miércoles, 16 de octubre de 2024



 

 

SER 100

Los agentes del TEDAX-NRBQ en Córdoba: preparación permanente contra amenazas desconocidas

Los agentes especializados neutralizaron 'a mano' una bomba de la Guerra Civil que fue dañada durante una obra en pleno casco urbano, una de las intervenciones "más complejas" en las que han participado

Córdoba 16/10/2024

"No hay rutina". Este es, al mismo tiempo, el mayor temor y el mayor estímulo de un agente del TEDAX-NRQB, reconoce José Cuadrado, jefe de esta especialidad en la Policía Nacional de Córdoba. Su teléfono no suena todos los días, pero cuando lo hace, es grave, pues la misión de su equipo pasa por la detección e intervención de artefactos explosivos e incendiarios, así como todo tipo de sustancias de carácter nuclear, radiológico, biológico o químico.

Dependientes de la Brigada de Información, el número de especialistas en Córdoba es un dato secreto, pero dos de sus integrantes se enfrentaron a finales de agosto a la intervención de neutralización de explosivos "más compleja de nuestra trayectoria", aseguran. Y eso que en su palmarés hay hitos en la lucha antiterrorista o el control de vertidos peligrosos.

Son el subinspector David Ruiz y el policía José Antonio Moreno. Entrenan a diario para manejar las situaciones más complejas a contrarreloj en materia de desactivación de explosivos, pero cuando acuden hasta el sitio del incidente, nunca saben qué van a encontrar. Y en las obras que el ayuntamiento de Córdoba está realizando para la edificación de un tanque de tormentas frente al centro comercial El Arcángel, encontraron lo peor.

 

Se trataba de un proyectil del calibre 107 milímetros con dos kilogramos de alto explosivo listo para detonar, que había quedado enterrado durante la Guerra Civil. "No es extraño", dicen los especialistas, acostumbrados a eliminar amenazas del conflicto nacional. Pero en este caso una excavadora había tocado la bomba con su pala, dañándola severamente. "La espoleta estaba destrozada", rememora David Ruiz, "y es una parte fundamental para hacer el trabajo con éxito y seguridad".

"Estabilidad y control emocional, capacidad de concentración, análisis y toma de decisiones" son las virtudes mínimas que la Policía exige a los TEDAX durante un proceso de formación considerado de los más exigentes del cuerpo. Dura quince meses y las prácticas son continuas, pero el curso habilitante —al que solo pueden acceder policías con más de dos años de servicio y con unas cualidades muy concretas— es solo un preámbulo de una vida dedicada a ensayar. La diferencia es que, en su caso, un mínimo error siempre cuesta la vida.
 
 

Esta intervención en Córdoba parecía una prueba dentro del curso de formación, en el que le complican al agente la situación todo lo posible para retarlo. Todo lo que podía estar mal, lo estaba. Mente fría y capacitación previa permitieron una resolución ejemplar

—  José Cuadrado, jefe de la especialidad TEDAX-NRBQ en Córdoba

Este verano, Moreno y Ruiz tuvieron que volcar todo su conocimiento en pleno balcón del Guadalquivir. "Siempre intentamos actuar a distancia con nuestro robot, o realizar una detonación controlada en un sitio seguro", detallan los efectivos, pero en este caso era imposible por los daños en el proyectil. Hacerlo explotar "hubiera requerido la evacuación de una zona muy amplia y habría tenido afectación a kilómetros a la redonda en pleno casco urbano de la ciudad".

Tocaba trabajar 'a mano' y en equipo. La presión a la que están sometidos estos operativos, unida a las altas temperaturas y el equipo de protección con el que van protegidos hace que tengan que turnarse en las intervenciones. "Somos una familia pequeña, pero una familia", recuerda el jefe de la especialidad, quien agradece que "aunque uno de mi efectivos esté de descanso, si este dichoso teléfono suena, todo el mundo está disponible para intervenir —es decir, para jugarse la vida— de forma voluntaria".

 

Y es que los TEDAX-NRBQ nunca van solos. A la presencia de un compañero de la misma especialidad siempre se suman unidades de apoyo de Seguridad Ciudadana, UPR, o lo que sea necesario. Fuentes de la comisaría provincial reconocen que "cuando los llaman a ellos es porque nadie más puede controlar la amenaza, así que todos nos ponemos a su servicio". También cuentan con asistencia remota, pues los 28 equipos de desactivación de explosivos que la Policía Nacional tiene por toda España "están perfectamente conectados y compartiendo Inteligencia, conocimientos e información" para hacer frente a cualquier incidente, concreta José Cuadrado.

Sin embargo, las amenazas de seguridad son cada día más globales. "Lo que ocurra en cualquier parte del mundo es susceptible de ocurrir aquí", recuerda José Antonio Moreno, así que ese sistema de intercambio de técnicas se ha ampliado a nivel internacional, gracias a la conexión directa con otras fuerzas de seguridad del Estado, otros cuerpos policiales o la red de cooperación que suponen Europol e Interpol.

 

Del TEDAX sales cuando te jubilas, porque aunque suene raro, nos encanta nuestro trabajo. Sabemos lo que nos jugamos aunque no lo pensamos permanentemente.

—  David Ruiz, subinspector del TEDAX-NRBQ en Córdoba

La lucha contra el terrorismo de ETA ha concedido a los TEDAX una amplia experiencia con 'fuego real', pero ese bagaje no basta. "Tenemos que estar actualizados permanentemente", dice Ruiz, "porque además en Internet hay mucha información que puede poner en riesgo la seguridad nacional". De este modo, su labor no se circunscribe a la reacción ante una amenaza, sino a la prevención, control y seguimiento de sustancias peligrosas, explosivas e incendiarias.

Así, la integración de estos efectivos dentro de las brigadas de Información no es casual. En nivel alto de alerta antiterrorista, los agentes aseguran que hay artefactos explosivos que se han sofisticado y otros que son incluso más rudimentarios que cuando empezaron a desempeñar su labor.

Por ello, dicen, parte de su trabajo consiste en hacer "ingeniería inversa". Es decir, recorrer el camino contrario al que hizo el diseñador de un dispositivo pensado para matar. En el caso de la bomba localizada en la obra cordobesa, se trataba de un dispositivo profesional manufacturado en una fábrica de armamento, pero las amenazas de fabricación casera son "un reto del que nunca paras de aprender".

Desde su fundación en el año 1975, los TEDAX han participado en la neutralización de explosivos confeccionados por ETA, el IRA, el Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC) o el Exercito Guerrilleiro do Pobo Galego Ceibe, entre otros. El número de intervenciones en los últimos 49 años es secreto, aunque en 2005 se cuantifico en más de 350.000 actuaciones en todo el territorio nacional.

EL PRIMER AGENTE DEL TEDAX FALLECIDO EN ACTO DE SERVICIO ERA CORDOBÉS

En esta especialidad, "el primer error es el último", sentencia el jefe de equipo. Y la historia deja un triste número de bajas en el seno de los TEDAX. La primera de ellas fue la del cordobés Rafael Valdenebros, a los 28 años de edad.

El 23 de febrero de 1978 acudió a desactivar un explosivo que había colocado el MPAIAC en una sucursal bancaria de Tenerife. Ocho cartuchos de Goma-2 esperaban a a los agentes. Según recoge el Colectivo de Victimas del Terrorismo (COVITE), cuando Valdenebros intentó trasladar la bomba para cubrirla con una manta, detonaron.

Pasó 13 días ingresado en el hospital hasta que finalmente falleció el 9 de marzo, dejando atrás mujer y dos hijos. Sus restos yacen en el cementerio de San Rafael de la capital cordobesa.

"PREFERIMOS ACUDIR A UNA 'FALSA ALARMA' A QUE ALGUIEN MANIPULE EL ARTEFACTO"

José Cuadrado pertenece a los TEDAX-NRBQ desde el año 2003. A día de hoy, dice que "no es un trabajo, porque nos encanta lo que hacemos, aunque suene raro". Su papel como jefe del equipo pasa por la coordinación de efectivos, la evaluación permanente de los informes de Inteligencia que llegan hasta la comisaría y también la formación de nuevos policías que ingresan en la especialidad.

Los protocolos que a nivel interno se activan en la Policía Nacional para que se movilice a un equipo TEDAX son diversos; y en su mayoría, de carácter reservado. Sin embargo, Cuadrado sí hace un llamamiento a la ciudadanía: "ante el hallazgo de un artefacto explosivo, es fundamental que nadie manipule, que todo el mundo se aleje y se llame al 091 o al 112".

jueves, 10 de octubre de 2024

 

 


 

 DIARIO DE CÁDIZ

09 de octubre 2024

Policías nacionales despiden al jefe de los Tedax en Cádiz por su jubilación

Un grupo de agentes realiza un pasillo al subinspector Francisco Velasco en homenaje

Se le entregó como recuerdo la bandera nacional que ondeaba en la Comisaría Provincial

Cádiz/Un grupo de agentes de la Policía Nacional encabezado por el comisario provincial Santos Bernal rindió el pasado martes 8 de octubre un homenaje al subinspector Francisco Velasco con motivo de su último día de trabajo como Jefe del TEDAX-NRBQ de la Comisaría Provincial de Cádiz.

El subinspector Velasco entró en la Policía Nacional en 1981 y su primer destino fue en la Jefatura Superior del País Vasco, donde estuvo más de una década hasta su traslado a la Comisaría Provincial de Cádiz en 1993 para formar parte de la especialidad TEDAX-NRBQ. Durante su larga trayectoria profesional, cabe destacar que desde 2000 se hizo cargo de la Jefatura Provincial de la especialidad TEDAX-NRBQ.

El pasado martes se le realizó un pasillo de honor y se le entregó como recuerdo la bandera nacional que ha estado ondeando en los últimos días en el edificio de la Comisaría Provincial de Cádiz. 

 

miércoles, 11 de septiembre de 2024

 

 

 


 

 El Correo de Pozuelo

Hace 20 años, el 11 de septiembre de 2004, cambió el rumbo de la investigación de los atentados del 11 de marzo en Madrid: El tren de la Estación de San Eugenia no fue desguazado

 10/09/2024

 

Tal día como hoy, hace 20 años, alguien tomó una decisión que cambió definitivamente el rumbo de la investigación del 11-M. El 11 de septiembre de 2004, uno de los cuatro trenes que seis meses antes la barbarie terrorista había atacado con saña[1] y que la instrucción, el juicio y la sentencia darían siempre por desguazados, el de Santa Eugenia, fue discretamente trasladado a un taller para repararlo, concretamente al taller que la empresa Tafesa tenía en Villaverde Bajo.

Ese fue el final de un misterioso periodo de seis meses en el que ese tren gozó de un extraño y nunca explicado privilegio: mientras los otros tres eran, en primer lugar, despojados del material más importante para la investigación[2], y luego desguazados y vendidos como chatarra, el tren de Santa Eugenia era retirado a un discreto lugar en el que permaneció apartado mientras se decidía su futuro. Y todo ello tuvo una extraña coincidencia temporal con los siguientes hechos:

El 23 de noviembre de 2011, el inspector jefe de la brigada Tedax[3] de Madrid, Cáceres Vadillo, declaró lo siguiente[4] ante la juez Coro Cillán[5]:

Los Tedax de Madrid propusieron trasladar los trenes del 11-M a un apeadero del distrito de Vicálvaro donde tenían previsto buscar durante semanas pruebas y muestras de explosivo a través de una inspección exhaustiva de los convoyes explosionados. De hecho, dejaron parte de su trabajo sin realizar porque contaban con que se haría así. Para su sorpresa -que, años después, compartió el Tribunal Supremo-, empezaron a ser retirados para su desguace esa misma noche.

Así, explicó cómo los artificieros bajo su mando abandonaron las tareas más dificultosas de búsqueda de prueba -por ejemplo, la extracción de piezas metálicas o la inspección ocular de zonas de difícil acceso- porque daban por hecho que podrían llevarlas a cabo con tranquilidad y discreción durante las semanas siguientes, sin el apremio que se les exigía en las horas posteriores al 11-M y sin interferirse con los servicios de emergencia o con otros cuerpos policiales.

Es decir, tras el atentado, los Tedax de Madrid pidieron que los trenes atacados fueran trasladados a Vicálvaro para examinarlos allí durante semanas, y fue precisamente a Vicálvaro a donde se llevó únicamente el tren de Santa Eugenia y allí lo dejaron durante muchas semanas, como solicitaron los Tedax. Allí lo tuvieron éstos a su disposición nada menos que durante seis meses, tiempo más que sobrado para hacer esa inspección exhaustiva que querían hacer ¿La realizaron realmente? No hay noticias de ello, nada al respecto consta en el sumario y nada se dijo en el juicio. En todo caso, no se conoce informe pericial alguno realizado a través de esa hipotética inspección exhaustiva.

Y así se llegó al 11 de septiembre. Sin que las partes en la causa, que lamentaban la rápida destrucción de los trenes, tuviesen noticias de la excepción realizada con ese tren, sin que fueran informadas de ello, sin que conste que tal decisión fuese oficialmente comunicada a un juez instructor[6] del que no se conoce que tomase decisión alguna sobre el devenir de los trenes, Renfe Cercanías, que había solicitado verbalmente a Remimfer[7] el presupuesto de reparación, lo recibió y lo aprobó, y el 11 de septiembre de 2004 el tren  terminó su larga y misteriosa estancia en Vicálvaro para ser trasladado al taller de Tafesa para su reparación.

Así que esa fecha marcó un antes y un después en lo ocurrido con los trenes del 11-M. Ya no había vuelta atrás. El tren de Santa Eugenia no se desguazaba, como sí se había hecho seis meses antes con los otros tres. Y en esa misma fecha se iniciaba un asombroso y nunca explicado episodio que, a pesar de su enorme importancia, se ha mantenido siempre oculto a todas las partes en la causa.

Pero no todo el mundo sufrió esa ocultación. Determinadas instancias policiales sí estuvieron al tanto de lo que ocurría, pero no lo comunicaron a quienes debían hacerlo. En efecto, el 20 de enero de 2012, el Director General de Remimfer declaró ante la juez Coro Cillán lo siguiente[8]:

Que ese vagón se apartó en Vicálvaro. Se quedó allí hasta que hubo peticiones de Dirección de Trenes para ver si se podía arreglar o no. Querían que se presupuestara para su reparación, y se hicieron fotos. Que el encargo del trabajo fue verbal…… Que en Vicálvaro sólo existía esa unidad. Que se llevó un 11 de septiembre a Villaverde Bajo para repararlo. Que pasó dos veces la Policía y la Guardia Civil mientras hacía la reparación de la unidad. Que pasaron Policía y Guardia Civil y Vigilancia de Renfe, para ver los materiales…. Que las piezas que se substituían iban a un depósito.

Es decir, mientras se hacía la reparación del tren, agentes de Policía Nacional y Guardia Civil pasaron dos veces por el taller para ver los materiales. Nada de eso consta en el Sumario, nadie dio cuenta de ello al juez ni a las partes cuando todos ellos daban el tren por desguazado y lamentaban la carencia de muestras para analizar. Nadie dio cuenta de que policías y guardias civiles eran conocedores de la existencia de ese tren salvado del desguace y puesto en reparación, y que incluso lo visitaban discretamente en el taller.

Pero aún hay más. Recordemos ante todo la frase final que acabamos de ver de la declaración judicial del Director General de Remimfer: “las piezas que se substituían iban a un depósito”. Y es que, cuando en ese 11 de septiembre de hace 20 años se llevaba el tren de Santa Eugenia al taller, ya alguien con poder para ello había decidido algo tan importante como era el conservar en secreto el material de su único foco de explosión, pues en el presupuesto presentado por Remimfer para la reparación de ese tren se incluyó la siguiente coletilla: incluso recuperación de la zona afectada por atentado en su estado actual[9]. Y efectivamente, el material de la zona afectada por la explosión fue recuperado y guardado en secreto en un escondido almacén improvisado en lo más recóndito del taller. Y digo en secreto porque, aunque lo conocieran esos policías y guardias civiles que lo visitaron dos veces mientras se efectuaba la reparación, ese hecho también se ocultó a todas las partes que, personadas en la causa, lamentaban profundamente la desaparición de los trenes con sus focos llenos de pruebas.


Y para colmo de despropósitos, de hechos disparatados nunca investigados judicialmente, salvo por la juez Coro Cillán que pagó muy cara su valentía, cuando ocho años después, el 29 de febrero de 2012, se descubrió y publicó[10] la existencia de esos restos y su asombrosa e increíble historia, la fiscalía de Madrid cuyo jefe era el fiscal Eduardo Esteban, y siendo Fiscal General del Estado Eduardo Torres Dulce, emitió el 6 de junio de 2012 una nota de prensa en la que, sin sonrojarse lo más mínimo, manifestaba que esa ocultación de pruebas se llevó a cabo con pleno conocimiento de los órganos judiciales de la instrucción de la causa y del enjuiciamiento, que fueron informados en su momento, y que se había constatado la adopción de medidas para la conservación de dichos restos, ante la eventualidad de posibles análisis posteriores.




Es decir, los órganos judiciales de la instrucción “tuvieron pleno conocimiento” y “fueron informados en su momento”, pero sería con la condición de que guardaran el secreto, pues nada de eso se comunicó a las partes ni consta en el sumario. Y si todo ello se llevó a cabo con pleno conocimiento de los órganos judiciales, sería por algo, algún valor probatorio tendrían esos restos, y si se habían conservado ante la eventualidad de posibles análisis posteriores ¿cómo es posible que su existencia se ignorara en importantísimos análisis posteriores, como ocurrió nada menos que con la pericial de explosivos de 2007, en la que los peritos se lamentaron reiteradamente y por escrito de la escasez de muestras, y pidieron con insistencia que se aportaran más sin que se les atendiera? La lamentable realidad es que no consta en todo el sumario ni una sola investigación realizada con esos restos que, según se atrevió a afirmar la fiscalía, se guardaron precisamente para eso.

¿Y qué decir del rocambolesco e insólito final de ese material tan cuidadosamente guardado? ¿Cómo es posible que no se haya abierto ninguna investigación policial ni judicial sobre el asunto? Y es que lo que ocurrió fue nada menos que esto:

Una vez precintados esos restos por la Guardia Civil y puestos así a disposición del juzgado 6 de la Audiencia Nacional[11], quedaron en el olvido durante más de un año. Tafesa, que había caído en concurso de acreedores, abandonó unas instalaciones que poco a poco se fueron degradando. Finalmente, ya en octubre de 2013, unos supuestos ladrones realizaron el asalto final en unos días en los que se pudo ver a agentes policiales ante la puerta de las instalaciones. Esos individuos cargaron en camiones los últimos restos de un tren del 11-M, el propio almacén desmontado y otras vigas y materiales que encontraron por allí, camiones cuya circulación era regulada por agentes de la Policía Municipal de Madrid que, aparte de asegurar el tráfico en la salida del taller, se limitaban a identificar a las personas que iban en esos camiones y a dejarlas marchar con el producto de su pillaje, como se diría más tarde en sesión plenaria del Ayuntamiento de Madrid y quedó recogido en el diario de sesiones. 

Por supuesto, nunca se ha sabido nada en relación con posibles medidas tomadas contra los identificados autores de ese expolio, ni mucho menos en relación con la recuperación de lo “robado”.

Pues bien, todo ese cúmulo de actuaciones policiales y judiciales totalmente insólitas e incomprensibles, totalmente incompatibles, e incluso contrarias, con una correcta investigación del 11-M, se iniciaron hace ahora 20 años, el 11 de septiembre de 2004; es decir, en el caso de que en esos hechos se hubiera cometido algún delito, hoy se cumple su plazo de prescripción, lo cual no tiene ninguna importancia, pues nunca hasta hoy ha habido intención judicial o policial alguna de investigarlos, salvo, hay que volver a recordarlo, la instrucción que inició la valiente juez Coro Cillán, con las terribles consecuencias que tuvo para ella.

Carlos Sánchez de Roda, Ingeniero de caminos, canales y puertos y Autor de “Los misterios del 11-M”

[1] En Atocha y Téllez, sendos trenes sufrieron 4 explosiones cada uno; en El Pozo, otro tren sufrió dos explosiones, y en Santa Eugenia, un cuarto tren sufrió una única explosión

[2] Desaparecieron 90 toneladas del material más importante para la investigación, se ignora cuál fue su destino y los resultados de la posible investigación a la que, en su caso, se les hubiera sometido

[3] Tedax: Unidad de la Policía Nacional que interviene ante la presencia de supuestos artefactos explosivos. Al frente de ella estaba el comisario Sánchez Manzano. Al frente de la brigada provincial de Madrid estaba el inspector jefe Cáceres Vadillo

[4] Información de El Mundo del 24 de noviembre de 2011, páginas 17 y 35

[5] Dentro de la instrucción de la querella presentada por la Asociación de Víctimas del 11-M contra el Jefe de los Tedax del 11-M, Sánchez Manzano, y su perito químico

[6] El Juez Juan del Olmo

[7] Remimfer era la filial de Tafesa que se encargó de realizar la reparación del tren

[8] Declaración prestada el 20 de enero de 2012, dentro de la instrucción de la querella presentada por la Asociación de Víctimas del 11-M contra el ex responsable de los Tedax, Sánchez Manzano y su perito químico

[9] Presupuesto reproducido en los folios 24.607 a 24615 del sumario. Con descripción de los trabajos presupuestados

[1o] En Libertad Digital

[11] Así lo afirmó Torres Dulce el 7 de junio de 2012, día siguiente al de la nota de prensa, en la inauguración del XIII Congreso Nacional de Procuradores, según información de la agencia EFE recogida por varios medios de comunicación

 


 


 


 



 



 

 











domingo, 24 de marzo de 2024

 


 

"La bolsa de Vallecas" en los atentados terroristas del 11M 

 

Han pasado 20 años desde los atentados del 11 de marzo en Madrid, y parte de la ignorancia sigue arraigada en la sociedad de este hermoso país llamado España

Alonso Holguín           EDATV        23 de Marzo 2024




 Han pasado 20 años desde los atentados del 11 de marzo en Madrid, y parte de la ignorancia sigue arraigada en la sociedad de este hermoso país llamado España. Una de las funciones esenciales es la educación, la formación intelectual para asegurar un futuro mejor. Enviamos a nuestros hijos a las escuelas con la sana intención de mejorar lo que recibimos de nuestros padres: un estado democrático y de derecho. Un derecho que proporciona seguridad jurídica a los ciudadanos; un derecho necesario para cumplir y hacer cumplir la ley con el fin de alcanzar una convivencia en paz y libertad. Un derecho con mayúsculas.
 
 Sin embargo, después de estos 20 años, debemos considerar que nuestro esfuerzo ha sido en vano. Observa, todo el esfuerzo, no solo una parte. Ahora bien, querido lector, los malos, bribones, oportunistas, personas con complejos de inferioridad, aquellos temerosos de todo el orbe ibérico, deben saber que no lograron su objetivo con algunos de nosotros. Y, como tal, debemos dedicarnos a educar a las nuevas generaciones. No inventaremos teorías, no buscaremos argumentos sofisticados ni de inteligencia artificial; no crearemos nada nuevo ni innovador. Será un trabajo de búsqueda, confrontación, y recopilación de cuestiones enterradas en cientos de miles de documentos. Porque ocultaron la verdad y promovieron la mentira para engañar a la sociedad, a la nación, a un estado cuya clase política cedió ante los terroristas. ¿Listos? ¡A por ellos!
 

Mi hijo estudia Formación Profesional –Informática y Comunicaciones– en una escuela de una orden religiosa, concertada por el Ministerio de Educación y Ciencia en la Comunidad de Madrid. Recientemente, llegó a casa y dijo:

—Papá, hoy nos explicaron algo sobre el 11M: utilizaron teléfonos móviles para activar las bombas.

—Hijo, déjame contarte un par de cosas…

Este es el propósito de esta serie: descubrir la mentira que cambió el curso de España. Enfatizaré algunos aspectos según avance el artículo. No, no serán repeticiones ni errores en la confección.

La mañana del 11 de marzo de 2004, España sintió su núcleo herido por unas acciones terroristas en los trenes de Cercanías de Madrid. El juez Del Olmo, a cargo de las diligencias, ordenó el traslado de los fallecidos y sus pertenencias a la Institución Ferial de Madrid –IFEMA– para centralizar las investigaciones tendentes a averiguar la autoría de ese atentado terrorista. Las pertenencias consistían en ropa, bolsas y mochilas de diversos tamaños. Uno de los aspectos más confusos fue la llamada "mochila de Vallecas". En teoría, los objetos recolectados en el tren de la estación "El Pozo" se reunieron en bolsones de basura. El inspector jefe Cáceres Vadillo, jefe de la brigada TEDAX –Técnicos en Desactivación de Artefactos Explosivos– de Madrid, ordenó revisar dos veces, sí, dos, todos los coches del tren en esa estación. Los agentes desobedecieron las órdenes. Realizaron esa revisión cuatro veces, sí, cuatro. Es decir, una revisión más que exhaustiva.

 Esos bolsones conteniendo los objetos fueron llevadas en dos furgonetas tipo "Combi" de la Policía Nacional a la comisaría de Villa de Vallecas. De esa dependencia, trasladaron a la comisaría de Puente de Vallecas –Vallecas cuenta con dos comisarías de la Policía Nacional–. Por la tarde se ordenó su remisión al IFEMA hacia las 16:30 h. Allí fueron depositadas, se acordonó el área con una cinta en uno de los pabellones. La jueza a cargo del IFEMA ordenó la devolución de los objetos a la comisaría vallecana porque no estaban inventariados. ¿Por qué no se realizó el inventario allí mismo? Volvieron a cargar los objetos en dos furgonetas y los depositaron en la comisaría.

Mientras realizaban ese inventario, una agente encontró una bolsa con un peso "superior" a lo habitual en los objetos hacia la 01:30/01:45 h –en un futuro próximo veremos la importancia de las horas y minutos–. Al abrir la bolsa, observó un teléfono móvil conectado a un par de cables de manera muy extraña. No, no es normal un teléfono móvil con dos cables saliendo del mismo. Estos objetos se encontraban dentro de una bolsa de basura azul y esta dentro de la bolsa de deporte; bolsa de deporte, que no mochila. Un agente que transportó los bolsones, afirmó después que esa bolsa de deportes nunca estuvo en IFEMA.

La agente del inventario transmitió la novedad de inmediato al inspector, quien ordenó desalojar la comisaría y avisar al equipo TEDAX. Estos agentes se personaron hacia las 02:20 / 02:30 h, desplazados desde su sede en el complejo de Latacona, distrito de Moratalaz.

Siguiendo órdenes del comisario Juan Jesús Sánchez Manzano, jefe da la unidad central de TEDAX –diplomado en Derecho, pero NO contaba con el curso de técncio especialista en desactivación de artefactos explosivos (TEDAX)–, trasladaron el artefacto en un vehículo escoltado por otros dos al parque Azorín; dicho parque se encuentra a 700 m de distancia del edificio oficial. El traslado contradice la doctrina europea para la desactivación de artefactos explosivos. Esta doctrina aconseja evacuar a todas las personas –excepto a los agentes TEDAX– y operar in situ sobre el artefacto. Conviene recordar, esa misma mañana se intentaron desactivar dos artefactos en las estaciones de "Atocha" y "El Pozo"; ambos explosionaron en sendos intentos. Por ello, los TEDAX determinaron que eran "artefactos inestables". ¿Qué llevó al comisario Juan Jesús Sánchez Manzano a ordenar el traslado de un artefacto que podría ser "inestable", como los activados esa misma mañana? Sigamos.

En dicho parque, el agente "Pedro" TEDAX fue el encargado de intentar la desactivación. Según dicta la doctrina, realizaron una serie de radiografías. Dada la escasez de luz en la zona, no pudieron apreciar el interior de la bolsa. Las radiografías se visionaron posteriormente en la sede de la unidad central de TEDAX en el complejo policial de Canillas. Además de las radiografías, se encargó al inspector "José Luis" de la brigada de Madrid un reportaje fotográfico de la bolsa. Fueron los TEDAX quienes realizaron el reportaje con una cámara de fotos analógica, el tradicional carrete. Él se quedó viendo a distancia los diferentes destellos del flash sobre la bolsa de deportes. ¿Seguro? Continuemos.

 

El agente "Pedro" optó por la opción de "poteras" para intentar desactivar el artefacto. Las "poteras" son una serie de cables que intentan retirar el cableado del detonador y del explosivo. No tuvo éxito. Tras conversar con los compañeros TEDAX en el lugar de los hechos, y ante las presiones de los comisarios por recuperar la mayor parte de los efectos del artefacto para encontrar a los autores de la masacre, el agente "Pedro" decidió proceder con sus propias manos en la bolsa. Lo primero fue buscar el cableado y la conexión al material explosivo. Dio por desactivado el artefacto explosivo. Al mismo tiempo, recogieron el material de la bolsa y confiscaron el carrete de fotografías del inspector "José Luis" al devolverle la cámara fotográfica.

Este agente "José Luis" declaró en el juicio oral: "No vemos ningún tipo de bolsa de deportes, en ningún momento hay bolsa de deportes" (Juicio Oral 03–05–07). ¿Raro no? Todo quedó a disposición de la unidad TEDAX central, bajo el mando del comisario Juan Jesús Sánchez Manzano. Eran las 5:15 a.m. del 12 de marzo.

Explosivos. Posteriormente se determinó la composición del explosivo: Goma 2 ECO. Esta es una de las formas de la dinamita con componentes claramente diferenciados de otras dinamitas.

Los componentes son fundamentales. En la investigación de un delito, una de las partes principales es el hallazgo del arma del crimen. En este caso, los explosivos. ¿Saben por qué se denominó Titadyn "50" a esa dinamita? Porque "50" es el porcentaje de nitroglicerina en su composición. ¿Qué es la nitroglicerina? Una sustancia explosiva muy "inestable" cuando se activa. Sigamos con la bolsa de Vallecas y su contenido.

El teléfono móvil era de la marca Motorola, modelo Triumph T–110. Quien confeccionó la bolsa dejó también un cargador dentro. Según nos informaron durante la investigación y los procedimientos judiciales, su posición en la bolsa de Vallecas era servir de iniciador del detonador eléctrico. Los cables estaban soldados en el interior y enviarían la electricidad necesaria al sonar la alarma del móvil. Es decir, con los cables soldados y la alarma programada, al activarse se iniciaría el detonador para comenzar la explosión.

El dispositivo telefónico tiene un número de serie único que la compañía puede utilizar para identificar dónde se vendió el dispositivo. En aquellos días, los teléfonos se configuraban en origen para cada compañía de telefonía móvil. Este aparato se vendió en la tienda "Bazar top", propiedad de los hermanos Suresh y Rakesh Kumar, ciudadanos de origen hindú y dependientes de la tienda también. Ese teléfono fue parte de un lote de 10 dispositivos vendidos en su tienda en tres días diferentes a dos personas. Dichos teléfonos móviles fueron liberados –presuntamente– en la tienda "Test Ayman", propiedad de Maussili Kalaji, ciudadano de origen sirio. Kalaji, tras su paso por el ejército sirio y su formación en Rusia, llegó a España. Al parecer, colaboró en varios servicios con la Policía Nacional, lo que le sirvió para acceder a la nacionalidad española e ingresar en dicho cuerpo policial. Dentro del cuerpo, ha prestado servicios en la UCIE (Unidad Central de Información Exterior) y como escolta–conductor del entonces juez Baltasar Garzón en la Audiencia Nacional. Es importante destacar sus conocimientos avanzados en telecomunicaciones. Recuerden este nombre, Kalaji, para un futuro no muy lejano.

 Una vez liberados –presuntamente– los teléfonos móviles, fueron vendidos a dos individuos que hablaban en un idioma diferente al español o al árabe. Los hindúes no distinguen entre el búlgaro (según apuntaron los compradores) ni el euskera o vascuence. Los compradores anotaron los diferentes números de serie en su libro de ventas. Resulta paradójica esta anotación, ya que son los ÚNICOS números de dispositivos que registraron en su libro de ventas, y en la última página del mismo. Además, en una de las compras, los mismos compradores adquirieron un reloj marca Casio y una cinta de video. Originalmente, los móviles estaban asociados a la empresa Movistar. Volvamos al parque Azorín.

 

El agente "Pedro" TEDAX fue introduciendo cada elemento del artefacto en bolsas separadas. Enviaron esas bolsas a la sede de la unidad central de TEDAX en el complejo policial de Canillas. Primero, enviaron el dispositivo y el cargador –ambos encontrados en la bolsa de Vallecas– a Policía Científica para el análisis lofoscópico –la búsqueda de huellas dactilares o perfiles genéticos depositados–. De ese informe, no se tiene ninguna noticia posterior en el sumario. ¿Por qué? No hay datos.

Los agentes de Policía Científica observaron la presencia de una tarjeta SIM de la compañía Amena. La tarjeta SIM es el número de teléfono asignado a un dispositivo y la identificación de una persona como su legítimo propietario; me refiero al número. Esa tarjeta, como es comúnmente conocido, se utilizaba para realizar llamadas telefónicas –en aquellos tiempos no era posible navegar por Internet desde los móviles, ¡qué tiempos!–. Dicha tarjeta fue enviada a la brigada de Información. Se entiende que esa "brigada" era la comisaría general de Información, dentro del mismo complejo policial de Canillas. Tras ese análisis lofoscópico, el aparato fue devuelto a la unidad central TEDAX.

 El comisario Juan Jesús Sánchez Manzano emitió un informe temprano en la mañana del día 12 sobre el teléfono móvil: "En el teléfono móvil se han observado modificaciones que permiten utilizarlo como sistema de temporización y activación. Se desconocen las causas por las que no ha funcionado". Recordemos aquí que dicho comisario jefe de la unidad central de TEDAX es licenciado en Derecho, pero no está diplomado en el curso de TEDAX: NO ERA UN TEDAX. Pues bien, días más tarde, el día 15, emitió un segundo informe. En el punto 4 de este último, decía: "Si bien el teléfono en cuestión se recepcionó apagado en la Unidad Central de Desactivación de Explosivos y NBQ, tras su estudio se pudo comprobar que tenía activadas las funciones de despertador, concretamente a las 07:40 h, y de vibración como señal de salida". Es importante recalcar que el teléfono se recibió apagado. Luego, comprobaron la activación de las funciones de despertador a las 07:40 h y la señal de vibración como señal de salida. Si eso era así, ¿por qué no se activó la mañana o la tarde del día 11 de marzo a las 07:40 h? ¿Recuerdan que los artefactos explosionaron a las 07:38 h? ¿Ven la importancia de las horas exactas?

Personas ajenas a la investigación oficial se lanzaron inmediatamente a realizar comprobaciones con dicho dispositivo de la marca Motorola, modelo Triumph T-110. Primero comprobaron que, para acceder al lugar de colocación de la tarjeta SIM, se debe retirar la batería del teléfono móvil. Si se retira la batería y no se coloca inmediatamente, el teléfono móvil pierde la programación de la hora, la alarma programada… ¡Y las afirmaciones del comisario Juan Jesús Sánchez Manzano se vuelven irrelevantes!.

Avanzada esa tarde, en un fax enviado a las 19.35 h por el comisario jefe de la brigada provincial de Información de Madrid, se decía: "Este teléfono actuaba como sistema detonante a través de su alarma o emitiendo una llamada a dicho terminal". ¿Hagamos memoria? ¡Vamos! ¿Recuerdan que el dispositivo se recibió "apagado"? Si estaba apagado en el momento de la desactivación en el parque Azorín, ¿cómo iba a funcionar el dispositivo con una llamada si estaba APAGADO? Profundicemos un poco.

El teléfono móvil se encontraba "liberado", en teoría. En origen, asociado a la empresa Movistar, pero se liberó –presuntamente– en la tienda "Test Ayman" del agente Kalaji de la Policía Nacional. Por lo tanto, podría funcionar con cualquier tarjeta. La tarjeta encontrada en su interior –tras la desactivación– correspondía con la empresa Amena. Sin embargo, uno de los agentes TEDAX introdujo su tarjeta de la compañía Vodafone en el laboratorio cuando analizaron el teléfono. No funcionó. Procedieron a instalar otra de Movistar. En ese preciso instante el número del agente recibió una llamada en dicho dispositivo. ¡Hay que joderse con la oportunidad!

Pero, ¿qué necesidad hubo de introducir una tarjeta de telefonía? El dispositivo, una vez encendido, con la batería puesta y sin haber "perdido" la programación de fecha, hora y alarma de los presuntos terroristas que confeccionaron el artefacto, podría revelar dichos datos. Es más, ¿qué necesidad hay de una tarjeta si el teléfono se introduce apagado y la activación ha de ser por alarma, ya que la llamada queda invalidada al no estar encendido?

 La SIM identifica al "propietario" de la tarjeta, quizás del teléfono; la SIM aporta un acusado de perpetrar el atentado. En este caso, Jamal Zougam, ciudadano marroquí trabajador de un locutorio. En dicho locutorio vendía tarjetas de telefonía, daba de alta a usuarios de tarjetas. Por lo tanto,  acceso a nombres, apellidos y DNI –NIE– de otras personas para identificar tarjetas SIM. ¿Quién se cree que fuera tan calamidad de insertar o ceder una de esas tarjetas con sus datos personales para ser colocada en un teléfono y activar un artefacto explosivo? En serio, ¿se puede ser tan idiota? ¡Vamos, no me jodas! Perdón. Volvamos al artefacto.

 Los cables salientes del teléfono no estaban conectados al explosivo ni protegidos con cinta aislante, como es frecuente y necesario en la confección de artefactos. Una vez se abrió el teléfono móvil en la unidad central de TEDAX en Canillas, comprobaron que se habían soldado los cables al sistema de vibración del teléfono móvil. ¿Recuerdan que dicho teléfono estaba apagado? Bien. ¿Recuerdan que un teléfono móvil apagado no funciona si recibe una llamada? Bien. ¿Recuerdan que un teléfono móvil activa su vibrador al encenderse, sea para iniciar el dispositivo, sea para iniciar su alarma? Bien. ¿Por qué el dispositivo no se activó a las 7:40 h de la mañana o de la tarde, hora programada para la alarma, según afirma en informe el comisario Juan Jesús Sánchez Manzano? Ese modelo permite programar la hora, bien por la mañana o tarde, pero no el día concreto de la alarma. ¿Por qué no se activó por la mañana o tarde del día 11 o 12 de marzo? No se tiene constancia de ello. ¿Conservó el teléfono móvil la configuración de fecha, hora y alarma, tras retirar la tarjeta Amena, colocar la batería de nuevo, retirar la batería, insertar la tarjeta Vodafone y luego Movistar –propiedad del TEDAX que analizaba el teléfono–? ¿Sí? ¡Qué suerte!

 Vamos a fiarnos del comisario Juan Jesús Sánchez Manzano –por unos momentos–, no se alarmen. Una vez el dispositivo en poder de los TEDAX, comprueban la fecha, hora y alarma; observan la presencia de una tarjeta de telefonía; comprueban que el vibrador del aparato está conectado a un detonador eléctrico: "El detonador eléctrico con cápsula de cobre de 64 cm de longitud, dos mordazas que terminan con la cápsula, tapón de estancamiento de color azul turquesa, cableado unifilar de cobre y recubrimiento de plástico de color rojo y azul, de 205 cm de longitud el cable azul y 198 cm el cable rojo. En el culote del detonador figura inscrito el número 5, y en el cableado se encuentran adheridas dos etiquetas, una con las inscripciones 5 2.5, y la otra con el logotipo UEB DETONADOR ELÉCTRICO –BLASTING CAP– DETONATEUR ELECTRIQUE –Made in Spain, por una cara, y CE 0163 –PELIGRO EXPLOSIVO – DANGER EXPLOSIVE – DANGER EXPLOSIF por la otra". Recordemos, de ese detonador eléctrico salen dos cables sin conectar ni encintar ni insertar en la sustancia explosiva. Por lo tanto, el impulso eléctrico necesario para detonar la dinamita tipo Goma 2 ECO… ¡No podía explosionar con ese método! ¿Cómo? Exacto. Si la alarma hubiera funcionado –quedó claro que el teléfono no se activaría con una llamada porque estaba apagado– habría transmitido la energía al detonador, que se habría activado e iniciado el impulso eléctrico… ¡A ninguna parte porque los cables no estaban conectados! ¿Es tan complicado? ¿Creen ahí acaban los aspectos oscuros de este sistema? ¿Qué elemento falta en un artefacto explosivo confeccionado por los terroristas de forma habitual? Una pila de petaca, habitualmente de 9v, para garantizar el impulso eléctrico necesario. Sigamos

Metralla. Concretamente una serie de clavos con un peso de 600 gramos. Según mencionó el TEDAX "Pedro", estos clavos estaban adheridos al explosivo Goma 2 ECO. Sin embargo, esta bolsa no explotó. Especialistas consultados tienen serias dudas sobre la eficacia de estos clavos como metralla debido a su fragilidad a la temperatura de detonación de explosivos. De hecho, recuerdan a los terroristas más "profesionales", quienes utilizan rodamientos de acero, tornillos y tuercas de mayor entidad, volumen y peso para causar mayores daños a las víctimas del atentado terrorista.

Un último detalle. Tras analizar la bolsa de Vallecas, los agentes de Policía Nacional pudieron comprobar la existencia de una anotación en el asa de la misma. Una serie de letras que sin determinar significado ni autoría. Las letras parecen adivinarse: E Fs Mq –siendo la última letra posiblemente una "g"–. Observarán que estos caracteres son de alfabetos occidentales, distintos a signos de lenguas árabes. Quizás pasen detalles frente a nosotros que no vemos; no vemos porque tapan el sol con un dedo y dicen "es de noche". Y nosotros, de buena fe, confiamos y tragamos.

 En fin, espero haber ayudado a aclarar uno de los puntos clave de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid: "La bolsa de Vallecas: el inicio de la mentira". En un futuro cercano, analizaremos con detalle otro punto. Hay varios más. ¿Creen posible generar más dudas en base a los elementos de la investigación, sumario, comisión de investigación, juicio oral y sentencia?

 

 

 

 

 

 

 

sábado, 23 de septiembre de 2023

 


 

 COPE Logroño

Alberto Nieto (TEDAX): "Ojalá fuera tan sencillo como cortar un cable rojo o uno azul"

 

Alberto Nieto (TEDAX): Ojalá fuera tan sencillo como cortar un cable rojo o uno azul 

21 jun 2023  Carlos Cuartero/COPE Rioja

El Ayuntamiento de Logroño albergó este martes, 20 de junio, una interesante exposición para conmemorar el 40 aniversario del grupo TEDAX de la Jefatura Superior de Policía de La Rioja.

Son los técnicos especialistas en desactivación de artefactos explosivos. Un grupo que aquí, en La Rioja, está formado por cinco técnicos, al frente de los cuales está el inspector Nieto, con quien hemos tenido ocasión, en COPE Rioja, de repasar su trayectoria de estos últimos 40 años en nuestra región.

 

 El lema de su grupo es 'El primer error es el último'. Lo que quiere decir que los agentes ponen en riesgo su vida para salvar la de los demás. En este sentido, y ante la cinematográfica imagen de un desactivador exponiendo su vida ante la tesitura de cortar el cable adecuado, el inspector ha dicho que "ojalá fuera siempre tan sencillo para desactivar un explosivo tener que cortar un cable rojo o uno azul. Siempre es mucho más complicado que todo eso".

Su trabajo era más arriesgado antes (cuando existía la banda terrorista ETA), que ahora, cuando su labor es mucho más específica. "Ahora mismo, en España, no tenemos ningún grupo terrorista autóctono, por lo que los incidentes con explosivos que tenemos están relacionados con la delincuencia común, sobre todo en zonas del Levante y la Costa del Sol, donde grupos criminales organizados utilizan artefactos explosivo

Los agentes que forman parte de los diferentes grupos TEDAX-NRBQ están desplegados estratégicamente en grandes urbes por todo el territorio nacional, lo que permite ofrecer una respuesta a los riesgos de artefactos explosivos y agentes NRBQ de forma rápida y eficaz desde alguno de los 28 grupos existentes, junto a la unidad central. La cualificada formación de esta especialidad de la Policía Nacional hace que sus agentes sean requeridos por las autoridades de otros países para colaborar en las investigaciones de atentados o explosiones.

Para ser especialista en TEDAX-NRBQ los agentes deben superar unos duros exámenes sobre física, química, electricidad y biología, además de tests psicotécnicos y una entrevista personal. Tras estas pruebas acceden al curso de especialización, de carácter también selectivo, y en el que durante 15 meses se instruyen en materias propias de la especialidad, con un 50% de prácticas reales, ya que sólo con la experiencia y la formación continua se consigue un profesional en esta área policial.

Las cualidades de un agente TEDAX-NRBQ son la estabilidad y control emocional, el afán de formación y perfeccionamiento constante, la capacidad de concentración, observación, análisis y toma de decisiones, disciplina y plena disposición hacia el servicio, y aptitudes para el trabajo en equipo.

Los agentes que forman parte de los diferentes grupos TEDAX-NRBQ están desplegados estratégicamente en grandes urbes por todo el territorio nacional, lo que permite ofrecer una respuesta a los riesgos de artefactos explosivos y agentes NRBQ de forma rápida y eficaz desde alguno de los 28 grupos existentes, junto a la unidad central. La cualificada formación de esta especialidad de la Policía Nacional hace que sus agentes sean requeridos por las autoridades de otros países para colaborar en las investigaciones de atentados o explosiones.

Para ser especialista en TEDAX-NRBQ los agentes deben superar unos duros exámenes sobre física, química, electricidad y biología, además de tests psicotécnicos y una entrevista personal. Tras estas pruebas acceden al curso de especialización, de carácter también selectivo, y en el que durante 15 meses se instruyen en materias propias de la especialidad, con un 50% de prácticas reales, ya que sólo con la experiencia y la formación continua se consigue un profesional en esta área policial.

Las cualidades de un agente TEDAX-NRBQ son la estabilidad y control emocional, el afán de formación y perfeccionamiento constante, la capacidad de concentración, observación, análisis y toma de decisiones, disciplina y plena disposición hacia el servicio, y aptitudes para el trabajo en equipo.

 

s para atacarse entre ellos y reventar cajeros automáticos", ha explicado Nieto.

Desde su creación en 1983, los TEDAX han realizado una media de 500 incidencias anuales, estando la mayoría de ellas relacionadas con la protección de autoridades, protección de edificios, inspecciones de cartas y paquetes, participación en dispositivos de seguridad, elaboración de informes de seguridad de infraestructuras, informes periciales, actos públicos con grandes aglomeraciones de personas, etc...

Actualmente, esta Unidad en La Rioja está compuesta por 05 técnicos (01 inspector, 02 oficiales y 02 policías), formados en las dos especialidades: TEDAX y NRBQ. 

 

 

 

jueves, 25 de mayo de 2023

 

 

 

 NIUS

 

La Ertzaintza homenajea a Luis Hortelano, agente asesinado por ETA junto a dos Tedax con un bomba en Bilbao en 1989

Homenaje de la Ertzaintza al agente Luis Hotelano asesinado por ETA



 

 

 Madridiario

El herido era trasladado al hospital en helicóptero.
El herido era trasladado al hospital en helicóptero. (Foto: 112 Comunidad de Madrid)

Halladas 12 granadas y un mortero en el chalé donde resultó herido un hombre tras una explosión

Por MDO/E.P.
domingo 21 de mayo de 2023, 19:00h
 

La Guardia Civil ha encontrado 12 granadas y un mortero en el chalé donde el sábado resultó herido un joven de 31 años tras explotarle uno de estos artefactos explosivos, han informado a Europa Press fuentes de la Comandancia de Madrid.

La deflagración, cuyas causas ahora se están investigando, ocurrió sobre las 13.35 horas, en una urbanización situada en la Travesía de Pelayos. Terminó con una persona que estaba manipulando la granada herido grave con quemaduras de segundo y tercer grado en el 40 por ciento de su cuerpo. Al llegar los sanitarios del Summa-112, presentaba la pierna derecha en estado catastrófico.

Los facultativos lo estabilizaron y lo trasladaron en estado grave en helicóptero al Hospital de La Paz de Madrid, donde se recupera de las heridas. Se encuentra detenido por tenencia de explosivos. Bomberos de la Comunidad de Madrid acudieron al lugar de modo preventivo.

La Guardia Civil detuvo a una segunda persona, de 26 años, con el que se encontraba el herido en el momento de la explosión, pero que no resultó herido. Está acusado también de tenencia ilícita de arma y pasará a disposición judicial.

Este domingo, el detenido acompañó a los agentes en el registro de la casa y ha señalado que eran coleccionistas de artefactos antiguos. Sin embargo, el Instituto Armado no tienen constancia de que fuera así, ya que de la mayoría no han aportado ninguna documentación al respecto ni han sido declaradas como corresponde a las autoridades. Por ello, investigan su procedencia y quién es su propietario.

Los artificieros de los Tedax de la Guardia Civil han incautado 12 artefactos explosivos muy antiguos en el interior de la casa, entre ellos un mortero de la Guerra Civil almacenado en la caseta exterior de la casa. Tras retirarlas, las han deflagrado de manera controlada porque aún contienen carga explosiva.

La explosión se pudo escuchar en la plaza del pueblo, de unos 3.000 habitantes, situada a varios kilómetros de la urbanización. Los vecinos se han mostrado sorprendido por la cantidad de granadas encontradas y por el peligro que eso supone para los residentes en la zona.