Los presos de ETA no podrán arrepentirse, buscar salidas individuales, pedir
perdón o «ubicarse fuera de la línea del colectivo». Así lo establece una
circular de la dirección del colectivo de presos de ETA enviada a las cárceles
para establecer el marco del debate iniciado entre los reclusos. La circular
está elaborada por los 20 miembros que forman la dirección del colectivo de
presos, entre los que se encuentran antiguos miembros de la cúpula de la banda
como Mikel Albisu, Antza; Jon Olarra Guridi, Otsagi; Soledad Iparragire, Anboto;
José Javier Arizkuren, Kantauri; Ignacio Esparza Luri; Peio Eskisabel, Xerpa, o
Félix Alberto López de la Calle.
El debate se activó en junio, a raíz de la presentación de las recomendaciones del Foro Social organizado por Lokarri y celebrado en marzo en Pamplona y Bilbao. El calendario fijado por la dirección del colectivo de presos prevé dedicar julio y agosto a que los presos puedan hacer aportaciones. Con esas aportaciones, en septiembre, se elaboraría un documento. Las conclusiones se darían a conocer en octubre o noviembre. Diciembre se ha reservado para poner en marcha diversas iniciativas de las recogidas, informa Vasco Press.
El documento habla de tener actitudes flexibles, pero también subraya la necesidad de «establecer líneas rojas» para reforzar su posición política. «No serán aceptadas las salidas políticas personales», señala la primera de las líneas rojas marcadas por los jefes de los presos etarras, que también expresan el rechazo al arrepentimiento acompañado de «denuncias de los compañeros». La circular señala igualmente el rechazo a las peticiones de perdón y señala que «se tomarán siempre decisiones colectivas».
La circular del grupo que dirige a los presos de ETA ratifica «el compromiso respecto al nuevo escenario», añadiendo: «En adelante nos comprometemos a rechazar los caminos del pasado», en alusión al uso del terrorismo. En este punto precisan el concepto indicando que «no se plantea la negación del pasado», es decir condenar el uso que han realizado de la violencia, como han hecho, por ejemplo, los reclusos de la vía Nanclares.
El colectivo de presos rechazará «en adelante» las herramientas «de las que», dice, «nos valíamos en el pasado». Precisa esta afirmación encuadrándola «en el sentido lógico de la estrategia de la izquierda abertzale, manifestando el compromiso con el nuevo escenario».
El escrito propone el reconocimiento del daño causado por el terrorismo y lo hace indicando: «Como consecuencia de nuestra actividad política aceptamos la responsabilidad que tenemos en el conflicto político, también la preocupación de los daños que las actividades han ocasionado». Añade ETA que «el conflicto ha ocasionado daños y ha producido sufrimiento en todos los lados, es una realidad innegable que», asegura, «no tenemos problemas en aceptar».
El documento plantea la amnistía «como una solución completa», aunque indica que no es contradictoria con una «salida escalonada» de los presos «dentro de un plan de excarcelación completo».
El debate se activó en junio, a raíz de la presentación de las recomendaciones del Foro Social organizado por Lokarri y celebrado en marzo en Pamplona y Bilbao. El calendario fijado por la dirección del colectivo de presos prevé dedicar julio y agosto a que los presos puedan hacer aportaciones. Con esas aportaciones, en septiembre, se elaboraría un documento. Las conclusiones se darían a conocer en octubre o noviembre. Diciembre se ha reservado para poner en marcha diversas iniciativas de las recogidas, informa Vasco Press.
El documento habla de tener actitudes flexibles, pero también subraya la necesidad de «establecer líneas rojas» para reforzar su posición política. «No serán aceptadas las salidas políticas personales», señala la primera de las líneas rojas marcadas por los jefes de los presos etarras, que también expresan el rechazo al arrepentimiento acompañado de «denuncias de los compañeros». La circular señala igualmente el rechazo a las peticiones de perdón y señala que «se tomarán siempre decisiones colectivas».
La circular del grupo que dirige a los presos de ETA ratifica «el compromiso respecto al nuevo escenario», añadiendo: «En adelante nos comprometemos a rechazar los caminos del pasado», en alusión al uso del terrorismo. En este punto precisan el concepto indicando que «no se plantea la negación del pasado», es decir condenar el uso que han realizado de la violencia, como han hecho, por ejemplo, los reclusos de la vía Nanclares.
El colectivo de presos rechazará «en adelante» las herramientas «de las que», dice, «nos valíamos en el pasado». Precisa esta afirmación encuadrándola «en el sentido lógico de la estrategia de la izquierda abertzale, manifestando el compromiso con el nuevo escenario».
El escrito propone el reconocimiento del daño causado por el terrorismo y lo hace indicando: «Como consecuencia de nuestra actividad política aceptamos la responsabilidad que tenemos en el conflicto político, también la preocupación de los daños que las actividades han ocasionado». Añade ETA que «el conflicto ha ocasionado daños y ha producido sufrimiento en todos los lados, es una realidad innegable que», asegura, «no tenemos problemas en aceptar».
El documento plantea la amnistía «como una solución completa», aunque indica que no es contradictoria con una «salida escalonada» de los presos «dentro de un plan de excarcelación completo».
Ahora empiezan a poner cortapisas a los gudaris asesinos de mierda.
ResponderEliminarQuieren salir con la cabeza bien alta, eso si, después de que el desgobierno los suelte, que a este paso, será bien pronto.