FERNANDO LÁZARO MANUEL MARRACO / Madrid / El Mundo
El juez Pablo Ruz tomó ayer declaración a varios agentes del Cuerpo Nacional de Policía para tratar de esclarecer las alteraciones del vídeo del chivatazo a ETA. Pero la luz tampoco llegó. Y es que los policías que pasaron por el despacho del instructor, uno tras otro, tampoco ofrecieron explicaciones de por qué esa cinta grabada por la Comisaría General de Información el día 4 de mayo de 2006 en el bar Faisán de Irún tenía dos manipulaciones. En sus informes, la Guardia Civil apuntó que pudieron ser realizados en «tiempo real» y que la hipótesis más factible es que sean intencionados. No obstante, como ocurre en las elaboradas por la Policía, las conclusiones del Instituto Armado tampoco son «concluyentes».
Las dos alteraciones investigadas no coinciden con el momento exacto en el que, según presumen los investigadores dirigidos por el comisario Carlos Germán, se produjo el chivatazo al dueño del bar Faisán, Joseba Elosúa.
Los ocho agentes que declararon ayer que los cortes no se produjeron mientras se realizó la grabación. Los policías, que comparecieron como peritos, defienden que no se produjo ninguna manipulación de la cinta, como apuntan los analistas de la Guardia Civil.
No aportaron explicaciones o razones por las que las cintas de VHS pueden tener esos dos cortes de tres minutos y de 16 segundos, respectivamente, el día del chivatazo.
Los funcionarios, todos ellos de la escala básica, aseguraron que nadie tocó la tecla de stop ni la de pausa durante la grabación de la cinta aquella mañana del 4 de mayo de 2006. Los interrogados estaban a las órdenes de Carlos Germán, jefe del equipo de Información que actuaba contra la trama de extorsión de ETA.
En una pieza que aún mantiene secreta el juez, se ve en dos ocasiones al inspector Ballesteros en el bar Faisán. Ese mando está imputado en la causa como el policía que entregó al cobrador de ETA un teléfono móvil, desde el que el jefe superior del País Vasco le habría alertado de que estaba siendo vigilado.
Los policías no sólo negaron la supuesta manipulación, sino que también advirtieron de que no se produjo rebobinado. Incluso, alguno de ellos se preguntó cómo se puede hacer con tanta precisión un rebobinado de 16 segundos.
Según los informes judiciales, el primer corte se produjo entre las 10.52 y 10.55 horas. El segundo, de 16 segundos, se produjo entre las 11.11.12 horas y las 11.11.28. El chivatazo, según los informes científicos aportados por los investigadores, se produjo a las 11.23 horas.
Tras analizar el vídeo, dos peritos de la Guardia Civil confirmaron el pasado 23 de febrero ante el juez que las interrupciones no fueron «accidentales», mientras que los agentes de la Policía Científica a los que se encargó otra pericia alternativa defendieron que entre las causas de estas interrupciones podría encontrarse el «deterioro».
También comparecieron ayer cuatro expertos de Telefónica Móviles que ratificaron que la supuesta llamada del chivatazo se inició y terminó a través de la red de esa compañía.
Y que van a decir a estas alturas de la enmerdada.
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