viernes, 11 de noviembre de 2011

'Maldito' bipartidismo


USTINO SINOVA

  • 11/11/2011/El Mundo
  • ESPAÑA
  • Se ha puesto en boga la denuncia del bipartidismo. Yo no sé si quienes lo reprueban han caído en la cuenta de que en realidad amonestan a los votantes del Partido Popular y del Partido Socialista. Conozco gentes que, manejando un tosco argumento indignado, piden remedio de inmediato al maldito bipartidismo por ser poco menos que el testimonio de lo antidemocrático.

    La respuesta que se merecen, aunque suene a Perogrullo, es que el bipartidismo es resultado de que la inmensa mayoría de los electores coinciden voluntariamente en entregar sus votos a dos partidos. A partir de ahí, cabe analizar las causas de que haya cogido más peso o por qué otros partidos de vocación nacional encuentran dificultades para emerger como alternativas.

    España es bipartidista desde las primeras elecciones, las de 1977, en las que los dos primeros partidos acapararon el 63,76% de los votos (UCD, 34,44%, y PSOE, 29,32%). El peso de los dos líderes ha ido en aumento elección tras elección, con algunos retrocesos en las de 1986 y 1989, hasta sumar en las últimas, las de 2008, el 83,81 % de los votos (PSOE, 43,87% y PP, 39,94%).

    Las encuestas nos anuncian ahora una nueva reducción de la suma de los dos grandes, que la última de este periódico sitúa en el 78,2% (PP, 47,6% y PSOE, 30,6%).

    El sistema electoral español es hijo de las precauciones que durante la Transición trataron de evitar la presencia de un número excesivo de fuerzas políticas en el Parlamento, que se temía como un problema para la gobernación.

    Por eso se optó por el sistema d´Hondt, ideado por el jurista belga Victor d´Hondt, que prima a las mayorías y estimula la creación de coaliciones. Es un método tan imperfecto como cualquier otro, pero mucho menos que algunos. Ayuda a la estabilidad del sistema al reforzar las mayorías y al mismo tiempo perjudica a las fuerzas que, con vocación de presencia en toda la nación, sufren la dispersión del voto.

    El sistema d´Hondt castiga a UPyD y a Izquierda Unida. Rosa Díez y Gaspar Llamazares tienen razón en sus quejas. En las anteriores elecciones, UPyD obtuvo tantos votos como el PNV, algo más de 306.000, el 1,19%, pero ganó sólo un escaño mientras que el partido vasco obtuvo seis; IU cosechó casi un millón de votos, el 3,77%, y tuvo que conformarse con dos escaños, mientras a CiU, con un 20% menos de votos, 779.000, le correspondieron 10. Los partidos nacionalistas, favorecidos al concurrir en zonas territoriales más pequeñas, ganan más escaños con menos votos.

    El bipartidismo es un factor de estabilidad y así se demuestra en muchas democracias en el mundo, pero el sistema debería facilitar a todos la disputa de los votos -para poder optar a sustituir a los dos primeros- en vez de poner obstáculos a algunos.

    Esta semana, la Junta Electoral ha excluido a UPyD del debate electoral a cinco que ha ofrecido TVE, cuando lo justo habría sido organizar un debate entre los partidos que presentan candidaturas en toda España (PP, PSOE, IU y UPyD) y mover a los partidos nacionalistas a debates en su ámbito electoral.

    El problema no es el bipartidismo, sino la serie de inconvenientes que encuentran los pequeños partidos nacionales para obtener la atención de los votantes. Es ésta sin duda una asignatura pendiente de nuestra democracia.

    1 comentario:

    1. Efectivamnete eso es, maldito bipartidismo. Hay que cambiar la ley electoral, para que cada voto valga lo mismo en madrid que en S. Sebatián, porque los nacionalistas salen siempre ganando??, pues eso mismo.

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