lunes, 7 de febrero de 2011

Batasuna busca su decimotercera 'resurrección'


LEYRE IGLESIAS / Bilbao/ El Mundo

En 2007 ya prometió que su marca ASB cumpliría a rajatabla la Ley de Partidos

Zapatero embustero

La turbulenta historia de la formación política que nació como Herri Batasuna en mayo de 1978 es una sucesión de nombres surgidos al calor de la ilegalización judicial y de su necesidad económica y estratégica de estar presente en las instituciones autonómicas, forales, municipales y europeas para no perder su menguante apoyo social.

HERRI BATASUNA (1978). El acoso judicial al rostro político de ETA arranca el 1 de diciembre de 1997, cuando el Tribunal Supremo condena a siete años de cárcel a 23 dirigentes de la Mesa Nacional de Herri Batasuna (HB) al considerar probado que habían colaborado con la organización terrorista. Catorce años después, Rufi Etxeberria, uno de aquellos líderes encarcelados, que entonces contaba 38 años -hoy 52-, pretende otorgar rango oficial a la decimotercera reconversión de la izquierda abertzale.

EUSKAL HERRITARROK (1998). La primera resurrección nominal, aunque efímera, se llamó Ciudadanos Vascos. En los tiempos del Pacto de Lizarra, con la Mesa Nacional de HB en prisión y tras el cierre de Egin, los radicales presentan una plataforma electoral que suma a partidos de izquierda como Batzarre y Zutik. En las autonómicas de 1998 logran su mayor éxito, 14 escaños en el Parlamento. Con su apoyo en forma de pacto de Gobierno junto con EA, Juan José Ibarretxe toma Ajuria Enea, aunque nueve meses después, el lehendakari rompe el acuerdo tras los asesinatos del socialista Fernando Buesa y su escolta. Los peores resultados de su historia en los comicios de 2001 -pasa de 14 a siete escaños- marcan al brazo político de ETA, que, con 22 años recién cumplidos, inicia al mes siguiente un camino de reconversión con el que sus líderes pretenden construir un partido autónomo de la banda capaz de atraer a todos los soberanistas e integrar en un único partido a los vascofranceses Abertzaleen Batasuna (AB) y a la corriente crítica que entonces era Aralar.


BATASUNA (2001). Pero la influencia de los duros pesa más. Pierden las tesis no oficiales que reclamaban una tregua y la preponderancia de la acción política. La nueva marca, Batasuna, se convierte en un mal calco de HB. Eso a pesar de que Arnaldo Otegi apuesta por una frase que en estos últimos tiempos ha sido defendida como un cambio de discurso: el respeto de «todos los derechos de todos los ciudadanos en el conjunto de Euskal Herria». El 26 de agosto de 2002, Baltasar Garzón ordena la suspensión de sus actividades durante tres años y la clausura de sus locales. En noviembre, imputa a 22 miembros de la cúpula un delito de pertenencia a ETA. El proceso contra Batasuna avanza entre enero y marzo de 2003, cuando el Supremo dicta sentencia: ilegaliza a Batasuna, EH y HB y ordena el cese de sus actividades.

SOZIALISTA ABERTZALEAK. Los 7 parlamentarios de Batasuna adoptan entonces el nombre de Sozialista Abertzaleak (Patriotas Socialistas). En mayo de 2003, el Supremo acuerda su disolución al entender que, por mucho que cambiara su nombre, se trataba del mismo grupo que Batasuna tenía en el Parlamento. Arranca el caso Atutxa cuando el presidente de la Cámara se niega a expulsarles.

AUTODETERMINAZIORAKO BILGUNEA (2003). Mientras tanto, el partido reúne 50.000 firmas para presentarse a las elecciones municipales de mayo de 2003 bajo el nombre de Plataforma por la Autodeterminación (AuB). La mayoría de sus listas son anuladas al considerar la Justicia que son sucesoras de las marcas ilegalizadas, de forma que se impone el voto nulo.

HERRITARREN ZERRENDA (2004). Sin apenas tiempo, la izquierda radical presenta en mayo de 2004 su opción para concurrir a las elecciones europeas: Herritarren Zerrenda (HZ), una lista de 54 personas avalada por 49.000 firmas. La candidatura es anulada porque el Tribunal Supremo entiende que forma parte de la estrategia diseñada por ETA.


AUKERA GUZTIAK (2005). A las autonómicas de abril de 2005 los radicales intentan acudir al abrigo de una agrupación de electores llamada Aukera Guztiak (Todas las opciones), apoyada por 33.000 personas. El Supremo anula la lista por considerarla, de nuevo, heredera de HB y brazo político de la banda terrorista.


PARTIDO COMUNISTA DE LAS TIERRAS VASCAS (2005). El plan B sí produce el efecto esperado. La sorpresa se denomina Partido Comunista de las Tierras Vascas (PCTV o EHAK en euskara), un partido que se había inscrito en el registro de formaciones tres años atrás, un mes después de que Garzón iniciara los trámites para ilegalizar a Batasuna. El PCTV consigue sortear la Ley de Partidos recurriendo a candidatos no contaminados y logra nueve asientos en el Parlamento de Vitoria, dos más de los que ostentaba EH. Una vez iniciada la legislatura, la formación acaba incorporando a su nómina a ex dirigentes de Batasuna y asumiendo sus tesis. El brutal atentado de la T-4 en Barajas (para muchos, el principio del fin de la notable hegemonía interna de la izquierda abertzale) despeja las dudas que pudieran quedar sobre ellos. Lejos de condenarlo, expresan su «solidaridad» hacia los dos ciudadanos ecuatorianos fallecidos en la salvaje explosión que, sólo oficialmente, acabó con la negociación entre el Gobierno y ETA.


ABERTZALE SOZIALISTEN BATASUNA (2007). Llegan las elecciones municipales y forales de mayo de 2007 y la primera decisión de la izquierda abertzale es crear Abertzale Sozialisten Batasuna (ASB), cuyos líderes aseguran que cumplirán escrupulosamente con la Ley de Partidos. El Supremo prohíbe su inscripción en el registro porque existen «indicios suficientes» para concluir que ASB es una «sucesión de Batasuna».


ABERTZALE SOZIALISTAK (2007). Mientras se dirime ese proceso, los radicales promueven, una vez más, un plan alternativo: concurrir a los comicios a través de agrupaciones electorales bajo la marca de Abertzale Sozialistak, siempre precedida por el nombre de la localidad correspondiente. Las 246 listas que presentan tras una recogida de firmas municipio por municipio son anuladas, primero por el Supremo y después por el Constitucional.

ACCIÓN NACIONALISTA VASCA (2007). El tercer plan para 2007 es Acción Nacionalista Vasca (ANV), un partido antiguo que sirve de ideal Caballo de Troya para Batasuna. ANV se presenta a las municipales y no es ilegalizada hasta septiembre de 2008. El Supremo ordena el cese de sus actividades como partido, pero no impide que sus concejales continúen en sus cargos en los ayuntamientos como ediles no adscritos a ningún partido.


DEMOKRAZIA HIRU MILIOI (2009). Las últimas elecciones autonómicas que condujeron al socialista Patxi López hasta la makila de lehendakari no cuentan con la presencia de los radicales, cuyos líderes ven cómo el Tribunal Supremo anula tanto las listas de D3M (Democracia 3 Millones) como las de su otro plan para los comicios, Askatasuna.

ASKATASUNA (2009). El partido Askatasuna -Libertad, en euskara- fue inscrito en el registro de partidos políticos del Ministerio del Interior en 1998. No será hasta febrero de 2009, tras intentar utilizarlo la antigua Batasuna, cuando la Audiencia Nacional ordena suspender sus actividades. Los radicales sí logran poco después que su electorado vote a la Iniciativa Internacionalista del intelectual Alfonso Sastre, que logra concurrir a los comicios europeos después de que el Tribunal Constitucional anulara la decisión del Supremo de impedir la candidatura. Desde entonces, la izquierda abertzale concede ruedas de prensa sin problemas, simplemente, como Izquierda Abertzale.

ÁNGELES ESCRIVÁ / Madrid

Batasuna pone a prueba la firmeza del Gobierno

Jáuregui y Cospedal coinciden en señalar que tendrán que 'acreditar con el paso del tiempo' su alejamiento de ETA

El abogado de la izquierda abertzale Iñigo Iruin realizará una explicación de los aspectos legales del texto, mientras Rufino Etxeberria, que fuera miembro de la Mesa Nacional de Batasuna, desarrollará el alcance político de su apuesta realizando una declaración sin precedentes en la que insistirá en su apuesta por las «vías exclusivamente políticas» y «rechazará» las acciones violentas que ETA pueda cometer en el futuro.

Es cierto que Batasuna nunca ha dado un paso de semejante entidad, pero también es cierto que la fórmula que sus dirigentes han sometido a debate interno en los últimos, la del «rechazo» sobre lo que pueda ocurrir en el futuro, esconde la búsqueda de una salida legal que elude la beligerancia contra ETA todavía en activo, sin pedirle que se disuelva y sin asumir que las decenas de atentados del pasado se llevaron a cabo con una connivencia del brazo político de la organización que éste quiere superar con un simple borrón y cuenta nueva.

En estas circunstancias, el Gobierno tiene que decidir cuál es su estrategia, habida cuenta de que es el Ejecutivo el que, haga lo que haga, tiene que aportar las pruebas que permitan, primero a la Fiscalía y luego a la Justicia, tomar una decisión. En primer lugar, y respecto al registro de la nueva marca, el Gobierno ya ha anunciado que remitirá al Ministerio Público los estatutos que la izquierda abertzale presente el próximo miércoles en las dependencias del Ministerio del Interior. Dado que se espera que sean jurídicamente impecables y avalados por apoderados anónimos que no contaminen la nueva marca, pueden ser importantes los «indicios racionales de ilicitud del partido» y «elementos probatorios» de esos indicios que, según el artículo 5.2 de la Ley de Partidos, han de ser puestos en conocimiento de la Fiscalía por parte de Interior.

El siguiente paso sería el de la solicitud de ilegalización. Destacados miembros del Gobierno reflexionaban hace unos días sobre la dificultad jurídica que podría suponer, para fundamentar un recurso con este objetivo ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo y después ante el Constitucional, que la izquierda abertzale escenificase hoy ese rechazo del terrorismo futuro de ETA.

Sin embargo, ayer, tanto el ministro de la Presidencia, Ramón Jauregui como la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal coincidieron en afirmar que la legalización de la nueva marca de Batasuna no puede depender de declaraciones coyunturales.

En declaraciones a la Cadena SER, Jauregui aseguró que no creía que una declaración política pueda resolver la afirmación política establecida por los tribunales de que Batasuna es ETA. El ministro de la Presidencia admitió que para cambiar esta situación haría falta «un pronunciamiento expreso» por parte de Batasuna que la distanciara de la banda terrorista. Pero a esta condición añadió que, «manteniéndose vigente ETA, y aunque ésta ratifique el alto el fuego, ellos han de romper definitivamente; no con una formulación jurídica coyuntural, sino con una práctica, con una trayectoria, que confirme su alejamiento». «El Supremo acabará diciendo que hace falta un proceso que acredite con el paso del tiempo» ese posicionamiento, argumentó.

Poco después, Cospedal fue más tajante si cabe al asegurar que «el PP no va a consentir de ninguna manera» que Batasuna se presente a las elecciones. «Como llevan 50 años matando tendrán que demostrar durante mucho tiempo que, de verdad, quieren comportarse como demócratas y que condenan el terrorismo». La dirigente del PP sostuvo que su partido «tiene muy claro que ETA debe disolverse y entregar las armas» para que cualquier otra cosa sea posible. Y recordando el decimoquinto aniversario del asesinato de Fernando Múgica, añadió que «lo único que interesa a quienes creen en el país y en la democracia es que pidan perdón a las víctimas».

OORBYT.es

>Vea hoyen EL MUNDO en Orbyt el análisis de Ángeles Escrivá.

Batasuna pondrá de nuevo a prueba la firmeza del Gobierno con la presentación de una marca que será registrada el próximo miércoles en el Ministerio del Interior.

El primer paso tendrá lugar hoy en el Palacio Euskalduna de Bilbao, donde dos personas tan inequívocamente ligadas al partido ilegalizado como el abogado Iñigo Iruin y el ex miembro de la Mesa Nacional, Rufino Etxeberria, se adueñarán una vez más sin ningún impedimento del espacio político para presentar los estatutos del partido.

Sigue enpágina 4

LEYRE IGLESIAS / San Sebastián

«Todos saben que estarán en las elecciones»

Urkullu afirma que «nadie» debería impedir que se presente la izquierda 'abertzale'

El PNV no sólo confía en que la izquierda abertzale radical llegará a las urnas, sino que advierte de que casi es un hecho consumado y que el Gobierno así lo considera. «Pese a todo lo que vamos a tener que ver a partir de mañana [por hoy]», proclamó ayer Iñigo Urkullu ante los centenares de militantes que le escuchaban en el Kursaal, «estar en las elecciones van a estar». «Y eso lo sabemos todos. Lo saben ellos, lo sabe el Gobierno español, lo sabe el PP y lo sabe toda la sociedad», insistió.

El dirigente del PNV expresó con contundencia que si «cumplen con las leyes y las sentencias, nadie debería impedirles terminar con lo que han empezado». Si cumplen, «deben estar, ¡deben estar!», zanjó, elevando el tono y provocando aplausos.

Urkullu realizó este discurso como colofón al acto de presentación de su candidato a la reelección como diputado general de Guipúzcoa, Markel Olano. Una plaza complicada la guipuzcoana, donde los resultados del PNV y su capacidad de gobernar dependerán en buena medida de los junteros que pueda captar la izquierda radical, a la que Olano ha incluido como una opción electoral más en su primer sondeo sobre intención de voto.

Eso sí, aunque Urkullu se mostró decidido a reclamar la participación abertzale, también matizó. A su juicio, deben concurrir «bajo sus propias siglas y no con recursos a planes B o C, ni con plataformas ni pidiendo el voto para otras siglas».

El PNV -aunque a través de segundos espadas y «por cortesía»- es uno de los partidos que acudirá hoy a la presentación de la nueva marca abertzale, que correrá a cargo de Rufi Etxeberria y del abogado Iñigo Iruin en el Palacio Euskalduna de Bilbao. Tras un despliegue de 500 invitaciones organizado por la red Lokarri, sólo faltarán cuatro formaciones : PSE, PP, UPyD y Hamaikabat, sigla escindida de Eusko Alkartasuna ante su alianza con Batasuna.

Sí enviarán su propia delegación EA, Aralar, Alternatiba, Ezker Batua y los vascofranceses Abertzaleen Batasuna, además de los sindicatos nacionalistas ELA, LAB, STEE-EILAS, ESK e Hiru. Dos miembros de CCOO irán a título personal, mientras que UGT declinó la invitación.

La izquierda abertzale ha prometido que los estatutos de su nueva formación se ajustarán a la Ley de Partidos, aunque se ha estado especulando sobre la posibilidad de que recojan un rechazo literal a la violencia de ETA. El diario Gara no desveló ayer este extremo, pero sí adelantó que el nuevo partido abre por primera vez la posibilidad de contar con afiliados, y que habrá un Congreso Nacional de al menos 300 delegados que marcará las principales líneas de acción del partido. La formación se completaría con otros órganos como la Asamblea Nacional y una Ejecutiva de 25 personas.

1 comentario:

  1. Lo dicho, estarán en las instituciones. No se para que tanta farsa, que si no que si tal y tal, si van a estar.

    ResponderEliminar