Han pasado ocho años desde aquel terrible e inolvidable 11 de marzo en el que 192 personas murieron a consecuencia de un sanguinario atentado.
Éste no es un aniversario más. Es el primero en el que el Gobierno de España no lo controla el partido que fue beneficiario de la matanza, aunque el PSOE no tuviera nada que ver con ella y su victoria pueda considerarse absolutamente legítima desde el punto de vista democrático.
Pero una cosa es que no se pueda poner en cuestión el triunfo socialista y otra muy distinta que cerremos los ojos ante una evidencia: sin atentado, el PP seguramente habría ganado.
Recordaré sólo la encuesta que publicó el diario El País el día 7 de marzo de 2004 (una semana antes de los comicios y, por tanto, cuatro días antes del atentado). El citado sondeo daba cuatro puntos de ventaja al PP (42% frente al 38% del PSOE). Además, el 67% de los encuestados pensaba que el próximo presidente sería Rajoy, mientras que sólo un 11,6% creía que lo sería Zapatero.
Es evidente que el atentado tuvo una motivación política. El entonces director del CNI, Jorge Dezcallar, en su comparecencia en el Congreso de los Diputados en la comisión de investigación sobre los atentados, afirmó que «la elección de la fecha -de la masacre- no fue casual».
El director del FBI, Robert Mueller, en una comparecencia ante los medios de comunicación el 26 de junio de 2004, recalcó que los atentados de Madrid se hicieron con el objetivo de cambiar el resultado de las elecciones.
Es decir, que la matanza no era un fin para los terroristas, sino el medio para conseguir un objetivo político.
Si eso no se tiene en cuenta no se entiende lo que ha sucedido desde entonces.
La tesis del Gobierno de Zapatero ha sido la misma que motivó las movilizaciones previas al día de los comicios del 14-M: el atentado del 11 de marzo fue la consecuencia de la venganza de Al Qaeda por la intervención de España en la guerra de Irak. De hecho, así se expresó en el escrito de conclusiones de la Fiscalía previo a la apertura del juicio oral que tuvo lugar en 2007.
Aunque los jefes policiales orientaron la instrucción de Del Olmo en ese sentido, no se pudo probar ninguna conexión entre los presuntos autores del atentado y Al Qaeda.
La tesis de un autor intelectual conectado directamente con la organización de Bin Laden se desmoronó durante la vista oral, a pesar de que la Fiscalía situó en la cúpula del grupo que llevó a cabo el atentado a tres islamistas distintos.
Al margen de alimentar esa falsa teoría, algunos jefes policiales se encargaron de abortar cualquier intento de sus subordinados de seguir pistas que podían llevar por otros derroteros.
Ese vicio de origen (que la investigación no perturbara la tesis oficial) contaminó la instrucción y ha impedido que, ocho años, después, aún no sepamos la verdad sobre lo ocurrido.
El único encarcelado como autor material de la matanza, Jamal Zougam, fue condenado, fundamentalmente, como consecuencia de dos testimonios que, a la luz de los hechos revelados por EL MUNDO, resultan más que dudosos.
Pero es que, sin la detención de Zougam justo 24 horas antes de las elecciones, el carácter islamista del atentado se habría quedado en pura especulación.
El comisario jefe de los Tedax, Sánchez Manzano, tiene un papel clave en el asentamiento de la tesis oficial, basada en que el explosivo utilizado por los terroristas fue Goma 2 ECO sustraído de Mina Conchita por la banda de Jamal Ahmidan, El Chino.
Pero la sentencia ni siquiera pudo establecer como un hecho probado esa hipótesis, porque los escasos y deteriorados restos sobre los que trabajaron los peritos judiciales sembraron más dudas que certezas. Es más, los componentes hallados en uno de los focos se corresponden con el explosivo Titadyn y no con los de la Goma 2 ECO.
Uno de los secretos mejor guardados de ese gran misterio que es el 11-M es por qué Sánchez Manzano goza de tanta protección. Es evidente que el jefe de los Tedax mintió a Del Olmo cuando dijo que no se había podido determinar el tipo de dinamita que estalló en los trenes. Y también lo es que mintió al propio tribunal.
Cuando el juez Gómez Bermúdez dijo aquello de que algunos de los testigos irían «caminito de Jerez», apuntando a una imputación por falso testimonio, se estaba refiriendo a Sánchez Manzano. ¿Por qué no fue procesado entonces?
Las asociaciones de víctimas (la Asociación de Ayuda y, posteriormente, la AVT) iniciaron una acción penal contra el comisario jefe de los Tedax, que, una vez admitida a trámite, fue avalada incluso por el propio fiscal. A pesar de que los testimonios de sus subordinados pusieron de manifiesto que Sánchez Manzano fue responsable de la desaparición de cientos de restos de los focos de las explosiones, la Sala de la Audiencia Provincial ha cerrado el caso al entender que los hechos ya fueron juzgados.
Por otra parte, la titular del Juzgado número 39 de Madrid ha decidido también rechazar la querella de Zougam por falso testimonio contra las testigos protegidos.
¿Está entonces cerrado judicialmente el 11-M? Yo diría que no. Al margen de los recursos interpuestos en las dos querellas antes mencionadas, el cambio de gobierno ha provocado un hecho relevante y positivo, como ha sido la decisión del fiscal general de ordenar una investigación sobre uno de los restos de los trenes descubierto por Libertad Digital.
No creo, sin embargo, que el cambio de gobierno altere sustancialmente las cosas. Si las asociaciones de víctimas se preguntan qué puede hacer Rajoy en este asunto, yo les diría que lo mejor es que no haya interferencias políticas. Que los fiscales, jueces y policías actúen con criterio profesional. Nada más y nada menos.
Como puede comprobarse, tras ocho años, siguen apareciendo elementos nuevos que ponen en cuestión la sentencia dictada por la Audiencia Nacional. Los periodistas no podemos darnos por vencidos en nuestra labor de intentar descubrir la verdad.
Como dijo el propio juez Bermúdez en una entrevista concedida en 2006 a EL MUNDO: «El juicio del 11-M no es universal. Si aparecen hechos nuevos, podrán abrirse nuevas investigaciones». Nuestro compromiso sigue siendo el mismo que en 2004.
Valiente porquería de justicia, valiente porquería de juicio, valiente porquería de algunos miembros de la judicatura, valiente porquería de algunos miembros del CNP, valiente porqueria de algunos miembros de la G.C., valiente porquería de algunos miembros del CNI, valiente porquería de algunos mienbros del ejército, valiente porquería de algunos mienbros del gobierno saliente. Y todo eso para seguir como estamos sin saber la verdad. Espero que sus conciencias les pase factura, y tiempo al tiempo, que lo irán pagando.
ResponderEliminar