miércoles, 5 de octubre de 2011

La 'comandita' gallega del ministro


LARA VARELA / Santiago

05/10/2011/El Mundo

La red de conexiones entre políticos fieles a Blanco y empresarios es muy extensa

Rubalcaba, embustero y payasoEl empresario lucense Jorge Dorribo no es la única amistad peligrosa que frecuenta el círculo más cercano del ministro y vicesecretario general del PSOE, José Blanco. La red de conexiones entre empresarios y políticos gallegos se extiende por toda la comunidad. Entre todos ellos destacan pesos pesados del partido que trazaron junto a Blanco los pilares del socialismo gallego. Es lo que fuentes del propio partido han dado en llamar la comandita de Pepe.

El alcalde de Vigo y ex ministro de Transportes, Turismo y Comunicaciones con Felipe González, Abel Caballero; la presidenta de Tragsa, María Luisa Graña; el ex gerente del PSOE Xoan Cornide; el delegado del Gobierno, Antón Louro; el directivo de Adif Luis Carlos de la Peña; Fernández Antonio, ex conselleiro de Economía; la ex ministra Elena Espinosa o Carmela Silva, portavoz en el Senado, son algunas de las personas fieles al lucense. Con casi todos ellos arrastra ya tres décadas de amistad.

En aquellos años 80, cuando Blanco era el presidente de las Juventudes Socialistas, Luis Carlos de la Peña Arizaga se dedicaba a recaudar el dinero para las campañas del PSdeG. Eran los tiempos en que Felipe González se promocionaba bajo el lema Por el cambio y, en Galicia, los socialistas se conducían bajo la batuta del ahora eurodiputado Antolín Sánchez Presedo, íntimo de Blanco en otro tiempo.

A partir de ahí, se disparan los hilos de esta tela de araña en la que se mezclan corruptelas -la operación Campeón, en la que está implicado el empresario Jorge Dorribo, es el último ejemplo-, adjudicaciones feas -como las del Plan E de Vigo o las de Fomento a cuenta del AVE- y flagrantes ilegalidades que en nada quedan porque para algo está el partido.

De la Peña Arizaga es uno de esos hombres bien respaldados. El ex alcalde de Baiona (Pontevedra) tiene el dudoso honor de sufrir el primer derribo de una obra ilegal en la villa que él mismo gestionó, ya que fue su ático el que se enfrentó a la picota. La cosa empeora si se saca a colación un informe favorable emitido por los servicios técnicos del Ayuntamiento siendo él alcalde. Sólo consiguió retrasar lo inevitable.

Tras dejar el cargo -en realidad, fue expulsado por una moción de censura- dio el salto a Tragsa como delegado en Galicia. Poco después se trasladó a Madrid, a Adif, en el corazón del Ministerio de Fomento. Allí ejerce como director general de Seguridad, Organización y Recursos Humanos, con las obras del AVE en plena ebullición. Cargo que compagina con una intensa vocación empresarial que le ha llevado a estar al frente de hasta 14 empresas, ya sea como administrador único, consejero o socio. Así al menos constaba en febrero de este año.

Precisamente, Adif es el escenario de otro escándalo que salpicó a Blanco este mismo año, cuando este diario publicó un email de agosto de 2009 en el que el gerente del PSOE e íntimo del ministro, Xoan Cornide, se ofrecía a dar un «empujón» a Extraco. La firma se llevó 21 millones de euros en adjudicaciones y la Fiscalía desestimó el caso.

Otro de los nombres de esa comandita es el de Abel Caballero, alcalde de Vigo, que saltó a la palestra nacional a raíz del singular reparto del Plan E. Más de un tercio de las obras fue a parar a manos de uno de los promotores de Villa PSOE, un polémico complejo de apartamentos de lujo levantado a 50 metros del mar en la Isla de Arosa (Pontevedra), donde Blanco y otros altos cargos han adquirido una propiedad. El empresario aludido, Javier Carrera, se dejaba caer el pasado 9 de septiembre por Santiago, en un acto que tenía al portavoz del Gobierno como estrella invitada y a toda la plana mayor de su partido entre el público.

Desde Vigo también puso rumbo a la capital María Luisa Graña, que gestiona -no sin polémica- la empresa pública Tragsa, que cerró 2010 con una cifra de negocio superior a los 1.260 millones de euros. Graña fue mano derecha de Elena Espinosa en el Puerto de Vigo. Precisamente ahora, en plena lucha interna por las candidaturas orensanas, Espinosa hace valer su fuerza en Madrid para llevarse el gato al agua. Mientras, la hemeroteca recuerda los 3,6 millones de euros invertidos en un parque inacabado de la ciudad de Orense, cuando su hermano era concejal de Medio Ambiente y el Plan E le alegraba la vida a más de uno. El PP tachó de «capricho» el proyecto que, a día de hoy, permanece inconcluso.

El pasado 26 de septiembre, en una de sus frecuentes visitas a tierras gallegas, el ministro afirmó: «Hemos invertido en infraestructuras de Galicia como nunca se había hecho antes por tierra, mar y aire», con «más 7.300 millones de euros desde 2004».

Las perlas del ministro

>7/2/09. «El PP quiere convertir Galicia en un estercolero. Los gallegos tienen que levantarse frente a la basura que vomita ese partido». «Un vendaval de espías y mangoneos sacude al PP y esa corriente que recorre al PP de norte a sur acabará por llevarse a Rajoy por delante».

>10/4/10. «El 'caso Gürtel' no son hilillos de plastilina, sino una marea negra de corrupción que salpica a la calle Génova y se extiende por todas las comunidades autónomas donde gobierna el PP con mayoría absoluta». «El PP está atado por la correa de Bárcenas y de la camarilla que le protegía».

>16/4/11. En referencia a unas palabras de Aznar, que dijo que Gadafi era «amigo extravagante de Occidente», Blanco aseguró que «hay un nexo de unión entre el 'amiguito' de Francisco Camps, 'El Bigotes', y el amigo de José María Aznar, Gadafi»

L. Á. SANZ / Madrid

05/10/2011

El azote del PP contra la corrupción

El ministro siempre se ha destacado por sus gruesas acusaciones a los 'populares'

El ministro de Fomento y vicesecretario general del PSOE se ha destacado siempre como uno de los principales azotes del PP por los distintos casos de corrupción que han salpicado al principal partido de la oposición en los últimos años. El caso Gürtel, los procesamientos de Francisco Camps o Ricardo Costa, la imputación del ex número dos del PP gallego y número dos de la trama, Pablo Crespo, o la de dirigentes que tuvieron que dimitir, como Luis Bárcenas, aunque después fueron exculpados, siempre sirvieron a Blanco para atacar a los populares y la supuesta inacción de Mariano Rajoy.

Su lengua afilada y su ingenio ágil para encontrar frases punzantes han dado decenas de titulares a lo largo de muchos años. Su afición por fustigar burlonamente al adversario le viene desde que ascendió a la cúpula del PSOE en el año 2000, con la elección de José Luis Rodríguez Zapatero como secretario general.

Así lo recordó ayer el secretario general del PP de Madrid, Francisco Granados, que lo calificó como «el azote de los corrutos», en referencia a la forma de hablar del político gallego.

El número dos de Esperanza Aguirre exigió al ministro que dé «una explicación a la opinión pública» y aseguró que «el señor Blanco, que ha sido el azote de los corrutos durante tantos años, no le ha reconocido a ninguno de mis compañeros del PP esa presunción de inocencia y ha cargado de una manera absolutamente inmisericorde contra concejales de mi partido que eran detenidos y soltados al día siguiente sin cargos», dijo en declaraciones a Telemadrid.

El caso Gürtel ha sido la principal y mayor fuente de inspiración del político gallego. Cuando estalló el escándalo, en febrero de 2009, el juez Baltasar Garzón ordenó el ingreso en prisión de los cabecillas de la trama. Entonces, Blanco llegó a afirmar que «el PP vomita basura» y que este partido quería «convertir Galicia en un estercolero», en referencia a la detención de Pablo Crespo, el que era lugarteniente del jefe de la organización, Francisco Correa.

Crespo había sido secretario general del PP gallego. Pero en el momento de su detención estaba desvinculado de la cúpula popular en la región, que dirigía Alberto Núñez Feijóo.

A pesar de eso, Blanco y otros dirigentes socialistas trataron de vincular a Feijóo y a su equipo con el caso, a pesar de no estar entre los investigados. El 1 de marzo de 2009 se celebraban elecciones autonómicas en Galicia y el dirigente popular gallego era la principal pieza a batir para el PSOE.

A mediados de febrero de 2009, el diario El País publicó una serie de informaciones que aseguraban que el Gobierno de Esperanza Aguirre había estado espiando con dinero público a otros dirigentes del PP. Blanco no dudó en mezclar entonces Gürtel con aquellas noticias, que casi tres años después aún no se han confirmado: «En el PP no hay una sola trama, sino varias tramas de intereses, de espías, de sobornos, de tráfico de influencias que afectan a miembros del PP con la connivencia de miembros del PP».

Como respuesta a esa presunta acumulación de tramas, Blanco acusaba a Rajoy de «echar balones fuera, como si esto no fuera con él».

Al terminar febrero de 2009, uno de los peores meses de los populares en los últimos años, Blanco pronosticó el hundimiento del Partido Popular: «De la misma forma que se ha hundido el Prestige, se van a hundir Rajoy y el PP, por no saber tomar decisiones». Sin embargo, su pronóstico no pudo estar más lejos de la realidad. Ocho días después, el PP gallego ganó las elecciones autonómicas por mayoría absoluta, desbancando del Gobierno autonómico al PSOE y al BNG.

Cuando el vicesecretario general del PSOE fue nombrado también ministro de Fomento en abril de 2009, empezó a medir un poco más sus declaraciones, sobre todo en sus comparecencias como miembro del Ejecutivo. Pero no bajó tanto el tono cuando hablaba como dirigente socialista, que eran muchas veces.

En abril de 2010, el ya titular de Fomento aseguró, de nuevo sobre Gürtel, que aquel caso no eran «hilillos de plastilina», en referencia a una desafortunada expresión de Mariano Rajoy sobre la fuga de petróleo del Prestige, sino «una marea negra de corrupción que salpica a la calle Génova y se extiende por todas las comunidades autónomas donde gobierna el PP con mayoría absoluta». El partido de Rajoy, dijo entonces, «está atado por la correa de Bárcenas y de la camarilla que le protegía».

Y en abril de este mismo año, 2011, el ministro vinculó incluso unas palabras del ex presidente José María Aznar sobre Gadafi -el presidente de honor del PP dijo que el dictador libio era un «amigo extravagante de Occidente»- para asegurar rotundo que «hay un nexo común entre el amiguito de Francisco Camps, El Bigotes, y el amigo de Aznar, Gadafi». Se refería al yerno de Aznar, Alejandro Agag, que no ha sido imputado en el caso Gürtel, aunque su nombre sí está en el sumario

1 comentario:

  1. Sigue la comandita de pepiño. Ahora como siempre, dirá que es mentira, y de dimitir ni se le pasa por la cabeza. Asi nos va, la culpa la tenemos los ciudadanos.

    ResponderEliminar