jueves, 17 de febrero de 2011

La Policía desvela que hay 9 cintas más del «Faisán» y 4 con cortes


Un informe entregado al juez no descarta una posible «detención manual y voluntaria»

La Policía Científica ha constatado la existencia de cortes en cuatro de las otras nueve cintas grabadas por el operativo policial en el «bar Faisán» de Irún que le ordenó analizar el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz.



17 Febrero 11 - Madrid - Ricardo Coarasa/ La Razón.es

Las imágenes se tomaron en los días anteriores y posteriores al supuesto «chivatazo» que frustró una operación contra el «aparato de extorsión» de ETA, e incluso en el mismo día en que se habría producido el soplo, el 4 de mayo de 2006. En este caso, los dos funcionarios policiales que realizaron el informe (remitido al juez el pasado día 9) creen que esos lapsus en la grabación pudieron ser causados por la «detención manual y voluntaria de la grabación, accidentalmente por desconexión voluntaria del cableado, falta de alimentación, etc. o por deterioro o mal funcionamiento». En sus conclusiones, sin embargo, no se decantan por ninguna de esas hipótesis, dado que especifican que no «existen elementos que apoyen una de las tres explicaciones en detrimento de las dos restantes».

Al margen de esas nueve cintas, la Guardia Civil ya informó de que los cortes de más de tres minutos de la grabación principal (que recoge el tramo horario en el que supuestamente se produjo la delación policial) no habían sido accidentales. Y eso que el equipo investigador encabezado por el ahora comisario Carlos G. informó al juez en su día de que la cinta no estaba manipulada y había sido regrabada, descartando que los cortes pudiesen achacarse «a ninguna manipulación».

El informe concluye que las partes no grabadas «no contienen ningún tipo de imagen y, por tanto, no hay posibilidad de recuperar» instantánea alguna al tratarse de cintas vírgenes. Del mismo modo, señala que el material grabado «no difiere sustancialmente de las imágenes contenidas en la cinta analizada con anterioridad» (rotulada con el número 122 y correspondiente a las horas clave del chivatazo). Los dos funcionarios también apuntan que la lengüeta de protección «se encuentra intacta por lo que podrían realizarse sobre dicha cinta posteriores grabaciones».

Los lapsus detectados

Los cortes se han constatado en cuatro cintas (ver gráfico). En la tercera (1 al 2 de mayo), en la que se aprecian «movimientos de zoom», existen dos grabaciones: la primera, de casi tres minutos, y la segunda, que discurre entre las 18:49 del 1 de mayo y las 11:07 del día siguiente.

En la cuarta (grabada el 5 y el 6 de mayo de 2006, en los días inmediatamente posteriores al supuesto chivatazo) existen dos grabaciones: una de apenas cuatro segundos y otra que empieza a las 10:45 del día 5 y concluye a las 10:24 del día 6. El corte en la grabación se prolonga hasta las once de la mañana de ese mismo día.

Lo mismo sucede con la cinta número 6. Una de las grabaciones empieza a las 10:55 del 7 de mayo y se prolonga hasta las 10:29 del día siguiente y la segunda discurre entre las 10:50 del día 8 y las 10:50 del día 9. El corte, en este caso, sería de casi veinte minutos.

En la última cinta existen tres grabaciones según certifica la Policía Científica. La primera comienza a las 8:43 del 3 de mayo (el día antes de la supuesta delación que alertó a la banda terrorista) y sólo dura ocho segundos. Después hay una grabación de 19 segundos con la imagen «no vídeo». La segunda, tras un lapsus de ocho minutos, empieza a las 8:51 de ese mismo día y termina a las 19:32 minutos. La tercera se prolonga entre las 9:58 y las 19:32 (aunque de no tratarse de un error en la transcripción de los datos estaría prácticamente duplicada con la anterior).

Según el informe, el encuadre, distancia de la cámara, plano y movimientos del operador «son similares» en estas nueve cintas y en la analizada anteriormente. Del mismo modo, en todas las grabaciones «la cámara se asienta sobre un soporte que le da estabilidad».

Respecto a la cinta clave del «caso Faisán», otro informe policial incorporado a la causa constata que la Guardia Civil no pudo entrevistar, como era su deseo, al operador del sistema de videovigilancia del operativo porque, como ayer informó este periódico, el equipo de investigación conjunto encabezado por Carlos G. mantiene que «ha sido imposiblet» porque aquel día «más de 20 personas» pudieron manipular el equipo de grabación. Asimismo, en ese mismo oficio mantiene que las cámaras se apagaban por la noche y que las cintas se reutilizaban «pero previamente se borraban con electroimán».



La grabación clave estuvo bajo llave en un despacho de la UCI

El informe policial que detalla al juez Ruz la cadena de custodia de la cinta con las grabaciones de las horas clave del «caso Faisán» certifica que la misma estuvo custodiada por cinco agentes y que se guardó en una caja metálica con cerradura antes de ponerla a disposición judicial.En ese oficio remitido a la Audiencia se constata que la cinta fue extraída de la cámara y rotulada con el número 122 en presencia del responsable del operativo en Guipúzcoa el 4 de mayo de 2006, día del supuesto soplo.Posteriormente, según el acta de la cadena de custodia, el mismo funcionario introdujo la cinta VHS en el interior de un sobre «que él mismo rubrica y cierra y que permanece en su poder en todo momento».Unos días más tarde, desplazado hasta Madrid, entrega el sobre «aún cerrado» a otro funcionario, jefe del equipo conjunto de investigación, en las dependencias de la Comisaría de Información.Este mando policial, sin abrir el sobre que contiene la cinta VHS, lo introduce «en una caja metálica con cerradura ubicada en uno de los cajones de la mesa del despacho que entonces ocupaba como jefe de Sección de la Unidad Central de Inteligencia (UCI)».

La llave de esa caja metálica, añade, «se encontraba únicamente en poder» de ese mismo funcionario. La cinta VHS permanece siempre, según el acta, en dicha caja metálica, «salvo en los momentos en que, con fines indagatorios, fue necesario proceder a su visionado», un proceso –recalca– que siempre fue llevado a cabo «bajo el control exclusivo» de cinco funcionarios policiales (entre ellos los dos reseñados), integrantes del equipo investigador seleccionado por el instructor, hasta que fue entregada al Juzgado.

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