Dice que le queda un apretón de manos pendiente de Suiza: el que cierre el acuerdo político
.
Tiene un modo muy peculiar, Arnaldo Otegi de mostrar arrepentimiento
ante las víctimas. El que fuera portavoz de Batasuna recuerda que los
suyos han reconocido el «dolor causado» a todas las víctimas
(equiparando a los asesinados por ETA con los etarras) y anuncia que él
quiere ir más allá para «decir que si, en mi condición de portavoz, he
añadido un ápice de dolor, de sufrimiento o humillación de las víctimas
de las acciones armadas de ETA [sic], quiero pedirles desde aquí mis más
sinceras disculpas acompañadas de un 'lo siento' de corazón». El
dirigente, hoy en prisión, asegura -puede tratarse de un movimiento
entre radicales para que la banda haga algo- que habla en nombre de
todos los portavoces de Batasuna aunque, éstos, por el momento, no han
dicho nada.En cualquier caso (al margen de que circunscriba sus disculpas sólo a la portavocía, no al resto, a sus actos como etarra), al «corazón» de Otegi le parece perfectamente compatible su reclamo con el homenaje a los presos de ETA. No sólo no condena a la organización, sino que sostiene: «Siento un enorme respeto por cuanto que su propia existencia y sacrificio, y su aportación, adquieren todavía mayor valor en una coyuntura histórica en la que los valores que priman son el individualismo y la insolidaridad. Es en esta coyuntura en donde centenares de mujeres y hombres han sacrificado y siguen sacrificando literalmente su vida no sólo para alcanzar una solución justa al conflicto, sino para construir una sociedad justa para todos. Esta actitud merece el mayor de los respetos».
El párrafo pertenece al libro en el que Otegi se erige como protagonista de una revolución histórica -para fastidio de un sector de la izquierda abertzale- y aparece como muñidor de los análisis y estrategias exitosas. Falsea su biografía hasta confesarse miembro de ETA sólo durante la dictadura y elude responsabilidades. Sin ir más lejos, fue detenido por culpa de la moral católica, que hizo que, fracasadas las negociaciones entre el Gobierno y ETA, hubiese que buscar culpables en vez de centrarse en la solución. Por eso y por ser independentistas están en prisión, no por cometer delitos. Todo ello sea dicho «sin ánimo de desprecio al pueblo español; mi ánimo es constructivo».
El ex portavoz reconoce que «quedaba poco para estrellarse» cuando tomaron la decisión de dar un giro de 180 grados. Es un modo de admitir la agonía de ETA y que se hubiesen hundido con ella si no hubieran cambiado de actitud. Otegi reconoce esto y también lo mucho que influyó la tranquilidad de la cárcel en su opción por las vías políticas: «En términos políticos [la prisión] significó un periodo de maduración definitiva en mis reflexiones anteriores referidas a la necesidad de instalar el proceso de maduración en un nuevo estadio y, como consecuencia, en la inevitabilidad de un cambio de estrategia en la izquierda abertzale».
Cuenta cómo, tras el fracaso de la negociación en Ginebra, los miembros de ETA y del Gobierno se dieron la mano, pero que él rehusó hacerlo esperando una ocasión mejor: «En Loyola (PNV-PSE-HB), iniciamos un debate político inédito sobre un marco político que diera satisfacción a las demandas democráticas del pueblo vasco. Las piezas del puzle estuvieron sobre la mesa. Sólo resta terminar de ordenarlas; todos los debates están prácticamente hechos. Queda alcanzar el acuerdo, tratando de sumar la sensibilidad de PP-PSN y presentarlo al pueblo vasco navarro para su aprobación. Hecho esto, será el momento para ese apretón de manos que quedó pendiente en Suiza». «Hoy el independentismo puede ser hegemónico», concluye.
>Vea hoy el videoanálisis de Ángeles Escrivá
La luz de la cuchilla
Arnaldo Otegi, a quien llamaban El Gordo en su época de terrorista activo, debería conocer por experiencia aquel eslogan del agua mineral Font Vella: «No pesan los años, pesan los kilos». Antes de escribir las surrealistas confesiones de su libro El tiempo de las luces, que tanto debe a la gran novela de Alejo Carpentier El siglo de las luces, Otegi debió de pensar: «No duelen las palabras. Duelen los tiros».A mí me parece un homenaje muy pertinente. Tal como destacaba justamente el malogrado Horacio Vázquez Rial, en un escrito que no era tanto la crítica de un libro como una crónica de su tiempo, el símbolo de la ilustración en la obra del autor cubano era la guillotina, transportada al nuevo mundo en la popa de un carguero.
Víctor Hugues, acusador público durante El Terror, lleva la máquina en su papel de acusador público. «Había llegado a pedir [...] que la guillotina se instalara en la misma sala de los tribunales, para que no se perdiera tiempo entre la sentencia y la ejecución». Jamás hubo definición que se ajustara tanto a la revolución cubana y al terrorismo etarra.
Tantos años después, a Otegi le duelen las palabras: «La izquierda abertzale ha reconocido el dolor causado, y yo quiero ir más allá y decir que, si en mi condición de portavoz he añadido un ápice de dolor, sufrimiento o humillación a las familias de las víctimas de las acciones armadas de ETA, quiero pedirles desde aquí mis más sinceras disculpas, acompañadas de un 'lo siento' de corazón».
Otegi fue condenado por el secuestro del empresario de Michelin Luis Abaitua, lo cual vendría a explicar su solidaridad corporativa con Bolinaga, un maestro en su misma disciplina. Podría haber lamentado sus propios hechos, haberse arrepentido de sus acciones y del dolor que éstas causaron a personas inocentes, pero ese «sufrimiento» es un excelente calambur que explica con bastante claridad esta tragedia.
Otegi lamenta sus palabras en condicional, «si es que», pero no lamenta sus acciones condenadas por los jueces. Las admite, sí; él practicó la lucha armada, pero «durante el franquismo». El secuestro de Abaitua fue en el 79, tres meses después del referéndum constitucional. Cinco años después se integraba con ETA VIII Asamblea en ETA (m). En 1987 fue detenido en su condición de terrorista en suelo francés, entregado a España y condenado, sin que en ningún momento se supiera que había abandonado el terrorismo. En octubre de 1990 fue puesto en libertad condicional sin el menor gesto de arrepentimiento, ni siquiera de distancia.
Es el relativismo de las palabras y las fechas. Ibarretxe dio una clase magistral de historia en Oxford en noviembre de 2002, ante los altos cargos de su Gobierno, los periodistas del séquito y un selecto grupo de hispanistas becados que disimularon como putas mientras el lehendakari Juan Josué les explicaba que la dictadura franquista duró desde 1939 a 1979. En fin, así está el tema.
Arnaldo, 'El pacificador'
«Yo he sido militante de ETA, he practicado la 'lucha armada' durante el franquismo y, por lo tanto, he entendido que existen circunstancias políticas o sociales excepcionales. No soy hipócrita en eso. Si hoy alguien me pidiera un consejo sobre qué vías utilizar, le diría que las de lucha pacífica y desobediente», dice Otegi. Pero está blanqueando su pasado y su actitud. Antes de 1977 se le atribuyen la explosión de una gasolinera, varios robos y el asalto a un gobierno militar. Fue en 1979 cuando secuestró al director de Michelin en Vitoria, Luis Abitua. Tras la disolución de ETA político-militar en 1984, se incorporó a ETA militar. Fue detenido en 1987. Se le acusó del secuestro del secretario general de UCD Javier Rupérez y de Gabriel Cisneros. Fue absuelto porque los testigos no se ratificaron en el juicio.
El Otegi hoy 'pacifista' asumió además sin parpadear la estrategia de
los asesinatos tras el fracaso de la negociación de Lizarra; secundó
ciegamente las directrices de ETA cuando torpedeó la mesa de Loyola con
una propuesta inaceptable y decidió dar, después, un giro de 180 grados
no porque le repugnaran los asesinatos, sino porque esa estrategia les
hundía. Le ayudó entrar en prisión. Y aun así, le costó mucho pasar de
reivindicar «la lucha de masas e institucional» a pedir, muy
recientemente, «vías exclusivamente democráticas»
«Sus palabras son una treta electoral»
Ángeles Pedraza emplaza a Otegi a colaborar con la Justicia y dejarse de «palabrería»
«Hipócrita y mentiroso». Daniel Portero, presidente de la asociación
Dignidad y Justicia (DyJ) y víctima del terrorismo, tiene claros los
términos para definir al ex dirigente de Batasuna Arnaldo Otegi y su
petición de perdón a las víctimas que ayer se hizo pública.No es el único que no cree las palabras de arrepentimiento de Arnaldo Otegi. La presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, tampoco considera sinceras las disculpas de la otrora imagen política de la izquierda abertzale.
«No creemos en la palabra de una persona que ha sido condenada por integración en organización terrorista», aseguró Pedraza antes de añadir que las declaraciones de Otegi no son más que «una treta electoral para conseguir votos». Por ello, la presidenta de la asociación mayoritaria de víctimas del terrorismo califica de «indignos» a los abertzales, por utilizar la palabra perdón -«aunque no la sientan», puntualizó- con el único objetivo de lograr rédito político.
Así, emplazó a Arnaldo Otegi a dejarse de «palabrería» y colabore con la Justicia a esclarecer «los 300 asesinatos de ETA que aún están sin resolver» si de verdad se arrepiente «de corazón», como expresa el propio Otegi.
Pedraza también criticó que el dirigente de Batasuna pida perdón desde su posición de «portavoz de la formación, y no como integrante de banda armada, que es por lo que está condenado». Para la presidenta de la AVT, la diferencia entre ambas cosas es importante, porque «las palabras no hacen daño», aseguró, sino que lo que daña «son los crímenes de ETA», y recordó que Otegi «nunca los ha condenado».
Daniel Portero(ETA asesinó a su padre, el fiscal jefe de Tribunal Superior de Justicia de Andalucía Luis Portero, en 2001) mantiene la misma postura. Para él, el que fuera líder de Batasuna sigue «una estrategia dentro de la izquierda abertzale y de ETA, para que parezca que hay una reconciliación que es inexistente».
Portero concibe los pasos dados por los radicales vascos como «un plan» que busca que se vea a los componentes de las formaciones abertzales como «buenos» y así «conseguir votos». Sin embargo, el abogado considera que «los ciudadanos saben que todos los partidos de la izquierda abertzale forman parte de la estrategia de ETA».
También se pronunció sobre el arrepentimiento -presunto para Portero y Pedraza- el presidente del País Vasco, Patxi López. El lehendakari, que no entró a valorar si considera sinceras o no las disculpas, sí lamentó que hayan pasado 20 años para tener que oír estas palabras, aunque las recibió con un «bienvenido sea».
El candidato socialista, que buscará su reelección como presidente en las elecciones del 21 de octubre, consideró «un avance en la dirección correcta» las palabras de Otegi, aunque también quiso restar importancia a las declaraciones del líder abertzale en tanto que son algo «que se ha venido pidiendo durante años».
El candidato popular a la Lehendakaritza, Antonio Basagoiti, no valoró el arrepentimiento de Arnaldo Otegi, pero sí lo hizo el de UPyD, Gorka Maneiro, para quien el preso «sigue provocando dolor al seguir justificando la violencia de ETA y no exigir su desaparición», además de acusarle de querer «blanquear su pasado».
Sortu, relegado por la campaña y los presos
Tomadas las riendas de EH Bildu, los radicales deciden centrarse en las elecciones
Sortu no es la prioridad. La izquierda abertzale ha decidido que su primera marca nítidamente legal desde hace una década no culminará su proceso constituyente hasta principios de 2012. El adelanto de las elecciones vascas, fijadas para el 21 de octubre, ha empujado a la antigua Batasuna a modificar su calendario y posponer el primer Congreso Nacional de Sortu, previsto para noviembre. Por un lado, tiene otras prioridades -volcarse en la campaña y presionar al Gobierno con los presos- y, por otro, tiene cubierta la transmisión del mensaje a través de sus portavoces habituales y de la coalición EH Bildu que integra con EA, Alternatiba y Aralar, pero que ha conseguido dominar sin obstáculos.
La izquierda abertzale maneja febrero como la mejor opción para cerrar la conformación de Sortu tomando como base los estatutos impolutos que el abogado Iñigo Iruin redactó para cumplir la Ley de Partidos. De cumplirse lo reflejado en ese documento, las estructuras de la formación serán por primera vez homologables a las de los partidos democráticos: con los órganos habituales frente a la tradición asamblearia; con afiliados que pagarán una cuota mínima -10 euros al mes-; y con un secretario general, novedoso también en una organización que presumía del liderazgo colectivo.
La comunicación es otro de los giros en los que están inmersos. Tras décadas de oscurantismo y de asesores que en muchos casos amenazaban a los periodistas, la izquierda abertzale quiere cuidar su imagen y abrir ventanas. Y se va haciendo posible lo impensable, como que Pernando Barrena y Joseba Permach escriban en Twitter y Arnaldo Otegi tenga una web para su mayor gloria.
Hasta que los al menos 300 compromisarios de Sortu voten por primera vez -sobre la línea política, las bases ideológicas, el modelo organizativo y la política de comunicación, así como a sus cargos internos-, la primera batalla que tiene ocupados a los dirigentes radicales es la campaña electoral, que encaran con los buenísimos resultados que les dan las encuestas.
El mensaje a las bases -que todavía recelan de la alianza con partidos considerados «burgueses» como EA y de la derrota asumida por ETA- descansa en que con su cambio de estrategia, la izquierda abertzale va a conseguir el mayor apoyo electoral de su historia.
Sortu no es la prioridad. La izquierda abertzale ha decidido que su primera marca nítidamente legal desde hace una década no culminará su proceso constituyente hasta principios de 2012. El adelanto de las elecciones vascas, fijadas para el 21 de octubre, ha empujado a la antigua Batasuna a modificar su calendario y posponer el primer Congreso Nacional de Sortu, previsto para noviembre. Por un lado, tiene otras prioridades -volcarse en la campaña y presionar al Gobierno con los presos- y, por otro, tiene cubierta la transmisión del mensaje a través de sus portavoces habituales y de la coalición EH Bildu que integra con EA, Alternatiba y Aralar, pero que ha conseguido dominar sin obstáculos.
La izquierda abertzale maneja febrero como la mejor opción para cerrar la conformación de Sortu tomando como base los estatutos impolutos que el abogado Iñigo Iruin redactó para cumplir la Ley de Partidos. De cumplirse lo reflejado en ese documento, las estructuras de la formación serán por primera vez homologables a las de los partidos democráticos: con los órganos habituales frente a la tradición asamblearia; con afiliados que pagarán una cuota mínima -10 euros al mes-; y con un secretario general, novedoso también en una organización que presumía del liderazgo colectivo.
La comunicación es otro de los giros en los que están inmersos. Tras décadas de oscurantismo y de asesores que en muchos casos amenazaban a los periodistas, la izquierda abertzale quiere cuidar su imagen y abrir ventanas. Y se va haciendo posible lo impensable, como que Pernando Barrena y Joseba Permach escriban en Twitter y Arnaldo Otegi tenga una web para su mayor gloria.
Hasta que los al menos 300 compromisarios de Sortu voten por primera vez -sobre la línea política, las bases ideológicas, el modelo organizativo y la política de comunicación, así como a sus cargos internos-, la primera batalla que tiene ocupados a los dirigentes radicales es la campaña electoral, que encaran con los buenísimos resultados que les dan las encuestas.
El mensaje a las bases -que todavía recelan de la alianza con partidos considerados «burgueses» como EA y de la derrota asumida por ETA- descansa en que con su cambio de estrategia, la izquierda abertzale va a conseguir el mayor apoyo electoral de su historia.
El etarra vuelve a azuzar a los suyos aprovechando la coyuntura electoral. Siempre que habla sube el pán se decía en mi pueblo, y a este le pasa lo mismo, aprovecha cualquier resquicio para alentar a los suyos y vapulear a la víctimas con mamoneos de disculpas blasfemas y por tanto falsas. Que te den bufagateras malnacido.
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