domingo, 3 de julio de 2011

Una 'versión oficial' de película en Telecinco


MUNDO / Madrid

03/07/2011/El Mundo

Las imágenes

Estrena una 'TV Movie' de Prisa que oculta los interrogantes o los cubre con elementos de ficción que convienen a la 'verdad oficial'

Zapatero embustero«Esta ficción televisiva está basada exclusivamente en los hechos probados en la sentencia 65/2007 de la Audiencia Nacional y en la sentencia 503/2008 del Tribunal Supremo». Telecinco estrena mañana un docu-drama sobre el 11-M producido por Plural -del Grupo Prisa- y que comienza con esa advertencia. La cadena de televisión facilitó un pase privado del metraje completo a este diario, que pudo comprobar que, efectivamente, se trata de una «ficción televisiva» en la que se combinan situaciones que nunca sucedieron con elementos extraídos en apariencia de los «hechos probados», pero idealizados, y otros verídicos tomados del trabajo de investigación periodística de los reporteros de EL MUNDO, al que no se cita.

Pero, sobre todo, los interrogantes que persisten sobre la peor matanza terrorista de la historia de España o bien se ocultan, o bien se cubren con fabulaciones precisamente en el sentido que mejor conviene a la verdad oficial, que de esta forma se presenta como un relato definitivo y sin fisuras. Es, en resumen, un intento en vano de afianzar en la conciencia colectiva la convicción de que no hay dudas de que los hechos sucedieron así, «para que nadie lo olvide», como expresa el subtítulo de la serie.

La TV Movie -cuya emisión estaba prevista para antes de las elecciones del 22-M, pero se retrasó para evitar influir en ellas- comienza con la huida a la carrera del terrorista Abdelmajid Bouchar del asedio policial al piso de Leganés donde el 3 de abril de 2004 se suicidaron siete miembros de la célula. Entonces, hace un flashback hasta julio de 2003, cuando Jamal El Chino, personaje central de la trama, regresa a Madrid de su estancia en prisión en Marruecos. La influencia de Serhane El Tunecino le acaba convirtiendo en un terrorista convencido de que escoge «el camino de la muerte para alcanzar la vida» para vengarse de España por su participación en la Guerra de Irak. La narración concluye con el estallido de las bombas: no hay mención a los sucesos posteriores. Éstas son, a juicio de EL MUNDO, las principales inconsistencias del guión:

Los 'cerebros' del 11-M. La investigación policial fracasó al adjudicarle el liderazgo estratégico y espiritual a cuatro acusados con los que pretendía vincular el 11-M con el terrorismo internacional y Al Qaeda: Hasan Haski, Mohamed El Egipcio, Yusef Belhadj y, después del juicio, Moutaz Almallah. Ninguno aparece en la serie (sí hay un personaje fantasma sin identificar, con ascendencia sobre la célula, que se reúne con ella en los meses en los que los informes policiales sugerían un viaje de El Egipcio a España para preparar la matanza). El papel que se les atribuía se lo reparten en la serie entre El Tunecino y el argelino Allekema Lamari. De esta manera, la película crea una ficción que conculca el principal interrogante que todavía planea sobre la matanza: ¿pudo un grupo de delincuentes comunes planear y diseñar la estrategia y la logística del atentado de mayor impacto político de la historia de Europa sin ninguna ayuda externa?

El espectador que vea la serie no tendrá ninguna duda de que sí: para los guionistas, Lamari es quien diseñó el atentado -«cuatro bombas en cuatro trenes, como los cuatro aviones del 11-S, para seguir el camino de los mártires»- y quien dio las instrucciones precisas a la célula para cometer el atentado. No hay en todo el sumario ni una sola referencia de que eso ocurriese así.

Por encima de Lamari, El Tunecino es el cerebro e ideólogo en la serie, que llena con fabulaciones el vacío que dejaron las investigaciones policiales. A él se le atribuye, por ejemplo, haber establecido la fecha del atentado en vísperas de las elecciones, al dar de alta una dirección de correo electrónico con esa fecha de nacimiento. En realidad, esa prueba fue presentada en el juicio contra El Egipcio, pero se desechó por la escasa fiabilidad de los documentos aportados por las autoridades italianas.

No hay apenas referencias a Al Qaeda, aunque sí a la intervención de España en Irak. Los protagonistas aceleran sus planes cuando ven en televisión el mensaje de Osama bin Laden de octubre de 2003 en el que amenaza a nuestro país. Además, El Tunecino hace un viaje a Bélgica, que nunca sucedió en la realidad, aparentemente para reunirse con esa organización terrorista.

El montaje de las bombas. Nadie sabe quién montó las bombas que explotaron en los trenes del 11-M. Los espectadores de Telecinco creerán que lo hicieron los miembros de la célula bajo la atenta supervisión de Allekema Lamari: no sólo no hay indicios de eso en el sumario, sino de todo lo contrario. Ninguno de los terroristas -siete u ocho en la serie, cuando en la realidad fueron al menos 13, porque también se omite el hecho de que varios islamistas burlaron a la Policía al huir- tenía formación para llevar a cabo esa tarea. Así, se llena con ficción otro de los principales aspectos que queda por esclarecer.

La dinamita de los trenes. En todas las ocasiones -y son muchas- en las que los protagonistas manipulan cartuchos de dinamita, se exhibe de manera explícita la leyenda Goma 2 ECO impresa sobre el envoltorio, como si fuese necesario ahuyentar las dudas. De manera reiterativa, se les ve extraer la masa gomosa de los paquetes de Goma 2 ECO cuando están montando las bombas. Lo que dice la sentencia es que «no se sabe con absoluta certeza la marca de la dinamita que explotó en los trenes» y los únicos análisis fiables que se hicieron ofrecieron un resultado incompatible con ese explosivo. El ex jefe de los Tedax Juan Jesús Sánchez Manzano está imputado por ocultar las muestras de dinamita.

¿Dónde está Zougam? No deja de resultar llamativo que, en una serie que dice basarse en los hechos probados, no aparezca nunca identificada la única persona que fue condenada por colocar una bomba en los trenes. No es fácil incorporar al relato a un personaje sobre el que pesa la única prueba de cargo de haber sido identificado por dos testigos: no hay ni un contacto demostrado con la célula, ni una huella, ni un resto suyo en la casa de Morata o en el piso de Leganés.

El guionista de la serie, Carlos López, explicó a este diario que «no aparece su nombre escrito en pantalla pero se le puede ver en algunas escenas, formando parte de la célula en algunas reuniones y en los viajes finales de los trenes de Cercanías». Es cierto que, en una secuencia, hay un personaje que, tras una de las reuniones de proselitismo radical en el local de Virgen del Coro, dice que tiene que irse «al locutorio», pero introducir a Zougam en ese escenario representa una falsificación de los hechos. No hay ninguna prueba de que participase en ellas, aunque el confidente Cartagena y el absuelto Mouhannad Almallah declararon que la Policía les presionó para que dijesen que estuvo allí. La ficción cubre así las dudas que existen acerca de la endeblez de los argumentos que sirvieron para condenar a Zougam, cuya peripecia es determinante para explicar el impacto político y social del 11-M.

Los confidentes. La película pasa de puntillas por el hecho de que dos de los personajes más importantes de la trama, Suárez Trashorras y su compinche Rafá Zouhier, fuesen confidentes policiales. De la relación con el minero del policía Manolón -que no aparece ni se le cita por su nombre- se selecciona sólo el hecho irrelevante de que le consiguiese un trabajo a Carmen Toro, y sin embargo se omiten las decenas de llamadas que intercambió con Trashorras en los momentos clave de la operación. La serie recrea un encuentro entre el alférez de la Guardia Civil, Víctor, y Zouhier en el Hospital Clínico, pero se hace para reforzar la tesis de que el confidente nunca avisó a su controlador del tráfico de explosivos. Él sostiene lo contrario.

Con todo, la mayor manipulación de los hechos está en la idealización de los personajes: a un terrorista sin escrúpulos como El Chino se le presenta como un padre cargado de dilemas morales, Trashorras es el gracioso y secundarios como Rosa (la mujer de El Chino), Carmen Toro o El Gitanillo son los buenos de la serie. Precisamente estos tres últimos colaboraron en la realidad con la Policía para afianzar la verdad oficial

EDUARDO FERNÁNDEZ / Madrid

03/07/2011

Un millón y medio de euros para contar la mayor tragedia de España

La cadena dice que ha «aprendido» de las críticas a la película del accidente de Spanair
Igual que sostener entre las manos las mochilas cargadas con explosivos que dejaron 191 víctimas el 11 de marzo de 2004, manejar una tv movie sobre el mayor atentado en la Historia de España requiere todas las precauciones. Telecinco se ha atrevido: estrenará la producción mañana a las 22.00 horas y la completará el próximo miércoles.

Un trabajo de las características de 11-M cuesta en torno a un millón y medio de euros, según explican a EL MUNDO fuentes del sector. La inversión persigue un buen dato de audiencia, pero cuanto mayor resulte, mayor será también la observación y la exigencia. «En la frase que cierra la promoción está recogida la intención de la cadena: hemos hecho esto para que nadie lo olvide», resume a este periódico Manuel Villanueva, director de contenidos de Mediaset España. «Es todo un reto, un trabajo delicado, complejo y estremecedor. Por eso mismo, no pude evitar entregarme por completo», cuenta Carlos López, guionista de la producción de Plural Entertainment.

Las tragedias no destacan por tornar en alegrías cuando se trasladan a televisión. De hecho, cuando el mismo canal estrenó Vuelo IL8714, sobre el accidente de Spanair en el aeropuerto de Barajas, la Asociación de Afectados del Vuelo JK5022 manifestó su «rotundo rechazo». Esta vez, Telecinco ha restado espectacularidad y sumado verosimilitud.

«Hemos hecho lo que no hicimos con Spanair, que es justamente enseñárselo a las asociaciones de víctimas. Además, hay una diferencia clara: en Spanair no se había celebrado el juicio y aquí había un juicio y una sentencia», distingue Villanueva, que ha «aprendido» de la controvertida emisión de Vuelo IL8714.

Efectivamente, 11-M advierte al comienzo de sus dos episodios que está «basada exclusivamente en los hechos probados por la sentencia 65/2007 de la Audiencia Nacional y la sentencia 503/2008 del Tribunal Supremo». Sin embargo, López reconoce: «Puede que sean incompletas, que dejen cabos sueltos o se les escape algo que parezca evidente: sucede en cualquier sumario. Pero nuestro objetivo no era ponerlas en cuestión, sino contarlas en forma de ficción dramática». López, autor de guiones cinematográficos como el de La niña de tus ojos, admite también haber consultado «un buen número de libros y reportajes periodísticos».

Ni una gota de sangre aparece en 11-M, que finaliza con las fatídicas explosiones tal y como las captaron las cámaras de seguridad de las estaciones. «Creo que empleamos una forma de narración muy al uso, que diluye el protagonismo de los personajes y consigue una sensación de realidad», explica López, quien no diría que 11-M constituya un thriller.

El proyecto se gestó en 2009, aunque un montaje «especialmente laborioso», en palabras de López, lo alargó. En el primer trimestre de 2010, un equipo de 120 personas terminó de grabar 11-M, casi siempre en las localizaciones en las que se ambienta la historia: Alcalá de Henares, Morata de Tajuña, El Pozo, Santa Eugenia, Atocha, Lavapiés, Leganés y barrio de la Concepción.

«Casi nada fue fácil en la preparación y rodaje de este proyecto, pero encontrar a todos los actores magrebíes que requería el guión fue especialmente complicado. La mayor parte de ellos son marroquíes, aunque hay algún palestino y un libanés», detalla López. Los menos han hecho su debut delante de las cámaras en 11-M; la mayoría ostenta una amplia carrera -Abdelatif Hwidar, El Chino, incluso tiene un Goya por dirigir el corto Salvador-.

El Chino, además de por su participación en el atentado, cobra gran protagonismo en 11-M por la relación con su familia, y asume buena parte de la carga emocional, en contraste con un malhablado y caótico Emilio Suárez Trashorras (Zoe Berriatúa), el único resquicio cómico en la representación de una historia absolutamente trágica.

E. M. / Madrid

03/07/2011

Víctimas de primera y de segunda

La productora sólo contó con el grupo de Manjón y olvidó a la AVT y a Ayuda 11-M
La mayor asociación de víctimas de España, la AVT, y la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M se sienten marginadas frente a la Asociación 11-M Afectados por Terrorismo, que preside Pilar Manjón y fue la única con la que contó la productora Plural para llevar a cabo su proyecto. La presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, se negó a aceptar la invitación que le cursó Telecinco para acudir a un pase privado hace unas semanas: «Nos llamaron cuando ya estaba hecha, y a otras lo hicieron antes de empezarla».

La representante del colectivo de víctimas se queja de que «no es el momento» de emitir una serie sobre el atentado, de que muchas de ellas le han enviado escritos en los que aseguran que los anuncios que ya ha emitido Telecinco les hacen «sufrir mucho», y de que el objetivo es «volver a reforzar la idea de que todo está acabado y juzgado y que no hay nada más que investigar, y eso es una manipulación». «Y en eso no estamos de acuerdo; si lo que quieren es que nunca se olvide, que añadan al final de la serie una aclaración que explique que el Tribunal Supremo sentenció que no se han encontrado a los autores intelectuales», añadió. La psicologa de la asociación, que sí ha visto la serie, considera adecuado el tratamiento a las víctimas.

Eloy Morán, herido en el 11-M y representante de la Asociación de Ayuda a las Víctimas, asegura que Telecinco les invitó a un visionado después de haberles enviado una queja por no contar con ellos. Reconoce que «en la serie no aparecen imágenes sangrientas, truculentas ni desagradables», pero discrepa del hilo narrativo.

«Apuntala la versión oficial de los hechos y en ningún momento abre la puerta a las investigaciones que discrepan de puntos muy importantes de ese relato», sostiene.

En la asociación de Pilar Manjón, sin embargo, sí están satisfechos con el resultado final. «Es una película que todo el mundo debería ver, para que deje de haber dudas» y «sólo puede ofender a los que defienden la teoría de la conspiración», afirman desde el grupo de víctimas que siempre se ha mostrado conforme con el resultado de las investigaciones policiales.

1 comentario:

  1. Ya lo dijimos anteriormente, es una película a favor del sistema oficial, cuando la verdad aún está por descubrir, por eso hacen esto, porque no quieren saber la verdad. Y de la manjón, mejor no hablar, es correa de transmisión del gobierno de estos que dicen ser socialistas, que no lo son.

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