lunes, 6 de noviembre de 2017

El «maestro» que cobra menos que el «alumno»


La Razón.es

Los TEDAX se juegan la vida en cada intervención. Los Mossos se instruyeron en esta especialidad en los cursos de la Policía y ahora ganan unos 700 euros netos más


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    El subinspector de la Policía Nacional y TEDAX, Julio de la Iglesia con uno de los robots que se emplean en la desactivación de explosivos
05 de noviembre de 2017. 03:25h

Los Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos (TEDAX) forman parte de una élite de la Policía Nacional que trabaja de manera discreta, silenciosa y sacrificada. Saben que «el primer error es el último». Han intervenido en varios miles de incidentes con un solo objetivo: salvar vidas aún a costa de arriesgar la suya. También contribuyen a aminorar la destrucción de todo tipo de bienes tanto públicos como privados. Además, han asumido también las funciones derivadas de la amenaza NRBQ (nuclear, radiológica, químico y biológica) lo que les sitúa en el nivel más alto de un incidente o la lucha contra el terrorismo.
El subinspector Julio de la Iglesia tenía 27 años cuando decidió ingresar en el Cuerpo Nacional de la Policía. Trabajaba en un banco, con un buen sueldo, cuando marcó el 091 pensando que allí le dirían como lograr el sueño que tenía cuando era niño: ser policía. «Me dijeron que ése era un teléfono de urgencias, y que ahí no daban ese tipo de información, pero yo no conocía a nadie que me orientara y me dio el nombre de una academia para opositar». «Entonces mi ex suegra me advirtió de que en la Policía se pagaba muy mal, me dijo que era muy peligroso; que con lo que estaba ganando entonces... Además tampoco estábamos muy bien mirados...» «Pero yo tenía el convencimiento de que era lo que quería». Se matriculó en dos academias, una por la mañana y otra por la tarde y se sacó el carné de conducir en tiempo record. Quedó el primero en la oposición. Tras unos años en la Brigada Provincial de Madrid pasó al Grupo anti ETA y fue allí donde se topó con la especialidad que lleva ejerciendo durante 17 años: TEDAX. En los años en los que la banda terrorista fustigaba España, una carta bomba llegada a la antigua Casa de Correos le había volado la mano a un cartero; quedaba otra por desactivar. «Hasta allí llegamos los de información, los zetas... y sólo quedó una persona en medio, con un traje de astronauta para mí y nos atrincheramos todos para dejarle trabajar a él», recuerda. Tras desactivarla, se quitó el casco y sudando le pidió un cigarro. Ese día no dejó de pensar que él quería ser uno de ellos.
Los primeros TEDAX de los Mossos d`Esquadra se instruyeron en los cursos que impartía la Policía Nacional y ahora, curiosamente existe una diferencia salarial entre ambos Cuerpos y especialidad que puede rondar entre los 700-800 euros netos. Iglesias, miembro de la Unión Federal de la Policía (UFP), destaca que su labor como policía es «muy vocacional», de hecho «gané menos de Policía que lo que ganaba entonces en la calle, pero me compensaba por otras cosas. Creo que se nos debe pagar en su justa medida y que nuestro esfuerzo sea valorado tanto por la sociedad como por nuestros políticos». De hecho el agravio comparativo con la policía autonómica ya le parecía mal en sus inicios.
Para un desactivador «la mayor recompensa es el trabajo bien hecho» asegura. «No buscamos la medalla ni la notoriedad sino que cuando nos llamen podamos hacer nuestro trabajo con dignidad y valor».
El miedo también va asociada a esta profesión de riesgo y se entrenan para combatirlo. «Si el miedo lo alimentas no te deja trabajar, te puede bloquear. Una de las cualidades de cualquier TEDAX es el control de las emociones, la templanza, la creatividad, la disciplina con la que haces lo que tienes que hacer, porque te has entrenado para ello, porque es tu deber». El subinspector recuerda que es una especialidad formada «por hombres y mujeres –18 mujeres en toda España– , con hijos, familia –estemos o no separados– y entre nosotros no hay ningún suicida », subraya. «Es una labor que se basa en el conocimiento, la técnica y el coraje». Le tocó vivir, junto a sus compañeros, la masacre del 11-M en la estación de El Pozo. «Fue una experiencia muy dura». Asegura que «implicarse emocionalmente es perder el control. Hay que tener serenidad de presencia y cuanto más complicada es la situación, más serenidad a la hora de actuar».
Dice que cada día acude a un trabajo «donde quiero venir a trabajar. Me encuentro además con un equipo muy motivado y compañeros que son muchos amigos». Recuerda que «por desgracia 13 desactivadores han muerto en acto de servicio más otros tantos heridos». «En el tiempo que llevamos, en toda España hemos cubierto 350.000 incidencias de las cuales 12.700 son de artefactos reales».
El curso TEDAX es uno de los más largos en su formación y cada año se están actualizando. «Y es que cuando hay un incidente con bomba «o resolvemos nosotros o no resuelve nadie». «Somos el último eslabón de la cadena».

Un policía nacional de Talavera nos cuenta su experiencia en Cataluña: ‘Hay un antes y un después del 1-0

 

La voz del Tajo.com

Prefiere mantener el anonimato, lo respetamos. Se trata de un talaverano enrolado en las filas de la UIP (Unidad de Intervención Policial) que ha sido desplazado –con cientos de compañeros– a Cataluña para reforzar la seguridad a la vista de los acontecimientos acaecidos en las últimas semanas. Ante todo, cuando le preguntamos qué siente viviendo la situación actual en primera persona una sola palabra inunda su garganta: ‘EMOCIÓN’.

Su trabajo no es de los más agradecidos ni los más entendidos, puesto que la actuación de un poli- cía de intervención siempre está en el ojo del huracán, allá donde hay conflictos, pero él nos asegura que siente alegría por “haber descubierto una Cataluña diferente”.

Tiene muy claro que “hay un antes y un después del 1 de octubre”, pero no por las circunstancias independentistas, las noticias que aparecen en los medios o el propio referéndum sino porque “la gente catalana que se siente española ha dado un paso adelante y ya no es- conde su forma de pensar. Y esa situación la exterioriza con nosotros. Nadie podía imaginar que recibiríamos tal cantidad de muestras de apoyo y reconocimiento hacia nuestro trabajo por parte de la población”.

Esa ‘gratificación de la gente’ (como la define este policía talaverano) es el mayor valor con el que cuentan él y sus compañeros en este momento convulso.

Pero también existe la incertidumbre en su ánimo, porque nadie sabe qué ocurrirá mañana ni cuánto

tiempo durará esto, pero “estamos contentos porque estamos participando en primera persona en un episodio importante de la Historia de España”.

“No es lo mismo verlo desde Talavera que vivirlo aquí, en Cataluña”, nos atestigua, “estar continuamente a la expectativa es nuestro trabajo, pero haber tenido que dejar nuestros alojamientos en la comunidad autónoma de Cataluña y tener que hospedarnos en Aragón o Valencia no ha sido nada agradable. Eso sí, las muestras de cariño enjugan cualquier mal sentimiento”.

La labor de un UIP, como reflejamos en el apoyo junto a estas líneas, es ‘la actuación en inminentes o graves episodios de alteración de la seguridad ciudadana que ocurran en territorio español’ y a eso se refiere este policía cuando han surgido muchas críticas a su trabajo. “Sólo hemos cumplido con un man- dato judicial y tras pedirle a la gente que obstaculizaba nuestra entrada en los colegios que nos dejara pasar para cumplirla, y se negaban, volver a pedírselo cogiéndole del brazo, y se volvían a negar (todo aderezado con insultos, empujones, escupitajos y forcejeos), no tenemos más remedio que actuar para poder acceder a los centros y así conseguir hacer cumplir la Ley”, nos relata.

Además, miles de anécdotas complementan su estancia en Cataluña –no sabe hasta cuándo–. “Ayer un hombre paró su coche junto a mí y se puso a llorar dándonos las gracias por estar aquí. Días atrás una chica, muy emocionada, se dirigió a nosotros diciéndonos que ‘no les dejáramos solos’, un hombre mayor nos agradecía nuestra labor asegurando que todo esto era una locura, esos son los detalles que gratifican nuestro trabajo”, el trabajo de un policía talaverano en Cataluña.

LA UIP
Las UIP fueron creadas en 1989 mediante el real decreto 1668/1989 del 29 de diciembre, siendo José Luis Corcuera ministro del interior. Su principal objetivo es la actuación en inminentes o graves episodios de alteración de la seguridad ciudadana que ocurran en territorio español. En concreto dicho real decreto las atribuye las siguientes funciones:

- Colaboración en la protección de SS. MM. los Reyes de España y altas personalidades nacionales y extranjeras.

- Prevención, mantenimiento y restablecimiento, en su caso, de la seguridad ciudadana. - Intervención en grandes concentraciones de masas, reuniones en lugares de tránsito público, manifestaciones y espectáculos públicos.

- Actuación y auxilio en caso de graves calamidades o catástrofes públicas.

- Actuación en situaciones de alerta policial, declarada, bien por la comisión de delitos de carácter terrorista o de delincuencia común y establecimiento de con- troles y otros dispositivos policiales.

- Protección de lugares e instalaciones en los supuestos en que así se determine.

- Intervención en motines y situaciones de análoga peligrosidad.