
En 2008, fueron robados en Sevilla 150 kilos de droga y nunca se ha sabido su paradero.
  Dos días después de conocerse el segundo gran robo de drogas, 600 kilos  de cocaína, en establecimientos custodiados por el Ministerio del  Interior, el gobierno no ha ofrecido aún una versión oficial. Ayer, los  sindicatos policiales exigieron dimisiones. Igualmente, la Fiscalía y el  Colegio de Abogados han cuestionado la necesidad de que sea almacenada  tanta droga. Curiosamente, la subdelegación del Gobierno en Málaga con  el beneplácito necesario del ministerio del Interior había cedido la  vigilancia de estas dependencias a una empresa privada. No es la primera  vez. Ya en Sevilla, en el año 2008, fueron robados 150 kilos de droga  en dependencias policías sin que hasta ahora se sepa su paradero.
 
 Si sorprendente es la presencia de una empresa privada en la vigilancia  de estas pruebas judiciales, más lo es aunque los vigilantes tuviesen  horario de oficina y que las tardes y los fines de semana no hubiese  nadie en el depósito. La Guardia Civil sólo tiene unciones de control de  fronteras en el Puerto de Málaga, donde estaba ubicado el  establecimiento, y asumían el visionado de unas cámaras que fallaban con  más frecuencia de la deseada.
 
 También es asombroso que la Policía Nacional, cuerpo encargado de la  seguridad ciudadana junto con la Policía Portuaria, tengan que soportar  que los accesos a las zonas sensibles del puerto carezcan de barreras y  que la entrada peatonal sea libre.
 
 El fiscal jefe de Málaga, Antonio Morales, expresó su malestar ante lo  que considera un «hecho gravísimo» que demuestra un fallo de seguridad,;  para después tildar de desacertado que se custodie «tanta» droga.
 
 El decano del Colegio de Abogados de Málaga, Manuel Camas, se expresó en los mismos términos.
 
 El Sindicato Unificado de la Policía (SUP) y la Asociación Unificada de  Guardias Civiles (AUGC), cuyos representantes calificaron lo ocurrido  como «tremendamente grave» y exigieron que se depuren responsabilidades.  « Se ha dañado la seguridad ciudadana, los procesos judiciales y la  imagen de los Cuerpos de Seguridad del Estado». El secretario general  del SUP en Andalucía, Manuel Expósito, que también representó a la AUGC,  manifestó y recogió ABC que ambos sindicatos venían «denunciando  públicamente desde hace un tiempo la problemática existente» en el  citado depósito. «Había una saturación manifiesta y hemos solicitado que  se agilizara la destrucción de la droga, ya que los cuarteles y  comisarías se estaban convirtiendo en centros de recepción y  almacenamiento», declaró en rueda de prensa.
 
 Expósito solicitó a la Subdelegación del Gobierno que «cuanto antes»  informe sobre «todas las dudas que rodean este caso», como la cantidad y  el tipo de droga intervenida.
 
 El robo de Sevilla
 
 El robo fue extraño y digno del Rififí de Dassin. Sucedió en marzo de  2008 pero fue conocido en mayo, dos meses después, ahora hace dos años  largos, cuando al analizar las muestras de droga resultó que eran de  yeso en lugar de heroína y cocaína. No eran 100 gramos sino 100 kilos,  el equivalente al peso de 7 bombonas de butano o dos sacos de cemento de  los de antes, de 50 kilos. El escándalo desacreditó a la Comisaría  General de la Policía de Sevilla y desgastó a Alfredo Pérez Rubalcaba,  que tenían la responsabilidad de la custodia de los estupefacientes,  pruebas materiales de diferentes procesos judiciales que han debido ser  anulados porque los jueces se han visto obligados a poner en libertad a  siete presuntos narcotraficantes al haberse esfumado las pruebas.
 
 El escándalo fue incluso mayor porque coincidió en el tiempo con otra  clamorosa negligencia policial en Sevilla: el caso Marta. En dicho  asunto, la hábil estrategia de los jóvenes asesinos confesos sin  formación jurídica ni cultural puso en entredicho, otra vez, el trabajo  de la policía nacional en Andalucía. Hasta la fecha, el cuerpo de la  desafortunada Marta no ha sido encontrado tras espectaculares  movimientos policiales en el río Guadalquivir y un vertedero de Alcalá  de Guadaira. La Policía reconoció ya hace meses que no tenía "ni puta  idea" de dónde buscar el cuerpo de Marta. Como en el caso de la droga.
 
 La investigación sobre este robo se inició en junio de 2008, aunque  tuvo lugar en marzo. Sin embargo, nada había trascendido hasta julio, un  mes después. En la Jefatura Superior de Policía de Sevilla, ubicada en  la calle de Blas Infante del barrio sevillano de Los Remedios, la  sorpresa fue mayúscula. Los agentes estaban convencidos de estar ante un  "espectacular caso de corrupción policial". Varios escándalos habían  salpicado en los meses anteriores a la policía nacional en Andalucía.  Entre ellos, una trama de corrupción vinculada a las drogas y la  prostitución que fue desarticulada en la comisaría de Ronda (Málaga).
 
 Pero en este caso, la droga estaba en los calabozos de la Jefatura  Superior de Policía de Sevilla, no en medio de la calle. La droga estaba  supuestamente custodiada por los miembros de la Unidad Especial en  Droga y Crimen Organizado(UDYCO). La droga estaba, pues, en un lugar  altamente seguro y fuertemente vigilado por la propia Udyco. Sin  embargo, cien kilos de cocaína fueron robados de ese lugar. ¿Cómo pudo  hacerse tal cosa sin conocimiento de la policía? ¿Cómo es que aún no se  ha encontrado a los culpables? ¿Cómo es que no se ha recuperado la  droga?
 
 No acaban ahí las incertidumbres y las conjeturas. ¿Por qué se ha  ocultó que el robo de la droga que tuvo lugar un mes antes de hacerse  pública la sustracción? Los 100 kilos de droga robados procedían de  intervenciones realizadas por la policía en diferentes operaciones s  llevadas a cabo en Andalucía Occidental durante los primeros meses de  2008. Un juzgado de Sevilla abrió diligencias en mayo de 2008 por estos  hechos tras haber sido informado del robo por las autoridades  policiales.
Vaya mandanga, nunca mejor dicho.
ResponderEliminarSi no retuvieran tan mandanga y la destruyeran isifacto, no pasaría esto, pero seguro que hay intereses por medio, si no...