Interior destinará a la cárcel de Álava a los etarras "con arraigo social en la zona"

• 05-10-2011 |

  La prisión de Zaballa sustituye a la de Nanclares, donde ahora duermen 30 reclusos de la banda. Gallizo negó que el centro se fuera a utilizar para acoger a terroristas. El ‘lehendakari’ quiere trasladar a reos a cambio del fin de ETA. Las víctimas exigen que no haya cesiones a los asesinos.

• Alberto Lardiés. Madrid

  El Ministerio del Interior ya sugiere para qué se utilizará la nueva cárcel de Álava, que sustituye a la prisión de Nanclares de Oca. En la orden ministerial que aprueba la sustitución de una cárcel por otra, el Ejecutivo afirma que uno de los objetivos de la nueva prisión es facilitar “el cumplimiento penitenciario en las zonas de arraigo social de las personas condenadas”. Es decir, el presidio abierto recientemente se utilizará para enrejar a condenados nacidos en el País Vasco, entre los que, evidentemente, se encuentran varios centenares de etarras.

  El texto fue suscrito por el ministro Antonio Camacho el pasado 12 de septiembre. Poco después, el día 23, el Boletín Oficial del Estado publicó la orden 2526/2011. En la introducción, el Ejecutivo explica que ofrece la creación de “nuevos establecimientos penitenciarios adaptados a la realidad penitenciaria del momento, a cuya estructura polivalente, similares a otros ya inaugurados desde 1995, se le añaden, en términos de cantidad y calidad, las modernas tecnologías, incluidas las de aprovechamiento de energías renovables”.

  “Esta polivalencia –agrega a continuación– permite la creación de programas de intervención específicos, facilitando el cumplimiento penitenciario en las zonas de arraigo social de las personas condenadas, ya que de nada serviría contar con una avanzada legislación penitenciaria si se carece de la infraestructuras que pudieran hacerla efectiva”.

  Justo después aparecen los cuatro artículos de la orden ministerial. Y en ellos se anuncia la creación de la nueva prisión, con la denominación “Centro Penitenciario de Araba”, el cierre de la cárcel de Nanclares de Oca y las cuestiones relativas al funcionamiento del presidio.

  "Descartado"

  Un día antes de que se publicase en el BOE la orden ministerial, la directora de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, negó que la nueva prisión fuera a ser utilizada para enrejar a terroristas. En concreto, cuando le preguntaron sobre el probable acercamiento de más presos etarras a Álava respondió que dicha posibilidad está “totalmente descartada”. “No va venir ninguna oleada de internos de ninguna organización terrorista”, subrayó.

  Claro que cuando Gallizo se mostró así de convencida de que no habría más acercamientos aún no se conocía al detalle el “plan de paz” presentado por el lehendakari, Patxi López, la pasada semana. Un plan que incluye el “acercamiento progresivo de presos” al País Vasco en busca de la “reinserción” y siempre y cuando ETA abandone definitivamente la violencia.

  Hoy día, en la prisión de Nanclares de Oca duerme una treintena de presos etarras que presuntamente se ha arrepentido de sus crímenes y ha pedido perdón a sus víctimas a través de cartas suscritas de su puño y letra. Incluso, el diario El País publicó hace días, a bombo y platillo, que algunos terroristas ya han pedido perdón a sus víctimas en persona dentro de un programa que acaba de poner en marcha Interior. Se trata de los terroristas disidentes, que representan una pequeña parte de todos los reclusos de la banda, que son casi 700 entre los encarcelados en España y los que cumplen condena en Francia.

  Este diario ya publicó hace meses, porque así lo denunciaron asociaciones como el Foro de Ermua, que Interior pretendía trasladar a presos etarras a diferentes cárceles vascas, como la de Basauri (Vizcaya), y al centro penitenciario de Pamplona (Navarra).

  En las últimas semanas, cuando crecen los rumores y los gestos que apuntan hacia un hipotético final de la banda criminal, las víctimas del terrorismo exigen que no haya impunidad ni acercamientos para beneficiar a los pistoleros.