domingo, 24 de febrero de 2013

Sortu elige como líder a Otegi y reivindica las'luchas del MLNV'


  • ÁNGELES ESCRIVÁ PAMPLONA
  • 24/02/2013 PORTADA/El Mundo


  • Se les prometió que serían legalizados si ETA dejaba de matar y ellos se limitaban a hacer política, y así ha sido. El Consejo Nacional de Sortu está repleto de nombres viejos-nuevos -encabezados por Hasier Arraiz- que se sentaban en la dirección de Batasuna.

    Ayer, a pesar de insistir en que eran nuevos, no pudieron evitar reivindicar su pasado. Porque, de no hacerlo, muchas de sus bases no lo entenderían, los presos se les rebotarían y ellos mismos tendrían que asumir que su trayectoria violenta ha sido un fracaso. Una frase escrita por Arnaldo Otegi resumiría esa situación de herencia, derrota y desafío: «Sonreíd, que ésa es otra forma de enseñar los dientes». 

    En la ponencia política que aprobaron ayer en Pamplona, en su congreso fundacional, hay un párrafo en el que se refieren al asunto de la legalización: «Aunque se temía que el PP, una vez llegado al Gobierno, podría deshacer el trabajo de los meses anteriores, Ayete había puesto un límite y, aunque bajo amenaza y con muchas carencias, se ha podido poner fin al proceso de la ilegalización». 
    De modo que ayer, por 396 votos a favor, cuatro abstenciones y ningún voto en contra, fue nombrado presidente Arraiz; secretario general de Sortu, Arnaldo Otegi, que fue reivindicado porque se encuentra en prisión, y, tras él, están Rufino Etxeberria, Pernando Barrena, Joseba Permach, Juanjo Petrikorena y un largo etcétera de dirigentes que ayer se cuidaron mucho de mencionar a ETA, es decir, de pedirle que se disuelva, pero no tuvieron empacho alguno en hacer recaer todas las acusaciones en el Estado español, intentando una vez más equiparar ambas partes, aunque señalando sólo a una. 

    En primer lugar lo hizo Otegi a través de una carta que fue leída con la habitual parafernalia. Con su cara proyectada en una gran pantalla desde la que decía que Sortu «nace en un estadio en el que aún sigue vigente la violencia de los Estados». Después lo haría en el mitin vespertino de cierre Pernando Barrena, uno de los nuevos-viejos portavoces, al asegurar que el Estado «sigue con la violencia por banda, aplicando una política penitenciaria criminal» y deteniendo a gente» y que el Gobierno de Madrid es un «enemigo declarado de la paz que tanto necesita este país».

    Incluso en los textos que fueron aprobados ayer y que han estado siendo sometidos a discusión durante semanas entre sus bases, se insiste en que la izquierda abertzale es «muy consciente de la violencia estructural aplicada desde los diferentes aparatos del Estado -no sólo la más patente, como es la represión policial-, amparados bajo el sacrosanto principio de la ley y el orden establecidos al servicio del poder», proclama su «insumisión» ante el que llama «falso planteamiento de la violencia exclusiva» de ETA y anima a la «desobediencia civil y política como herramienta de lucha contestataria». 

    Tanto es así que incluso Sortu considera «legítimo el recurso a la reacción defensiva», aunque ahora sin violencia. Sortu, por tanto, inicia una «nueva etapa» que ha sido posible gracias a la «autocrítica» que piensa seguir aplicando y a que «hemos sido rigurosos con nosotros mismos a la hora de realizar todo tipo de reflexiones». Es decir, la violencia es el pasado, pero eso no implica que renieguen de él, aunque empleen todas la sutilezas del mundo.

    En la misma resolución que sirve de base teórica a su primer congreso, los fundadores de Sortu, proclamaron ayer: «Hoy estamos aquí gracias a los avances realizados por el proceso de liberación». Del mismo modo que en la ponencia política se reconoce que «por responsabilidad histórica, la línea política es depositaria y relevo de las evoluciones y experiencias del lucha que el MLNV [del que ETA era la vanguardia] ha venido desarrollando en el proceso de liberación nacional», ha de ser «el faro que recoja la estela referencial de donde venimos» y proyectarse hasta el futuro que en este caso, como destacó Arraiz es la consecución de un Estado independiente, euskaldun, socialista y feminista. 
    Porque superadas las consideraciones relativas a la herencia y a quién tiene el patrimonio de la violencia, el objetivo político de Sortu es claro. Ayer, el nuevo-viejo presidente de Sortu proclamó que «para que este pueblo sea dueño de su destino necesita poder navegar sin límite alguno. Necesitamos un mar de soberanía para Euskal Herria», dijo, y propuso para conseguirlo, con Sortu como «instrumento», acuerdos y alianzas entre partidos de izquierdas y soberanistas. 

    Arraiz (que guardó un perfil argumentalmente bajo, ceñido a las injusticias sociales y económicas), también habló de un «sistema criminal», pero en este caso se refería al «capitalismo salvaje» al que intenta conjurar con una «revolución democrática nacional». Sus modelos mencionados ayer: Venezuela, Cuba, Palestina... 

    No en vano, en recuperación de estas nuevas esencias de izquierdas finalizaron cantando primero La Internacional y luego el Eusko Gudariak.

    Sin duda, quienes recibieron la ovación más cerrada fueron los presos de ETA. Uno de sus portavoces, Kandido Zubikarai, recordó que los presos tienen «prioridad» sobre todas las cosas, porque así «lo ha demostrado el pueblo», acusó al Gobierno español de querer generar «frustración con su inmovilismo» y advirtió de que lo que se estaba poniendo en peligro es la «viabilidad del proceso».

    Por la tarde, Sortu convocó su primer mitin, con la estética de siempre, con coros y danzas, bertzolaris y con teatrillos de escuela con moralina política incorporada. Por el partido sólo intervino el portavoz, Barrena, que parecía una caricatura de sí mismo trocándose en falso perroflauta. «No permitiremos que una casta de políticos manguis nos quiten el trabajo y nos dejen sin casa». Y la denuncia se volvía, de repente, sucia. 

    Toda la dirección de Sortu estuvo comedida y discreta en ese acto. Se limitó a ver con complacencia los vídeos sensibleros de homenaje a los presos de ETA siendo recibidos en sus pueblos, a aplaudir cuando los representantes de partidos amigos (Sinn Feinn, ANC, Organización para la Liberación de Palestina) mandaban «un saludo especial para todos los presos políticos del mundo». Y a callar cuando la grada gritaba «golpear duro hasta el final», el lema con el que se animaba a ETA hasta hace nada

    1 comentario:

    1. Como vamos viendo, son los favores del gobierno por dejar de matar???.
      Con su jefe de filas Otegui el recluso, el puzle ya se va completando. No me negarán que esto es traición a los españoles, hartos de oír de que no se estaba negociando con los asesinos. En fin, estos del pp tampoco se quedan cortos, van siguiendo la ruta establecida de zetaparo y los asesinos, los favores hay que pagarlos.

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