lunes, 13 de diciembre de 2010

Eguiguren y el cobrador de ETA se reunieron antes del chivatazo


FERNANDO LÁZARO / Madrid/ El Mundo

El propio Elosua declaró al juez que, la antevíspera de los hechos, Gorka Aguirre le dijo que el presidente del PSE quería contactar con la cúpula de ETA a través de él / Aseguró que se vieron en el bar Faisán y que asistió Madariaga

El presunto responsable del aparato de extorsión de ETA, Joseba Elosua, desveló ante el juez Fernando Grande-Marlaska que mantuvo una reunión en el bar Faisán con el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, en fechas muy próximas al chivatazo policial que recibió el propio Elosua el 4 de mayo de 2006 y que desbarató una operación contra esa trama. Entonces, estaba en plena efervescencia el llamado proceso de paz, las negociaciones del Gobierno de Zapatero con la banda terrorista, en las que Eguiguren participó como impulsor e interlocutor directo.

En esa cita, según el cobrador de ETA, estuvo el ex dirigente etarra Julen Madariaga, imputado inicialmente en la red de extorsión, y de ella tuvo conocimiento el fallecido Gorka Aguirre, responsable de relaciones internacionales del PNV.

Zapatero embustero

Elosua declaró ante Marlaska el 24 de junio de 2006. A preguntas del magistrado sobre algunas conversaciones que mantuvo el 2 de mayo de ese año -48 horas antes de que se produjera el chivatazo- y que fueron grabadas por la Policía, desveló la presencia de Eguiguren en el bar Faisán.

El presunto responsable financiero de ETA aseguró ante el juez que ese mismo 2 de mayo mantuvo una reunión con Gorka Agurre, que le explicó que Jesús Eguiguren «quería hablar con la dirección de ETA sobre un atentado que había habido».

Zapatero embustero

Curiosamente, los investigadores no han aportado al sumario imágenes del encuentro entre Elosua y Eguiguren. En cambio, de varias reuniones entre otros protagonistas del caso Faisán sí han quedado vídeos y fotografías realizadas por los agentes de la Comisaría General de Información. No en vano, el Faisán constituía el epicentro del aparato de extorsión y en él se acumulaba la recaudación del impuesto revolucionario. Se encontraba bajo permanente vigilancia.

De hecho, el sumario está repleto de grabaciones o instantáneas de Elosua con Gorka Aguirre, Julen Madariaga o con el etarra Ramón Sagarzazu, contacto de la banda con el recaudador y dueño del bar. Incluso aparecen las reuniones con empresarios que se presume que acabaron cediendo a la presión de ETA. Pero la Policía no ha aportado ninguna imágen de la reunión con Eguiguren.

En los meses anteriores al chivatazo, el despliegue contra la red de extorsión era enorme. Pero en ninguno de los informes aportados por la Comisaría General de Información al juzgado se consignaron algunos de los datos que puso sobre la mesa Elosua durante su declaración. La Policía no informó al juez de encuentros entre Eguiguren y miembros de la trama etarra.

La operación policial conjunta franco-española contra el aparato de extorsión quedó frustrada inicialmente por la delación. Elosua fue alertado por un policía de que estaba siendo seguido y de que iba a ser detenido en Francia cuando entregara a ETA el dinero de algunos de los empresarios extorsionados.

Un mes después, en junio, el entramado cayó y entre los detenidos estaba Elosua, pero no se le pudo arrestar en el momento exacto en el que se estaba produciendo la entrega a ETA de la recaudación del impuesto revolucionario, como estaba previsto.

La fecha inicial en que se iba a llevar a cabo la operación coincidió también con la visita del entonces líder del PNV, Josu Jon Imaz, a La Moncloa, en la que éste le iba a expresar su apoyo a Zapatero ante el llamado proceso de paz con ETA.

EL MUNDO ya publicó en junio de 2006, en fechas muy próximas a la caída del aparato de extorsión, que la investigación incluía contactos de sus responsables con importantes dirigentes del PSE

En su declaración ante Marlaska, el magistrado también le preguntó a Elosua sobre sus ingresos y éste respondió que disponía de una importante cantidad de dinero en una sucursal del BNP en Hendaya, «que podía tener unos 400 millones de pesetas». También si había constituido una fundación con tres millones de euros denominada Koipa; Elosua no sólo no lo negó, sino que explicó que le dijeron (sin concretar quién) que su dinero peligraba si se enteraba la Hacienda vasca. «Entonces le aconsejaron formar una sociedad y meter los fondos en otro sitio. Que no recuerda la procedencia del dinero pero que puede ser la productividad del negocio, así como la venta de un solar», recoge el secretario judicial en el acta de su testimonio ante el juez.

Un día antes de declarar ante Marlaska, el dueño del bar Faisán lo hizo ante la Policía. «Cuando salía del garaje de su casa durante la mañana del 4 de mayo, conduciendo su vehículo, observó un varón de complexión normal, un metro y 70 centímetros de estatura y aproximadamente entre 35 y 40 años, con el pelo negro, ni corto ni largo, y la tez morena, sin bigote, barba o gafas, que vestía ropa de color azul oscuro -pantalón no vaquero, con cazadora o chaqueta oscura-, continuando entonces su trayecto hasta el bar Faisán, donde se disponía a recoger las facturas del día anterior». El relato es del propio Elosua a los agentes del equipo encargado de investigar el chivatazo.

Ese mismo individuo «entró en su bar, preguntando por Joseba Elosua, a lo que el dicente preguntó si era con él o con su hijo con quien quería hablar. El individuo respondió que quería hablar con el declarante».

Según su relato, este hombre le dijo que «alguien le iba a hablar a través de un teléfono móvil» que le entregó. Y aseguró que su interlocutor le preguntó que si conocía «el momento político actual» y que estaban «en una situación complicada, porque unos quieren que avance el proceso de paz y otros quieren que no siga adelante».

El comunicante, según Elosua, le advirtió de que «había muchos servicios policiales en la frontera» y le informó de que conocía «el encuentro que había mantenido con Gorka Aguirre y Ramón Sagarzazu».

El dueño del bar Faisán afirmó que quien le hablaba le advirtió de que no hablara por teléfono y que no cruzara la frontera porque iban a ir a por él. Y cuando finalizó la conversación, devolvió el teléfono al individuo que se lo había dado.

1 comentario:

  1. Todo el caso Faisán huele que apesta, pero como estos políticos tienen gula, pues no se hará justicia.

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