Alerta Digital
Durante un descanso en el Foro de Emprendedores que este fin de semana ha celebrado su partido en la capital del Turia, Cristóbal Montoro, responsable de Economía del PP, hace un hueco para atendernos en el Palau de Les Arts. Tiene las cosas tan claras con las cuentas que parece dispuesto a asesorar a Mariano Rajoy de inmediato, en caso de que el PP gane las elecciones del 20-N. Suena como ministro de Economía. Por si acaso, se compromete con nosotros a concedernos una nueva entrevista si se alza con la difícil cartera.
-¿Tiene usted la receta para salir de la crisis?
-Con reformas. La primera, la del sector bancario para que vuelva a fluir el crédito. En paralelo, habrá que acometer una reforma del sector público, para evitar la superposición de competencias entre administraciones. También tributarias que favorezcan el ahorro de familias y empresas. Que el IVA no se ingrese hasta que no se haya cobrado la factura, por ejemplo. Y sobre todo, una modificación y regulación de la negociación colectiva para regular los salarios en España.
-Estos días se cuestiona la falta de concreción de sus medidas. Hay quienes dicen que intentan ocultar lo que harán si ganan…
-Las medidas están siendo anunciadas por Mariano Rajoy con todo detalle. Además, los temidos recortes ya los estamos viviendo en la sociedad española con el PSOE. Hay paro, una gran pérdida de poder adquisitivo en las rentas medias y la gente ha tenido una gran pérdida de confianza en la recuperación. La disyuntiva política ahora es a qué hay que temer entonces, a la crisis o a los recortes. No habrá recortes, habrá reformas. No se va a perjudicar aquienes ya tienen más dificultades, sino a los sectores públicos ineficientes que disfrutan gastando lo que no tienen. Ya hicimos una reforma así en el 96 y queremos mantener la misma fórmula. Si se sigue aumentando el gasto público, empobreceremos el país.
-¿Es compatible recaudar más sin subir impuestos?
-Si subes los impuestos se consume menos y perjudicas el crecimiento y el empleo. Así no se recauda más. Lo ha demostrado la subida del IVA que acometió el Gobierno y que ha sumido a España en una depresión del consumo.
-¿Se plantean por tanto ahorro en puestos de trabajo del sector público? ¿Congelar o bajar los sueldos a los funcionarios?
-No vamos a bajar el sueldo a ningún funcionario de la sanidad, educación, seguridad o cualquier otro servicio público. Yo entiendo el miedo de la gente, pero si seguimos en esta crisis, no habrá seguridad para nadie, ni para los funcionarios ni para los pensionistas. Si no se recauda más y la economía sigue paralizada el concepto de confianza se resiente. Y esa es la realidad ahora mismo.
-¿Piensan ustedes reducir ministerios, altos cargos?
-Hay que ahorrar en la gestión de los servicios públicos con una reorganización del Estado. Se deben marcar las competencias que asume cada administración para no duplicarlas. Soy partidario de reagrupar pequeñas instituciones, utilizar el potencial de las economías de escala, centrales de compra…
-El PSOE fijó líneas rojas que no traspasará en las políticas sociales. ¿Cuáles son para el PP?
-Vamos a repartir equitativamente los costes de salida de la crisis. Salir de aquí tiene unos costes, porque nada es gratis, pero vamos a distribuir socialmente la salida.
-Usted dijo que el Estado solo no puede garantizar ese bienestar…
-El bienestar de la gente no está en lo que le facilita el Estado, sino en su nivel de renta. A partir de ahí, de su acceso al servicio público y no al revés.
-¿Copago en ningún caso?
-Es que tengo dudas de que funcione. Si supiera que la clave está ahí y pudiera justificarlo… Además, creo que introducir el copago en el debate político sería perturbador.
-Respecto a Loterías, ¿cree que algún día se privatizará?
-A lo mejor usted lo ve, pero nunca va a aparecer un inversor que compense al Estado. Además, no se puede privatizar nada con el Congreso disuelto. No hay control.
Estamos apañaos, subida de la edad de jubilación, subida de tasas, rebajas del sueldo, y ahora con amenazas...., pues habrá que ir engrasando a la chata, por si hiciera falta.
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