Mintegi: «España es el único país europeo que tiene presos por delitos de opinión»
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El señuelo es más estético que de fondo. Ortodoxia radical disfrazada
de cambio y soportada sobre un discurso aparentemente amable y de raíz
democrática en el que la condena explícita de ETA no cabe y en el que la
pervivencia de la paz continúa dependiendo de hilvanes ajenos a pasos
de la banda terrorista. «Si alguien piensa que la paz es sólo el final
de ETA se equivoca mucho». La advertencia fue parte de la carta de
presentación, ayer en Bilbao, de Laura Mintegi, la candidata a
lehendakari de EH-Bildu, la coalición con la que la izquierda abertzale
intentará su asalto a Ajuria Enea. Todo está medido, la designación de
la candidata -intelectual universitaria, euskaldun y vinculada a Herri
Batasuna- y su discurso. Ayer tampoco se descuidó la elección del lugar
para su presentación, el hotel Carlton, antigua sede del Gobierno vasco
en el exilio, ni la encargada de presentarla, Anjeles Iztueta, ex
consejera de Educación del Gobierno vasco.Todo un intento en busca de barniz institucional para lavar la candidatura electoral de la coalición radical que se presentó escoltada por algunos de los representantes más significados de Batasuna en los tiempos duros de la violencia etarra. Entre ellos, Rufino Etxebarria, Joseba Permach, Pernando Barrena... todos al son del cantautor Silvio Rodríguez: «...renacerá mi pueblo de su ruina y pagarán sus culpas los traidores...».
La intervención de Mintegi fue toda una declaración de intenciones. Sorprendentes algunas, antiguas otras. La candidata aludió a principios que la formación ha practicado poco en las últimas décadas para definir el modelo de paz que asegura que buscará; una paz justa, «profunda y amplia», y en la que se puedan tomar todo tipo de decisiones «porque la paz es respeto». Una consolidación de la paz en la que la exigencia de disolución a ETA no mereció, al menos ayer, renglón alguno.
EH-Bildu recurrió a la descalificación de la actual «pseudodemocracia» para denunciar la existencia de «un Estado autoritario» que se mantiene en una «democracia corrompida a la que debemos dar la vuelta». Un entramado institucional en el que defenderá que es hora de «desvincularse de los estados vecinos», no sólo en cumplimiento de un derecho de autodeterminación, sino como mera cuestión de «supervivencia ante el naufragio español».
En la sobrevenida reconversión democrática que escenificó, no dudó en presentar a EH-Bildu como «un ejemplo» de la cultura del diálogo, pese a que en un acto repleto de periodistas no se practicó al no permitir preguntas. La candidata recurrió a la fundación de la coalición para presentarse como la mejor demostración de que «los diferentes pueden juntarse, hablar y entenderse, y que para empezar hay que comenzar por reconocerse». Más aún, EH-Bildu se comprometió a trasladar a la política vasca una «cultura del respeto» en la que situó como eje central «reconocer al otro aunque piense diferente». Una lista de buenos propósitos que Mintegi completó con llamadas a alcanzar una «verdadera pluralidad donde los distintos se reconocen y se respetan».
La izquierda abertzale fue más allá. Mintegi presentó su proyecto político como una vía para «sanear una democracia corrompida» y que ellos aseguran que ahora «comenzaremos a construir». Arremetió contra el actual modelo de Estado en el que la disidencia se ha «eliminado» y en el que la cultura vasca se «ningunea». La candidata a lehendakari llegó a denunciar que España es el único país europeo, junto a Turquía, «que tiene desde hace años encarcelados a periodistas y políticos por delitos de opinión».
Una carrera por alcanzar Ajuria Enea en la que Mintegi podría tener opciones reales y disputar la victoria en las urnas al PNV. La coalición aboga por otro modo de hacer política ante los políticos que actúan con mera «pleitesía» ante las instituciones españolas. EH-Bildu se presenta como un proyecto «en construcción» para aunar a «los soberanistas y de izquierdas» y en la que la defensa de la normalización política y el derecho a decidir, junto a la reivindicación de una mayor justicia social se convertirán en el eje de su programa electoral
Ya tenemos a los de siempre diciendo lo de siempre. A quien van a engañar??, si ya conocemos sus andanzas y sus verguenzas. Batasuna pura y dura, así que, haber que elige el pueblo con su política del miedo, tendrán que demostrar si siguen cagaos o ya no les afecta todo esto y libremente pueden opinar, hablar incluso de política tomando unos chiquitos..., creo que va a ser que no, que la venda no se la quitan ni para cagar.
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