El caso Manzano revive. El juez que provocó la declaración de cosa juzgada
–al archivar una denuncia sobre el 11-M días antes de la querella contra el ex
jefe Tedax por ocultar pruebas– ha permitido a las víctimas recurrir a través de
una vía reservada a afectados.
Así pues, pese a la decisión de la Audiencia de Madrid de despachar el caso
por una cuestión técnica, sin entrar a valorar los posibles indicios de delito
–resolución que a su vez el Tribunal Supremo consideró que no era recurrible–,
queda todavía un camino procesal por explorar: precisamente el sugerido por la
propia Audiencia en su auto de archivo.
La Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, que preside Ángeles
Domínguez, recibió el pasado miércoles la notificación que había solicitado hace
más de tres meses del sobreseimiento decidido por el Juzgado de Instrucción
número 6 de Madrid el 19 de junio de 2009. Y el viernes, el abogado de los
afectados, José María de Pablo, presentó un escrito en el que recoge una
minuciosa relación de posibles indicios de encubrimiento, omisión del deber de
perseguir delitos y falso testimonio en el juicio por la matanza contra el ex
comisario jefe de los Tedax Juan Jesús Sánchez Manzano y su perito químico.
El juzgado número 6, que dirige el juez Ramiro García de Dios, sobreseyó en
2009, sin practicar ninguna diligencia, un escrito genérico sobre el 11-M del
partido marginal Alternativa Española dirigido contra una docena de mandos de la
Policía, incluyendo al ex jefe de los Tedax. El denunciante decía apoyarse en el
libro Titadyn, pero luego ni siquiera se personó para recurrir, dejando morir la
causa.
Quince días después, sin tener conocimiento de ese archivo, la Asociación de
Ayuda a las Víctimas del 11-M presentó una querella centrada específicamente en
la desaparición de los restos de los focos de las explosiones, de la que
responsabiliza a Sánchez Manzano y su perito. El Juzgado de Instrucción número
43 de Madrid, que dirige Coro Cillán, la admitió, imputó a los dos mandos y
desarrolló durante dos años y medio la investigación con el apoyo del fiscal,
que argumentaba que las muestras de explosivo que llegaron a las instalaciones
de los Tedax «en algún momento desaparecieron sin que nadie dé razón de su
destino».
Sin embargo, en febrero de 2012, la Audiencia de Madrid decidió, en contra
del criterio del Ministerio Público, que aquella primera denuncia de Alternativa
Española contenía hechos idénticos a los relatados en la querella de las
víctimas, por lo que, en aplicación del principio de cosa juzgada –nadie puede
ser investigado dos veces por lo mismo–, obligó a archivar la causa abierta por
Coro Cillán. En marzo de este año, el Supremo concluyó que esa resolución de la
Audiencia no puede recurrirse.
No obstante, la propia Audiencia había dejado claro que su decisión «no
impide» que quienes se consideren perjudicados por los posibles delitos que se
imputaban a Manzano puedan solicitar que se les notifique aquel primer
sobreseimiento y personarse para intentar reabrirlo. Ese planteamiento incluiría
exclusivamente a las víctimas del 11-M –en concreto, la Asociación de Ayuda y la
AVT–, que sostienen que la destrucción de los restos de explosivos recogidos en
los focos entorpeció gravemente la investigación del atentado. El juzgado que
archivó la primera denuncia, el número 6, ha cumplido ahora esa previsión.
El escrito del abogado José María de Pablo incorpora a esa primera causa los
hallazgos más relevantes obtenidos durante la instrucción de Coro Cillán –que en
ningún caso es nula– y el juez Ramiro García de Dios tendrá ahora que valorar si
aprecia en ellos indicios de delito suficientes para reabrir la causa. Tenrá un
enorme peso el informe fiscal. Si se inadmite el recurso, quedaría aún un último
paso: la apelación de nuevo ante la Audiencia de Madrid, que ahora sí tendría
que pronunciarse sobre el fondo de los hechos.
El recurso de las víctimas hace mención a multitud de datos que vieron la luz
durante los dos años y medio de investigación judicial: principalmente, el
reconocimiento por el propio Manzano de que destruyó casi todos los materiales
–al tribunal del 11-M apenas llegaron 23 mínimos restos casi inservibles de
cientos de kilos recogidos– porque consideró que ni siquiera tenían valor como
«muestras», palabras que fueron desmentidas decenas de veces por las
declaraciones de otros testigos de los tedax, incluso por los citados por su
propia defensa.
También el subdirector general operativo en el 11-M, Pedro Díaz Pintado,
declaró que los vestigios que se encuentran en los lugares de un atentado son
«pruebas» que deben quedar a disposición judicial. A lo largo de su carrera,
explicó, siempre había sido así, hasta el 11-M.
Por razones como éstas, los sindicatos policiales criticaron unánimemente la
labor del jefe de los Tedax –todos, excepto el que le representa, el Sindicato
Profesional de la Policía– y pidieron su destitución, lo que ocurrió en
diciembre de 2006.
«La actuación del señor Sánchez Manzano y la perito tedax (y de quienes les
ordenaron actuar como actuaron), evitando primero que la Policía Científica
pudiera analizar los vestigios de los focos de las explosiones, y haciendo
desaparecer después la inmensa mayoría de esas piezas de convicción antes de que
los peritos designados por el tribunal pudieran analizarlos, impidió que la
Policía Científica determinara con exactitud los componentes del explosivo
empleado en los atentados», resume el recurso de las víctimas.
La pretensión del abogado De Pablo es reabrir la causa «para completar la
instrucción» y que se decida la apertura de juicio oral, para lo que considera
que quedan únicamente tres diligencias pendientes: dos nuevas declaraciones como
imputados de Sánchez Manzano y de su perito y la solicitud de documentos a la
Audiencia Nacional para acreditar que los mandos «faltaron a la verdad al
tribunal [del 11-M] cuando afirmaron que ocultar los vestigios explosionados a
la Policía Científica era lo habitual en todos los atentados».
Bueno, aún tenemos una chispa de poder creer en esta justicia, aunque la losa de la infamia y de no creer en los jueces es grandísima, cuando todos vemos que está todo politizado.
ResponderEliminarEsperemos que esa esperanza que ahora volvemos a tener, sea para bien, y se haga verdadera justicia, y que paguen los de la kgb.