
MANUEL MARRACO / Madrid/El Mundo
El  ex embajador declaró a propuesta de la acusación que ejercen  conjuntamente la AVT y la Plataforma Democrática de Venezolanos en  España, dentro de la investigación abierta por los vínculos entre ETA y  las FARC, y la cobertura que pudo recibir del régimen chavista.
Fuentes  jurídicas reconocieron que las palabras de Arria no incluyeron datos  que sirvan para reforzar la causa penal contra Cubillas y el resto de  etarras procesados. Pero sí describían un escenario de contactos entre  Cubillas, las FARC y miembros del ejército venezolano, estos últimos  necesarios para mantener una estructura de entrenamiento terrorista como  la que se le atribuye. Los vínculos militares provendrían de su propia  labor en el Inti, cuyas actuaciones al expropiar fincas son respaldadas  por el ejército.
En su declaración ante el magistrado Eloy  Velasco, Arria describió a Cubillas como el terrorista más relevante de  los que se encuentran en Venezuela, a la altura de Rodrigo Granda, el  representante de las FARC en el extranjero.
El testigo entregó al juez documentos con correos del ordenador de Raúl Reyes,  algunos de los cuales dieron origen a la investigación. De acuerdo con  ellos, el primer contacto de Cubillas con la guerrilla habría llegado de  la mano de Granda. El ex embajador resaltó ante el juez lo llamativo de  que ambos recibieran la nacionalidad venezolana con apenas un mes de  diferencia.
Arria también entregó documentos que explican la  evolución de la colonia etarra en el país, de cuyos movimientos el CNI  ha estado «perfectamente informado». La mayor parte del bloque de 34  etarras deportados a Venezuela a finales de los 80 ha llevado una vida  normal, pero existen varias «excepciones». Siete, según Arria, de las  que Cubillas es la más relevante. La lista la completarían Eugenio  Barrutiabengoa, Luis María Olalde, Jesús Ricardo Urteaga y José Martín  San Sebastián. También Asún Arana, alto cargo en el Inti y viuda del  histórico jefe de ETA Argala. Al grupo se unía hasta fechas  recientes José Ayestarán, ya detenido y que confesó haberse entrenado en  Venezuela de la mano de Cubillas.
Arria describió el vuelco que para la situación de la colonia etarra supuso el ascenso de Chávez al poder. Hasta entonces, todos se encontraban en situación de «residencia condicionada», algo que les impedía obtener la nacionalidad. Además, estaban vigilados continuamente por un «grupo especial de policías encargados de su «seguimiento y monitoreo». Con Chávez, ese grupo «fue desmantelado» y Cubillas, entre otros, logró la nacionalidad. «Se les dio libertad de acción», afirmó el testigo

 
Dios los cria y ellos se juntan. Para que luego hable el impresentable de chávez, mejor está calladito.
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