jueves, 10 de febrero de 2011

Sortu se niega a condenar a ETA y a pedir su disolución


ÁNGELES ESCRIVÁ / Madrid/ El Mundo

Sus estatutos plantean alcanzar la paz por «el diálogo y la negociación»

Zapatero embustero

«Sortu es un proyecto nuevo absolutamente, que nace de una ruptura con el pasado, que reniega de la violencia, que rechaza la violencia y no la acepta en absoluto, ningún tipo de violencia. Y ésa es mi respuesta», resolvió Zabaleta. Y cuando se le pidió que condenara de manera retroactiva los asesinatos de la organización, recordó que «el marco legal actual vigente» sólo les exige que lleguen hasta ahí, y no dio un paso más.

El portavoz de la nueva formación de la izquierda abertzale aseguró a los periodistas que hace falta tiempo para ganarse la credibilidad y solicitó «una oportunidad», pero lo cierto es que, aferrándose de forma tan tacaña a los requisitos legales, ayer desperdició la segunda ocasión de las dos que ha tenido para demostrar que Sortu no intenta cumplir sólo con un simple trámite administrativo para estar en las instituciones.

Zapatero embustero

Zabaleta compareció con otras tres apoderadas, Maider Etxebarria, que consta como secretaria general, Carmele Aguirregabiria y Rakel Jausoro. Y se hizo acompañar, para intentar ganar legitimidad internacional, por el integrante del Sinn Fein Alex Maskey y por Bill Bowring, presidente de una asociación de abogados europeos. Pero él y sus dos acompañantes demostraron no tener mucha idea del proyecto en el que Batasuna les ha embarcado, más allá del guión establecido, porque ni precisaron en qué ayuntamientos quieren presentarse, ni quiénes ocuparán los cargos directivos de Sortu. Todo lo dejaron para «su momento oportuno».

Incluso dudan sobre si reunirse con las víctimas. «Entiendo la pregunta, la acepto, es importante y relevante, pero en estos momentos, justo cuando hemos presentado los estatutos en el registro, no podemos avanzar nada más. De alguna forma acepte usted mi respuesta», eludió este profesor de la UPV nervioso y educadamente ceremonioso.

De modo que, a cambio del convencimiento «íntimo» y no instrumental, pero «íntimamente ético» de Sortu; reiterando que ellos, unos desconocidos con una autoridad no demostrada, son los «garantes» del cumplimiento de la Ley de Partidos por parte de los veteranos de Batasuna, y sosteniendo que no son «continuación de nada», pidieron que Interior acepte el registro de sus normas.

Sin embargo, presentaron unos estatutos cuyo contenido sigue, por escrito, el esquema sobre la creación de un Proceso Democrático técnicamente desarrollado por ETA y adaptado por la izquierda abertzale.

En su artículo preliminar se explica que las decisiones adoptadas por la izquierda abertzale después de su proceso de debate interno tienen tres referencias básicas: «En primer lugar, el impulso de un proceso democrático adoptando una posición clara e inequívoca de actuación por vías exclusivamente políticas y democráticas; en segundo lugar, la búsqueda de alianzas políticas y sociales que permitan avanzar hacia un cambio político y social en la senda de la construcción democrática del Estado vasco y, finalmente, el compromiso para contribuir a conformar un escenario de paz y respeto a los derechos de la ciudadanía».

En el capítulo primero Sortu defiende: «Será el respeto al conjunto de los derechos de toda la ciudadanía de este país el que consolide de forma definitiva, a través del diálogo participativo, la negociación y el acuerdo democrático, una paz estable y duradera en Euskal Herria donde mujeres y hombres decidan sin limitaciones ni hipoteca alguna sobre un futuro en un país libre».

Así pues, para el nuevo partido, según sus estatutos, lo fundamental (con ETA presente todavía) es crear un foro de partidos soberanistas que impulse una negociación entre formaciones cuyo fin es conseguir la independencia articulando mecanismos de consulta. Y esa es la situación en la que se podrá decir que se ha alcanzado la paz.

Como señaló Rufino Etxeberria, uno de los padrinos de Sortu, en sus declaraciones a la Cadena Ser el martes, «nosotros entendemos que ETA ha puesto un suelo, unas condiciones sobre las que se tiene que edificar la salida definitiva».

Los estatutos recogen una estructura interna homologable al resto de los partidos democráticos. Ya no se trata de representantes de herrialdes o de mesas nacionales, sino de afiliados que se verán representados en un congreso, una asamblea nacional, una comisión ejecutiva, con un comité de control y una secretaría general.

Maider Etxebarria y el resto de la directiva se constituirán en Comisión Permanente hasta la celebración del congreso constituyente.

OORBYT.es

>Vea hoyen EL MUNDO en Orbyt el análisis de Ángeles Escrivá.

Hay ocasiones en las que los silencios son enormemente delatores. Los apoderados de Sortu, la nueva formación de Batasuna, le negaron a la prensa el derecho a preguntar para no comprometerse en su primera comparecencia.

Ayer, su portavoz, Iñaki Zabaleta, tras presentar sus estatutos en Interior, se atrevió a hablar, pero incurrió en varias omisiones autoinculpatorias en puntos vitales para calibrar la presunta buena fe que mueve a los fundadores de esta formación: se negó a condenar los 858 asesinatos perpetrados por ETA hasta el momento y eludió pedir a la banda que se disuelva y que entregue las armas.Sigue en página 4

MIGUEL M. ARIZTEGUI / Bilbao

Una desconocida nueva cara

Poco se sabe de la nueva cara visible de la izquierda abertzale. Maider Etxebarria Akaiturri es doctora en Geología, aficionada a la montaña, la escalada y... poco más. El afán de Batasuna de hacer que el nuevo partido no pueda vincularse con los anteriores intentos de homologación democrática de la izquierda abertzale ilegalizada le ha llevado a elegir a una desconocida sin perfil público previo como secretaria general. Su única vinculación con la militancia abertzale le viene de parte de padre: José Ramón Etxebarria fue parlamentario por HB y electo por AuB.

El cargo de Maider Etxebarria no tiene precedentes en la tradición organizativa de la izquierda abertzale, hasta ahora estrictamente asamblearia. Concentra en su mano más poder ejecutivo que conocidísimos dirigentes como Arnaldo Otegi, Joseba Permach o el propio Rufi Etxeberria, que no pasaron nunca de ser miembros de la mesa nacional del partido de turno.

La secretaria general de Sortu será la encargada de convocar el congreso constituyente de la formación, que, además de renovar su mensaje de fondo al «rechazar» la violencia de ETA, se ha dotado de una estructura organizativa propia de un partido político que participa en una democracia parlamentaria: tendrá un congreso de más de 300 miembros que se reunirá cada cuatro años, una asamblea nacional, una comisión ejecutiva nacional formada por 25 personas y comités de garantías y control, y también uno de cuentas.

Etxebarria fue ayer la encargada de depositar en el registro de partidos del Ministerio de Interior los estatutos, el acta de constitución y la escritura notarial de Sortu. Es cofundadora del partido junto con Miren Karmele Agirregabiria, José Javier Artola y Rakel Jausoro, quienes constituyen, a su vez, la comisión permanente del partido, informa Efe.

Sortu tiene su primer domicilio fiscal en Bilbao, y sus estatutos cuentan con un título preliminar, disposiciones adicionales y cinco capítulos: bases ideológicas, derechos y deberes de los afiliados, órganos internos, régimen económico y patrimonial, y disolución del partido.

LEYRE IGLESIAS / Zarauz (Guipúzcoa)

«No se es demócrata de un día para otro»

El edil socialista y ex 'poli-mili' Patxi Elola dice que los radicales «no han cambiado»

Patxi Elola, concejal socialista de Zarauz (Guipúzcoa) y jardinero de profesión, fue durante años vecino de Joseba Permach. Cada uno vivía en un extremo de la calle. Un día se cruzó con el dirigente abertzale, su mujer y sus dos hijos. Elola no recuerda la fecha, pero la sitúa en el calendario: «Al día siguiente de que me pusieran los escoltas y dos días antes de que mataran a Juan Mari Jáuregui» [el 29 de julio de 2000, según estas acotaciones]. El edil, custodiado por dos sombras que no le han abandonado en los últimos 11 años, vio cómo su vecino le miró. «Se dio la vuelta y se carcajeó. Se carcajeó de mi situación. Y eso pasó otra vez tiempo después. Así que ahora veo a Permach, en primera línea de la presentación de Sortu, un nuevo proyecto a la democracia... y no me lo creo. Yo no me lo creo».

El concejal de Participación Ciudadana, Barrios, Parques y Jardines en el único gobierno municipal de concentración en Euskadi sabe lo que significa un salto de ese calibre. Patxi Elola fue poli-mili hasta que, a los 20 años, en plena Transición, se integró en Euzkadiko Ezkerra. «Desde entonces he renunciado a la violencia de ETA, y creo que he ido aprendiendo a ser demócrata. Porque el ser antifranquista no significa ser demócrata. No se democratiza uno de un día para otro por decir 'ahora soy demócrata'».

El hoy candidato a alcalde por el PSE fue uno de los promotores de Gesto por la Paz. «En aquellas concentraciones de los años 90 es cuando empecé a enfrentarme públicamente al terrorismo. Era muy duro», recuerda. «Los radicales se nos ponían enfrente y nos insultaban y amenazaban. A mí me llamaban traidor». En 1999 accedió al Ayuntamiento y, tras sólo cuatro meses de concejal, le quemaron su medio de vida: el local donde guardaba su maquinaria para jardinería y también su furgoneta. Todo calcinado. Entonces compartía pleno con Euskal Herritarrok, la segunda marca radical tras Herri Batasuna. «Dijeron que el atentado no había sido reivindicado y que no había pistas».

Hoy sigue despertándose todos los días a primera hora para dedicar la mañana a mantener los jardines de Zarauz y alrededores. Y dice que el atentado le sirvió para darse cuenta de que «la mejor forma de avanzar en favor de la libertad y de la paz era aguantar, no retroceder, enfrentarse al miedo». En los últimos años ha recibido amenazas, pintadas, ha cambiado de domicilio... Debajo de su casa dibujaron su silueta con la cabeza sangrando. Eran vecinos del pueblo. También, según cree, quienes, al menos, dieron la información para localizar su almacén.

Son demasiados años para que quienes le han deseado la muerte o la han procurado, habitantes de la idílica localidad costera donde Karlos Arguiñano graba su programa de cocina, hayan cambiado de un plumazo. «El papel [en referencia a los estatutos de la nueva Batasuna] lo aguanta todo, pero yo no me creo una palabra. Nos han engañado muchas veces y han dado pasos importantes, pero seguimos igual de amenazados que antes. Esto no puede acabarse con borrón y cuenta nueva, sino resarciendo a las víctimas y con vencedores y vencidos».

¿Y si la izquierda abertzale es legalizada? «Los jueces decidirán. Yo no entiendo de argumentos jurídicos, pero a mí me gustaría que estuvieran en las elecciones con todas las de la ley, no con un papel. Porque no veo que la gente que yo conozco personalmente se haya transformado. No he visto en Zarauz ningún reconocimiento del terror». Si, ocho años después, los radicales vuelven a compartir pleno con «los demócratas», dice, lo acatará «por imperativo legal». «Pero no por gusto. A mí no me gusta tener delante a quien quiere lo peor para mí».

Euskadi es pequeño y muchas vidas han dado muchísimas vueltas. Más de 800 se han perdido. Lo peor para Elola ha sido la experiencia de su hijo, hoy de 14 años, a quien ha tenido que sacar en volandas de manifestaciones y piquetes en el centro del pueblo. Con todo, se siente afortunado. A su alrededor han muerto amigos con los que había compartido mantel en el txoko que tiene la sede de Euzkadiko Ezkerra (hoy PSE) en el pueblo: Juan Priede, Joseba Pagaza, José Luis López de Lacalle...

A todos ellos les dedicó ayer su presentación como candidato del PSE a la Alcaldía. «Yo estoy vivo, todavía. Siempre me he cuidado mucho de acatar las medidas de seguridad porque quiero estar vivo el día que esto acabe. Quiero un Zarauz en paz, aunque yo no sea alcalde. Lo dejaré todo y me jubilaré trabajando en lo mío, de jardinero».

JOAQUÍN MANSO / Madrid

Otros tres guerrilleros contra ETA

Otros tres ex miembros de las FARC corroboraron ayer que los etarras José María Zaldua Korta y José Ignacio Olascoaga les enseñaron en varios cursos que se llevaron a cabo desde 2002 a montar bombas que se activaban como las del 11-M: empleando un teléfono móvil como temporizador.

En una declaración por videoconferencia desde Colombia ante el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, los ex guerrilleros, identificados por los alias de 'Adolfo', 'Wilson' y 'César', confirmaron la colaboración entre ETA y las FARC en la selva venezolana y, a diferencia de sus compañeros que testificaron el martes, identificaron a un tercer etarra, según informaron fuentes jurídicas.

Se trata de Ignacio Domínguez Achalandabaso, a quien el juez mantiene procesado y en busca y captura, precisamente, por haber enseñado a terroristas colombianos a montar bombas con móviles en un «curso teórico-práctico de unos 20 días en seis jornadas de dos horas, entre las 16 y las 18 horas», que tenía como objetivo adiestrar a los terroristas en el uso del explosivo C4.

Durante la diligencia, en la que participaron la fiscal Teresa Sandoval y el abogado de la AVT Antonio Guerrero, los ex miembros de las FARC señalaron que los etarras participaban en una misión que dirigía el líder guerrillero identificado como 'Iván Márquez'. Hoy declararán otros tres ex terroristas colombianos, en el marco de la causa que investiga la connivencia del régimen de Hugo Chávez con ETA.

1 comentario:

  1. Lo dicho, los mismos perros con distinto collar.
    Más batusis con cara pintada, pero el gobierno hace la vista gorda y adelante con ellos, y los vamos haber metidos en las instituciones, ya que es el trato en la negociación con los asesinos. Haber cuando sepamos la verdad del 11-M, que eso con el faisán no es nada.

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