sábado, 24 de marzo de 2018

Julio de la Iglesia: «Somos el resultado de las cinco personas con las que más nos relacionamos»


 

La Razón.es

Dice que «el coraje es mayor cuando rendirte no te salva», que el valor lo puede tener «cualquiera», no sólo los cuerpos de élite. De la Iglesia ayuda a sacar al héroe que llevamos dentro y asegura que «sentir miedo es de valientes».



Madrid.
22 de marzo de 2018. 00:06h
Ha sido tres veces número uno en oposiciones al Estado. Policía Nacional, Tedax... se ha convertido en un experto en miedos, los ha vivido, estudiado e incluso ha creado una fórmula para desactivarlos y de ello da fe en su web: www.gestiondelmiedo.com. Imparte cursos, da formación a equipos y es coach de importantes directivos de este país. Salva vidas y en paralelo ayuda a sacar al héroe que llevamos dentro. Esta convencido de que «el miedo es de valientes» y si tuviera un súper poder dice que sería «el ayudar a los demás a sacar el coraje».
–Desactivar el miedo, ¿cuál sería el cable rojo?
–El cable rojo del miedo es la imaginación porque anticipamos la peor de las situaciones, además, en tiempo real. Esperamos que lo peor que estamos imaginando nos ocurra ya. Por que piensas: ¿ Y si fracaso ? ¿Y si no gano? ¿Y si es cáncer?
–Deberíamos quitarnos muchos «y si...»?
–Sí, centrarnos en resolver eficazmente el ahora.
–¿Con qué miedo nos quedamos?
–El miedo vital, el que nos ayuda a sobrevivir, hay que mantenerlo. El miedo es una de las primeras emociones que aparecen cuando nos enfrentamos a las cosas importantes de nuestra vida. Pero el miedo tóxico, el que no nos deja avanzar, es el que tenemos que desactivar o aprender a gestionar.
–¿Es contagioso?
–Sí, de hecho todas las emociones se contagian y los estados de ánimo también; la angustia y el estrés también lo son. Somos el resultado de las cinco personas con las que más nos relacionamos.
–¿Hay que tener miedo al miedo?
–El miedo al miedo es uno de los más comunes. La gente teme a los síntomas del miedo. Las dos palabras que llaman al miedo son «no puedo»; es como llamarlo a voces. Y lo que más capacita es tener una autoconfianza colosal; por eso hay que empezar a trabajar en el lenguaje empoderado, en la corporabilidad de victoria, en los pensamientos positivos. Tengo que pensar que va a salir bien para que salga bien.
–¿Existiría alguna vacuna?
–La actitud de combate. El modo de salir del miedo es teniendo una meta superior al miedo que tengo que vencer. Así, un carácter miedoso puede dar a luz un acto valeroso.
–¿Si el miedo viene de fuera? –Hay que ver qué se esconde detrás de él, porque allí se encuentra nuestro crecimiento.
–Un Tedax coge al miedo con pinzas...
–Un Tedax afronta el miedo porque se ha formado, porque tiene una misión que es más importante que su miedo.
–¿Usted le teme a algo?
–Tengo miedo a que le pase algo a mi hija y yo no poder salvarla, y a la mala conciencia.
–¿Tiene mala conciencia?
–Me esfuerzo continuamente por ser coherente y no tenerla.
–¿Hay quien jamás siente miedo?
–Sí. Decía Aristóteles que al temerario o al imprudente, no se les puede llamar valiente porque no sienten miedo. Solo lo es el que actúa a pesar del miedo.
–¿Se puede salir del miedo sin ayuda?
–Fui claustrofóbico y he salido gracias a las investigaciones que he seguido, a ciertas personas y a tener un motivo. Se necesita un experto que lo haya superado y que te guíe en el camino.
–¿Qué papel juega el coraje en todo esto?
–Es fundamental. El miedo se gana en la acción no en la ensoñación. Cuando el coraje es mayor es cuando rendirte no te salva, cuando tienes que jugarte la vida para conseguir otra salida. Ahí es donde el coraje demuestra todo su valor.
–¿Hay empresas muertas de miedo?
–Sí. Están sometidas a la presión de los resultados. El miedo ha sido el modelo clásico de gestión de las compañías y las organizaciones. Trabajar con miedo inhibe la creatividad, bloquea el talento y la adaptación a los cambios. El éxito de cualquier empresa pasa por unir y empoderar a sus equipos, antes de marcar ninguna meta. Lo primero es gestionar los miedos, definir los talentos y habilidades de cada miembro y luego ir a por el objetivo. Como un comando.
–¿Todos somos héroes?
–Tengo una fe ciega del poder del individuo como motor de cambio. Si quieres ser un héroe, piensa y actúa como tal. El héroe tiene que basarse en los valores tradicionales de justicia, libertad, lealtad, honor y coraje y salir con el convencimiento de que tiene una misión importante: la suya.