ANGELES ESCRIVÁ / Madrid
24/10/2011/El Mundo
El presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero se mostró dispuesto implicarse cuando el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, le planteó la conveniencia de legalizar Sortu y de modificación efectiva de la doctrina Parot, desarrollada por el Supremo y que, de facto, prolonga la estancia en prisión de etarras juzgados por el antiguo Código Penal.
Una de las últimas ocasiones en las que el dirigente nacionalista puso estas dos cuestiones encima de la mesa -las dos pendientes de la decisión del Constitucional- fue en la conversación que ambos protagonistas mantuvieron tras la Conferencia Internacional celebrada en San Sebastián. [Bildu había introducido en su intervención la necesidad de que esos dos puntos se cumplieran y ya se sabía que ETA había elaborado un comunicado en el que incluia la palabra definitivo]. Pero lo cierto es que sus contactos para hablar del modo cómo debía afrontarse la pacificación y normalización del País Vasco han sido frecuentes en las dos últimas legislaturas; y también lo fueron para celebrar la citada conferencia y para garantizar la asistencia de los facilitadores internacionales.
Urkullu, que se ha venido reuniendo con regularidad con los dirigentes de la izquierda abertzale, trataba de afianzar así la estrategia «por las vías políticas» que ésta había emprendido, con «cautela» -porque los propios nacionalistas reconocen que la experiencia del atentado contra la T-4 y el fracaso de la última negociación,no permitían otro planteamiento-, pero con «insistencia». No en vano, según sostienen fuentes socialistas, ese camino estuvo a punto de verse frustrado porque un sector de los radicales amenazaba con dar marcha atrás. Creen que debe ser resuelta la estancia de Rafa Díez en prisión por el caso Bateragune.
Urkullu, además, tiene mucho que ver con que los acontecimientos se hayan producido de este modo y antes de las elecciones. En julio mantuvo una reunión con el presidente del PP, a quien explicó cómo estaban evolucionando las cosas. Rajoy no le respondió con un planteamiento claro, ni sobre los pasos que se podrían dar en el futuro, ni sobre cuál era su postura, por ejemplo, respecto a los presos.
En septiembre, en una reunión con la izquierda abertzale, el dirigente nacionalista escuchó de sus interlocutores su predisposición a esperar a contactar con el nuevo Gobierno, presumiblemente presidido por Rajoy, para exponer sus planteamientos. Pero Urkullu insistió en que todo tenía que llevarse a cabo antes de las elecciones. En realidad, esta decisión podía evitar dar oportunidades a los posibles discrepantes y blindaba el procedimiento que los nacionalistas, y también los socialistas, consideraban adecuado para escenificar el final de ETA.
De hecho, hay decisiones que, aunque los populares quisieran adoptar a estas alturas, les resultaría imposible hacerlo. Es el caso de la aplicación de la Ley de Partidos. Primero por motivos de efectividad legal: la sentencia del Constitucional en la que se legalizaba a Bildu, una decisión en la que el PNV tuvo mucho que ver -amenazó con retirar su apoyo presupuestario al Gobierno si la coalición era ilegalizada-, desactiva la norma. Pero sobre todo porque, socialmente, sería imposible desinflar el auge adquirido por los partidarios de la izquierda abertzale.
Así pues, el PP administrará los momentos posteriores al cese definitivo de los atentados, pero lo hará limitado por la estrategia heredada de la que, por otra parte, el presidente popular, Mariano Rajoy, reconoció, la noche del comunicado de ETA, haber estado perfectamente informado y, por lo tanto, de acuerdo.
Tendrá que ser Rajoy, por tanto, quien adopte las decisiones sobre acercamientos, aplicaciones del 100.2 para que los presos puedan salir a la calle, excarcelación de los enfermos y de los que han cumplido las tres cuartas partes de la condena... entre otras cosas; para evitar, como advirtió el lehendakari el viernes, algún riesgo de involución.
Y no son ésas las únicas cuestiones que se han puesto sobre la mesa para llegar al comunicado y a esta situación. La izquierda abertzale se ha estado reuniendo también con miembros del PSOE - a través de la Henry Dunant- y del PSE, y en esos encuentros se adoptaron compromisos que no han trascendido. La celebración de la Conferencia Internacional, imposible de convocar sin la aquiescencia del Gobierno -que ya impidió la mediación internacional de Currin cuando consideró que no debía prosperar- es una anécdota.
El documento planteado por el lehendakari hace escasas semanas recoge alguna de las claves y algunos guiños. No hablaba de derrota sino de concordia, tuvo buen cuidado en no mencionar los nombres de los partidos que han auspiciado el terrorismo, se refirió a la modificación de la política penitenciaria, reconoció que el Estado había incurrido en algunos episodios antidemocráticos. La intrahistoria de ese comunicado está por conocerse
IKER RIOJA ANDUEZA / Vitoria
24/10/2011
«¿Borrón y cuenta nueva? Pues no»
Tal día como ayer, hace 31 años, llovía en San Sebastián. Diluviaba. Iñaki García Arrizabalaga (San Sebastián, 1961) fue en bicicleta a la Universidad esa mañana; no quiso que su padre le acercara en coche. No lo volvió a ver. Por la tarde le comunicaron a él, a su madre y a sus seis hermanos que el cadáver de José Manuel García Cordero, delegado de Telefónica en Guipúzcoa, había aparecido en el Monte Ulía. Estaba sentado, con un tiro en la sien. No lo mató ETA, sino los Comandos Autónomos Anticapitalistas (KAA), un grupúsculo armado de su órbita.
García Arrizabalaga, ahora profesor de prestigio en la Universidad de Deusto, conmemoró ayer el aniversario del asesinato de su padre con «sentimientos encontrados». «Es un día de tristeza al recordar lo que pasó, pero también de cierta alegría al saber que esto no le va a pasar a nadie más», explica.
Ha leído el comunicado de ETA. «Toda esa gente que llevaba escolta o que tenía que mirar cada día debajo del coche respira ahora más tranquila», valora. Pero teme que el precio que se pague por la ansiada libertad sea el olvido: «Ese comunicado no tiene la más mínima autocrítica. Según ellos, los muertos bien muertos están. ¿Y la izquierda abertzale? Envalentonada. Autocrítica cero. Hay que tener claro que se han bajado de esa carrera por pragmatismo: matar ya no era eficaz para su causa. Me preocupa que la Historia se pueda contar desde el punto de vista de los terroristas. Eso sí que sería una derrota para las víctimas. Sería una ignominia que cuando mi hija [de 8 años] llegue a la ESO, lea su relato de la Historia».
- Me preocupa la impunidad. ¿Borrón y cuenta nueva? Pues mire, no. No a la impunidad. Confiemos en el Estado de Derecho. Una cosa son beneficios individuales a los presos que pidan perdón, pero de soluciones globales como la amnistía nada.
- ¿Tiene que haber vencedores y vencidos?
- Me gusta hablar de ideas vencedoras y de ideas vencidas. La vencedora tiene que ser la de la superioridad moral de las víctimas. No hemos alentado ni el odio ni la confrontación social. Hemos educado a nuestros hijos en el respeto.
Hace unos meses, García Arrizabalaga se reunió con un preso de ETA arrepentido en el marco de un programa de reinserción impulsado por el Gobierno vasco. «Claramente, la gente merece una segunda oportunidad», explica. Tuvo la ocasión de penetrar en la mente de un asesino: «Me obsesionaba saber si después de matar dormían tranquilos; y sí, hasta jugaban con sus hijos».
- ¿Se reuniría con los asesinos de su padre y les daría una segunda oportunidad?
-No lo sé. Tendría que estar muy preparado para un encuentro de ese tipo. Pero, suponiendo que pidieran perdón, reconocieran el daño causado e hicieran autocrítica, yo creo que incluso esas personas merecerían una segunda oportunidad
MANUEL MARRACO / Madrid
24/10/2011
El peligro del «arrepentimiento mercenario»
El sistema de premios puesto en marcha por Interior para reinsertar a presos etarras tiene sus reveses. Apenas unas horas antes de que ETA emitiera su comunicado, la Fiscalía de la Audiencia Nacional pidió investigar por falso testimonio a uno de los pocos etarras que hasta la fecha ha logrado acceder a permisos para salir de la prisión.
Se trata de Joseba Martín Carmona, condenado a más de 300 años de prisión por sus actividades en el comando Vizcaya. En diciembre, cuando Carmona ya estaba en la prisión-laboratorio de Villabona, el juez Central de Vigilancia Penitenciaria, con el informe favorable de Instituciones Penitenciarias, le concedió un permiso ordinario de seis días que le abría la puerta a nuevas salidas y a la excarcelación anticipada. Como el resto de presos que disfrutan de esos beneficios, Carmona ha tenido que abandonar la banda y pedir perdón a las víctimas.
Pero en otra faceta de la reinserción, la de colaborar con la Justicia, no parece tan dispuesto. Carmona testificó el jueves en el juicio contra Jesús Martín Hernando, para quien el fiscal Carlos Bautista reclama 52 años por colaborar en el asesinato del ertzaina Joseba Goikoetxea. Un atentado por el que Carmona ya fue condenado.
Los etarras arrepentidos y que aspiran a beneficios suelen testificar de manera ambigua, sin señalar directamente a los ex compañeros pero sin desmentir rotundamente las declaraciones que pudieron hacer tras sus arrestos, fundamentales para obtener nuevas condenas. El jueves, sin embargo, Carmona respondió directamente a preguntas de la defensa que el acusado no había hecho vigilancia alguna sobre el asesinado.
La respuesta del fiscal en su informe definitivo al tribunal fue lamentar el «arrepentimiento mercenario» de Carmona y reclamar a la Sala que ordenara investigarle por falso testimonio, ya que sus palabras contradecían claramente lo que había declarado tras su detención.
Bautista es, además, el fiscal encargado de informar sobre los permisos o semilibertades de etarras. El jueves avisó a Carmona de que seguirá sin el apoyo del Ministerio Público: «Desde luego, en el futuro, cuando toque, de nosotros tendrá una negativa para una excarcelación anticipada», dijo.
La Fiscalía ha respaldado la mayoría de las concesiones de permisos o semilibertades propuestas por Interior, pero no fue el caso de Carmona.
Antes de lograr su permiso de seis días, Carmona escribió, a requerimiento del juez de vigilancia José Luis de Castro: «Pido sinceramente perdón a todas aquellas personas a las que he podido dañar con la comisión de mis delitos y me gustaría en la medida de lo posible resarcir el daño que les he causado». A continuación, se mostró dispuesto a que el resarcimiento incluyera pagar las indemnizaciones, pero no decía nada de aclarar los atentados en los que participó
M. M. A. / Bilbao
24/10/2011
Rufi Exteberria pide a Zapatero «otra decisión valiente»
Para centrar el debate recuerda que «la vuelta a casa de todos y todas las presas políticas y exiliados y exiliadas es una de las piedras angulares» de la izquierda abertzale. Reclama «un acuerdo en bloque que la organización ETA deberá alcanzar con los gobiernos español y francés». Pone los ejemplos de los «acuerdos colectivos» firmados en Irlanda del Norte y Sudáfrica que dieron lugar a «salidas individualizadas». Para la izquierda abertzale «es una cuestión legal, de formalidad legal, que con toda probabilidad se utilizará en el caso de los presos y presas políticas vascas y exiliados y exiliadas».
Y como referencia primera de los «presos políticos» cita a Otegi, «un símbolo de la resistencia vasca como en su día lo fueran para sus causas Mandela o Castro, o en la actualidad es Ocalan».
Etxeberria, para quien la Fiscalía pide 12 años en la causa de las herriko tabernas, adelanta que la izquierda abertzale «prepara una dinámica, que será personalizada en Arnaldo y sostenida en el tiempo, de denuncia y de exigencia de su puesta en libertad en el contexto de la exigencia de la vuelta a casa de todas y todos los presos políticos». El éxito de la Conferencia de Ayete le lleva a remarcar que «la comunidad internacional se ha constituido ya en sujeto activo a favor de la resolución del conflicto»
MANUEL SÁNCHEZ / Granada
24/10/2011
González loa los logros de Rubalcaba con él y frente a ETA: «Todo lo hace bien»
Ayer, buscando claramente el rédito electoral, lo hizo el propio ex presidente del Gobierno Felipe González en el mitin que compartió con el candidato socialista en Granada. Previamente, también lo habían aplicado en el mismo acto el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, y Teresa Jiménez, secretaria general del PSOE de Granada.
Pero quien lo hizo abiertamente fue González, con el fin de elogiar el buen hacer de Rubalcaba frente a un Mariano Rajoy que, en su opinión, «no sirve para nada».
El ex presidente, que levantó pasiones en el acto, afirmó que cuando Rubalcaba pasó por Educación en su Gobierno se notó. «Y has terminado como vicepresidente y ministro del Interior, y hoy la noticia es que ETA reconoce que está derrotada», añadió.
González enfatizó que Rubalcaba es quien «sabía y sigue sabiendo que con tregua o sin tregua había que seguir apretando a los criminales, deteniéndolos y no dándoles un respiro. Todos hemos contribuido, todos hemos sufrido, pero los comportamientos no han sido iguales. Y el tuyo ha sido eficaz y ejemplar», alabó.
Por ello, González reclamó que los ciudadanos lo tengan en cuenta: «Porque todo lo que has hecho lo has hecho bien y hasta el final, incluida la lucha contra ETA».
No obstante, el ex presidente advirtió de que esto no se ha acabado y, en su opinión, será difícil gestionar lo que viene ahora. «La tarea sigue pendiente. Puede haber cesado la lucha armada, pero hay que desmantelar a ETA. Tiene que acabar la amenaza subyacente. Queda una gestión por delante que hacer todavía», afirmó el ex presidente.
Rubalcaba, sin embargo, sí se mantiene al margen y se limita a que sus compañeros le regalen los oídos. Por ello, se limitó a darle la razón al ex presidente. «Es cierto que la violencia ha acabado, pero como dice Felipe, no vamos a bajar la guardia para que no vuelva a pasar; pero, sobre todo, vamos a recordar a las víctimas y vamos a impedir que ETA escriba su relato».
Y más allá de estas consideraciones, Rubalcaba hizo una intervención, en lo que podía considerarse su primer gran mitin de la precampaña -más de 3.500 personas llenaron el coliseo de Atarfe-, llena lugares comunes, de argumentos conocidos y de las ideas fuertes de la campaña: defender la sanidad y la educación públicas frente al PP y «pelear» por que de la crisis se salga con los valores socialistas.
Sólo dos detalles modificaron su discurso. El primero fue dejar meridianamente claro que va a la campaña con Felipe González de la mano, aunque éste no se presente a las elecciones.
Así, Rubalcaba explicó que ha recibido críticas por ir del brazo de González, y se preguntó: «¿Pero habrá alguno mejor?». La plaza tronó negando.
Y, además, aprovechó para establecer diferencias con su adversario político. «Rajoy esconde a José María Aznar y hace como que lo oye. Yo me siento profundamente orgulloso de Felipe González y que esté a mi lado es un lujo. A mí Felipe me da consejos, me enseña mucho… y a Rajoy lo que le da Aznar son órdenes», afirmó.
La otra novedad es que arrancó el acto con una frase habitual en campaña, pero inusual en Rubalcaba, que siempre se ha resistido a decir: «Nos sentimos muy fuertes, estamos muy seguros, vamos a ganar a la derecha», afirmó nada más pisar el escenario. Y por la reacción de la gente, debió de descubrir que estas cosas gustan
Lo que han sido capaces de hacer estos desalmandos, por unos votos y la poltrona.Al terrorismo, se le combate y se le extermina, nunca un gobierno debe de rendirse, pero claro, como vosotros no tenéis ni moral ni mucho menos dignidad, pues habéis hecho esto. Hasta los animales se comportan mejor, espero que lo paguéis y os pase factura vuestra conciencia, si es que tenéis.
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