lunes, 12 de diciembre de 2011

Toda la verdad sobre el magnicidio de Carrero Blanco, al descubierto: Contexto político del momento (2 de 7)


Alerta Digital

Pesame

El entonces príncipe Juan Carlos da el pésame a la viuda del almirante Carrero durante su funeral.

José María Manrique/Matías Ros (Autores del libro ‘El magnicidio de Carrero Blanco’).- Empecemos por pasar revista a la situación española al comienzo de los años setenta del pasado siglo, lo cual nos permitirá conocer a los actores del drama.

Separatismo y terrorismo

El 31 de Julio de 1959 había nacido la organización separatista, marxista y terrorista ETA (Euzkadi ta Azkatasuna, País Vasco y Libertad), como una escisión radical de las juventudes del PNV (Partido Nacionalista Vasco) y con fermento clerical (consiliarios de las Juventudes de Acción Católica Rural y algunas instituciones religiosas, como la Universidad de Deusto, regida por los jesuitas [1]).

El último guerrillero abatido en España fue José Castro Veiga El Piloto que cayó, sin haber abandonado las armas, en la provincia de Lugo (Galicia), en marzo de 1965.

Entre 1968 y 1973, ETA cometió nueve asesinatos [2] (aunque solo uno premeditado), 137 sabotajes, cuatro secuestros y 330 acciones diversas, algo muy lejano de los bastantes más de los casi dos mil asesinatos que llegará a perpetrar. El respaldo y apoyo clerical permanentemente formó parte de la propia infraestructura y logística de ETA.

En diciembre de 1970 tuvo lugar el Proceso de Burgos, consejo de guerra sumarísimo contra dieciséis etarras, dos de ellos sacerdotes, acusados de haber matado, o colaborado, en el asesinato del inspector Melitón Manzanas, el guardia civil de tráfico José Pardines y el taxista Fermín Monasterio. Se dictaron nueve penas de muerte, todas ellas conmutadas. Se produjo un fuerte movimiento comunista en contra, así como de algunos sectores de la Iglesia, principalmente catalanes y vascos (especialmente los monjes del monasterio de Montserrat, y los obispos de San Sebastián y Bilbao, Monseñores Argaya y Cirarda); también hubo grandes campañas de prensa en el extranjero.

Iglesia

Si en julio de 1949 Pío XII publicó un decreto excomulgando a los católicos afiliados a los partidos comunistas, Juan XXIII, dice textualmente De la Cierva [3], había inclinado a la Iglesia hacia un compromiso social y aun político netamente favorable a la izquierda … situando en importantes puestos asesores del Concilio a teólogos “progresistas” anteriormente descartados, a veces con suma dureza, por Pío XII. Pablo VI, aparentemente favorable al régimen de Franco mientras estuvo al servicio directo de Pío XII, después dio muestras frecuente de desvío y hostilidad …Trató por todos los medios -que para un Papa eran muchos y poderosos- de orientar al Episcopado español al margen del régimen e incluso en contra del régimen de Franco. No olvidemos que en 1962, en Metz (Francia) se había firmado un Tratado Secreto entre el Vaticano y Moscú, y que en 1964 Pablo VI dio orden de paralizar todos los procesos de beatificación de los mártires de la Cruzada. Dadaglio fue nombrado nuncio en España en 1967 y lo sería hasta 1980; Ricardo de la Cierva, experto estudioso de la masonería y siempre fiel a la Iglesia Católica, al comentar la controvertida lista de la Gran Logia Vaticana, del periodista Carmine Pecorelli, constata “la verosimilitud masónica” de Luigi Dadaglio y de su consejero Monseñor Dante Pasquinelli; al nuncio se le ha considerado el artífice de la “revolución” en la Iglesia española. Por su parte Pablo VI, en 1972, se empeñó en nombrar al separatista José María Setién como obispo auxiliar de San Sebastián.

URSS

España seguía, aquellos años, estando en el punto de mira del marxismo internacional, como lo demuestra el siguiente comunicado de la Conferencia de los partidos comunistas y obreros celebrada en Moscú, en junio de 1969: Al evocar a los héroes de la lucha antifranquista no es posible olvidar la actividad de los obreros, estudiantes e intelectuales del País Vasco, entre los que destacan los comunistas, los católicos progresistas y los militantes nacionalistas de ETA, que al luchar por los derechos nacionales de Euzkadi, lo hacen por la libertad de todos los pueblos de España [4]. Esto no es más que una muestra de la estrecha relación, apenas disimulada, existente entre el PCE y ETA, y que De la Cierva, en su libro “Carrillo Miente”, califica de “extraordinaria comprensión”.

La especialista norteamericana Claire Sterling [5] confirmó los contactos, desde 1971, de ETA e IRA a través de un enlace de la KGB en Argelia. También refiere otros contactos de ETA con movimientos de matiz comunista: el famoso terrorista “Carlos” (luego se hablará de él), la Cuba castrista, los “Tupamaros” uruguayos, los “Montoneros” argentinos, Argelia, Libia, la OLP palestina (Al Fatah), las “Brigadas Rojas” italianas, los terroristas alemanes, los independentistas corsos y bretones, China. Eso sí, Claire no menciona a la CIA.

Por otro lado, desde 1956 habían empezado múltiples contactos secretos entre España y la URSS y, en enero de 1968, la agencia Europa Press anunció que: Después de años de discusiones secretas entre los Embajadores de España y URSS en Paris, el principio de establecer relaciones diplomáticas oficiales entre ambos países fue adoptado. En 1969 se ratificó un acuerdo de colaboración marítima con una misión comercial soviética. España concedió facilidades “portuarias” en Alboran y otros puntos de la costea Este de la Península, además de Canarias. En 1970 el “tecnócrata” López Bravo, Ministro de Asuntos Exteriores, hizo una escala técnica en Moscú, y en 1973 estableció relaciones plenas con Alemania Democrática y China Comunista (rompiéndolas con China Nacionalista).

EE.UU.

El “gobierno vasco en el exilio”, en Nueva York durante años, y el PNV, habían sobrevivido durante la Segunda Guerra Mundial gracias a la colaboración de muchos de sus hombres con el OSS norteamericano (Office of Strategic Services), el antecesor de la CIA, cuando España era uno de los potenciales enemigos de los aliados; posteriormente muchos agentes vascoseparatistas trabajarían para la OSS en Hispanoamérica, cuando el enemigo era un comunismo que empezaba a enseñorearse de su “patio trasero”. El Lendakari José Antonio Aguirre [6] y sus hombres extremarían sus convicciones antisoviéticas y pronorteamericanas, echándose en brazos de la CIA y otros servicios de inteligencia a lo largo de más de dos décadas. Además de lo anterior, y menos sabido, hay que tener en cuenta que la OSS estaba controlada por Nelson Rockefeller por medio de la Oficina de Asuntos Interamericanos [7]; dice Guillermo Buhigas: (Para el PNV) se trataba de pactar una soberanía vasca en un nuevo espacio político; se llamaría Confederación Ibérica (España y Portugal)… Para contribuir decisivamente a este proyecto, Aguirre contaba con unos buenos servicios de información en España a través de los masones infiltrados en la Democracia Cristiana; también disponía de sus propios agentes …Pepe Michelena y compañía pusieron (los “Servicios”) a disposición de los Gobiernos de Washington y Londres (según la autobiografía de Javier Arzallus) … EE.UU. no tuvo necesidad de enviar agentes autóctonos a la zona (Hispanoamérica) hasta los años 60 porque los vasco-americanos jugaron ese papel (según Antonio Irala) … Se organizó así una Euzko-Naya (Voluntad Vasca), una especie de guerrilla-maquis en el interior … al tiempo (que) lograron el control de la Brigada Vasca Askapena, una brigada … formada por combatientes en el exilio y enrolada en el ejército francés bajo el mando del General masón Charles Degaulle …En mayo de 1945 se constituyó la unidad (también conocida como Brigada Rosthchild o Comandos Americanos) … en el Castillo Rothschild, en Cernay la Ville … El contrato, en inglés, se establecía entre los particulares (voluntarios vascos) y el Gobierno USA; los gudaris serían empleados de este Gobierno durante seis meses … (pero, el 8 de julio de 1945) lo cierto es que Truman se desentendió de los compromisos adquiridos por su predecesor (Roosevelt). Por otro lado, Daniel Arasa, en “Los españoles en la guerra del Pacífico” (Laia Libros, Barcelona, 2001), relata que, durante la Segunda Guerra Mundial, los norteamericanos reclutaron a 60 vascos emigrados a Estados Unidos para emplearlos en la transmisión de mensajes por radio en euskera; el planificador de esta operación en la campaña del Pacífico fue el capitán de transmisiones Frank D. Carranza; junto al Almirante Nimitz estuvieron tres tenientes (Nemesio Aguirre, Fernández Bacaicoa y Junana), como traductores. Conste todo lo anterior para dibujar la antigua relación vasca con Norteamérica.

El general Francisco Franco Salgado Araujo, secretario personal de Franco, en un diálogo con éste, anotó el 29 de mayo de 1967 en su diario lo siguiente. Le digo al Caudillo: La obsesión de la CIA es que nuestro Estado tolere, y legalice después, dos partidos, uno de carácter socialista y otro democrático … para conseguirlo no vacilará en financiar sistemáticamente a grupos de activistas … financiando las huelgas de Asturias o los tumultos de Madrid y Barcelona … para cumplir el deber de prever el futuro, pues de lo contrario al régimen débil sucederá el caos, y a éste el comunismo. Su Excelencia me dice: “El gobierno está bien informado de estas actividades, que sigue de cerca” [8].

En 1969 el comunista Alfonso Yébenes Simón fue detenido, tras una larga operación, y conducido a la Dirección General de Seguridad, donde pidió hablar a solas con un comisario; una vez conseguido dijo ser miembro de la CIA y dio un teléfono para que lo confirmaran; poco después dos miembros de la embajada norteamericana se hicieron cargo del detenido [9].

A finales de octubre de 1970 visitó España el Presidente Nixon. Según el ubicuo General Vernon A. Walters, por entonces consejero de la Casa Blanca para misiones especiales (una especie de embajador volante secreto con destino de agregado militar en Roma), el presidente norteamericano mantuvo con Carrero Blanco, entonces Vicepresidente del Gobierno, “una de las conversaciones más interesantes de todos sus viajes”. El republicano Nixon era un convencido anticomunista y, aparentemente, un gran amigo de España.

La Ley de Sucesión de la Jefatura del Estado, de 1947, había declarado que España era un Reino. El 22 de julio de 1969 Juan Carlos fue designado sucesor a título de rey, con el provisional de príncipe de España; al día siguiente se ratificó el nombramiento ante las Cortes, con su solemne juramento de guardar y hacer guardar las Leyes Fundamentales del Reino y los Principios del Movimiento Nacional (el 22 de noviembre de 1975; en su entronización, volvería a hacer un juramento similar). En el verano de aquel mismo año Don Juan hizo un pacto dinástico con su hijo para que éste accediera al trono. En enero de 1971 Juan Carlos visitó los EE.UU., siendo recibido con honores de jefe de estado; los contactos previos al viaje fueron establecidos por lord Louis Mountbatten, tío abuelo del príncipe [10]; también Laureano López Rodó fue promotor de este viaje (desde 1962 era Comisario del Plan de Desarrollo, con categoría de Ministro).

En febrero de 1971 volvió Walters a España y se entrevistó con Franco, comunicándole el interés de Nixon sobre la cuestión de su sucesión y sugiriendo la conveniencia de proclamar rey a Juan Carlos en vida del Generalísimo. Walters, en su libro “Misiones discretas”, transcribió las respuestas de Franco, cuya síntesis, según Ismael Medina, es la siguiente: El Príncipe de España será el futuro rey y traerá la democracia que ustedes quieren y de la que desconfío; mi legado es la nueva y extensa clase media creada por el régimen, la cual, con el amparo del Ejército, hará posible una transición pacífica a esa democracia [11]. Curiosamente, Nixon encargó a Walters que entregara su informe en las oficinas del Presidente de EE.UU. y no en las del Secretario de Estado, Kissinger [12]. Walters, que en 1959 había acompañado a Eisenhower a Madrid, era un militar con amplios conocimientos sobre Europa y España, era católico y hablaba múltiples idiomas; en aquella ocasión dejó constancia de que había hablado con “varios militares españoles amigos suyos” y todos le garantizaron el apoyo a Juan Carlos.

Respecto a la CIA y su entorno, entre 1968 y 1977 Kissinger [13] fue Consejero de Seguridad Nacional y Secretario de Estado; Aldo Moro escribió [14]: …en 1972 o 1973, el Secretario de Estado americano proclamó el “año de Europa”; se trataba hacer un esfuerzo por inscribir a Europa en un cuadro mundial según la orientación americana. El General Walters fue el segundo jefe (deputy director; DDCI) de la CIA entre mayo 1972 y julio de 1976, y jefe interino de la misma entre julio y septiembre de 1973; William Egan Colby fue el jefe de la CIA con los Presidentes Nixon y Ford, desde el 4 de septiembre de 1973 al 30 de enero de 1976 [15].
Según Ricardo de la Cierva: el embajador de EE. UU. en Madrid era en aquella época (1973) una especie de simio llamado Robert Hill, que ante la evidente debilidad española se sentía como un procónsul y a veces se permitía dar órdenes a algunos ministros de España; la estación de la central estratégica CIA en Madrid tenía su cuartel general en el mismo edificio de la embajada, y tengo razones para sospechar que llevaba su propia política acerca de la transición española, una política que no creo muy acorde con la sugerida por el Presidente Nixon y el General Walters [16]. En todo caso, es bueno recordar lo que dijo el citado W. Colby el 28 de octubre 1974: Estados Unidos tiene derecho a actuar ilegalmente en cualquier región del mundo, acumular investigaciones en los demás países y hasta llevar a cabo operaciones tales como la intromisión en los asuntos internos chilenos [17].

En el otoño de 1973, Nixon, que había osado amenazar a Israel con retirarle su apoyo si no negociaba con los árabes la suerte de los territorios ocupados, se vio acorralado por el cariz que iba tomando el “escándalo Watergate”, dimitiendo el 8 de agosto de 1974.
Interior

En 1973 no había partidos legalizados y, de los ilegales, el único digno de mención era el Partido Comunista, ya que el PSOE era inoperante, lo mismo que el PNV; únicamente los anarquistas tenían alguna incidencia en la vida del país a través de sus actos terroristas [18]. Los nuevos partidos emergentes, que intuían el lugar que en el futuro podían ocupar, estaban siendo financiados con capital de países aliados y vecinos (Inglaterra, Francia y sobre todo Alemania en el caso del PSOE), a la vez que convenientemente infiltrados; detrás de todo ello estaba la mano de los EE.UU., quienes hubieran preferido como Presidente a alguien más afín (su catolicismo era una de las mayores barreras para aceptarle) y que diera paso a una mayor “apertura” y, sobre todo, más rápida.

Según Lidia Falcón (“Viernes y 13 en la Calle Correo”), destacada miembro del PCE y miembro, junto con Eliseo Bayo, su marido, miembro de la célula detenida a consecuencia del atentado de la Cafetería Rolando en la calle Correo, la transición política estaba prevista y pactada; era impensable que la dictadura en España se prolongara en los años setenta y tantos, y no era ese el proyecto que tenía el Departamento de Estado de EE.UU. Lidia acusó en su libro de que Eva Forest delató a la mayoría de los miembros de la célula en cuanto fue detenida, mientras que el entorno “etarra”, la señala como pieza importantísima en el organigrama comunista, teniendo trato con Carlos Semprún y Carrillo, y actuando de enlace con “curas comunistas” y terroristas significados (A. Baeza en ETA nació …, pag. 368 y 371).

Lo mismo dice en esencia Alfredo Grimaldos (“La CIA en España”, pag. 18 ), fundamentando su opinión, entre otras fuentes, en las palabras del General Manuel Fernández Monzón, excapitán de los servicios de información españoles: no es verdad todo lo que se ha dicho de la “Transición”; como eso de que el rey fue el motor, ni Suárez ni él fueron motores de nada (…) sólo piezas importantes de un plan muy bien diseñado y concebido al otro lado del Atlántico, que se tradujo en una serie de líneas de acción, en unas operaciones que desembocaron en la “Transición”; todo estuvo diseñado por la secretaría de Estado y la CIA. El PSOE recreado surgió después del atentado de Carrero, en el Congreso de Suresnes, en Francia; en él se apadrinó a un Isidoro (Felipe González) protegido por el servicio secreto creado por el Almirante; este PSOE siguió al pie de la letra el guión redactado por el Departamento de Estado norteamericano, con la aquiescencia y la complicidad de Willy Brandt, guión cuyo cumplimiento debía garantizar la CIA, y cuya finalidad última consistía en asentar la corona y eliminar la amenaza comunista.

Incluso la Reina … “El Almirante sería la persona que iba continuar el Régimen; era la única persona que podía hacerlo; ¿qué hubiera ocurrido si no hubiera sido asesinado?; no lo sabemos ni lo sabremos nunca; pero es posible que no hubiera dado paso al Rey y, entonces, ni tu ni yo estaríamos aquí hablando ahora”.Desde la “oposición” se miraba con simpatía a ETA, realizándose contactos entre dirigentes etarras y de los partidos marxistas en el sur de Francia, “santuario” de ETA, bajo la mirada atenta del Gobierno Francés, el cual los acogía como refugiados políticos y los vigilaba y controlaba estrechamente, tolerando sus acciones. La colaboración de ETA y el Partido Comunista se verá claramente más adelante.

El 7 de junio de 1973 Carrero fue nombrado primer Presidente de Gobierno del régimen, cargo asumido por Franco hasta entonces, junto con la Jefatura del Estado; el Caudillo impuso al Almirante un solo ministro: Arias Navarro, en Gobernación.
Carlos Arias Navarro, “El Chacal de Málaga” como lo denominaba la oposición izquierdista, venía aureolado por su buena gestión al frente del Ayuntamiento de Madrid. Lo que casi nunca se dice de su vida anterior es que perteneció, con el General Gutiérrez Mellado, al Servicio de Información Militar durante la guerra, desde su condición de jurídico castrense, y que, como varios miembros del mismo, estuvo de alguna forma salpicado por el crimen del Comandante Gabaldón, un guardia civil, también miembro del mismo servicio (Inspector de la Policía Militar de la Primera Región, y encargado del Archivo de Masonería y Comunismo), muerto en muy extrañas circunstancias nada más acabada la guerra; un suceso que por entonces se calificó como crimen masónico. Ver Anexo.

Javier Tusell, en su libro sobre Carrero, recoge las declaraciones de Doña Carmen, la esposa del Caudillo, al mismo Almirante poco antes de su muerte, y que Blas Piñar confirma en su conferencia y obras, en el sentido de que por entonces “las cosas iban de mal en peor, Arias le quitaba el sueño, López Bravo no era leal y que el Gobierno estaba lleno de traidores”.Exterior

En las décadas de los años sesenta-setenta el crecimiento industrial fue extraordinario, un 160 % entre 1963-1972; la productividad se duplicó durante el mismo periodo; las exportaciones se multiplicaron por diez; las tasas anuales de crecimiento fueron las más altas de Europa y unas de las más altas del mundo; en los años setenta España pasó a ocupar el décimo puesto entre los países más industrializados del mundo.

En 1968 firmaron el Tratado de No Proliferación Nuclear 168 países, entre los que no estaba España, ya que tenía en marcha un programa de desarrollo de armas nucleares y no quería renunciar unilateralmente a un instrumento de defensa tan disuasorio.

Como complemento, al menos dada su posible aplicación al campo militar, desde 1963 funciona la Comisión Nacional de Investigación del Espacio (CONIE), la cual lanzó en 1969 los tres primeros cohetes autóctonos INTA 255.

En 1970 España firmó una acuerdo comercial preferencial con el Mercado Común, en muchos aspectos superior al de 1986 [19].
El 6 de octubre de 1973 se desató la Guerra del Ramadán o del Yom Kippur. Durante la misma Carrero se negó a que los norteamericanos utilizaran en las operaciones las bases conjuntas.

Los Servicios de Información españoles

Los EE.UU., a través de su embajada en Madrid, antena de la CIA incluida, disponían de información de primera mano (la CIA mantenía infiltrados en todos los sectores políticos del régimen y de la oposición, sin excepciones [20]); sus servicios de inteligencia civiles y militares (CIA y DIA) estaban en contacto con los servicios militares españoles del Alto Estado Mayor y con el Servicio Central de Documentación (SECED), toda una Dirección General de Presidencia de Gobierno; semanalmente emitían informes secretos sobre la marcha de la política interna de España. Pero, ¿cuál era el panorama de los servicios secretos españoles en 1973?

Se ha escrito, con tintes peyorativos alejados del momento y lugar, que había en España once servicios de información, con ánimo de llevar al lector a que la situación informativa era descabellada; Ignacio San Martín escribió que cuando el estuvo en Francia de alumno, los franceses tenían tres servicios de inteligencia en el Ministerio del Interior, cinco en Defensa y uno en Presidencia. En España se han señalado los muy secundarios del Movimiento Nacional, Organización Sindical, Información y Turismo (creado por Fraga), Guardia de Franco y Excombatientes, y los importantes de la Dirección General de Seguridad (englobando los de la Policía y la Guardia Civil), los tres de los ministerios militares (Segunda Sección Bis ó CESIBE dependiente de la Segunda Sección del Estado Mayor Central -EMC- del Ejército de Tierra, el Servicio Especial de Inteligencia Naval -SEIN-, y el del Aire) y, fundamentalmente, los del Alto Estado Mayor (AEM, hoy Estado Mayor Conjunto) y el de Presidencia de Gobierno (SECED) [21].

El Director General de Seguridad (DGS) era en 1973, y desde 1965, el Coronel Jurídico de Infantería Eduardo Blanco Rodríguez, el cual había sido antes, durante muchos años, Jefe de Información de la misma.

El AEM fue creado el 30 de agosto de 1939 y lo componían las Secciones: Militar (1ª), Economía (2ª) e Inteligencia (3ª). La misión de ésta última, según una orden reservada de 1945, era proporcionar información política, económica y social, y militar para que el Mando pudiese conocer con precisión las posibilidades y potencialidades de países extranjeros. De la 3ª del AEM dependían los servicios de información que fueron los fundamentales hasta finales de los años “sesenta”, al ser los herederos de los del Cuartel General del Generalísimo durante la guerra y los que tenían alcance internacional. En 1945 la 3ª Sección se organizó en los negociados: 1º Países Sajones, 2º Europa y Rusia, 3º África y Mundo Árabe, 4º Cifra y Comunicaciones, y 5º Contraespionaje; en 1968 los negociados eran: Interior (Grupos de Contraespionaje, Síndico-Laboral, en los que estuvo San Martín, y otros), Exterior y Técnico [22].

La plantilla del “Alto” a caballo de 1970 era de 250 profesionales, la mayoría oficiales, de los que 100 eran de la 3ª Sección (casi la mitad de ellos en la estación de comunicaciones y criptografía de Manzanares, Ciudad Real).

A consecuencias del “Mayo del 68” francés, el Ministerio de Educación pidió al General Muñoz Grandes que el AEM le asesorara en materia de contrasubversión, tarea que se encomendó al Comandante José Ignacio San Martín. Su grupo se adscribió inicialmente al Ministerio de Educación, sin dejar de depender del “Alto”, recibiendo poco después el nombre de Organización Contrasubversiva Nacional (OCN). A mediados de 1970 la OCN contaba ya con 380 miembros repartidos por toda España, más numerosísimos colaboradores, y su presupuesto pasó de las 200.000 pesetas iniciales a los 70 millones de finales de 1973 (sin contar sueldos), dándose el caso de que el AEM contaba con menor financiación.

En el verano de 1969 fue nombrado el Teniente General Manuel Díez Alegría jefe del Alto Estado Mayor, quien, dos años después reclamó al General de Brigada Manuel Gutiérrez Mellado como mando de la Sección de Información. Gutiérrez Mellado, implicadísimo en tareas de información durante de la guerra e inmediata posguerra, pasó casi todo el empleo de teniente coronel (siete años) en situación de supernumerario, dedicándose a diversos negocios, y había ascendido a general de brigada en 1971.

El crecimiento y eficacia de la OCN hizo, además, que resaltaran los pobres rendimientos de las operaciones permanentes que el AEM tenía abiertas en los campos laboral y social (LASO) y universitario (CÁTEDRA), por lo que en 1971 fueron cerradas y sus misiones encomendadas a la organización de San Martín, año en el que la misma pasó a depender del Ministerio de Gobernación.

Finalmente, el decreto 511/1972 de 3 de marzo creó el Servicio Central de Documentación (SECED), independiente del AEM y volcado a la información interior, en tanto que éste lo haría a la exterior. Lógicamente, los roces y celos entre ambos organismos fueron importantes, siendo el más perjudicado en el proceso el “Alto”. El SECED, con rango de dirección general, dependía directamente del Ministro Subsecretario de la Presidencia del Gobierno, tenía 200 miembros de todo tipo, muchos militares, y unos 5.000 colaboradores.

El SECED estaba organizado en Director General, Secretaría General (Áreas de Régimen Interior, Estudios e Informes, y Coordinación; Delegaciones Provinciales), y dos grandes divisiones: División de Información (Departamentos de Documentación, Investigación y Servicio de Intervención Policial) y División de Operaciones. Además estaban el Gabinete de Acción Psicológica y el Departamento de Estudios Especiales. Tenía como tres campos de actividad o Sectores de Actuación (Laboral, Educativo y Religioso-Intelectual). San Martín escribió que nunca trató con la CIA desde que dejó el AEM, que el suyo era un servicio complementario de los demás y que no sustituía a nadie. A finales de 1973 el SECED estaba comprendido en una docena de delegaciones regionales y media docena de subdelegaciones provinciales repartidas por toda la geografía española. También contaba con varias oficinas y delegaciones en varios departamentos ministeriales.

A comienzos de enero de 1974 fue cesado San Martín, mientras que Arias era nombrado Presidente de Gobierno. Aun quedaba mucho tiempo para que los servicios “militares” (AEM y SECED), por la procedencia de sus miembros, se unificaran, prevaleciendo el del “Alto”, en el CESID en 1977.

El Almirante Don Luis Carrero Blanco

Unas pocas palabras para dibujar la personalidad del Almirante. Nacido en 1903, en noviembre de 1973 contaba 69 años. De clara visión estratégica, Francisco Franco lo captó pronto para su Cuartel General antes de que acabara la guerra española; posteriormente, durante la mundial, un informe suyo decantó definitivamente la balanza hacia la no entrada de España en la misma.

Veamos algunos de sus pensamientos en aquellos años para hacernos idea de su forma de ser y entender España:

Señor, lo mismo que me crié católico, me crié monárquico (Carrero en su presentación a Juan Carlos, según Carlos Fernández en “El General Franco”).

Para mi ser católico es más importante que ser Presidente del Gobierno (carta al Cardenal Tarancón en 1973).

Me gustaría morir de pié y después de comulgar (declaraciones a los jesuitas de la Calle Serrano).

España tiene cuatro adversarios: el comunismo (…); la masonería, que la quiere anticatólica y dócil instrumento; el capitalismo (…); y, por último, la necedad de un gran sector de sus clases elevadas, que inconscientemente son manejadas por los enemigos de España y que son incapaces de cumplir ni siquiera lo mínimo a que están obligadas por los títulos y nombres que ostentan, que es ser patriotas y dar buen ejemplo a los demás (1946). Tenemos enfrente a la masonería y al comunismo y no claudicaremos ante una ni ante otro (Carrero a Don Juan antes del “Manifiesto de Estoril”, en 1947, a lo que contestó el Borbón: No podrán).

La masonería ataca al régimen español porque quiere en España un sistema demoliberal (…) Con concesiones poco meditadas, es evidente -para mí tan claro como la luz del sol- que de una monarquía tradicional, católica, social y representativa, pasaríamos en rápida pendiente a una monarquía liberal, a una república socialista y de esta a una república comunista, es decir, caeríamos en breve plazo en lo que estuvimos a punto de caer en 1939 (Notas a sus ministros, pocos días antes de ser asesinado en 1973. Citas de De la Cierva en su ya comentada obra).

Para José Ignacio San Martín: Era obsesión para el almirante la “masonería”, a la que había estudiado profundamente, a través del magnífico archivo de los Servicios Documentales de Presidencia del Gobierno, sito en Salamanca, que debería integrarse en nuestro servicio (…) La condenaba adhiriéndose a los papas y en especial a Clemente XII, Benedicto XV, Pío VIII, León XIII, Pío IX y Pío X (en “Servicio Especial”).

Hay que ser más exigentes con Estados Unidos, más tenaces con la Comunidad Económica Europea, y pragmáticos con el tema de La Roca (según J. I. San Martín en “Apuntes de un condenado por el 23F”).

Los americanos han resuelto sus problemas, pero nosotros no (Ángel Viñas en “Los pactos secretos de Franco con Estados Unidos”).

La ayuda recibida por los Ejércitos Españoles como compensación por los Acuerdos no llega al mínimo imprescindible (Conferencia en la Escuela de Guerra Naval en 1962).

Los partidos políticos están mediatizados por las centrales políticas de otros países; vamos, por las internacionales de los partidos, y eso condiciona mucho las circunstancias políticas (testimonio de su hijo Luis).

La democracia liberal es inviable para España por sus anteriores fracasos históricos (ABC, abril de 1970, con el seudónimo “Ginés de Buitrago”).

Calma, calma, todavía hay que esperar (…) Se hará cuando el príncipe sea rey, pero con cuidado, con mucho cuidado, pues los enemigos de siempre podrían aprovechar cualquier resquicio en el sistema para introducirse en él y destrozarlo (contestación a López Rodó y Torcuato Fernández Miranda, que porfiaban de la necesidad de una apertura del régimen).
Carrero, como dice De la Cierva en su libro sobre “el Sumario”, dentro de su catolicismo, patriotismo y lealtad a Franco, era absolutamente “juancarlista” y había llegado a un pleno acuerdo con Nixon sobre el futuro de España, patrocinando la “Operación Príncipe”; el Almirante, incluso, había entregado al Príncipe de España una carta de dimisión sin fecha tras ser nombrado Presidente del Gobierno. Además, estaba enfrentado a La Falange [23] (incluso por graves cuestiones personales que no hacen al caso) e ideologías similares; Carrero se opuso a Serrano Súñer ya en 1940 y fue determinante en su cese en 1942, tras el “atentado” de Begoña al General Varela.

Juan Carlos I dijo: Pienso que Carrero no hubiera estado en absoluto de acuerdo con lo que yo me proponía hacer; pero no creo que se hubiera opuesto abiertamente a la voluntad del Rey (…) simplemente hubiese dimitido [24].

Según Eduardo Martín Pozuelo (La Vanguardia, 24-VIII-2005): Los analistas norteamericanos consideraban a Carrero un gris reaccionario amargado, más franquista que Franco; los informes de inteligencia que escribían sobre él, su entorno y su actitud política no dibujaban a Carrero sólo como un personaje antiamericano, ultracatólico, feroz antimasón, anclado en el pasado, sino que lo pintaban más bien como un estorbo para el desarrollo de los intereses norteamericanos en España y para la modernización de nuestro país (…) Una de las características negativas que llaman especialmente la atención de los norteamericanos es su condición de “católico devoto y practicante”, que explica su oposición a otorgar libertad religiosa a los que no son católicos, y su rechazo a los líderes de la Iglesia liberal que desean la separación entre la Iglesia y el régimen de Franco.

El telegrama confidencial nº 700, de enero de 1971, enviado por la embajada de EE. UU en Madrid a su Secretaría de Estado decía: El mejor resultado que puede surgir … sería que Carrero Blanco desaparezca de escena, con posible sustitución por el General Díez Alegría o Castañón [25].

Para D. José Guerra Campo, Obispo de Cuenca en el momento del magnicidio, Carrero fue no solo bueno sino justo, paciente, modesto, recatado, eficacísimo, fue ministro de Dios para el bien del pueblo y fiel servidor de la Iglesia. (Continuará).

[1] ETA nació en un Seminario; Historia de ETA 1952-1995, de Álvaro Baeza López, ABL Press, Madrid, 1995: En 1961 “el seminario de Derio aportaba los cien primeros jóvenes abertzales para la causa (…) el mayor apoyo y aporte de ayuda lo tuvo la organización terrorista ETA, en sus orígenes y principios, a partir del mismo embrión EKIN del 52 (1952, Universidad de Deusto), en los conventos, iglesias, capillas, sacristías, monasterios, confesionarios, oratorios, casas de ejercicios, ermitas, residencias religiosas, seminarios y colegios vascos (…) el respaldo definitivo venía precisamente de los jesuitas por ser ellos los que, a su vez, controlaban mayoritariamente la Acción Católica vasca”.

[2] Asesinatos de ETA: Begoña Urroz (escolar, bomba en la consigna de la estación de Amara en San Sebastián, 28-VI-60); José Pardines (el 6-VI-68, dos disparos en la espalda, mientras estaba en cuclillas comprobando una matrícula, y tres más para rematarlo); Melitón Manzanas (2-VIII-68, siete balazos en la espalda en el portal de su casa; la mujer de Melitón abrió la puerta y se lanzó contra el asesino, quien le disparó aunque no la hirió; un miembro del PNV suministró a la ETA la información sobre sus movimientos); Fermín Monasterio (9-IV-69); Eloy García Gambra (policía municipal de Galdácano, 29-VIII-72); José Humberto Font, Jorge Juan García Carneiro y Fernando Quiroga (obreros, confundidos con policías, San Juan de Luz, Francia, 24-X-73); el “Colectivo Hoz y Martillo”, aledaño a ETA, asesinó a Roger Tur, cónsul francés en Zaragoza (2-XI-72); el FAC (Front d´Alliberament de Catalunya) mató al guardia civil Dionisio Medina el 7-III-71. El anarquista Salvador Puig Antich, del MIL (Movimiento Ibérico de Liberación), mató al Inspector Angüas Barragán (Barcelona, 25-IX-73). El FRAP (Frente Revolucionario Antifacista Patriótico; PCE.m-l) asesinó al Subinspector Juan Antonio Fernández Gutiérrez (1-V-73); respecto a este grupo, José Díaz Herrera, autor de una historia sobre el País Vasco en diez tomos, se preguntó: ¿Podrá conocer la opinión pública mundial si es cierto que los miembros de la brigada Abraham Lincoln (combatientes yanquis en la Guerra de España) financiaron al FRAP, por medio de Julio Álvarez del Vayo y Mario Salegui, porque no estaban de acuerdo con la línea revisionista del PCE de Carrillo?, (http://www.libertaddigital.com/opinion/jose-diaz-herrera/preguntas-que-no-respondera-el-juez-de-jueces-45314/).

[3] ¿Dónde está el sumario de Carrero Blanco?, de Ricardo De la Cierva, páginas 47 y 81/83, ARC Editores. Madrid. 1996.

[4] Conferencia Internacional De Los Partidos Comunistas y Obreros Moscu 1969, Editorial Paz Y Socialismo, Praga, 1969.
http://www.generalisimofranco.com/vidas/carrero_blanco/001.htm

[5] En La red del terror (Le reseau de la terreur, I. Clatés, París, 1981; citada por Campo Vidal en su referenciada obra, página 30.

[6] El citado José Díaz Herrera, se pregunta: ¿sabremos los españoles si el mandil masónico que se encontró en el despacho del lehendakari, en el hotel Carlton, tras la rendición de Bilbao (enviado por Franco al Vaticano para demostrar la falta de religiosidad del PNV) pertenecía a José Antonio Aguirre? (http://www.libertaddigital.com/opinion/jose-diaz-herrera/preguntas-que-no-respondera-el-juez-de-jueces-45314/).

[7] Los Protocolos, Memoria Histórica; de Guillermo Buhigas, páginas 159 y siguientes. Sekotia, Madrid, 2008. También en La CIA en España, de Alfredo Grimaldos, Pag. 39/47 y 124; Debate, Barcelona, 2006.

[8] Mis conversaciones privadas con Franco, por el Teniente General Francisco Franco Salgado Araujo, página 507; Editorial Planeta, Barcelona, 1978. También en: Soberanos e intervenidos, de Juan Garcés.

[9] Citado por Javier Casals (Revista “Clío”, abril 2004) en relación con el libro Yo maté a un etarra: Secretos de un comisario de la lucha antiterrorista, de Jorge Cabeza, Editorial Planeta, Barcelona, 2003.

[10] Del autoritarismo a la democracia, estudios de política exterior española, por Juan Carlos Jiménez y Charles Powell; pag 33. Silex Ediciones. Madrid, 2007. Mountbatten era masón, como casi todos los miembros de la realeza inglesa y familia de los Rosthchild (parientes de los Mountbatten): http://www.trosch.org/eur/mason-graphics-e.html, http://apologista.wordpress.com/2008/04/21/la-francmasoneria-sus-creencias-y-sus-miembros-mas-destacados-en-los-estados-hundidos/ y http://blogs.myspace.com/index.cfm?fuseaction=blog.view&friendId=237183579&blogId=305130519.

[11] Del 20D al 11M, una historia de falacias y encubrimientos, por Ismael Medina.

[12] ¿Dónde está el sumario de Carrero Blanco?, de Ricardo De la Cierva, página 125.

[13] Abraham ben Elazarm o Heinz Alfred Kissinger, más conocido como Henry Kissinger, era un judío alemán nacido en Fürth (Baviera) en 1923. Con veinte años (1943, en plena guerra entre EE.UU y Alemania) se nacionalizó norteamericano. Siempre estuvo muy relacionado con el Centro de Estudios y Proyectos de la Fundación Rockefeller, de la que obtuvo una beca en 1947, tras pasar por Alemania con las fuerzas de ocupación y ser, a pesar de su empleo de sargento, administrador de la ciudad de Bensheim; durante esta etapa estuvo acusado de ser espía soviético. En sus memorias reconoce que quien más influyó en su vida fue Nelson Rockefeler, quien le introdujo en la política de alto nivel en 1955 (The White Hous years, Editorial Atlantida, Buenos Aires, 1979; por cierto, en las mil páginas del libro no dedica ni una palabra a Carrero). Con el tiempo fue, junto con Zbigniew Brzezinski, uno de los dos principales estrategas e ideólogos de la Comisión Trilateral. En 1973 recibió el Premio Nobel de la Paz junto con el norvietnamita Le Duc Tho (como la guerra se prolongó a pesar de los acuerdos de paz, Led Duc Tho renunció al millonario premio, pero Kissinger prefirió conservar el dinero). Está generalmente admitido que era masón.

[14] Les vrais maîtres du monde, de Luis Manuel González-Mata, Pag. 265; Editorial Grasset & Fasquelle, París, 1979 (libro nunca traducido ni editado en España). González Mata, alias Cisne e Ikor, fue miembro de los servicios secretos españoles, presumiblemente de los del Alto Estado Mayor, aunque él no lo concreta y difumina cuanto puede estos aspectos; también trabajó para la CIA, llegando a ser Jefe de Estancia en España, y fue jefe de seguridad de Rafael Trujillo, Presidente de la República Dominicana, entre otras actividades encubiertas que el mismo se atribuye; de sus libros se desprende que conocía perfectamente el mundo de los servicios secretos. Por sus atrevidas revelaciones se ganó la crítica y el silencio de los medios oficialistas, pero José María Areilza dijo a Ricardo de la Cierva que su versión sobre el atentado de Carrero es la cierta (¿Dónde está el sumario … Pag. 174). A finales de los años 80 desapareció sin dejar rastro y se rumorea que fue “eliminado”.

[15] Wiliam Colby señaló que el mayor peligro para los EE UU no proviene de la Unión soviética sino de la población mexicana – y en general “hispana”- que avanza al sur del país, y que alcanza los 50 millones al final del siglo, dominando varios Estados,
http://www.solidaridad.net/vernoticia.asp?noticia=1055

[16] ¿Dónde está el sumario de Carrero Blanco?, De la Cierva, página 127.

[17] Citado en Los años del lobo, de Calloni, Stella y Pérez Esquivel, Adolfo; Icaria Editorial, Buenos Aires, 1999 (páginas 18 y 19). Y http://es.wikipedia.org/wiki/William_Colby#cite_note-0#cite_note-0.

[18] Ver Atentado terrorista contra Franco, por Dosydos en Pazdigital, http://paz-digital.org/new/content/view/3642/26.

[19] El camino de España hacia el mercado común;
http://www.diariovasco.com/pg060103/prensa/noticias/Opinion/200601/03/DVA-OPI-347.html

[20] R. de la Cierva, Ob. Cit. Pag. 175.

[21] Campo Vidal, obra citada (Ob. Cit.), Pag.17. Fuente (Ismael): Golpe Mortal, página 215.

[22] Los Servicios de Inteligencia Españoles, de Antonio Díaz Fernández, Alianza Editorial, Madrid, 2005. Y Servicio Especial, de José Ignacio San Martín, Editorial Planeta, Barcelona, 1983. También http://www.ucm.es/info/eurotheo/e_books/jjalcalde/servicios_secretos.

[23] La Falange preparó un atentado contra él el ¿30? de marzo de 1959, que no se realizó por problemas de conciencia del ejecutor; ver La “Voladura Controlada” del Régimen de Franco, por Sigfredo Hillers, Pag. 276/277; Ed. Arcos, Madrid, 2001. R. de la Cierva (Retratos que entran en la historia, Pag. 193; Planeta, Barcelona, 1993): “Carrero se había opuesto desde 1941 al predominio de la Falange franquista inicia y ahora, en los años sesenta, se mostró igualmente hostil a la Falange modernizada que representaban Manuel Fraga y José Solís… Carreo consiguió eliminar políticamente a Muñoz Grandes, partidario de la Regencia”; también da el siguiente y revelador apunte: “Después de Serrano Suñer, don Juan de Borbón fue la segunda gran pieza política que cobró el oscuro marino de Santoña”.

[24] El Rey; Conversaciones con D. Juan Carlos I de España, por J. L. Vilallonga, Pag. 210; Plaza y Janés, Barcelona, 1993.

[25] Grimaldos, Ob. Cit., Pag. 126. http://es.wikipedia.org/wiki/Luis_Carrero_Blanco#Bibliograf.C3.ADa. Y Los planes atómicos de Franco y Carrero, http://www.elcorreogallego.es/indexSuplementos.php?idMenu=15&idNoticia=354334

*José María Manrique es coronel de Artillería, diplomado de Estado Mayor, autor de varios libros sobre temas de historia militar española moderna: ‘Las armas de la guerra civil’, ‘La guerra 1936-39 en Sigüenza’, ‘Sáhara Español, una historia de traiciones’, ‘Sangriento combate en Edchera’, ‘CETME’, ‘Las Armas de Destrucción Masiva y la Protección Civil en España’, entre otros muchos.

*Matías Ros pertenece al Cuerpo General de Policía desde 1969. Ha publicado varios artículos sobre temas de seguridad. Desde el asesinato de Carrero ha acumulado todo tipo de informaciones que han caído en sus manos acerca del Almirante.

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