viernes, 23 de octubre de 2009
Interior pone matrículas a los explosivos
Viernes 23 de octubre del 2009
LUCHA CONTRA EL TERRORISMO Interior pone matrículas a los explosivos para impedir que lleguen a manos terroristas
El Gobierno ordena a todos los fabricantes y comercializadores identificar con un código de barras único e intransferible cada cartucho y detonador para poder seguir sus movimientos.
Colpisa | Melchor Sáiz-Pardo
25/5/2009
18:32 h
La Guardia Civil va a controlar en tiempo real los movimientos de cada cartucho, detonador o mecha que entre, circule o se fabrique en España. El propósito evitar, como sucedió en los atentados del 11-M, que explosivos legales de uso civil terminen en manos de terroristas gracias a la falta de supervisión y de seguimiento hasta la 'muerte' de estas sustancias.
Los ministerios de Interior y de Industria, Turismo y Comercio han aprobado una actualización del reglamento de explosivos de 1998 que obliga a todas las «personas físicas o jurídicas» que se dediquen a la fabricación, almacenamiento, transferencia, importación o comercialización de este tipo de componentes a identificar cada uno de sus productos con un código de barras que hará único cada elemento, con el fin de que las fuerzas de Seguridad puedan saber en cada momento donde se encuentra.
El Gobierno ha dado en llamar a este ingenio «sistema armonizado para la identificación única para la trazabilidad de los explosivos con usos civiles». Según la Orden Presidencial 1263/2009 dictada el jueves de la pasada semana, todos los profesionales que trabajen en el sector tendrán que actualizar sus métodos de identificación para «adaptarse a las condiciones establecidas» antes del 5 de abril de 2012.
Todo el sistema se basa, según los técnicos de Interior, en hacer de cada cartucho una «pieza única» gracias a ese sistema de códigos electrónicos que revelará de inmediato el historial del explosivo, desde su fabricación hasta su uso final. Esta nueva matrícula puede colocarse en cada pieza fijada, estampada o impresa, y deberá ser legible de inmediato. Sometida a un escáner, en unos segundos ese código de barras alfanumérico de 23 dígitos informará de todos los movimientos de ese material desde su 'nacimiento'.
La orden establece que todos los elementos relacionados con las voladuras deberán someterse a ese sistema de «trazabilidad»: materias explosivas (encartuchadas, en sacos o bolsas, cajas de cartuchos, botes o bidones o explosivos de dos componentes), detonadores (con estampaciones en los casquillos), cebos, multiplicadores, cordones detonantes y mechas de seguridad.
Archivos informáticos
La Intervención Central de Armas y Explosivos de la Guardia Civil llevará un control informático de todos los productos a través de una gran base de datos. Para que este sistema sea realmente útil requiere la colaboración activa de fabricantes y distribuidores, por lo que la nueva normativa les obligará a «poner en práctica un sistema de recogida de datos, que incluya la identificación única a lo largo de la toda la cadena de suministro y de su ciclo de vida, de tal manera que en todo momento pueda saberse su tenedor».
Cualquier persona o empresa del sector tendrá que llevar un «registro» en el que conste «todas las identificaciones», en «especial su ubicación mientras está en su posesión o bajo su custodia y hasta que se transfiera a otra empresa o se utilice».
Antes de que en 2012 sea de obligado cumplimiento la nueva reglamentación, todas las compañías deberán haber obtenido de la Guardia Civil los códigos para identificar sus productos.
Con vistas a investigaciones policiales de atentados o ataques, las compañías estarán obligadas a «conservar y mantener» esos datos hasta diez años después de la «entrega o el momento final del ciclo de vida del explosivo». Y todo ello, advierte la normativa, aún cuando la empresa «haya cesado su comercialización o actividad».
Según informaron fuentes gubernamentales, quedan excluidas de esta normativas las municiones que no sean explosivas, el material de uso militar del Ministerio de Defensa y los explosivos que se transporten a granel (en camiones cisterna) o que se produzca en el mismo lugar de la voladura para su consumo inmediato.
La orden presidencial llega con cierto retraso, según reconocieron mandos de la lucha antiterrorista, que recordaron que desde abril 1993 la Unión Europea obliga a los Estados miembros a «armonizar las disposiciones sobre la puesta en el mercado y el control de los explosivos con usos civiles».
No obstante esta demora, los responsables de la Intervención de Armas de la Guardia Civil creen «más que suficientes» los controles sobre explosivos establecidos tras los atentados 'yihadistas' de los trenes de Madrid en 2004, que revelaron el descontrol absoluto de la 'goma 2' en varias minas asturianas.
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