martes, 1 de noviembre de 2011

¿A quién votar el próximo 20 de noviembre?


1 de Noviembre de 2011 - 12:35:59 - Luis del Pino/Libertad Digital

El próximo 20 de noviembre encaramos las que quizá sean las elecciones más trascendentales de nuestra Historia democrática. Hasta tal punto son importantes, que de ellas puede depender, incluso, la pervivencia de España como Nación.

En mi opinión, son tres los objetivos fundamentales que deberíamos plantearnos a la hora de decidir cuál ha de ser nuestro voto:

1) España necesita una izquierda moderna y fuerte, plenamente democrática, libre de corrupciones y con un carácter nacional. Una izquierda homologable a la socialdemocracia alemana o al laborismo inglés. Una izquierda que no esté perpetuamente jugando a situar a España al borde del abismo institucional. Por ello, es imprescindible que en las próximas elecciones el PSOE sufra el máximo castigo electoral posible, con el fin de que el resultado de los comicios haga ineludible su renovación. El mensaje tiene que ser diáfano: el PSOE debe refundarse, o dejar paso a otro partido de izquierda libre de ataduras.

2) España necesita un gobierno fuerte, con una mayoría absoluta suficiente como para no sentirse hipotecado por las formaciones nacionalistas que llevan cuarenta años constituyendo un auténtico cáncer para nuestro país. En estos momentos, el único partido en disposición de obtener esa victoria es el PP. Es necesaria, por tanto, una victoria de los populares por una mayoría rotunda, que aleje de Rajoy la tentación de escudarse en el "necesario apoyo parlamentario de los nacionalistas" para no acometer las reformas institucionales que España necesita.

3) Pero el objetivo más importante de las próximas elecciones es parar la hoja de ruta de negociación con ETA. Hoja de ruta al parecer respaldada tanto por los dos partidos mayoritarios, como por las propias instituciones del Estado. Y es necesario parar esa hoja de ruta ahora, porque no vamos a disponer de cuatro años para arrepentirnos de nuestro voto. La razón es muy sencilla: la presencia de mediadores internacionales apunta a que el paso final del proceso consistirá en una declaración unilateral de independencia, una vez que las fuerzas independentistas tomen el control del Parlamento vasco en las próximas elecciones autonómicas, previstas para 2013. Es necesario, por tanto, detener esa hoja de ruta antes de llegar a ese punto de no retorno. La inquietante ambigüedad del programa electoral del PP en materia antiterrorista - que no recoge la ilegalización de Bildu, ni dice nada de la política penitenciaria - y la muy elocuente reacción de Rajoy al nuevo comunicado trampa de ETA apuntan a las claras a que es todo el Estado el que está inmerso en el proceso de negociación. Y es por eso que las próximas elecciones deben enviar a Rajoy un mensaje cristalino: que el pueblo español no desea que continúe avanzando por esa senda.

Sin embargo, estos tres objetivos plantean un dilema. ¿Cómo conciliar el tercero de ellos con los otros dos? ¿Cómo otorgar al PP una mayoría rotunda y, al mismo tiempo, mandarle a Rajoy el mensaje de que esa mayoría no es un cheque en blanco y de que no se desea que continúe con la hoja de ruta de negociación con ETA, por muchas hipotecas que pueda haber firmado para llegar al poder?

La única forma que a mí se me ocurre de conciliar todos los objetivos es dejar de lado los sentimientos y decidir el voto con la cabeza fría. Y existe una manera de que el PP obtenga una mayoría suficiente, sin por ello dejar de mandar a los populares el necesario aviso:

1) Si yo viviera en algún lugar distinto de Asturias o Madrid, votaría al PP sin dudarlo un minuto. Por convencimiento o por simple utilidad electoral. Aunque fuera, incluso, con una pinza en la nariz. Sólo de esa manera se garantiza que el gobierno del PP no dependa de los nacionalistas y que el PSOE reciba el máximo castigo electoral posible. Las encuestas no otorgan escaño en esas provincias a ningún otro partido que merezca la pena de ser votado. Por tanto, en las actuales circunstancias, creo que es mejor evitar todo riesgo de que el voto sea inútil y por eso yo votaría al PP. Si es usted incapaz de vencer su reticencia, a pesar de la gravedad del momento, pues entonces yo le recomendaría que vote UPyD, el único partido que aboga explícitamente por la devolución de competencias autonómicas al estado central.

2) Para los que vivan en Asturias o Madrid, existen posibilidades alternativas al PP, que son las que permitirían enviar a Rajoy el necesario mensaje de aviso. Entre el partido de Alvarez Cascos (Foro Asturias/Foro Madrid) y el partido de Rosa Díez (UPyD) tienen cinco escaños asegurados, según las encuestas internas de los partidos. Ese voto alternativo en Asturias y en Madrid no pondría en riesgo la mayoría absoluta del PP y, sin embargo, podría resultar fundamental para hacer que Rajoy entendiera que el voto que se le otorga no le habilita para gobernar de espaldas a los deseos de sus propios electores. Del número de escaños que obtengan al final conjuntamente UPyD y Foro dependerá la nitidez del mensaje que Rajoy reciba. Si consiguieran un buen resultado conjunto, se incrementarían las posibilidades de detener ya la hoja de ruta de negociación con ETA.

3) La abstención, el voto en blanco, el voto nulo y el voto a partidos testimoniales no son en estos momentos otra cosa que un simple desperdicio, en mi modesta opinión. Y desperdiciar el voto en estas circunstancias me parece especialmente grave. Existen, de todas formas, personas tan hastiadas de la situación, que no están dispuestas a votar por ninguno de los partidos citados, y que solo se prestarían a dar su confianza a caras auténticamente nuevas o a partidos que propugnen una radical transformación del actual estado de cosas. Para esas personas, lo único que se me ocurre recomendarles es que echen un vistazo al programa electoral del Partido de la Libertad Individual y que, antes que abstenerse, otorguen su voto a una formación que por lo menos parece querer aportar un poco de aire fresco. Aunque me temo que son muy pocas las provincias en que se presenta.

Dicho todo lo cual, cada elector hará, al final, lo que a él le apetezca, como es lógico. Y estoy seguro de que el razonamiento que le lleve a decidir su voto será, cuando menos, tan válido como el mío. Pero si estas reflexiones le han servido a alguien para terminar de decidirse, me daré por satisfecho.

1 comentario:

  1. Espero yo y muchos españoles, que tanto hablar y decir el pp, que cuando llegue al gobierno va a sacar los papeles del 11-M, lo haga, porque entonces si no lo hace, es más falso que un billete de 30€, por tanto, estaremos pendientes...

    ResponderEliminar