domingo, 16 de octubre de 2011

La encerrona de San Sebastián


VICTORIA PREGO

16/10/2011/El Mundo

Rubalcaba, embustero y payasoPor mucho relumbrón que tengan los nombres de algunos de los políticos en excedencia que se anuncian, lo del lunes en San Sebastián es una encerrona política. Consentida y -visto quienes van a acudir- en cierto modo alentada por el Gobierno con su presidente a la cabeza, que en este asunto ha intentado sugerir que él ya no está aquí, que se ha ido. Y consentida también por los dirigentes de su partido, que ya ni tiene líder, porque hace tiempo que Zapatero no ejerce como tal, ni tiene autoridad sobre quienes, como Jesús Eguiguren, pueden imponer en dos días su estrategia a la dirección del PSOE.

En esta Conferencia Internacional -a la que no podemos aceptar que se la conozca como «de paz» porque eso supone admitir que se está hablando de una guerra con dos bandos que han estado matándose- lo que se va a hacer es dignificar con el ropaje de «lo internacional» las eternas pretensiones de ETA.

No hay novedad en este asunto, como no la va a haber, seguro, en el comunicado de ETA que los partidos y una parte de la sociedad vasca -no tanto el resto de los españoles- están esperando como agua de mayo para los próximos días. Porque lo que los terroristas dirán es que se comprometen al abandono, incluso definitivo, de las armas, pero nadie duda de que pedirán a cambio al Estado que acepte determinadas reivindicaciones. Por ejemplo, que los presos etarras sean excarcelados. Y eso ni sería legalmente posible, ni es política ni históricamente aceptable. Lo dice un alto dirigente del PP: «Es imposible que, por muchos esfuerzos que se hagan, el Estado acepte las concesiones que esta gente pide». Pero eso sólo lo dice él en el País Vasco.

De todos modos, por mucho que se quisiera estirar el comunicado, ya no habría tiempo de crear un clima de opinión en el que los ciudadanos aceptaran premiar a los terroristas por dejar la lucha armada. Porque no podemos engañarnos en este punto: dejarán de matar sólo si la democracia española admite al final las exigencias políticas por las que llevan casi 50 años asesinando. Esto es algo que los proetarras advierten en todos sus documentos internos: «La lucha armada no se suspende por la vigencia de una tregua; lo único que está en suspenso es el accionar armado […] La lucha armada es garante de los cumplimiento de los acuerdos [con el Estado]. El papel disuasivo de este importante instrumento del MLNV permanece vigente más allá de los acuerdos hasta su total y efectiva aplicación». Y de ahí no se han movido.

Las afirmaciones hechas esta semana por el ex colaborador de Tony Blair, Jonathan Powell, son muy ilustrativas de a dónde pretenden llegar los proetarras: «Todos tienen que salir [de la negociación] con la sensación de que han ganado». Y nadie en España ignora qué significa que ETA y sus acólitos cierren medio siglo de sangre con la sensación de que han ganado ellos.

Que afirmaciones como esta las admita el PNV no es una sorpresa. Primero, porque se sumarían gustosos a una cesión del Estado en una dirección soberanista. Y, segundo, porque su situación de cara a las elecciones es muy complicada. En estos momentos en el País Vasco no sólo se discute el futuro sin la presencia del terrorismo; también se está discutiendo la paternidad de esa pacificación cuyo precio, insisto, el Estado no puede pagar.

ERubalcaba, embustero y payasos cierto que, como declaró ayer Antonio Basagoiti, en la sociedad vasca hay ansiedad por aceptar casi lo que sea con tal de acabar con esto. «Todo por la paz», sería el lema. Pero el PNV sabe que a Batasuna los escenarios de pacificación le dan buen resultado en las urnas y tiene pavor a que el 20-N Bildu se coma electoralmente a su partido. Por eso se ha apuntado entusiasta a esta Conferencia cuyos participantes, por mucha experiencia política que personalmente acumulen, no tienen ni idea de lo que ha sucedido de verdad en España en estos años y de quiénes han sido aquí las únicas víctimas. Y por eso el PNV se afana en transmitir a sus electores que «nosotros somos quienes hemos traído la paz».

Por lo que se refiere al PSE, es un hecho que el partido de Patxi López está perdiendo apoyo social a chorros. En las últimas elecciones locales, el respaldo en las urnas al PSE se redujo en un 28%, 10 puntos más de pérdida que un PSOE que quedó barrido del poder autonómico y municipal. Por eso, el PSE acude a la Conferencia, no vaya a ser que el comunicado de ETA pueda dar algo de juego, le permita salir en la foto y sacar rédito electoral. No todo se lo va a llevar Bildu, piensan.

Y, dejando a un lado a los radicales, únicamente queda el PP, cuya decisión de no acudir a la convocatoria le deja en la más absoluta soledad política en el País Vasco. Pero eso en todo caso sería la anécdota. Lo importante es saber qué hará un Gobierno popular en el caso de que ETA salga con su oferta de retirada a cambio de concesiones políticas.

De momento, lo que hay es una rotunda declaración de intenciones: «Si llegamos al Gobierno, al día siguiente todo esto se cortará de raíz». Pero el hecho es que el silencio de Génova sobre la Conferencia está siendo muy llamativo. Otro de sus dirigentes se justifica: «No queremos dar bazas electorales al PSOE ni a Rubalcaba, que en la lucha antiterrorista tiene mucho crédito. Mariano Rajoy está buscando el equilibrio perfecto entre advertir de lo que significa este asunto y no agitar la campaña en este tema. Pero yo aseguro» insiste, «que si llegamos al Gobierno, esto se acaba inmediatamente».

Si damos por buena esta explicación, no podremos entonces dejar de considerar una hipótesis terrible pero en absoluto disparatada. Si la banda terrorista mantiene la posición descrita unos párrafos más arriba y considera que su mera existencia cumple un papel disuasorio ante el Estado y, por tanto, debe permanecer viva hasta que se cumplan todos «los acuerdos», una negativa rotunda del nuevo Gobierno a admitir cesiones y mucho menos un final en el que no haya vencedores ni vencidos podría tener como respuesta el regreso de los atentados.

No hablamos de una campaña de atentados como la que se produjo en 2000 tras la ruptura de la tregua pactada con el PNV y EA, porque Policía y Guardia Civil sostienen que la banda está en las últimas y aseguran que, un solo atentado más, y la respuesta la destrozaría literalmente. Hablamos de un regreso aislado del terror. En ese caso, Rajoy sería inmediatamente señalado como el responsable directo de lo que sucediera. Acusación difícil de desmontar ante una opinión pública sedienta de tranquilidad. Aunque más difícil aún sería pretender que los ciudadanos aplaudieran una disolución de ETA que incluyera la concesión de aquello por lo que la banda ha venido asesinando a tantísimas personas. Eso la mayoría de la sociedad no lo traga. El «todo por la paz» no colará nunca. ¿O quizá sí? Ésa sería entonces la tragedia

MIKEL SEGOVIA / San Sebastián

16/10/2011

La ausencia de Blair convierte a Kofi Annan en la única figura relevante en la mesa sobre ETA

La incógnita se despejó ayer. La delegación que acudirá a la conferencia sobre el futuro de ETA de mañana en San Sebastián la integrarán media docena de representantes internacionales, entre los que, como adelantó EL MUNDO, no estará Blair, pero sí Kofi Annan.

El ex secretario general de la ONU y premio Nobel de la Paz encabezará la delegación y estará acompañado por algunos de los nombres más implicados en el acuerdo de Viernes Santo, que permitió poner fin al conflicto de Irlanda del Norte. En la cita estarán presentes dos de los firmantes de aquel histórico acuerdo que permitió desactivar el IRA, el ex primer ministro irlandés, Bertie Ahern, y al líder del Sinn Féin, Jerry Adams.

Junto a ellos, y en representación de Tony Blair, según puntualizaron los organizadores, participará el que fuera su jefe de gabinete y uno de los negociadores principales del acuerdo de Belfast, Jonathan Powell.

La lista de altas personalidades la completan la ex primera ministra de Noruega, Gro Harlem Bruntland, miembro de The Elders, grupo en favor de la paz creado por Nelson Mandela, y el ex ministro francés de Interior y Defensa en tiempos de Francois Mitterrand, Pierre Joxe.

La ausencia de Blair, con cuya presencia se había especulado en los últimos días, rebaja el peso de la delegación. Los promotores de la conferencia subrayaron que la voluntad del ex primer ministro había sido acudir a San Sebastián pero «problemas de agenda» y compromisos «en Oriente Medio» como enviado para la paz de la Unión Europea, cargo que ocupa desde 2007, se lo impedían.

El encuentro se celebrará en la Sala Gandhi de la Casa de la Paz de Aiete. Asistirá el Grupo Internacional de Contacto, auspiciado por el abogado sudafricano Brian Currin, quien ha apadrinado a las cuatro entidades especializadas en la resolución de conflictos que se han postulado para colaborar en el fin de ETA; Berghof Foundation (Alemania), Conciliation Resources (Reino Unido), The Desmond and Leah Tutu Legacy Foundation (Sudáfrica) y Noref (Noruega).

La presencia en el País Vasco de las altas personalidades será de apenas unas horas. Está previsto que todos ellos lleguen a la capital guipuzcoana en torno al mediodía. A partir de las 14.00 horas, y a puerta cerrada, dará comienzo la conferencia sobre el futuro de ETA, que está previsto que se prolongue apenas tres horas. Ese escaso margen de tiempo apenas permitirá un par de minutos a cada uno de los presentes. A los ex mandatarios sí se les permitirán exposiciones más extensas. A su término está prevista la emisión de un comunicado con las conclusiones del encuentro. Los organizadores no avanzaron ayer ni el formato ni los ejes sobre los que se basará el documento, que incluirá un llamamiento a ETA para su desaparición. Los promotores cuentan ya con numerosas aportaciones y reflexiones remitidas por los participantes en el encuentro de mañana.

Entre las ausencias nacionales, destacan las del Gobierno central, que no enviará ningún representante, y el vasco. Tampoco participarán PP y UPyD, que consideran que la conferencia de San Sebastián está auspiciada y alentada por la izquierda abertzale y la propia ETA.

Quienes sí acudirán serán el PNV, que enviará una delegación al más alto nivel encabezada por su presidente, Iñigo Urkullu, y el PSE, que hoy comunicará cuál será su representación. La lista de formaciones la completan la izquierda abertzale, EA, Aralar, Alternatiba y EB, así como los principales sindicatos vascos.

Las aportaciones que desde hace días reciben los organizadores se completarán hoy con las que realicen representantes de organizaciones civiles, «referentes sociales vascos» y personas «que trabajan en favor de la paz», según el portavoz de Lokarri, Paul Rios, que no quiso ayer dar más detalles.

Durante la presentación de la lista de asistentes, Silvia Casale, portavoz del Grupo Internacional de Contacto, que promueve la conferencia, destacó que tanto ella como el resto de organizaciones participan en calidad de «representantes de la comunidad internacional» y con el único objetivo de realizar sus aportaciones por la paz «de manera humilde y respetuosa» para ayudar en el logro de una definitiva «normalización política».

Durante todo el día de ayer continuaron las reacciones ante la cita de mañana. El presidente del PNV en Guipúzcoa, Joseba Egibar, destacó su importancia porque puede ser «la antesala» del anuncio del final de ETA. Desde el PSE, su portavoz, José Antonio Pastor, consideró que la conferencia puede «acelerar» el final de la banda, mientras que desde las filas del PP, la parlamentaria Laura Garrido la consideró «una farsa» para «camuflar» la derrota de la izquierda abertzale.

OORBYT.es

>Vea hoy en EL MUNDO en Orbyt el análisis de Ángeles Escrivá

JAVIER G. NEGRE / Madrid

16/10/2011

«No habrá concesiones políticas ni penitenciarias»

No habrá «generosidad» para ETA. El líder del PP, Mariano Rajoy, ya tiene delimitadas cuáles serán sus «líneas rojas» a la hora de gestionar el final del terrorismo desde un hipotético Ejecutivo popular.

«Rajoy no otorgará concesiones políticas ni beneficios penitenciarios a cambio de la rendición», aseguran fuentes cercanas a Rajoy, quien lanzará un incisivo mensaje en la campaña electoral para acallar las voces que insinuaron que sería «comprensivo» con la banda terrorista: «Después de que lo dejen, no obtendrán nada», reiterará.

El presidente del PP romperá su silencio en materia antiterrorista para adelantar la hoja de ruta con la que pretende acabar con el terrorismo. Un modus operandi que no contempla el pago de ningún «peaje» a la banda por su «disolución incondicional», ya sea en forma de réditos políticos o penitenciarios que, según los populares, justificarían «la estrategia de terror de la banda y los más de 600 asesinatos».

«La línea roja más absoluta de Rajoy es cualquier tipo de concesión política, véase en forma de reforma estatutaria, véase en forma de reforma constitucional, véase en forma de organismo coaligado con Navarra o véase en forma de cualquier tipo de asunto que vaya dentro de los parámetros históricos de ETA, actualizados en el Acuerdo de Guernica», aseguran fuentes cercanas a Rajoy, quien tiene «el firme convencimiento» de que si existiese «una mínima concesión» se correría el riesgo de que la banda terrorista volviese a atentar «en dos o tres años».

«Volverían a matar»

«Si les damos una mínima contrapartida política volverían a matar, porque sabrían que su camino ha sido útil», aseguran desde el PP. Rajoy, que está en permanente contacto con el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, para consensuar los distintos planteamientos en materia antiterrorista, también tiene claro que su hipotético Gobierno no ofrecerá «beneficios penitenciarios de ningún tipo» como estarían dispuestos a hacer nacionalistas y socialistas.

«ETA no puede esperar nada, porque si saca algún tipo de contrapartida en materia penitenciaria al día siguiente estará pidiendo las reclamaciones políticas que son nuestra línea rojísima», aseguran fuentes populares, que adelantan que el presidente «solo estaría dispuesto» a hablar de algunos beneficios penitenciarios, como el fin de la dispersión, «varios años después» de que ETA anunciase su disolución incondicional y nunca como «moneda de cambio» por su cese de la violencia.

1 comentario:

  1. Sigue el vomitivo tema de los asesinos y sus acólitos del desgobierno. Ahora a esperar que den un comunicado como la serie de corin tellado, con mucho cariño y amor.

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