lunes, 16 de abril de 2012

Una oración por sus verdugos


  • LEYRE IGLESIAS SAN SEBASTIÁN
  • 16/04/2012 ESPAÑA/El Mundo
  • El obispo Munilla pide a las víctimas que recen por la «conversión» de los etarras


    Los socialistas predican acuerdos y practican sabotajesEn la ciudad vasca más golpeada por ETA (San Sebastián, 105 asesinatos), el obispo José Ignacio Munilla pronunció ayer una histórica misa para «el descanso eterno» de las víctimas, cuyos familiares no han recibido durante este casi medio siglo de violencia el calor público, y a menudo tampoco privado, de la cúpula eclesiástica vasca.

    El prelado, diana habitual de las críticas del nacionalismo, empleó el grueso de su discurso en enviar un mensaje de esperanza al colectivo, en un momento en el que los principales portavoces de este mundo se muestran incrédulos con el giro de la izquierda abertzale y rechazan cualquier beneficio penitenciario a los reclusos de la banda. Desde el altar de la catedral del Buen Pastor, Munilla pidió a las víctimas que no se dejen «contaminar» por el mal que han padecido para que puedan «confiar en el prójimo» y en «un futuro mejor». Y a las que se sientan cristianas, les planteó incluso que recen «con fe y esperanza» una «oración» por la «conversión» de sus «verdugos».

    «Será una oración heroica que contribuirá en gran medida a la sanación de vuestras heridas», les aseguró, aunque reconoció que su efecto en los etarras quedará sujeto a su voluntad. A pesar de ello, las víctimas deben confiar en la «capacidad de regeneración» de quienes las dañaron y rezar por ellas. También pidió que las víctimas sean «protagonistas destacadas» del fin de ETA y de «un futuro de esperanza».

    1 comentario:

    1. No se a que viene estas fotos de mi Legión en El Mundo, y menos para hablar de la iglesia vasca, que más le valía callar a Munilla y meterse la lengua por donde le quepa.
      Ahora todos quieren ser protagonistas, y antes, nos quitaban las banderas de España de los féretros de los compañeros asesinados en la iglesia del buen pastor. Manda cojones por no decir otra barbaridad, que le den morcilla.

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