domingo, 30 de octubre de 2011

Las víctimas se manifiestan por la Justicia y contra la impunidad


  • FERNANDO LÁZARO / Madrid
  • 30/10/2011/El Mundo
  • PORTADA
  • Miles de personas se concentran en el lugar donde ETA asesinó a 12 guardias en 1986 para pedir que «se rinda sin condiciones»

    Rubalcaba embusteroMiles de españoles acompañaron ayer de nuevo a las víctimas del terrorismo en su reclamación por un final de ETA con vencedores y vencidos y sin impunidad para los etarras. Voces contra el Terrorismo convocó el acto que se celebró en la madrileña plaza de la República Dominicana, en la misma en la que la banda asesinó en 1986 con un coche bomba a 12 guardias civiles. Las víctimas, que estuvieron arropadas por una amplia representación del Partido Popular y por el presidente de Asturias, Francisco Álvarez-Cascos, exigieron la derrota de ETA «sin condiciones».

    Los manifestantes recordaron los atentados más sangrientos y homenajearon a los 25 niños asesinados por la banda.

    «No estáis solos». El grito no es nuevo pero, ayer, miles y miles de españoles quisieron dejárselo de nuevo claro a las víctimas, tras el último comunicado de los terroristas. Temen un final que no refleje lo que ha sido la historia de 50 años de crímenes, y lo temen porque observan «una alegría desmesurada» entre los políticos. De nuevo fue en la emblemática plaza de la República Dominicana de Madrid, en la misma donde los etarras colocaron un coche bomba y acabaron con la vida de una docena de guardias civiles. Allí, convocados por Voces contra el Terrorismo se celebró una nueva concentración multitudinaria, una más, en la que, desde el estrado, no se lanzaron críticas políticas al Gobierno de Zapatero ni al candidato socialista y ex ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. No. Ayer tocaba homenaje y exigencia. Homenaje al casi un millar de muertos que ETA ha dejado hasta ahora por el camino. «Ellos piden acercamientos de sus presos al País Vasco. Yo me tengo que acercar al cementerio para poder estar con los míos. La paz de los cementerios», recordaban varias de las víctimas allí congregadas.

    Y la exigencia, la exigencia de que haya un final con vencedores y vencidos, que haya un final digno, que se acabe con ETA con el Estado de Derecho como arma, sin privilegios y, sobre todo, sin impunidad. Recordaba Francisco José Alcaraz, presidente de Voces contra el Terrorismo, durante su intervención en el estrado, que las víctimas siempre han sido un ejemplo social, siempre han estado con la Justicia, «nunca han buscado la venganza». Y, por ese motivo, reclaman un final sin impunidades, con la ley en la mano. «Aquellos que nos exigen generosidad están exigiendo que renunciemos a la Justicia, que renunciemos a la razón, que renunciemos al derecho que tenemos como todos los ciudadanos a ser iguales ante la ley».

    Y el grito que más corearon las víctimas fue: «Ante la impunidad, Justicia». La concentración contó, además de con un gran respaldo ciudadano, con la presencia de una gran cantidad de víctimas del terrorismo. La convocatoria fue secundada desde la gran mayoría de las asociaciones. Allí estaban, entre otros, la presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza; el presidente de Dignidad y Justicia, Daniel Portero, y la presidenta de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, Ángeles Domínguez. Foro Ermua, la Fundación Gregorio Ordóñez, Covite, asociaciones de guardias civiles... El respaldo de siglas fue enorme. Pese a las diferencias, la unidad de las víctimas tuvo ayer un buen empuje. No había nadie del PSOE. «Normal, nunca vienen, nunca están con nosotros», aseguraron algunas víctimas. Tampoco acudieron a los actos del pasado martes en los que el Observatorio de las Víctimas del CEU galardonó a la AVT por sus 30 años de trayectoria, a la ciudad de Nueva York y al escultor y firme defensor de los derechos civiles en el País Vasco Agustín Ibarrola. Y estaba invitado medio Gobierno y medio PSOE, pero ni contestaron.

    Ayer también acudió una amplia representación del Partido Popular. Entre otros, estuvieron Miguel Arias Cañete, miembro de la dirección nacional; el portavoz del PP en el Parlamento Europeo Jaime Mayor Oreja; el eurodiputado popular Carlos Iturgaiz; la diputada Cayetana Álvarez de Toledo, y una amplia representación del PP de Madrid y del Gobierno regional de Esperanza Aguirre, con su consejera de Presidencia, Regina Piñuel, a la cabeza. El defensor del Menor de Madrid, Arturo Canalda, también acudió a la cita.

    El acto comenzó con la lectura por parte de María Jesús González, madre de Irene Villa, y Toñi Santiago, madre de Silvia, la niña de seis años asesinada por ETA en Santa Pola (Alicante). Relataron algunos de los atentados más crueles. Acto seguido, dos hijas de víctimas del terrorismo dieron lectura a un emocionante listado de nombres: todos los niños asesinados. En la lista figuran 25 nombres.

    Teresa Jiménez Becerril, eurodiputada del PP y hermana de otra víctima, también tomó la palabra para desacreditar el comunicado de ETA y para defender que la Conferencia de San Sebastián es la «conferencia del olvido». Insistió en que en España no había una guerra, no había dos bandos. «Mi hermano volvía junto a su mujer a su casa. No volvía de la guerra, volvía de cenar junto a su mujer, volvía a casa donde les esperaban sus hijos». Alberto Jiménez Becerril y su mujer, Ascensión, fueron asesinados a tiros en Sevilla.

    El acto fue clausurado por el convocante, Francisco José Alcaraz, quien defendió un fin de ETA con vencedores y vencidos, sin impunidad, con el Estado de Derecho. «Aquí no se ha tomado nadie la justicia por su mano. No hablamos de venganza, hablamos de Justicia», en clara alusión a las palabras del líder de CiU, José Antoni Duran Lleida.

  • 30/10/2011
  • ESPAÑA
  • «Mi niña no llora, le canto al oído por si me escucha»

    Toñi Santiago narra cómo ETA mató a su hija, de seis años

    Me remonto al domingo 4 de agosto de 2002. Amanece un nuevo día y me dispongo a comenzar la jornada para dirigirme a mi puesto de trabajo. Antes, dejo preparada la ropa de Silvia para que su papá se la ponga. Es una niña presumida, muy presumida, y le dejo unos pantalones piratas azules y un top blanco para que se le pueda ver el ombligo.

    El día transcurre con total normalidad y, a mediodía, Silvia llega al restaurante donde trabajo para comer y disfrutar de la tarde con su padre en la piscina. Es feliz. Se baña, juega y ríe con los demás niños que se encuentran con ella. Sobre las siete de la tarde, a papá le suena el teléfono.

    - Papá, ¿te vas?

    - Sí, cariño, tengo que ir a trabajar. Te quedas con mami y más tarde nos vemos.

    - Vale, papi, pero mira cómo me tiro a la piscina, ya no tengo miedo -le dice a papá muy contenta-. Adiós, papá, te quiero.

    Momentos después, llega a la piscina mi familia.

    - Silvia, cariño, nos vamos a casa.

    - Vale, mamá, salgo enseguida.

    Arreglo a mi pequeña, la seco, la peino y, para finalizar la tarde de baño, le compro un cucurucho de chocolate.

    Entramos en la casa cuartel de Santa Pola. Silvia y su primo juegan un rato en el patio con la bicicleta y unos minutos después suben a casa, pidiendo que les llevemos a cenar a McDonald's. Silvia enciende el ordenador para enseñarle a su primo el baile que bailará el día de la Patrona. Disfruta bailando en la habitación, enseñándole a su primo Borja los pasos del baile.

    En unos instantes, todo se vuelve oscuro, todo se mueve.

    - ¿Qué pasa, Santos? ¿Qué pasa? -le digo a mi hermano.

    Cuando logro ver, siento cómo la sangre me corre por el rostro.

    - Mamá, mamá -me llama mi niña.

    Comienzo a buscarla.

    - No encuentro a la niña, Santos.

    - Aquí, aquí está, Toñi.

    Sólo veo sus ojitos. Empiezo entonces a quitarle escombros de encima.

    - Dios mío, no puedo moverla, socorro, auxilio, por favor, mi niña está muerta.

    Suben dos compañeros.

    - Toñi, está viva, tenemos que salir de aquí, hay otra bomba.

    - No, mi niña se muere, dejadme, iros vosotros.

    Uno de los guardias me quita a Silvia de los brazos y sale corriendo con la pequeña, el otro compañero tira de mi brazo y salimos de aquello que había sido nuestro hogar. Mientras corría y los llamaba «hijos de puta», sentía cómo los cristales se me incrustaban en los pies.

    Subo a una ambulancia con mi niña. No llora, no se queja, le canto y le rezo al oído por si me escucha.

    - Llama al hospital, entra en parada -le dice el médico al conductor de la ambulancia, mientras le hace un masaje cardiaco.

    Transcurridos unos minutos, dos médicos del hospital nos dan la noticia.

    - Lo sentimos, la niña ha fallecido, hemos hecho lo que hemos podido.

    De esta manera que les acabo de relatar, la banda terrorista ETA le quita la vida a una inocente niña de tan sólo seis años por ser la hija de un gran guardia civil.

    Por eso, jamás nos cansaremos de pedir: «Frente a la impunidad, Justicia».

    [Los presuntos asesinos de la pequeña Silvia, Andoni Otegi y Óscar Celarain, están siendo juzgados ahora en la Audiencia Nacional por éste y otros crímenes].

  • VICTORIA PREGO
  • 30/10/2011
  • ESPAÑA
  • Sin concesiones

    ¿A quién se dirigían ayer las víctimas del terrorismo concentradas en una plaza de Madrid, ésa en la que se produjo uno de los atentados más bestiales de la banda terrorista? Dicen que a nadie en especial, pero sí. Se dirigían a la sociedad española en su conjunto y, muy especialmente, al gobierno que salga de las elecciones generales. Es decir, se dirigían a Mariano Rajoy. A él concretamente iban destinadas las palabras que reclamaban justicia y no impunidad. Y eso fue así porque el jueves 20 de octubre, recién conocido el anuncio de los terroristas, el líder del PP había leído una declaración impecablemente democrática en su contenido, pero que incluyó al final una frase que dejó perplejos a muchos de sus votantes e indignó a muchos más: «Este anuncio [de ETA] se ha producido sin ningún tipo de concesión política».

    Desde ese mismo momento se empezaron a agitar, y mucho, las aguas hasta ese momento tranquilas en el estanque de los votantes populares. Y no digamos ya en el mundo de las asociaciones de víctimas. Pocas veces una frase tan corta había revolucionado tanto a quienes le escuchaban, medios de comunicación incluidos. Y mucho más cuando se comprobó que esas palabras, «...se ha producido sin ningún tipo de concesión política», no figuraban en el texto original.

    No más de dos personas de su entorno sabían que esa afirmación iba a aparecer en la intervención de Rajoy. «Mariano puso eso en los últimos 10 minutos antes de salir a hablar», asegura un dirigente popular que estuvo siguiendo, paso a paso, la redacción de su comunicado. Y, efectivamente, no había más que ver el desconcierto del líder del PP vasco, Antonio Basagoiti, ante Jordi Évole en el programa Salvados, que emite la cadena de televisión La Sexta, cuando comprobó, estupefacto ante la pantalla de su ordenador, que en el texto final que se le había enviado desde Génova no aparecía la frase en cuestión. La habilidad de Basagoiti para salvar la situación no le evitó, sin embargo, desempeñar el papel de notario de que, en efecto, aquello se había añadido a ultimísima hora.

    Las preguntas y la desconfianza se agolparon de inmediato.
    ¿Pretendía decir Rajoy que la decisión del Constitucional de autorizar a Bildu a presentarse a las elecciones no había sido una concesión? ¿Es que había alcanzado algún pacto con Zapatero, con Rubalcaba o con Urkullu para decir eso?

    Pues no. La frase pronunciada por el líder del PP no fue el resultado de ningún pacto con el presidente del Gobierno. Tal pacto jamás existió. Ni ese ni ninguno semejante. Y tampoco fue, como se ha llegado a publicar, la respuesta a un consejo por parte del Rey.

    No señor. La inclusión de esa frase, que tuvo necesariamente que ponerse a mano porque no está en el texto mecanografiado que recibieron dirigentes que habían estado siendo consultados al minuto, como el propio Basagoiti, fue decidida dentro del despacho del líder del PP, donde había muy pocas personas, tan pocas como tres. Cuatro a todo tirar.

    Sea como haya sido, a estas alturas pocos son en la dirección del partido los que no lo consideran un claro error, y es muy probable que el propio Mariano Rajoy también haya reconocido ya que se equivocó diciendo en tan pocas palabras lo que luego hubo que aclarar poco, tarde y mal: que lo que quiso decir fue que ETA había claudicado sin haber obtenido la independencia, ni la anexión de Navarra ni la autodeterminación, las viejas exigencias por las que ha estado asesinando.

    Por esa razón, porque había sido un error manifiesto, el equipo de Génova tuvo que habilitar a todo correr un encuentro que no estaba previsto, que no figuraba por lo tanto en la agenda del líder popular para el pasado jueves y al que tampoco se quiso dar demasiada publicidad: la presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, había pedido ver con urgencia a Rajoy. Y Rajoy la recibió.

    Ella acudió a reclamar garantías y las obtuvo. Garantías de que la inesperada declaración del previsible futuro presidente del Gobierno no era el envoltorio de un profundo cambio de estrategia respecto de los terroristas, que han dejado de matar, sí, pero que no han dejado de existir, ni de estar organizados, ni de contar con estructuras de apoyo, de información y de financiación. El líder del PP aseguró a Pedraza lo que lleva repitiendo en privado todos estos días a sus más cercanos colaboradores y a los dirigentes del partido cuya posición en esto resulta para él determinante: «Después de esto... a ETA, nada».

    Ese «nada» significa seguir reclamando la disolución de la banda, como hizo en el comunicado leído el 20 de octubre. Y, por lo que se refiere a los presos, seguir aplicando el principio de legalidad. Es decir, que los que están cumpliendo su condena sigan en manos de los jueces y los que soliciten beneficios penitenciarios reciban un tratamiento individualizado y no colectivo, como pretenden los proetarras con el argumento de que ya no hay violencia. En ese compromiso insisten los responsables populares: «No hay nada que hablar sin que se haya producido la disolución y el desmantelamiento de la banda».

    Estos son argumentos y promesas que en los últimos meses se manejan con cuentagotas en el círculo de la dirección del PP. Y lo que hay detrás de ese cuasi silencio es la decisión política de no entregar la bandera de la lucha contra el terrorismo en manos del PSOE y la de evitar que el tema se convierta en argumento para la contienda electoral.

    Por otra parte, el que Rajoy haya dado garantías a las víctimas no parece estar relacionado con el intento de frenar una posible pérdida de apoyo electoral: los expertos del PP en estas cuestiones están seguros de que nada de lo sucedido en torno al abandono de las armas por parte de ETA va a tener el menor efecto en las urnas, ni en beneficio del PSOE ni en perjuicio del PP. Ese punto de más que los últimos sondeos adjudican al PSOE tras el comunicado de la banda lo dan por absorbido dentro de los márgenes de error de una encuesta de opinión. «Y sucede además», añade uno de esos asesores, «que la preocupación de los españoles sobre ETA ha bajado extraordinariamente, así que el voto en absoluto se va a mover por este tema». Y es verdad que el CIS acaba de registrar que únicamente para el 3,3% de la población el terrorismo es la preocupación principal. Un mínimo histórico. Nunca había sucedido así.

    Pero eso no quita para que las víctimas se hagan presentes y alcen la voz, como hicieron ayer. La concentración de ayer busca también que nadie olvide el enorme peso que debe tener para España su mera existencia. Porque no es cada uno de sus casos, sino el profundo significado político de todos los casos sumados, lo que tiene necesariamente que orientar la acción de todo Gobierno a la hora de administrar la nueva situación y dar sentido al futuro.

    victoria.prego@elmundo.es

  • 30/10/2011
  • ESPAÑA
  • Zapatero: «Toca mirar al futuro»

    El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, defendió ayer su convicción de que «no se va a volver a repetir» lo que ha dado de nuevo por zanjado: el problema del terrorismo en España.

    Zapatero fue preguntado ayer por la manifestación de las víctimas del terrorismo y su petición de que haya un final con vencedores y vencidos y sin impunidad. Durante la Cumbre Iberoamericana, que se celebra en Asunción (Paraguay), Zapatero aseguró que «la Historia dejará en un rincón deleznable a quien utilizó el terror, las bombas, las amenazas...». «Matar no es defender una idea, matar es simplemente matar», añadió.

    «Ahora», continuó, «toca superar todo esto y mirar hacia el futuro, ganar la convivencia en Euskadi». Zapatero defendió que ahora toca ser generoso con los gobiernos, con las asociaciones que han dado la cara durante estos años y, sobre todo, con las víctimas del terrorismo.

    Se mostró totalmente convencido de que la etapa del terror está totalmente superada y de que «no se va a volver a repetir», insistió.

    1 comentario:

    1. Zp, como siempre diciendo gansadas.
      Mi apoyo total, a las víctimas, y lo que digan algunos políticos, a palabras necias oidos sordos.

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