lunes, 10 de octubre de 2011

Dorribo anotó pagos al primo de Blanco en su contabilidad


CASIMIRO GARCÍA-ABADILLO / Madrid

10/10/2011/El Mundo

Declaró a la juez que incluyó las entregas en metálico a Manuel Bran en las cuentas de Nupel bajo conceptos que no corresponden a gastos reales

Rubalcaba, embustero y payasoEl industrial Jorge Dorribo, propietario de Laboratorios Nupel y uno de los principales implicados en la llamada operación Campeón, declaró el pasado día 8 de agosto ante la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Lugo que los supuestos pagos en metálico a Manuel Bran, primo político del ministro de Fomento, estaban reflejados en la contabilidad de su empresa.

Dorribo afirmó haber pagado a Bran, propietario de la empresa Electricidad Espiñeira y Bran, un total de 400.000 euros, que, teóricamente, habrían ido destinados a su primo, José Blanco.

De ellos, siempre según el testimonio de Dorribo, 200.000 euros habrían sido abonados en efectivo. Otros 200.000 los habría cobrado la empresa Electricidad Espiñeira y Bran a través de facturas infladas por trabajos realizados para Laboratorios Nupel, que se pagaron a un precio muy superior a su coste real.

Pues bien, según declaró el empresario que ha destapado el escándalo de las presuntas subvenciones ilegales de la Xunta de Galicia, los 200.000 euros pagados en metálico figuran en las cuentas de su empresa bajo conceptos genéricos que no se corresponden con gastos o inversiones reales, sino que ocultan la salida del dinero de las comisiones abonadas al primo de Blanco, Manuel Bran.

Rubalcaba, embustero y payasoLa juez que instruye el caso, Estela San José, tiene previsto levantar el secreto de sumario en los próximos días. Por su parte, el ministro de Fomento ha solicitado, a través de su abogado, que la magistrada alce ya la reserva de, al menos, la parte correspondiente a la declaración de Dorribo, ya que, a su entender, se está produciendo indefensión porque una parte ha sido hecha pública por los medios de comunicación.

Fuentes solventes apuntan a que la juez San José podría remitir al Tribunal Supremo próximamente las actuaciones que tienen que ver con la implicación del ministro en un posible delito de cohecho, debido a su condición de aforado.

Un dato que avala esta hipótesis es que el primo político de Blanco, Manuel Bran, aún no ha sido llamado a declarar.

Precisamente, el abogado de Bran, José Piroscia, ha presentado un escrito en el Juzgado de Instrucción número 3 de Lugo pidiendo que se cite a declarar a su defendido para aclarar cuál ha sido su relación con las empresas de Dorribo.

Piroscia negó que su cliente hubiera inflado facturas y redujo la relación comercial con el grupo de Dorribo a menos de 100.000 euros.

Según fuentes del sector farmaceútico, Dorribo habría comentado los supuestos pagos de comisiones a Blanco en un almuerzo que se produjo antes de su detención, llevada a cabo el pasado mes de mayo.

Por su parte, fuentes cercanas al ministro de Fomento han señalado que José Blanco se encuentra «enormemente preocupado» por la posible evolución penal del asunto del pago de comisiones irregulares.

El ministro de Fomento, sin embargo, ha hecho llegar a la dirección del PSOE y a destacados miembros del Gobierno que él no tiene nada que ver con el cobro de comisiones y que Dorribo sólo intenta «poner el ventilador» para perjudicarle antes de las elecciones del 20-N.

Un hecho, sin embargo, preocupa internamente en el PSOE, aunque no se reconozca en público. Se trata de las dimisiones del parlamentario gallego del BNG y ex consejero de Industria de la Xunta, Fernando Blanco y la del diputado autonómico del PP Pablo Cobián.

Ambos fueron implicados por Dorribo en su declaración autoinculpatoria del pasado día 8 de agosto en el cobro de comisiones ilegales por parte de la empresa Laboratorios Nupel.

10/10/2011

Ver las orejas al marco

En el verano de 2007, los secretarios de Organización y Programas del PSOE, José Blanco y Andrés Torres Mora, respectivamente, impusieron a los dirigentes del partido la lectura de No pienses en un elefante, obrita del catedrático de Teoría Cognitiva de la Universidad de Berkeley, George Lakoff.

Tres meses después, Lakoff vino a Madrid, invitado por el Gobierno a participar en el programa electoral para las elecciones de 2008. La teoría de Lakoff, que sus interlocutores españoles encontraron deslumbrante, es bastante simple: el que se hace con el marco, se hace con el discurso. Él había dicho a sus alumnos: «No penséis en un elefante» (el símbolo del Partido republicano de EEUU), y los alumnos no podían pensar en otra cosa: las orejas, los colmillos, la trompa definen un marco al que es imposible sustraerse.

También le pasaba a la aventurera Kelly en Mogambo, cuando bajaba por el río Kagera junto Clark Gable y tres elefantes empezaron a barritar (¡Dios, qué ganas tenía de escribir esta palabra!) con la trompa en alto y moviendo las orejas. La perversa Ava Gardner miró al galán y dijo: «¿A quién me recuerdan esas orejotas?».

Hay que andar con ojo. Cuando Nixon apareció en la tele para decir: «No soy un chorizo», se hundió, por citar el marco que le habían fabricado los adversarios. El marco es algo tan fuerte, según las martingalas que Lakoff vino a enseñar a Blanco y sus muchachos que, si lo niegas, también lo estás afirmando.

Algo de esto pasa en los momentos que vive el ministro de Fomento. No le ayuda su extraordinario celo al exigir a Francisco Camps las facturas de los trajes en aquel cohecho impropio (supuesto, claro, como los pagos de Jorge Dorribo). Haríamos bien en no sacar conclusiones prematuras sobre los aspectos delictivos de este asunto. Los apuntes contables del empresario, las facturas hinchadas deberán ser investigadas y proporcionarán información.

Uno respeta la presunción de inocencia de Blanco infinitamente más de lo que él ha respetado las de sus adversarios envueltos en asuntos traslúcidos o sencillamente opacos. En la cultura del país pesa mucho el nuevo testamento: «Con la vara que mides serás medido y como juzgues serás juzgado» o «guarda tu espada, porque quien a espada mata a espada morirá», según le dijo El Maestro a Pedro cuando éste desorejó a un soldado en el famoso huerto. Y otras expresiones sinónimas. De ahí que la mayoría de los ciudadanos, incluidos los votantes del PSOE, sea partidaria de la dimisión de Blanco.

El elefante de Lakoff es la gasolinera de Blanco. Es muy difícil que el ministro se libre del significante. Y cuando el candidato trata de echarle una mano -«entre Blanco y el empresario, que ha estado en la cárcel, no le quepa ninguna duda, la verdad la dice Blanco»- vuelve a evocar el marco: cómo es posible que un honesto ministro socialista se reúna a cencerros tapados -qué gran metáfora- con un tipo implicado en todo eso. Es el marco, el puto elefante. Y esas orejotas

Madrid

10/10/2011

Blanco, en el coche del partido

El abogado de José Blanco ha presentado en los juzgados de Lugo un escrito en el que trata de justificar su encuentro en una gasolinera con el empresario Jorge Dorribo. Se trata del mismo escrito en el que pide que se alce el secreto de sumario respecto de la parte de la declaración en la que éste implica al ministro en el cobro de una 'mordida' de 400.000 euros.

Según publicó 'La Voz de Galicia', el relato que hace Blanco a la juez Estela San José comienza con la frase «no hay peor calumnia que la que se ayuda de una apariencia de verdad». Esta realidad sería que el encuentro entre el ministro y el empresario sí se produjo, en concreto el 5 de febrero en una estación de servicio de la A-6 a su paso por la localidad de Guitiriz (Lugo).

El escrito detalla que, si quedaron en verse ahí, fue porque ése era «el mismo punto del recorrido en que tenía que recogerle la Guardia Civil para abrirle camino hasta el lugar de destino».

La conversación entre ambos tuvo lugar de camino a Roimil, donde Blanco y Dorribo almorzaron con otros empresarios, y se habría producido, según el ministro, en el coche «perteneciente al partido», y no en el vehículo oficial del Ministerio de Fomento.

El texto señala que la charla se habría desarrolló en presencia del conductor «y un policía de escolta». El letrado subraya este hecho, como si quisiese destacar que tiene un testigo que puede corroborar su relato.

La versión del ministro concluye reconociendo que Dorribo le comunicó «su preocupación por la tardanza en resolverse algunas solicitudes que había presentado ante el Ministerio de Sanidad y Economía». No obstante, añade que Blanco no hizo ni una sola gestión al respecto

1 comentario:

  1. Más noticias de las corruptelas de los de siempre. Haber si hace lo que han hecho los otros dos, pero este no lo hará porque no tiene lo que tiene que tener.

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