sábado, 23 de julio de 2011

Misterioso doble atentado contra el Gobierno noruego


*Ultima hora*

JON MAGNUS / Oslo
VG / EL MUNDO

23/07/2011/El Mundo

Al menos 17 muertos por un coche bomba contra la oficina del primer ministro y en un tiroteo en un campamento laborista
Zapatero embusteroNoruega ya no será la de siempre. Un baño de sangre conmocionó ayer a los ciudadanos de este tranquilo país del norte de Europa. En apenas tres horas, un misterioso doble atentado tuvo lugar. Primero fue una furgoneta bomba colocada en pleno corazón de la capital, Oslo. Después fue un tiroteo en un campamento juvenil del Partido Laborista, al que pertenece el primer ministro. ¿El autor? Según las primeras hipótesis que baraja la policía noruega, un desequilibrado.

Todo comenzó a las 15.26 horas de la tarde. Una fuerte explosión sacudió el barrio gubernamental de Oslo, la capital noruega. Las oficinas del primer ministro, el laborista Jens Stoltenberg, saltaron por los aires; así como las de otras pertenecientes al Ministerio de Energía o de Sanidad. Junto a ellas se encuentra la sede del periódico VG, que quedó también completamente destrozada.

En el lugar no se encontraba el primer ministro Stoltenberg, quien anunció enseguida que se encontraba «a salvo» de lo que fue una furgoneta bomba, pero avisó a los ciudadanos que las fuerzas de seguridad instaban a no circular por el centro de la ciudad y a permanecer encerrados en sus casas. El saldo de víctimas era de siete muertos y decenas de heridos.

Se temía que otra bomba explotara en cualquier otro punto de la capital. Sin embargo, el segundo derramamiento de sangre tendría lugar a 40 kilómetros de Oslo, en la isla de Utoya.

Apenas tres horas después, un hombre noruego -descrito como alto y rubio- acabó con la vida de varios jóvenes en el campamento juvenil del Partido Laborista, famoso en el país por celebrarse todos los años y donde los políticos laboristas acuden a hablar con los chicos y chicas que acampan en la isla, ubicada en el centro de un lago.

Según las investigaciones de las fuerzas de seguridad noruegas, un hombre vestido con un uniforme de la policía llamó a los jóvenes, con edades comprendidas entre los 14 y los 25 años. «Venid, venid. Necesito hablar con vosotros», cuentan los testigos que pidió a los jóvenes. Decenas de ellos se acercaron a su alrededor, tras lo cual el hombre sacó un arma semiautomática y disparó contra ellos. Varios cayeron sin vida y los demás corrieron para salvar su vida. Muchos se echaron al lago y comenzaron a nadar, pero el agresor les siguió y disparó contra ellos, quedando algunos cadáveres flotando en el lago. Después, se dirigió al bosque donde los demás habían buscado refugio. En el campamento ya reinaba el terror entre los 650 jóvenes que llega a albergar este lugar en verano.

El agresor fue en su busca, a la caza de jóvenes. Hasta que en una operación policial aún desconocida se le consiguió detener y frenar su locura. Al cierre de esta edición, había 10 muertos confirmados, pero podían ascender hasta 40.

Al parecer, el autor de la matanza es un viejo conocido de la policía noruega. Un desequilibrado. ¿Pudo haber sido el artífice de los dos ataques? La policía seguía investigando, pero no descartaban que hubiera colocado la furgoneta bomba en Oslo y, camino a la isla, hubiera activado la bomba. También siguen la pista por si perteneciera a algún grupo terrorista.

El primer ministro Stoltenberg compareció anoche ante la prensa para lanzar un mensaje a los responsables de todo aquel horror. «No nos destruiréis. No destruiréis nuestra democracia ni nuestros ideales», afirmó solemne. «Nadie nos va a silenciar con balas. Nadie va a asustarnos», prosiguió.

Stoltenberg, que tenía previsto asistir hoy a los actos del campus laborista, no se encontraba ayer en su oficina, sino trabajando en su domicilio. Por eso, no resultó afectado por el atentado con bomba. Tampoco ningún miembro de su gabinete resultó herido. Stoltenberg apeló a los noruegos a no rendirse ante el miedo. «Nuestros compañeros de trabajo han perdido su vida hoy. Es espantoso», afirmó. «No es así como queremos que funcionen las cosas en nuestro país. Pero es importante que no nos dejemos llevar por el pánico. Porque la razón de este tipo de violencia es crear el terror», añadió.

Sin un responsable claro al principio al que apuntar, la exposición de Noruega en misiones militares en el extranjero -notablemente Afganistán y Libia- hizo sospechar de grupos islamistas vinculados con Al Qaeda. A primera hora de la tarde, varios medios informaron que una organización -desconocida hasta entonces- llamada Ansar al Yihad Alami (Simpatizantes de la Yihad Global) reivindicaron la acción terrorista en un mensaje publicado en internet. Sin embargo, podo después la retiraron, dejando a los noruegos lamentándose y preguntándose el porqué de este desmedido doble ataque, el más letal sufrido en el país nórdico desde la Segunda Guerra Mundial

TESTIGO DIRECTO
JON MAGNUS / Oslo
VG / EL MUNDO

23/07/2011

«Todo ardía como el infierno»

Relato de los segundos posteriores al ataque en la capital

Fue como un macabro baile. El edificio donde se encuentra mi periódico -VG- comenzó a sacudirse. Estaba escribiendo un artículo en la sección de Internacional y, de repente, todo empezó a danzar a mi alrededor. Eran las 15.26 horas de una tranquila tarde estival en Oslo cuando todo voló por los aires. Los cristales de las ventanas saltaron y se dirigieron hacia nosotros como misiles. Me caí de la silla de la onda expansiva. ¿Había sufrido un atentado la redacción? No. El epicentro del atentado se encontraba apenas unos cientos de metros más allá, en los edificios gubernamentales colindantes, pero la devastación que ya me rodeaba era absoluta.

Desde la sexta planta, sin un solo cristal en las ventanas, contemplé el horror. Las oficinas del primer ministro estaban ardiendo.

Cogí unos prismáticos y eché un vistazo más preciso a los edificios destrozados que nos rodeaban. En las oficinas correspondientes al Ministerio de Sanidad vi lo que parecían cuerpos colgando de las ventanas. Mis colegas comentaron horrorizados lo mismo. Había otros tendidos dentro. No se movían.

Entonces decidí bajar.

En la calle reinaba el caos. Todo ardía como el infierno. La gente gritaba sin cesar y vi a varias personas heridas, cubiertas de sangre. Algunas estaban en una cafetería. Otras yacían sin moverse. Parecían sin vida. Conté cinco.

Caminé unos metros más y llegué justo delante de la oficina del primer ministro. Allí se encontraban dos coches completamente destrozados. A uno de ellos no le quedaba una sola rueda. Varios testigos me dijeron entonces que habían visto un vehículo negro, con cuatro personas dentro, alejándose a toda velocidad del lugar del atentado.

La primera y la segunda planta de la sede del premier habían desaparecido por completo. El edificio apenas se sostenía por sus vigas, que quedaron desnudas, sin una sola pared a su alrededor. Los daños no podían ser mayores

ANÁLISIS
PEDRO POZA / Copenhague
Especial para EL MUNDO

23/07/2011

El fin de la inocencia

Los noruegos descubren el horror en una explosión de odio de autoría misteriosa
El pueblo noruego despertó ayer de su sueño de libertad, bienestar y seguridad. Perdió la inocencia en apenas unas horas y sintió cómo estaba amenazado desde su primer ministro hasta unos jóvenes con ideales de un mundo mejor. El primer ministro salió a pedir unidad y democracia. Pero sus ciudadanos vieron al ejército en las calles tratando de poner orden en el caos y a unidades anti terroristas desplegadas en un lugar de recreo.

Los primeros indicios apuntaban a la pista islamista, si bien horas más tarde cobraba fuerza la tesis de un desequilibrado con o sin conexión con los islamistas, grupos anti sistema o ultraderechistas. De una u otra forma, el paraíso noruego ayer se desvaneció.

La pista libia parece la más improbable, aunque no conviene descartarla. La fuerza aérea noruega ha participado de forma especialmente activa en la campaña contra el régimen de Trípoli. A mediados de junio, los seis aviones desplegados se habían encargado del 15% de los bombardeos. Rumores sin confirmar aseguran que intervinieron en el ataque al complejo presidencial de Trípoli que mató a un hijo y tres nietos de Gadafi. En contra de esta tesis jugaría el hecho de que el Gobierno noruego ha anunciado que el 1 de agosto repatriará todos sus aviones.

El envío de soldados a Afganistán y las controvertidas viñetas, las danesas o las del artista sueco Lars Vilks, que dibujó a Mahoma con cuerpo de perro en 2007, suelen ser las dos causas que alegan los ya numerosos terroristas que han intentado atentar en Escandinavia. Así lo hizo el suicida iraquí que quiso provocar una carnicería el pasado diciembre en una zona comercial de Estocolmo. También el somalí que en enero de 2010 trató en Aarhus de matar a hachazos a Kurt Westergaard, autor de la caricatura que presenta a Mahoma con un turbante en forma de bomba.

Y así pensaba hacerlo la célula de cuatro hombres que, también en diciembre de 2010, fue detenida cuando ultimaba una masacre al estilo Bombay en la redacción de Jyllands-Posten en Copenhague. La presencia de tropas escandinavas en territorio afgano resulta un móvil evidente. Noruega y Suecia parecían no obstante menos expuestas que Dinamarca, único de los tres países cuyos soldados, desplegados en Helmand, protagonizan misiones decididamente de combate.

De lo que no cabe duda es de que son las viñetas de Mahoma las que han colocado Escandinavia en el punto de mira del terrorismo islamista. Hasta ahora, el principal blanco había sido Dinamarca. Entre febrero de 2008 y diciembre de 2010 han fracasado hasta siete planes terroristas contra Jyllands-Posten, a los que deben unirse otros tres dirigidos contra objetivos distintos pero que también tuvieron los dibujos como detonante.

Además, en julio de este año fue desarticulada una célula de Al Qaeda con ramificaciones en Noruega y Alemania que supuestamente preparaba un macroatentado como los de 2004 en Madrid y 2005 en Londres.

La polémica sobre las viñetas, que por cierto pueden encontrarse en decenas de libros en cualquiera de las bibliotecas públicas que existen en Dinamarca, resurgió el pasado mayo en Noruega al publicar allí la editorial Cappellen Damm Tavshedens Tyranni (La tiranía del silencio), un ensayo sobre la libertad de expresión firmado por Flemming Rose, el redactor jefe de Jyllands-Posten responsable de los dibujos. Las caricaturas aparecen de nuevo. Si se confirmase que ésa ha sido la causa de los atentados, también habrá reaparecido la trágica ironía que supone recurrir al terrorismo para castigar unas viñetas que supuestamente vinculan a Mahoma con la violencia

1 comentario:

  1. Bueno, si es un ataque antisistema, pues no sería raro, tal como está el mundo. Pero si son los malnacidos de alqaeda, ya es el colmo. Para que vengan los de siempre, con el tema de la alianza de civilizaciones, que facil es hablar, pero no predicar con el ejemplo.
    Mi solidaridad, con los noruegos.

    ResponderEliminar