lunes, 27 de mayo de 2013

Sortu rechaza las intenciones de ETA


La banda quiere ser el laboratorio de ideas para transmitir su «legado» y tutelar el diseño de la izquierda ‘abertzale’, pero la nueva Batasuna se niega a ceder el liderazgo

Arthur Laffer: «Sólo el Gobierno de Aznar lo hizo muy bien»Arthur Laffer: «Sólo el Gobierno de Aznar lo hizo muy bien»La organización terrorista ETA tiene unas aspiraciones políticas (de intendencia) claras en este mundo sin atentados en el que persiste. Su intención es convertirse en una especie de laboratorio de ideas –think tank– para tutelar el diseño político de la izquierda abertzale, con licencia para ratificar su cumplimiento, al tiempo que se erige en la encargada de «trabajar la memoria histórica, realizando la transmisión del legado de la lucha de 50 años».
Una suerte de fundación-museo-poder en la sombra, que cuenta para conseguir sus objetivos con el trabajo de «los promotores en Euskal Herria», es decir, con aquellas personas o asociaciones que han mostrado en el País Vasco su «favoritismo» hacia el proceso por la autodeterminación e independencia que propugna, y con los «promotores y las personalidades internacionales» que se presten a ello. O más concretamente expresado: «La iniciativa de la organización tendrá como objetivo intensificar la presión de Euskal Herria y de la comunidad internacional hasta que a los estados les pueda producir un coste político insoportable no entrar en el proceso de negociación».
La banda terrorista ya anunció en su día que no pensaba disolverse, sino que su intención era transformarse en una corriente interna dentro de la izquierda abertzale. Después, algunos de sus dirigentes admitieron ante los verificadores internacionales con los que conversaron durante más de un año en Oslo –a los que reconocen estar manipulando– que lo que quieren es un puesto en el Parlamento vasco o en algún ayuntamiento de relumbrón. Pero pocos textos resumen mejor sus aspiraciones que el que enviaron ya hace meses a sus militantes durante los últimos meses –incluidos los presos– y que ya ha sido enmendado y redactado de nuevo.
«Aunque algunos de los reclusos le han reprochado a la dirección de la organización que el documento de la conferencia de Ayete celebrada hace año y medio –hoy está previsto que se celebre en en mismo lugar un acto internacional que le dé continuidad–, las propuestas principales de los jefes –las relativas a la función futura de la banda– han sido ratificadas por los reclusos y han reforzado la sensación de contrariedad de los dirigentes de Batasuna –ahora Sortu–, que no quieren saber nada de ETA como corriente interna».
Cierto que tienen los mismos objetivos (aunque difieren en algún elemento táctico y temporal); cierto que en el texto fundacional de Sortu se reconoce el valor de la estrategia diseñada por la organización terrorista en el pasado de la cual el partido se erige en heredero; cierto que van a defender y a homenajear a los etarras cuando sean detenidos o cuando salgan de prisión, y cierto que emplearán la presión interna e internacional hasta que al Gobierno se le haga «insoportable». Pero no están dispuestos a ceder a ETA el liderazgo de la izquierda abertzale.
De modo que los dirigentes de Sortu y Bildu intentan mantener un equilibrio con actos en los que desafían al Estado para no traicionarse y para satisfacer a los suyos, pero que no ponen en peligro su presencia política e institucional.
Los miembros de banda terrorista, que ahora está constituida por unos 20 etarras (más los presos y los huidos), jamás han pecado de humildes, y ahora tampoco. La banda se resistió de forma brutal a dejar los atentados, incluso cuando su brazo político le pedía que abandonara porque, si no, se iban a hundir todos juntos. Pero ahora, aunque admite que fue el único modo de encontrar alianzas políticas, sostiene que «la decisión del final definitivo de la lucha armada» responde a un criterio de «eficacia» y reclama su lugar.
«En la fase política que hemos abierto se debe adecuar el lugar que completa el movimiento de liberación y, dentro de él, la organización, porque queremos capitalizar la cosecha de lucha durante décadas y ser eficaces en los nuevos retos que se nos presentan en el proceso», dice.
El hecho es que, durante décadas, ETA era la «vanguardia» del Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV), sin réplica posible. La no subordinación era zanjada con la expulsión, la muerte o la amenaza de muerte. Ahora, derrotada operativamente sin ninguna duda y tras perder el pulso interno, dice que las relaciones entre las organizaciones de la izquierda abertzale «no deben basarse en la jerarquía o en la subordinación. «Cada uno tiene que tener su espacio y función», dice, «y hay que poner medios para lograr la cohesión». «La dirección política ha de estar compartimentada y unida en el MLNV», insiste.
Pero después se reivindica y precisa. La organización «ofrecerá sus lecturas y aportaciones al MLNV»; «dará noticia de sus decisiones a los miembros de la izquierda abertzale» y, aunque la suya es como la de todos una función de complemento, «por la función que ha completado durante décadas y por la referencia y la experiencia que ha acumulado a ETA le corresponde una importante función dentro de este importante proceso». En resumen: «Hacer seguimiento del proceso de liberación y del desarrollo de la estrategia; hacer la aportación ideológica al proyecto político y a su diseño; ayudar en la cohesión y unión de todo el movimiento, y hacer la transmisión del legado de la lucha de 50 años, trabajando la memoria histórica».
En resumen, no se resigna a carecer de entidad y sigue pretendiendo «desgastar la posición de los estados, debilitando sus argumentos para eludir la negociación o presentándolos como no razonables». Primero sigue pretendiendo resolver la «vuelta a casa de presos y huidos», «el desmantelamiento de la estructura armada» y la «desmilitarización de Euskal Herria»; para después abordar la negociación política «forzando a los estados a la solución del conflicto».
Y ella quiere estar en ambas cosas y en buena parte, lo consigue. Y como asume que el cambio de estrategia no implica que el Estado cambie, admite que el recorrido puede ser largo y recomienda «paciencia». Eso sí, confirma a los suyos que «en adelante no se desarrollará estructura encaminada a llevar a cabo actividad armada».
La banda reivindica su «experiencia acumulada durante décadas»
Llama a usar la presión internacional hasta que al Estado le sea «insoportable»
Insiste en «debilitar los argumentos del Estado para eludir la negociación»
En un texto enviado a los presos, confirma que no retomará las armas

Batasuna copia las estrategias del soberanismocatalán y del movimiento 15M

Hasta el último movimiento. Los encargados de la inteligencia en la lucha contra ETA analizan con precisión todos los pasos que hace el entorno social y político que ha estado siempre tras los terroristas. De forma periódica, en informes reservados, advierten de lo más relevante al Gobierno. En esos documentos hablan de «Batasuna/Sortu» y se refieren a la izquierda abertzale en global. Y dicen que está copiando al soberanismo catalán y al 15-M.
Enuno de sus últimos informes elaborados para el Ejecutivo, los analistas de la lucha antiterrorista estudian los pasos dados por Sortu tras la presentación de su máximo órgano de dirección en su congreso constituyente del 23 de febrero pasado.
Y una de sus conclusiones es clara y contundente: «Sortu/Batasuna» tiene como una de sus referencias políticas a futuro el proceso soberanista en Cataluña, «es una de sus referencias más importantes», apuntan los informes reservados, según explicaron a este periódico fuentes de la luchaantiterrorista.
Pero también detallan lo que para Sortu puede ser su referente a la hora de llevar a cabo movilizaciones, y son las iniciativas del movimiento 15-M. Los informes no vinculan una cosa con otra. Aseguran que Sortu sigue con precisión y al detalle todo lo que son las iniciativas del 15-M con la idea de sacar ideas, tomar ejemplos en su campaña, para que la izquierda abertzale vuelva a ser la dueña de las calles del País Vasco y de Navarra.
De hecho, los analistas antiterroristas ponen ahora como ejemplo de estos seguimientos los episodios de «resistencia civil» llevados a cabo por la izquierda abertzale, con la presencia de cargos públicos, contra las actuaciones policiales y judiciales respecto a los condenados por pertenencia o colaboración con ETA.
En cuanto a sus referencias ideológicas, Venezuela y el movimiento bolivariano siguen estando en su punto de mira.
Según los documentos de los analistas contra la banda terrorista ETA, la estrategia de futuro de Sortu estará determinada por la desobediencia civil.
Se contempla como un instrumento de «lucha alternativo a la violencia terrorista». Y se considera en una triple línea: elemento de confrontación con el Estado, de concienciación y, en una tercera fase, como «acumulador de fuerzas en pro de la independencia».
Los expertos tienen claro que la creación de Sortu no va a significar la desaparicion de futuras coaliciones electorales.
La intención de la izquierda abertzale es seguir operando con un frente nacionalista radical, que trata de «dominar e impulsar» a su conveniencia.
Los servicios antiterroristas tienen claro que en el ámbito político institucional el referente actual de la izquierda abertzale es Cataluña. En otras épocas, el consorcio que rodeaba a ETA los buscaba fuera de nuestras fronteras para defender su soberanismo y tomar nota de las iniciativas que se llevaban a cabo allí (Escocia, Québec, Kosovo...). Ahora, su punto de mira se ha trasladado al interior de España.
Los recientes movimientos soberanistas en el ámbito político institucional en Cataluña han focalizado su atención en este «fenómeno explosivo», hasta el punto de convertirse en un referente para los «ideológos» de «Sortu/Batasuna».
Destacan estos analistas que antes el camino era al revés, que eran los independentistas catalanes y gallegos más radicales los que buscaban referencias en Batasuna, en la izquierda abertzale. Sin embargo, ahora el impulso de los nacionalistas catalanes constituye un punto en el que mirarse para el movimiento radical vasco, concluye la inteligencia antiterrorista.
Un punto determinante para estos especialistas es el estudio de las actuaciones callejeras del 15-M que está llevando a cabo la izquierda abertzale.
Además de detallar en sus informes algunas movilizaciones en las que ambos movimientos coinciden en sus objetivos (contra las privatizaciones de las cajas de ahorros, el cierre de la central de Garoña, las prospecciones para la extracción de gas por métodos no convencionales...), los expertos explican cómo la izquierda abertzale sigue las actuaciones de las plataformas sociales.
La reflexión de los radicales vascos destaca y valora positivamente la fuerza movilizadora del 15-M y, especialmente, las nuevas formas de protesta, que entroncan con la «desobediencia civil que la izquierda abertzale pretende instaurar como principal elemento de lucha de masas», según los expertos antiterroristas.

A la caza de los ‘lobos solitarios’ islamistas

Interior diseña un plan para neutralizar a los seguidores del español Setmarian

El Ministerio del Interior ha puesto en marcha una estrategia específica para evitar posibles atentados de yihadistas individuales. Las acciones de estos lobos solitarios representan ahora «una de las amenazas más difíciles de detectar y neutralizar», según fuentes de la Seguridad del Estado. El instigador de los lobos solitarios es el español de origen sirio Mustafá Setmarian, a través de los textos que publica la revista Inspire. En el último de ellos ha llamado a ejecutar en Europa ataques individuales.
Dentro de su Plan de Lucha contra la Radicalización, el Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista prestará atención principal a la prevención del fenómeno del terrorista individual, que se manifestó por última vez el sábado en París.
Desde que el psiquiatra del Ejército estadounidense Nidal Malik Hasan cometiese una matanza en noviembre de 2009 en la base de Fort Hood, los atentados islamistas tienen en común su ejecución por individuos aislados que actúan de forma espontánea: así lo hicieron Mohamed Merah en Toulouse, los hermanos Tsarnaev en Boston y Michael Adebolajo en Londres.
Interior entiende que España no es ni mucho menos ajena a esta amenaza y el miércoles, el mismo día que un soldado británico moría degollado ante las cámaras en la capital del Reino Unido, la Secretaría de Estado de Seguridad, que dirige Francisco Martínez, encargó un documento que establece las líneas generales de un plan de acción contra los terroristas individuales.
Como ya informó este diario en abril, las fuerzas de seguridad mantienen vigilada a una treintena de individuos radicalizados por el temor de que puedan pasar a la acción y cometer un atentado.
Las fuentes consultadas clasifican a los lobos solitarios en tres grandes grupos: «Individuos autorradicalizados que deciden realizar una acción por sí mismos sin presión o intervención de agentes exteriores; aquéllos que actúan solos, pero con la intervención de un líder en su proceso de radicalización o en la planificación del ataque, y personas inestables mentalmente que se expresan violentamente a través de matanzas».
En todos los casos, su actuación es casi imposible de prevenir. Como parte de la Estrategia Integral contra el Terrorismo Internacional que desarrolla un grupo que implica a seis ministerios, el Plan de Lucha contra la Radicalización pondrá el acento en evitar la captación de nuevos terroristas, reforzando especialmente la vigilancia sobre los focos de radicalismo e identificando individuos vulnerables para minimizar su exposición a mensajes yihadistas.
Aunque no hay un perfil definido del terrorista individual, en todos los casos que se han conocido desde 2006 existe un elemento fundamental en común: el acceso a contenidos de proselitismo radical en internet.
La intención de Interior es, por esa razón, dar prioridad a su Plan contra el Ciberterrorismo, cuyo objetivo es detectar actividades de adoctrinamiento e incluye la monitorización constante de páginas y foros en los que se divulguen mensajes radicales.
A lo largo de 2013, las fuerzas de seguridad han arrestado en España a cuatro personas con perfil de lobo solitario o similar: los marroquíes Mohamed Echaabi, Ridouan ben Omar y Hasan Jaaouani, y el argelino Nouh Mediouni. Sólo este último permanece en prisión, después de haber confesado que pertenece a Al Qaeda. Los otros tres están imputados, pero en libertad, como los cuatro que fueron detenidos en 2012.
En estos casos, la actuación policial suele ser muy preventiva, con el argumento de evitar riesgos. Pero para poner a un detenido la etiqueta de terrorista, los jueces aplican la jurisprudencia que establece el Tribunal Supremo desde la sentencia del 11-M: «No basta demostrar que el acusado piensa de una determinada manera, o que contacta o se relaciona con otros de la misma o similar ideología. Es necesario probar, al menos, que ha decidido pasar a la acción».
Para facilitar las intervenciones policiales contra el islamismo, en 2010 se incorporaron al Código Penal los delitos de captación y adoctrinamiento y el de «distribución o difusión pública» de mensajes dirigidos a «alentar» la perpetración de atentados o a incrementar el riesgo de los mismos. Este último ha sido muy criticado por una parte importante de la doctrina jurídica, que entiende que puede vulnerar la libertad de expresión.
> Vea hoy en Orbyt el análisis de Joaquín Manso.
 
. M. MADRID
  • 27/05/2013 ESPAÑA
  • Así se extiende «el cáncer ‘yihadista’»


    El español Setmarian había llamado en marzo a ejecutar ataques individuales en Europa

    «Extender el cáncer yihadista para enfrentarse al cáncer maligno del actual orden mundial». Ése es el objetivo del terrorista individual, según la doctrina de Abu Mus’ab al Suri, como se conoce en el islamismo radical al español de origen sirio Mustafá Setmarian, inspirador de los lobos solitarios. Fuentes de la Seguridad del Estado confirmaron que está vivo, posiblemente refugiado en el Líbano, después de que Bashar Asad lo excarcelase a finales de 2011.
    Principalmente, la influencia de Setmarian se produce a través del manuscrito de 1.600 páginas Llamada a la resistencia islámica global, propagado en foros islamistas en 2004. La obra alcanza notoriedad mundial desde 2010: sus pasajes más relevantes pueden leerse por fascículos en inglés en cualquier rincón del planeta a través de la revista Inspire, editada en Yemen para su difusión en internet, con un diseño muy atractivo, por Al Qaeda en la Península Arábiga. En su número de marzo, el capítulo de Setmarian llama expresamente a los musulmanes de Europa a cumplir con su «deber» y ejecutar ataques individuales.
    El mensaje de Setmarian –al que siguieron después destacados líderes islamistas como el libio Abu Yahya o el estadounidense Anwar al Awlaki– es sencillo: la guerra santa puede hacerse de forma individual, precisamente porque organizarse en grupos «frustra cualquier medida de seguridad», desde «el confort» de los países de residencia, a los que se debe «golpear» con todas la fuerzas para «resucitar el espíritu de la yihad».
    Setmarian llegó a España en 1985 –se cree que ese año participó en el asesinato de 18 personas en el restaurante El Descanso– y dos años después se casó con la española Elena Moreno, con lo que adquirió esa nacionalidad. Permaneció hasta 1994 en nuestro país, donde ayudó a crear la primera célula de Al Qaeda.

    2 comentarios:

    1. Los batasunaris, parece que no quieren que los asesinos tutelen sus movimientos, cosa extraña en ellos, cuando han hecho siempre lo contrario. Lo que debe de hacer el desgobierno, es ilegalizarlos ya.

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