lunes, 9 de julio de 2012

'¿Perdonar? Pues no. Nunca'

ERNANDO LÁZARO VITORIA ENVIADO ESPECIAL L

  • 09/07/2012 PORTADA/El Mundo


  • Los padres de Miguel Ángel Blanco al cumplirse el 15 aniversario de su asesinato: '¿Qué pasa, que ahora ETA, como no mata es buena...? Acabarán matando cuando no logren lo que quieren'
    Necesitamos una estructura administrativa basada en la libertad, la igualdad y la solidaridad, sin exclusiones, y que sea sostenible, es decir, que no resulte confiscatoria para nuestros bolsillos. Los padres de Miguel Ángel Blanco no están dispuestos ni a olvidar ni a perdonar al asesino de su hijo. En una entrevista con EL MUNDO Chelo y Miguel son claros: «¿Perdonar? Pues no. Nunca». Agradecen el cariño y apoyo que siguen recibiendo desde que el que fuera concejal del PP en Ermua fue secuestrado y asesinado, ahora hace 15 años, por un comando liderado por Francisco Javier García Gaztelu, Txapote, que fue el autor de los disparos que acabaron con la vida de Miguel Ángel. Sus padres se muestran indignados cuando se les pregunta por los gestos que algunos piden ahora que ETA ha anunciado el cese definitivo de sus actividades violentas: «¿Qué pasa, que ahora ETA, como no mata es buena...?». Están convencidos de que los etarras «acabarán matando cuando no logren lo que quieren».
    Chelo y Miguel sufren. Recordar aquellas 48 horas de julio de 1997 es vivir de nuevo su Calvario. La madre de Miguel Ángel lleva el peso de la charla. El padre lanza cuñas. Le cuesta mucho. Se le corta la voz, llora y llora. «Es que cada día vivimos lo mismo, es que lo recuerdo todos los días, a todas horas».

    Nos reciben en su casa, en un salón donde la imagen del que fuera edil del PP en Ermua ocupa lugar privilegiado. Chelo y Miguel, Miguel y Chelo, reviven su pesadilla con la misma frescura que el primer día. Se acuerdan de todos los detalles («aquel día comió truchas, su plato favorito») y circunstancias («me avisó una periodista cuando entraba en casa; me dijo si no sabía que habían secuestrado a mi hijo», recuerda aún estupefacto Miguel).

    Para todos han pasado 15 años desde que ETA, aquel 10 de julio, secuestró a Blanco. Para todos menos para sus padres: «Nos quedamos en aquel día. No ha pasado el tiempo. Lo tenemos tan presente...». Chelo y Miguel constatan cómo desde el asesinato de Miguel Ángel la vida les ha ido poniendo a prueba, a duras pruebas: un cáncer, un infarto, un ictus... «La doctora dijo que esto pasa mucho por los disgustos; y mayor disgusto que lo que nos pasó».

    Están muy satisfechos por el cariño que recibieron y siguen recibiendo. «Hemos estado siempre arropados. No nos sentimos solos». Pero ya no acuden a Ermua, el recuerdo es demasiado duro. «Todo recuerda aquello. La gente, la casa, los sitios, todo lo recuerda».

    Y más recuerdos de aquellos días: «Tenías que haber visto los saltos que daba mi Miguel Ángel cuando vio por la tele la liberación de José Antonio Ortega Lara. Llegaba al techo. Decía: '¡Qué descanso para ese hombre, por fin!'. Pobre, sin saber lo que se le avecinaba a él». Se tensan y aprietan los dientes cuando hablamos de perdón, de arrepentimientos, de visitas a los presos, de reinserción, de Txapote, el asesino de su hijo... «Mucha gente nos pregunta ahora: '¿Vais a perdonar si os lo pide?'. Lo primero es que él no me va a pedir perdón, porque no está arrepentido, porque lo dice siempre en la cárcel. No es sólo la muerte de Miguel Ángel, son muchas las que lleva a sus espaldas y no está arrepentido. Nunca nos va a pedir perdón, por supuesto».

    Se percibe un grado enorme de indignación en las palabras y en el rostro, un gesto de crispación que no había aparecido hasta ese momento en la conversación y que demuestra el dolor con el que tiene que convivir esta familia: «¿Que si le voy a perdonar? Pues no. Para qué voy a decir que lo voy a perdonar. No. Para nada. Nunca. Ni estrecharle la mano. Jamás le daría la mano».

    Miguel romper de nuevo su silencio: «Al que mató a mi hijo, al que tenía la pistola en la mano, jamás. Ni siquiera verle, ni siquiera estar con él. No, no, no. Yo no cruzaría ninguna palabra con el asesino de mi hijo, ninguna». «¿Pero qué pasa, que ahora ETA, como no mata, es buena? ¿Porque ha dejado de matar? Es un hombre con el corazón de piedra. No está arrepentido. Lo dice. No lo voy a perdonar ni quiero tener ninguna palabra con él. Si pudiera, seguro que volvía a matar».

    Los padres de Blanco creen que la visita de la hermana de Ordóñez a Lasarte pone de relieve «lo que vemos todos: que no están arrepentidos, que están armados. Dicen 'ha terminado', y yo digo ¿cómo que han terminado? De eso nada. No matan porque no les interesa. Sin matar ya consiguen... Matarán, acabarán matando, cuando no logren lo que quieren. Siguen teniendo las armas y sigue mandando el núcleo duro. Ojalá me equivoque, pero van a matar. Están un poco escondidos, pero matarán hasta que les den lo que piden».
    >Vea hoy en EL MUNDO en Orbyt un fragmento de la entrevista

  • FERNANDO LÁZARO ERMUA (VIZCAYA) ENVIADO ESPECIAL
  • 09/07/2012 ESPAÑA

  • Del revolucionario espíritu del lazo azul al duro olvido del día a día

    «Sí, aquello fue muy duro, pero las cosas ahora son distintas. Habrá que dar pasos»

    . «¿Y ese Miguel Ángel quién era?» Estamos en Lasarte, en el lugar en el que apareció el cuerpo del concejal del PP en Ermua hace 15 años. Pasa un joven de 14 años. Parecía oportuno preguntarle por sus sensaciones... La respuesta transmite mucho más que la pregunta. Y es que 15 años son muchos años. Y la vida ha seguido para todos. Bueno, para casi todos.

    El día a día en Ermua, donde Miguel Ángel vivía y hacía sus primeros pinitos políticos, y en Lasarte, donde apareció el cuerpo con dos disparos en la cabeza, en una zona que estaba siendo peinada por la Guardia Civil cuando estaba secuestrado, está ya muy lejano de aquellas jornadas azules a modo de lazo, con un espíritu limpio, nuevo, cabreado... y que parecía imparable. Una apisonadora contra ETA. Había que frenar las ansias para que la ciudadanía no tirara al pilón en el pueblo a los que durante décadas aplaudían los crímenes de ETA. Pero fue un espíritu democrático y civilizado.

    Hoy, muchos lo miran con melancolía. Ese Espíritu de Ermua irrumpió en todo el País Vasco y en el resto de España y para muchos fue el final de ETA, por lo menos de su apoyo histórico entre un sector muy importante de la ciudadanía vasca.

    «La forma de llevar a cabo la ejecución no fue menos cruel e inhumana que el secuestro, pues se efectuó en un lugar despoblado, con las manos atadas por un cable eléctrico, propinándole por la espalda dos disparos a muy corta distancia en la cabeza, el segundo de los cuales con la finalidad de asegurar el resultado, compatible con una posición de la víctima de rodillas y siendo sujetada por otro de los miembros del comando, le produjo heridas dejándole abandonado a su suerte entre unos matorrales». Así describe la Audiencia Nacional el crimen de Miguel Ángel aquel 12 de julio de 1997. Irrumpió el espíritu del hartazgo que estaba larvado en la sociedad.

    Un espíritu que gritó con una sola voz «Basta ya» y que se pintó de blanco las manos. Jamás en Bilbao se ha producido una concentración multitudinaria donde se aplaudiera la firmeza del presidente del Gobierno de entonces, José María Aznar, ante el chantaje de ETA.

    Ahora, 15 años después, en Ermua se respira tranquilidad, se respira otra atmósfera, se respira cierto olvido y se respira una nueva etapa. «Sí, aquello fue duro, pero ahora las cosas son distintas. ¿Qué queremos, que todo siga como hasta ahora? ETA ya ha callado, pues habrá que dar pasos», afirma una vecina que participó en aquellas movilizaciones ciudadanas contra ETA pero que ahora, tres lustros después, entiende la situación de otra manera. «¿Que se traiciona el Espíritu de Ermua? No. De ninguna manera. Se sitúa en la realidad actual», insiste.

    Ermua quiere mirar hacia adelante. Las pancartas por los presos son muy pocas. Aún queda algún cartel que otro pidiendo el acercamiento de los reclusos, pero son minoritarios y han asomado algunas banderas de España en algunos balcones ¿como consecuencia del fútbol? «Sí, pero hace 16 años era impensable que alguien pudiera encontrar una rojigualda al balcón sin tener «algún problema, y eso significa que algo ha cambiado», insiste la vecina.

    Las preocupaciones ahora están centradas en la construcción de una circunvalación y unas obras nuevas en el centro. El Ayuntamiento transmite actividad incesante. Es difícil poder interrumpir el trabajo de la Corporación para hablar de Miguel Ángel Blanco, y menos si apareces sin avisar o sin citarte. En el aniversario se hará una nueva ofrenda floral ante la estatua del edil asesinado que preside la zona más noble del coqueto Ayuntamiento vizcaíno.

    «No se me olvida. Aquello fue tremendo. Ahora, el tiempo pasa y las situaciones son diferentes. Pero quizá hayamos olvidado algunas cosas demasiado pronto», recuerdan algunos trabajadores del Consistorio. Y es que saben y admiten («pero no pongas mi nombre, por favor») que ETA aún no ha entregado las armas. No se fían. «Son muchos años bajo esta gentuza y no conviene dejarse llevar demasiado por la euforia», recuerda otra vecina de la zona antigua de Ermua.

    Pero son pocos los que recuerdan que de nuevo llegamos al aniversario y que se van a cumplir 15 años del asesinato. «¿15 años, tanto? ¡Madre mía, cómo pasa el tiempo! Fíjate lo pequeña que es la iglesia y el Ayuntamiento y toda la zona y todo, todo estaba repleto de gente, no cabía un alfiler. Aún me recorre un escalofrío por la espalda ahora que me lo recuerdas», apunta otro trabajador municipal.

    Pero Ermua no es el único punto donde nos lleva nuestro camino del recuerdo. El siguiente paso, Lasarte, ya en Guipúzcoa, donde apareció Miguel Ángel. Una zona de camino forestal de complicado acceso en coche. Una carretera (generoso término en este caso) de vía única. Estuvimos más de una hora y no vimos coche alguno. Sólo tres pequeños ponis en la zona donde apareció el cuerpo del edil popular.

    Cuando recogemos aparece un joven. Su «¿Quién es ese Miguel Ángel?», deja a las claras qué ha pasado. Son ya 15 años y la vida sigue; para muchos, aunque no para todos. Miguel Ángel se quedó en una cuneta de Lasarte, a media hora de su casa de Ermua. El lazo azul ya no está en las calles del pueblo.
  • FERNANDO LÁZARO MADRID
  • 09/07/2012 ESPAÑA

  • «Tras fracasar con Ortega Lara, ETA buscó la venganza»

    Mayor Oreja rememora detalles de sus horas más duras como ministro del Interior

    Necesitamos una estructura administrativa basada en la libertad, la igualdad y la solidaridad, sin exclusiones, y que sea sostenible, es decir, que no resulte confiscatoria para nuestros bolsillos . En su cumpleaños, desde 1997, siempre tiene un primer recuerdo: Miguel Ángel Blanco. Porque este veterano político vasco cumple el mismo día en que ETA le descerrajó dos disparos en la cabeza al edil popular de Ermua. Le tocó el peor de los potros de tortura. «Fue la primera vez que me quedé a dormir en mi despacho del Ministerio. Aquel día, cuando estuve ya solo en el despacho, lloré».

    Jaime Mayor Oreja no ha olvidado ni un detalle de aquellas 48 horas en las que tuvo que hacer frente al más duro de los chantajes de ETA al Estado mientras ocupaba la cartera más difícil del Gobierno: el Ministerio del Interior.

    «A medida que pasan los años queda claro que hay que vincular directamente el asesinato a cámara lenta de Miguel Ángel con la liberación de Ortega Lara. Fue la reacción de ETA a uno de sus mayores fracasos. Buscó la venganza rápida a la actuación de la Guardia Civil. Fue la reacción de una banda que chantajeaba a un Gobierno que no cedía a la presión».

    El que fuera responsable de las Fuerzas de Seguridad del Estado durante el secuestro y asesinato de Blanco deja claro que para él lo del edil de Ermua no fue un secuestro, fue «un asesinato a cámara lenta. Estaba claro desde el principio cuál iba a ser el final». «Pero sirvió para que se produjera una reacción que no tenía precedente, la irrupción de algo que estaba hibernando: el rechazo de la ciudadanía a los asesinos». El nacimiento del espíritu de Ermua fue la gran herencia que dejaron aquellos fatídicos días de julio de 1997.

    Puso toda la carne en el asador. Dedicó todos los medios a su alcance a poner en marcha una búsqueda contrarreloj por todo el País Vasco y Navarra. El cálculo horario entre el secuestro y el aviso de ETA no permitió discriminar zonas. Podían estar en cualquier punto.

    La búsqueda fue milimétrica. Y esa búsqueda incluyó también la localidad de Lasarte, donde apareció Miguel Ángel. A escasos metros del matorral donde fue abandonado, la Guardia Civil estuvo y buscó con minuciosidad, poco antes de que Txapote abandonara allí, malherido, al edil.
    Pero lo que ETA no esperaba, asegura Mayor Oreja, fue la «explosión de rechazo ciudadano». Sin embargo, para el que fuera titular de Interior, el llamado Espíritu de Ermua murió cuando Rodríguez Zapatero puso en marcha su «proceso de paz» con ETA. «Zapatero quebró el rechazo ciudadano con su proceso de 2004. Y de ese proceso hemos llegado a que ETA está caminando hacia la victoria, hacia el poder en el País Vasco. En vez de estar en la derrota, estamos en el precio político de darles el poder. El precio político es que acaricie el poder».

    Mayor Oreja reivindica la actitud política y social que se produjo en aquellas fechas: «En modo alguno podemos pensar que aquello no sirvió para nada. Al contrario, en la vida todo lo que haces bien sirve siempre». Recuerda que aquella tarde del 11 de julio se produjeron escenas de apoyo al Gobierno en el País Vasco «inimaginables apenas unas semanas antes».

    Uno de los momentos «más difíciles y duros» fue cuando tuvo que comparecer ante los medios de comunicación para confirmar que se había producido el secuestro, «porque no podía manifestar todos mis sentimientos, porque en aquel momento no podía arremeter contra los asesinos, porque tenía que explicar que el Gobierno no iba a ceder para no dar esperanzas de diálogo a los terroristas, pero sin manifestar tampoco una excesiva dureza». El camino de La Moncloa a Interior, su cocheal fue el escritorio donde preparó «una de las comparecencias más difíciles de mi vida».
    F. L. MADRID
  • 09/07/2012
  • 6
  • ESPAÑA

  • El asesino con el corazón de piedra

    'Txapote' cumple con todas las órdenes de la dirección de ETA y vigila para que no haya disidentes entre el colectivo de presos
    . Es el rostro de ETA. Es la cara del desafío, de la frialdad, de la intolerancia... Es la cara del canalla que asestó los dos tiros en la cabeza a Miguel Ángel Blanco, del hombre con un corazón de piedra. Cada una de sus irrupciones públicas en la Audiencia Nacional es un nuevo espectáculo de crueldad. Ni un paso atrás. Ni un gesto de arrepentimiento. Ni un gesto de dolor de corazón. Nada que demuestre humanidad. Nada de nada. Francisco Javier García Gaztelu, Txapote, sigue siendo uno de los estandartes de la dureza de ETA en las cárceles, de la intolerancia, del reto constante al Estado.

    Txapote sigue formando parte del autodenominado colectivo de presos de ETA, ese colectivo que cumple a rajatabla todas las instrucciones de la dirección etarra, un colectivo compuesto por los más duros de la organización y que no está dispuesto a romperse pese a los cantos de sirena que proceden de la Vía Nanclares y de los nuevos planes de reinserción de ETA.

    Txapote no sólo insulta a las víctimas y a las instituciones cada vez que acude a la Audiencia Nacional. No. Además, sigue a pies juntillas todas las órdenes que los que aún mandan en ETA dan al colectivo de internos: huelgas, chapeos (no salir de la celda), medidas de protesta... Todas las instrucciones de ETA y sus consignas son seguidas por Txapote quien, además, se encarga de tirar de la cuerda de todos los presos para que no haya rezagados. No sólo sigue la ortodoxia sino que se encarga de que los que están cerca de él también la sigan, que no se rompa el colectivo. Una especie de policía entre los suyos.

    Y es que Txapote, uno de los etarras más sanguinarios de la historia de ETA, cuenta con un gran predicamento entre los suyos. Cuenta con el respeto entre los etarras por su carrera de sangre. Pero también impone temor. Así, lo que dice Txapote se cumple y no hay discusiones. Y ese perfil es el que aún mantiene en prisión. García Gaztelu es el pistolero más sanguinario de ETA durante los años 90. Cumple condena no sólo por acabar con la vida de Miguel Ángel Blanco sino por intervenir en los crímenes de Gregorio Ordóñez, Fernando Múgica y el de sargento de la Policía Municipal de San Sebastián Alfonso Morcillo, entre otras acciones, todas enmarcadas en el seno del comando Donosti. Después, pasó a dirigir el mal llamado aparato militar de ETA hasta que fue capturado en Francia en 2001. Su primera detención se produjo en 1982, cuando apenas había cumplido 18 años. El cachorro de ETA, que ya apuntaba maneras, pasó en 1991 a formar parte del comando Vizcaya, donde concretó ya sus primeras acciones, aún sin sangre. La irrupción total en su espiral de violencia y muerte se produjo tras ingresar, en 1994, en el comando Donosti. Tras su encarcelamiento en Francia (donde se frustró un intento de fuga con explosivos organizado por la dirección de ETA) llegó a España, donde fue juzgado uno tras otro por todas sus actuaciones de los años 90.

    Fue condenado a 50 años de cárcel como autor material del asesinato de Miguel Ángel Blanco. El tribunal de la Audiencia Nacional, en su sentencia, también le prohíbe acercarse a la localidad vizcaína de Ermua durante cinco años a partir de su excarcelación.
  • IKER RIOJA ANDUEZA SAN SEBASTIÁN
  • 09/07/2012 ESPAÑA

  • «Mostraremos al mundo nuestras verdes montañas»

    EH Bildu presenta un proyecto de Gobierno radical por la «independencia»

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    «Si conseguimos llegar al Gobierno estaremos, sin duda, en una nueva fase para nuestro pueblo. Los extranjeros nos llamarán por nuestro nombre. Nos podrán apuntar con el dedo en el mapa. Nos conocerán como vascos. Viajaremos sin pedir permiso a Madrid y en vuelos directos [...]. Mostraremos al mundo nuestro mar con el surf y el viento y nuestras verdes montañas, valles, ríos y cuevas donde habitan nuestras lamias [seres mitológicos vascos]».

    Jon Etxabe, el que sería el próximo ministro vasco de Relaciones Exteriores si la coalición independentista EH Bildu ganara con mayoría suficiente los próximos comicios vascos, solemnizó ayer de esta forma, con una breve alocución en inglés parafraseando el I have a dream de Martin Luther King, su apuesta por trasladar al mundo la imagen de un País Vasco independiente.

    Etxabe fue el único que acudió encorbatado al acto de presentación del proyecto de Gobierno de EH Bildu, en el Museo de Ciencias de San Sebastián, que se haría realidad si todo sale como esperan. La coaliciónindependentista encara las elecciones autonómicas con opciones reales de imponerse al PNV y llegar a Ajuria Enea por vez primera. La candidata abertzale, Laura Mintegi, presentó a la vicelehendakari, Bea Ilardia, y a los 10 consejeros que la acompañarían. El objetivo común, esbozado por la persona con mayor perfil político en un equipo de marcado carácter técnico (el ex juntero de HB Xabier Olano, hoy alto cargo de Martin Garitano en Guipúzcoa) será la «imprescindible independencia».
    Olano, que aspira a convertirse en el futuro consejero de Economía y Hacienda, manifestó que «la dependencia hacia España no conduce a ningún lado si no es al abismo», y apostó por extender «en toda EuskalHerria» el modelo de gestión que Bildu ya está aplicando desde el año pasado en la Diputación de Gipúzcoa. «Marcamos como objetivo una EuskalHerria soberana», remachó en su intervención Olano.
    Como declaración de intenciones, Mintegi pretende crear también la figura del ministro vasco de Relaciones Exteriores, puesto que recaería en Etxabe.
    La proyección exterior de la marca vasca confrontada a la marca España, según adelantó la aspirante a titular de Educación, Cultura y Deportes, Mariam Bilbatua, será apostar por las selecciones propias «para el fortalecimiento de la identidad colectiva».
    Mintegi, que se ha rodeado de un equipo con un discurso abertzale ortodoxo, expuso que pretende desarrollar una nueva política, alejada de las «inercias y modelos caducos», y apostó por introducir, también en su Gobierno, un nuevo lenguaje que abra una nueva etapa y deje claras las prioridades políticas. Ésa es la razón de ser de su idea de crear las carteras de Soberanía Alimentaria, que sustituye la vieja área de Agricultura y Pesca, para subrayar la autosuficiencia del País Vasco, y de Justicia Social, que aglutinará las competencias en Empleo, Vivienda, Servicios Sociales y Garantía de Ingresos.

    En la misma estrategia se enmarca la apuesta por un departamento de Libertades Ciudadanas que sustituya a Interior y Justicia. Cree Mintegi que es el primer paso para aparcar la «connotación represora» de la Ertzaintza: «Preferimos una política preventiva a una política punitiva».

    EH Bildu quiere al mando de la Policía y de los funcionarios de Justicia a Julen Arzuaga, un joven pero experimentado letrado del Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV) conocido por defender a presos de ETA y por denunciar las supuestas torturas de las Fuerzas de Seguridad. Fue absuelto en 2008 por colaboración con banda armada tras ser procesado por el juez Baltasar Garzón dentro de un sumario contra Gestoras Pro-Amnistía.

    Arzuaga, que ha abogado públicamente por la desmilitarización del País Vasco, aseguró que pretende «enfrentar con absoluta prioridad la adecuación del modelo policial al actual escenario político».

    Planteó también la creación de «un Poder Judicial para Euskal Herria» porque, a su juicio, los tribunales españoles han castigado al «pueblo vasco» encarcelando a «personas» con «leyes y jurisdicciones de excepción», en referencia a la Audiencia Nacional, «que eran respuesta, en buena parte no homologable en democracia, a un contencioso en vías de superación».

    Se refería a los presos de ETA, cuyos derechos defendió. No hizo mención a la banda, tampoco a sus asesinatos, pero sí dijo que «tocará mirar hacia atrás y diagnosticar las vulneraciones acaecidas y poder, así, reconocer, reparar y rehabilitar a todas las víctimas de violaciones de derechos humanos». «Es objetivo y compromiso central de EH Bildu buscar las condiciones y garantías de que estas vulneraciones jamás vuelvan a acontecer», añadió.

  • VICTORIA PREGO
  • 09/07/2012 ESPAÑA

  • El precio de la paz

    Necesitamos una estructura administrativa basada en la libertad, la igualdad y la solidaridad, sin exclusiones, y que sea sostenible, es decir, que no resulte confiscatoria para nuestros bolsillos. Cualquiera diría que la vida política ha dejado de existir o se ha congelado en España. Y sólo en parte es verdad. Porque los medios de comunicación abren a todo trapo con los datos de la prima de riesgo o las posiciones de la Comisión Europea, pero en quinto o sexto lugar de las noticias aparecen informaciones con enorme carga política para el futuro.

    Este viernes se publicaron las previsiones electorales en el País Vasco. La última oleada del Euskobarómetro, que dirige el profesor Francisco Llera, confirma lo que lleva mucho tiempo mostrando: que la apuesta constitucionalista en Euskadi ha fracasado. Y que no va a recuperarse de su fracaso. Así de claro.

    Después de que ETA anunciara que dejaba de asesinar, aunque no se haya disuelto; después de que el Constitucional legalizara Bildu y, hace nada, legalizara también Sortu, el futuro panorama político vasco está clarísimo.

    La apuesta nacionalista ganará por goleada. El PNV recuperará el poder y no lo volverá a perder a mano de los no nacionalistas.

    La posibilidad de que Urkullu presida el Gobierno vasco y cuente con el apoyo de la nueva coalición proetarra está ahí. Sumarían no menos de 45 escaños, cuando la mayoría absoluta en su Parlamento está en 38. Podría también contar con el apoyo del PSE, pero no por eso los peneuvistas dejarían de estar controlados y presionados por los radicales.
    La traducción política de cualquiera de las dos variables es que la opción independentista va a cobrar fuerza renovada.

    Y esto se va a producir mientras la banda terrorista sigue en activo, todo lo débil que se quiera, pero con las armas en la mano. Lo que va a hacer ETA después de las elecciones vascas será actuar de garante de la acción de Bildu y sus aliados.

    Ahora que no hay muertes, se disponen a recoger la cosecha electoral de 30 años de asesinatos, de extorsiones y de amenazas. Con la conformidad, por cierto, de una sociedad que está dispuesta a transigir en casi todo porque no tiene más obsesión que la de poder vivir, por fin, en paz. Al precio que sea.

    También se disponen a recoger la cosecha de 30 años de una educación radicalmente nacionalista que ha inoculado en los jóvenes el desprecio o el odio a España.

    Una educación que se ha llevado a cabo ante la pasividad y dejación del Estado central, que siempre tuvo el temor reverencial a disputarle esa primogenitura al PNV. Pero lo que ha sucedido es que la criatura salida de tres décadas de adoctrinamiento se le ha ido de las manos al tutor peneuvista.

    El resultado hoy, según los datos que manejan los expertos, es que la inmensa mayoría de los jóvenes vascos está desde hace mucho tiempo inexorablemente perdida para la causa española. Y que hoy es una juventud más próxima a las tesis de Batasuna que a las del PNV. Alejada, por lo tanto, de las posiciones del PSOE y no digamos ya de las del PP.

    Éstos son los jóvenes que ocuparán los puestos de dirección económica y política en el País Vasco en muy pocos años. No es difícil adivinar en qué dirección van a caminar.

    Con este panorama, alentado con vehemencia por los prelados de la Iglesia católica, que no han empezado a cambiar su discurso hasta hace apenas dos años, no se puede más que repetir lo que se ha dicho al comienzo de este artículo: la apuesta constitucionalista ha fracasado en el País Vasco.

    Pero no sólo porque el pacto PSE-PP no tenga la menor posibilidad de reeditarse tras las próximas elecciones. También porque la tendencia de la sociedad vasca del futuro estará muy lejos de una mínima relación de afecto o lealtad con la idea de España.

    La traducción política de lo dicho está clara. El líder del PNV, Iñigo Urkullu, ya ha anunciado que en 2015 se va a refrendar un nuevo estatus político para el País Vasco bajo el lema Euskadi, Nación Europea.

    Al PNV le quedan muy pocos meses para recuperar el gobierno que perdió hace cuatro años y apuesta por que se reconozca la «realidad nacional» del País Vasco, y su «derecho a decidir en libertad su futuro». Traducido: un referéndum de autodeterminación y una independencia a la medida de sus intereses. Un nuevo Plan Ibarretxe, pero con más escaños.

    Seguramente Batasuna intentará fagocitar al PNV en ese camino independentista. El PNV se resistirá a ser devorado pero nunca lo hará retrocediendo hacia posiciones autonomistas sino avanzando en dirección contraria.

    Puede que el Partido Socialista entre a participar en ese juego nacionalista. Los de Patxi López lo llamarán quizá «reforma del Estatuto», pero los de Bildu querrán colar ahí todo lo que intentaron y no consiguieron en las últimas negociaciones con el PSOE de Zapatero: el contenido de los acuerdos de Loyola.

    El PSE, que ha gobernado esta legislatura gracias al apoyo del PP, se va a dar un gran batacazo, según los sondeos. Merecido.

    Su estrategia en favor de la legalización de Bildu y de la flexibilización de la política hacia los presos etarras ha convertido a los radicales en los hombres buenos del momento. Los que, con la ayuda del PSE, traerán la paz. La legalización de Bildu y Sortu por el Tribunal Constitucional ha sido reivindicada como un éxito propio por los socialistas vascos.

    Pudiera ser incluso que, antes de las elecciones, ETA hiciera una nueva declaración que diera aún más posibilidades electorales a los suyos. Eso lo intentaría capitalizar el PSOE como un logro suyo e intentaría a partir de ahí ganar votos. Pero en ningún caso el «lehendakari de la paz» volverá a gobernar.

    Y luego está el PP, que se va a quedar como el único testimonio de la defensa del Estatuto de Guernica y de la unidad de España.

    Ya no tendrá que combatir el terrorismo. Pero tendrá que combatir el soberanismo. Su primera esperanza segura es ganar en Álava y romper por ahí las pretensiones secesionistas. Y su segunda esperanza, ésta más dudosa, es que puedan volver a votar en su tierra quienes tuvieron que salir del País Vasco víctimas de la presión y el miedo; que se pueda recuperar el censo electoral auténtico, el que los terroristas consiguieron alterar durante décadas a base de sangre. Y no hay más.

    Por debajo de la prima de riesgo y de las decisiones de la UE están pasando cosas como ésta en la vida política española.
    victoria.prego@elmundo.es

  • ARNAL
  • 09/07/2012 ESPAÑA

  • ¿Desarme del Estado o desarme de ETA? 

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    La política penitenciaria va a centrar en los próximos meses el debate sobre el fin de ETA, una banda militarmente derrotada, pero cuyo brazo político podría incluso ganar las elecciones en el País Vasco, según el último Euskobarómetro.

    ETA siempre se ha definido como una organización «político-militar». Por ello, tanto una como otra opciones de abordar la lucha forman parte de la estrategia encaminada al mismo objetivo: la independencia del País Vasco.

    Es innegable que en el mundo de la izquierda abertzale se ha producido un movimiento de distanciamiento respecto a ETA. Y también que, dentro de la propia ETA, dos facciones se han disputado el liderazgo. Una (los duros de la ponencia Mugarri), partidaria de mantener los atentados y liderada por 'Txeroki'; y otra, defendida por 'Josu Ternera', que apuesta por postulados exclusivamente políticos.

    En esos cambios, la acción de las Fuerzas de Seguridad y la unidad ante el terrorismo han cumplido un papel fundamental.

    Como recuerda Ángeles Escrivá en su libro Cómo los demócratas acabaron con ETA: «En 2002 había 517 etarras incorporados a las estructuras de la banda y 514 en prisión. En 2012 hay 50 en libertad y casi 800 en la cárcel y, según algunas fuentes de autoridad, los 50 están controlados».

    El proceso que se inicia en 2010 de distanciamiento de Batasuna respecto a la estrategia militar de ETA tiene este telón de fondo: el convencimiento por parte de la cúpula de Batasuna (Arnaldo Otegi, Rufi Etxeberría y Rafa Díez Usabiaga) de que los atentados sólo contribuirán a hundir al movimiento político abertzale y la certeza de que ETA estaba a punto de ser derrotada definitivamente.

    Pero tanto la alianza de la izquierda abertzale con Eusko Alkartasuna (para formar Bildu y Amaiur), como la creación de Sortu (recientemente legalizada por el Tribunal Constitucional) son iniciativas de la propia ETA.

    El particular teorema de Otegi se ha cumplido casi al milímetro: a medida que ha calado el convencimiento de que ETA no volverá a matar, ha aumentado en la misma proporción la capacidad política de la izquierda abertzale.

    Ante esa situación, hay dos alternativas para abordar el final del terrorismo.
    Una de ellas (defendida por el nacionalismo vasco y los partidos de izquierda, así como por un buen número de jueces y abogados progresistas) consiste en desmantelar ya los instrumentos jurídicos y penitenciarios que el Estado de derecho puso en marcha para defenderse del terrorismo:

    - Se aboga por la derogación de la Ley de Partidos.
    - Se propone el acercamiento de presos a cárceles vascas.
    - Se pide eliminar los filtros para el acceso al tercer grado y a la libertad condicional de los presos en determinadas condiciones.

    Desde esa perspectiva, defendida con brillantez por el Ararteko (Defensor del Pueblo vasco), Iñigo Lamarca, se afirma que la disolución de Askatasuna y de Segi son una prueba inequívoca de que ETA está en un proceso de disolución irreversible.

    El argumento básico desde esa posición es que el final de ETA se producirá de forma más rápida si se dan ya pasos para reinsertar a los encarcelados que condenen la violencia, rompiendo la cohesión que mantiene el EPPK.

    La otra visión del problema (defendida por lo menos aparentemente por el Gobierno y muy claramente por las asociaciones de víctimas del terrorismo) es que mientras ETA no desaparezca y entregue las armas es ingenuo dar pasos en esa dirección.

    Lo más preocupante de la situación actual es que se pueda quebrar la unidad de acción de los dos grandes partidos (PP/PSOE) en la lucha antiterrorista. Y hay algunos datos que justifican el temor a que dicha unidad pueda romperse.

    Por un lado, el lehendakari, Patxi López, ha afirmado que, tras la decisión del TC sobre Sortu, no tiene sentido que el líder de Batasuna, Arnaldo Otegi, siga en prisión.

    Por otro, el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, valoró la citada sentencia del TC como «un paso que favorece la desaparición de ETA». Mientras, dirigentes del PP, incluido el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, dijeron «no compartir» la decisión del Alto Tribunal.

    El PSE y el PSOE van a buscar una diferenciación respecto al PP de cara a las próximas elecciones vascas, que podrían adelantarse al mes de octubre. López cree que el pacto con el PP perjudica los intereses electorales de su partido y ha iniciado un viraje en la política antiterrorista que consiste en dar por hecho que la banda no va a volver a matar y que, por tanto, hay que dar pasos en la línea que proponen los nacionalistas.

    Pero, ¿cuál es la estrategia de ETA en este momento?
    Las Fuerzas de Seguridad del Estado opinan que ETA no ha tomado aún la decisión de disolverse, ni mucho menos.

    El etarra Oroitz Gurruchaga, detenido en la localidad francesa de Cauna el pasado 27 de mayo, portaba en el momento de su arresto un pen drive en el que ETA se plantea como opción de futuro inmediato mantenerse como organización sin entregar las armas.

    Fuentes de la lucha antiterrorista señalan que ETA prevé llevar a cabo una asamblea a final de año para hacer balance de lo ocurrido tras su declaración de octubre de 2011 y valorar los pasos a dar en el futuro.

    Por su parte, el EPPK emitió un comunicado el 2 de junio (en respuesta a la iniciativa de política penitenciaria del Gobierno) en el que la organización de presos de ETA reclama la «amnistía» y denuncia el «arrepentimiento-delación» que, según la banda, supone la nueva doctrina de Interior.

    Por tanto, la línea dura no ha decidido aún la disolución de ETA y el colectivo de presos (la mayoría) sigue apostando por la amnistía.

    En esta coyuntura, la extensión de los beneficios penitenciarios debería quedar congelada hasta que ETA se disuelva y entregue las armas.
  • PAMPLONA
  • 09/07/2012 ESPAÑA

  • Buscan a los radicales que consiguieron sabotear el Riau Riau

    El alcalde de Pamplona desvela que están visionando vídeos de los incidentes
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    El alcalde de Pamplona, Enrique Maya, aseguró que va a ir «a por todas» para que los incidentes que impidieron la celebración del Riau Riau el pasado 6 de julio «no queden impunes». Valoró como muy positivo que se haya producido ya una primera detención. Se trata, como ya adelantó EL MUNDO, de Mikel Aingeru, un viejo conocido de las Fuerzas de Seguridad por su implicación en actos de kale borroka y que participó en el boicot del Riau Riau.

    «Intervendrá la justicia y decidirá, pero nosotros vamos a ir a por todas, porque representamos a prácticamente toda la ciudadanía, y la ciudadanía está muy dolida y perpleja por lo que ocurrió. Seguro que todos están deseando que se esclarezca todo y que se sepa quién ha sido el responsable», añadió en declaraciones a los medios tras un acto en el Ayuntamiento.
    En cualquier caso, apuntó que habrá que ver «qué cargos son los que finalmente prosperan» contra el detenido, tras recordar que se le imputan agresión a la autoridad y alteración del orden público. Maya consideró que esta persona arrestada «tuvo una enorme responsabilidad en lo que ocurrió, y evidentemente el que la hace la tiene que pagar».

    Además, sobre la posibilidad de que haya más detenciones, explicó que «se están visionando todos los vídeos y todas las imágenes para ver quién puede ser el responsable de esto y al final poder actuar, porque esto no puede quedar impune». El alcalde añadió que «en un Estado de Derecho nadie se puede tomar la justicia por su mano, nadie puede hacer lo que le dé la gana en ningún momento al amparo de un acto que se veía que iba a ser estupendo».
    En este sentido, destacó que en el momento en que iba a comenzar el Riau Riau «había un gran ambiente, muchísima gente joven, familias con hijos, todos estábamos confiados en que esta vez sí, porque parecía iba a ser así, pero desgraciadamente una minoría pudo con lo que la mayoría deseaba».

    1 comentario:

    1. Este lunes viene cargadito de temas de los asesinos y los batasunaris.
      El asesinato de Miguel Ángel Blanco, lo peor, y el desarme del estado es lo que se está produciendo, no el de eta. Una vergüemza más de los de la casta.

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