Fiscalía y Voces contra el Terrorismo piden al Supremo que le mantenga en prisión
El abogado Íñigo Iruin pidió ayer a la Sala Penal del Supremo que examine el caso Bateragune con mirada «de futuro» y absuelva a los cinco condenados por la Audiencia Nacional el pasado 16 de septiembre por reconstituir un órgano de dirección de Batasuna «siguiendo las órdenes impartidas por ETA».
Los cinco (Arnaldo Otegi, Rafael Díez Usabiaga, Miren Zabaleta, Sonia Jacinto y Arkaitz Rodríguez) se encuentran en prisión debido al fallo de la Audiencia Nacional. Sobre Otegi y Díez Usabiaga pesa una pena de 10 años de prisión para cada uno al ser considerados por la Audiencia Nacional dirigentes de organización terrorista, y eso que el primero de ellos aprovechó este proceso judicial para protagonizar un rechazo público de la banda. «ETA sobra y estorba», afirmó Otegi durante el juicio.
La misma linea siguió ayer el letrado Iruin en una brillante exposición que contrastó con la discreta intervención de la fiscal Illana Navia-Osorio pidiendo la confirmación de la condena.
El defensor cuestionó el carácter incriminatorio de los indicios en los que la Audiencia Nacional basó su fallo. Buena parte de ellos -en particular, documentos de ETA y de Batasuna de 2008 y 2009 y unas cartas dirigidas por Usabiaga a presos etarras- ya son viejos conocidos para el Supremo: fueron incorporados como elementos probatorios en los procesos seguidos ante la Sala del 61 sobre Sortu y Bildu. De esta manera, lo que se escuchó ayer en la vista de casación fue una especia de repetición, pero en clave penal, de los debates que el Tribunal celebró en 2011 sobre las nuevas estructuras políticas de la izquierda abertzale.
Para unos, el desmarque de ETA explicitado por Sortu y Bildu es sincero; para otros, es meramente estratégico y sólo pretende burlar la ilegalización de Batasuna.
Es la misma polarización que se percibió ayer en la vista penal. La sentencia condenatoria, cuya confirmación instan la Fiscalía y la asociación Voces contra el Terrorismo, afirma que los cinco acusados, «en plena connivencia y siguiendo las superiores directrices de ETA», formaron un órgano de coordinación para llevar a cabo el proyecto de acumulación de fuerzas políticas independentistas. Y, aunque en los documentos que elaboraron se alude al cese de la violencia, se hace «sin la debida contundencia».
Para la defensa, lo que los acusados pretendían eran justamente lo contrario: erradicar la lucha armada. Iruin se basó en el documento Clarificando la fase política, elaborado por los condenados en octubre de 2009 y en el que diseñaron una nueva estrategia de la izquierda abertzale basada «exclusivamente» en los medios políticos.
Se basó también en unas cartas de Díez Usabiaga en las que criticaba a quienes, en el ámbito interno, defendían la compatibilidad de la lucha armada y la lucha política. «Eso nos podría llevar a otro atasco monumental», escribió el ex secretario general del sindicato LAB, que expresaba su temor a que «ellos sacudan» [ETA cometa atentados] para «agujerear o debilitar la situación».
«Esas cartas son la mejor prueba de descargo», afirmó Íñigo Iruin, que añadió que utilizar como elemento incriminatorio el hecho de que los acusados se reunían en el sindicato LAB es «absurdo», lo mismo que otros indicios como que Otegi y Usabiaga viajaron a Francia para ver a miembros de LAB y Batasuna.
«El análisis de la prueba debe hacerse no mirando hacia atrás sino también hacia adelante, a la luz de lo que ha ocurrido desde 2009» cuando, según Iruin, el debate abierto en el seno de la izquierda abertzale acabó con el triunfo de la posición de quienes defienden el cese de la violencia.
«No cabe una visión estática de la izquierda abertzale», añadió el letrado. «Si el futuro, en vez de desdeñarse como ha hecho la Audiencia Nacional, se hubiera tenido en cuenta para valorar los hechos, la conclusión hubiera sido que los acusados, más que someterse a las directrices de ETA, estaban al margen de ella, cuando no oponiéndose a ella».
«Ya hemos visto qué ha pasado con otras treguas de ETA cuando no se han cumplido los elementos de negociación que pretendían», le replicó el letrado Juan Carlos Rodríguez Segura. Para el representante de Voces contra el Terrorismo, «hay elementos de cargo para mantener la condena».
Otra sentencia le impide ser candidato hasta 2014
La izquierda abertzale tendrá que buscarse otro candidato para protagonizar su toma de Ajuria Enea. Su líder más carismático, Arnaldo Otegi, no podrá aspirar a ser lehendakari en las próximas autonómicas con independencia de su posible absolución en el caso Bateragune. Los deseos de la izquierda abertzale de situar al histórico dirigente de la ilegalizada Batasuna como candidato en 2013 chocan frontalmente con una sentencia firme del Tribunal Supremo, que le condenó en junio de 2007 a siete años y tres meses de inhabilitación absoluta, además de 15 meses de prisión que ya cumplió, por enaltecer al terrorista José Miguel Beñaran, Argala, en 2003.
En virtud de ello, Otegi no podrá ejercer ningún empleo o cargo público, aunque sea electivo, hasta septiembre de 2014. Sólo le quedaría el improbable cartucho de que el Gobierno le concediera un indulto parcial. Un jarro de agua fría para aquellas voces de la izquierda abertzale que ayer volvieron a situar al caso Bateragune como el único escollo que separa a su dirigente más simbólico de su carrera hacia Ajuria Enea.
Las aspiraciones políticas de Otegi podrían encontrar en el futuro otro obstáculo. La Audiencia Nacional tiene aún pendiente la celebración del juicio por la causa de las herriko tabernas.
Bueno, pues ajo y agua........
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