alegría y el alivio que he sentido, no pienso lo mismo», relató.
El día empezó con una gran alegría para la familia Puelles, pero luego la felicidad se tornó en cautela. Las declaraciones tan prudentes del ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y las informaciones que le llegaban a Josu por su condición de ertzaina rebajaban las expectativas.
«Ahora hay que seguir esperando, aunque sí me han dicho que, quizá no todos, pero alguno de los detenidos puede estar directamente implicado en el atentado de mi hermano. La detención de un comando que parece tan operativo es una buena noticia en cualquier caso, pero ojalá se cumplan las expectativas, porque rubricarían un gran día», deseó.
Las detenciones no sólo representan una buena noticia para la familia Puelles, sino que además suponen un acicate para seguir adelante. «En casa no hablamos mucho del tema, pero alguna vez mis hermanas me solían preguntar si había alguna novedad y, de hecho, lo último que sabía es que no había hilos de donde tirar y que las investigaciones no habían dado frutos. Pero, a pesar de todo, no pierdes la esperanza de que un día se arreste a unos que lleven a los asesinos de tu hermano», afirmó.
Josu compartió con su cuñada, la viuda de Eduardo, Paqui Hernández, esos sentimientos de alivio y alegría. «Estaba muy contenta al principio. Se le veía muy contenta, aliviada. La verdad es que te quita un peso de encima, es un paso más para que podamos hacer el duelo como corresponde y para vivir con dignidad el resto de nuestros días», explicó. Las detenciones de ayer han cambiado sus sentimientos acerca de poder ver a los asesinos de su hermano detenidos y juzgados pero lo que no han modificado es su opinión sobre el futuro de la banda terrorista. «Esa dignidad que daría la confirmación de su participación en el asesinato de mi hermano deberá ser refrendada con la posterior sentencia condenatoria. Que caiga sobre ellos la mayor condena que nuestro ordenamiento jurídico establece y que no haya ningún tipo de beneficio penitenciario para estos terroristas», reclamó.
Tampoco estos hechos cambian su opinión sobre Sortu, el nuevo partido de la izquierda abertzale, sino que su silencio las reafirma. «Esto es lo de siempre. Creo que están perdiendo una oportunidad cada día para demostrar que realmente apuestan por las vías políticas. No han dicho nada ni lo van a hacer», aseguró Puelles, que coincidió con la viuda de Eduardo en afirmar que los miembros de la nueva marca política están «muy tristes». «Sin duda alguna estarán tristes y ojerosos», consideró.
Ahora toca esperar a que las investigaciones policiales den sus frutos y Josu no pierde la esperanza. «Si finalmente son los autores, fijaremos el 1 de marzo como un día de celebración para la familia».
Que van a decir los batasunos, pues a callar como lo que son, cómplices de la barbarie de los asesinos.
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