sábado, 27 de marzo de 2010

Escuchar a Mayor Oreja



27.03.10 - 09:06 -
TOMÁS MARTÍN TAMAYO |

Mariano Rajoy dice que en materia de terrorismo es necesario escuchar a Jaime Mayor Oreja y yo creo que en lo que respecta a Mayor Oreja, es necesario escuchar a Mariano Rajoy. Ignoro los datos que baraja el ex ministro del Interior para denunciar una coincidencia de intereses electorales entre el Gobierno y ETA pero, si no se ha vuelto majarón en los últimos meses, Mayor Oreja no es de los que se tira a la piscina sin agua y, hasta ahora, siempre ha dicho mucho menos de lo que sabe. De todos modos, creo que el Gobierno, sus voceros y adláteres a sueldo por peonadas televisivas, lo tienen muy fácil para desmentirlo: anular el acuerdo parlamentario por el que el Congreso de los Diputados daba su placed al diálogo con los terroristas etarras. ¿Por qué lo mantienen vivo y por qué, pese a los atentados de ETA, guarda el Gobierno ese as en la manga?
Además, la verdad de la aseveración de Mayor Oreja va a verse dentro de unos meses, porque él no ha denunciado una connivencia general entre los terroristas y el Gobierno y la ha circunscrito, exclusivamente, a los intereses electorales, para que los sicarios de ETA puedan concurrir a las elecciones autonómicas y municipales y, como contraprestación, ETA y sus sicarios se mostrarían 'dulces' durante la campaña de las elecciones generales, ofertándole a José Luis Rodríguez Zapatero la posibilidad de apuntar en su haber un inexistente desarme de la banda y presentarse así ante el electorado. Si es mentira se verá en unos meses y si es verdad, también. Pero mientras en el Congreso se mantenga la posibilidad, nadie se puede extrañar de un nuevo 'golpe de efecto', porque Rodríguez Zapatero llegó como llegó y eso no lo podemos olvidar.
¿Tenemos que rajarnos las vestiduras por lo que ha dicho Jaime Mayor Oreja, sabiendo, como sabemos, que desde alguna alta institución del Estado se avisó a los terroristas de ETA para que no acudieran a la encerrona que las Fuerzas de Seguridad le tenían preparada en el bar El Faisán? ¿Alguien puede ser tan crédulo como para aceptar que eso lo hizo un policía sin obedecer una orden concreta de las alturas? ¿Por qué se ponen tantos impedimentos para que ese repugnante asunto no pueda esclarecerse? ¿Por qué desde el Gobierno de Zapatero se cierran filas en torno a Baltasar Garzón, tan denostado ayer por el Gobierno socialista de Felipe González? ¿Por qué el Consejo General del Poder Judicial, tan diligente y puntilloso con otros jueces, a los que separó de la carrera judicial por estar imputados en una sola causa, sigue dilatando su decisión con un Garzón con tres imputaciones a sus espaldas? Y la pregunta del millón: ¿Cuándo le van a quitar a Garzón las indagaciones de el caso 'El Faisán'?
Mientras las interrogantes se mantengan, nadie puede culparnos de suspicaces y tampoco de que alguno hagamos nuestra la aseveración de Pedro Pacheco. Si la Justicia española es hoy centro de todas las desconfianzas, es porque, al margen de los buenos jueces, se muestra lenta, ineficaz, sectaria y acomodaticia. De momento, yo escucho a Jaime Mayor Oreja.

1 comentario:

  1. Bien dicho, efectivamente así es. Yo también escucho a Mayor Oreja.

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