viernes, 21 de octubre de 2011

¿Dará trabajo ETA a los cinco millones de parados que nos dejan Zapatero y Rubalcaba?


Alerta Digital

ETA anuncia «el cese definitivo de su actividad armada», en un breve comunicado que se veía inminente, después de que la conferencia internacional celebrada en San Sebastián planteara el final de la violencia en los mismos términos exigidos por la banda. Los terroristas se sienten legitimados, y afirman que «la lucha de largos años ha creado esta oportunidad».

ETA no hace mención a las víctimas, y en cambio ensalza a los asesinos. No habla de entrega de las armas ni expresa petición de perdón alguna a las víctimas, ni el reconocimiento del sufrimiento provocado en estos más de 40 años. Ese momento no ha llegado todavía.

Estamos sólo ante un cambio de estrategia de los terroristas, que tras haber sido socialmente deslegitimados y derrotados por las fuerzas de seguridad, se encuentran con la inesperada oportunidad de transformar su derrota en victoria, y lograr sus objetivos por la vía de la negociación política. Es evidente que no habríamos llegado a esta situación de no haber mediado la torpeza de un Gobierno dispuesto a consentir el despropósito.

Por eso ante la inminencia de un cambio de ciclo político, los terroristas realizan este gesto. El comunicado apenas tendrá seguramente repercusión electoral. Su pretensión es dejar su “proceso de paz” atado y bien atado. En su cálculo, sin embargo, ETA ignora que la sociedad española no va a consentirlo. Si la paz iba a ser esto, nos habríamos podido ahorrar más de 800 asesinatos.

Lo llamativo son ya los intentos por instrumentalizar políticamente el anuncio de la banda y poner en marcha una descomunal campaña de distracción a través de sus cuates mediáticos. El PSOE cree que el anuncio de ETA podria proporcionar unas gotas de vida a su comatoso estado de salud y aprovechará la ocasión para convertirlo en el eje de su monotemático discurso electoral.

Mal haría la oposición en caer en esa burda trampa. El supuesto abandono de la lucha armada por parte de ETA no va a devolver la esperanza a los casi cinco millones de parados que la nefasta política económica de Zapatero y Rubalcaba nos han dejado. Tampoco va a servir para recomponer el maltrecho panorama de un país social y moralmente exánime. ETA abandona supuestamente la lucha armada porque, tras años de concesión por parte de las instituciones del Estado, le resulta ahora más rentable política y económicamente seguir el camino trazado por Bildu.

La añagaza etarra tampoco va a servir para generar un marco en el que sea posible el crecimiento económico, ni tampoco para que se reabran las cientos de miles de empresas que han tenido que echar el cierre. Opacado por el protagonismo informativo de ETA, ayer mismo se anunciaba la pretensión de Bruselas de castigar la deuda española, lo que hipotecaría más aún la recuperación económica. La perspectiva es sombría con el movimiento de “indignados” manipulado por la izquierda radical, las huelgas anunciadas y los duros ajustes necesarios, sin contar con las hipotecas que hayan sido suscritas con ETA para escarnio de sus víctimas.

Con ETA o sin ella, España es hoy una nación ingobernable. Lo fundamental no es la mermelada que nos venderán los socialistas sino generar confianza y recuperar consensos básicos para reactivar la economía. Tampoco es una fruslería la exigencia de una regeneración cultural y moral que debe protagonizar la sociedad civil. Un apunte adelantaba ayer en Valencia el empresario Juan Roig, en la entrega de los premios Jaime I en presencia de la Reina doña Sofía: el cambio de la cultura del maná por la del trabajo, la productividad y el esfuerzo personal. Y para lograr ese cambio serán necesarias políticas que promuevan la familia y favorezcan la cultura de la vida, porque ésta es el verdadero cimiento de la recuperación moral y económica. Lo demás, incluido lo de los anuncios pseudopacificadores de ETA, simple funambulismo político-propagandístico al más puro estilo del 11-M.

1 comentario:

  1. Lo demás, incluido lo de los anuncios pseudopacificadores de ETA, simple funambulismo político-propagandístico al más puro estilo del 11-M.
    Eso es, mejor dicho no puede ser.

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