martes, 6 de septiembre de 2011

Mientras 245.627 familias españolas han perdido sus casas en sólo dos años, Cáritas paga el alquiler, la luz y el agua a miles de inmigrantes


Alerta Digital

Entre 2008 y 2010, 245.627 familias españolas se han visto afectadas por la ejecución de la hipoteca y 108.475 recibieron también la orden de desahucio. Mientras millones de españoles están en riesgo de exclusión social: sin casa, pero con una deuda de la que nunca se van a poder recuperar, Caritas hace posible que miles de inmigrantes (algunas fuentes hablan de 50.000) tengan un techo gratis donde dormir y vivan sin preocuparse de todos esos gastos que tienen a mal traer a miles de familias autóctonas: desde el pago del agua al de la luz. Es la ventaja de vivir en España siendo inmigrante, en muchos casos ilegal, y pasar a ser receptor de ayudas y canonjías que los españolitos corrientes y molientes tienen que pagar de sus bolsillos.

Cáritas ha tejido una telaraña de ayuda destinada a los inmigrantes que se extiende por toda España y se organiza a través de las parroquias de la ciudad. Así, la ONG católica pone a disposición de los inmigrantes que lo necesiten, por ejemplo, una serie de pisos que deben compartir pero que tienen todos los gastos pagados, tanto alquiler como luz y agua. Estos pisos de acogida llevan asociada, además, una ayuda con los alimentos. Se trata de un apoyo temporal hasta que solucionen su situación.

Un ejemplo de este buenismo asistencial es el Centro Vieiro, en Costa Vella. Se trata de un centro de día para toda la gente que está en la calle, mayoritariamente inmigrantes. Allí se les ofrece café o periódicos entre las 8 y las 19 horas (hasta las 15 horas, en verano) además de impartir cursos y talleres destinados a la inserción laboral. En torno a sesenta personas hacen uso de este servicio dirigido por una psicóloga con un equipo de voluntarios.

Otra famosa aportación de Cáritas son sus roperos. Hay tres muy grandes: los de San Pedro, San Fernando y el regentado por las Hermanas de la Caridad. Pero hay más y están todos muy bien dotados. En las horas de la tarde cualquier inmigrante que se acerque puede seleccionar aquello que necesite y ahorrarse así ucualquier gasto. A pesar de estar desbordados de ropa, hay algunos artículos que la organización debe reponer por sí misma y no por donativo, como son la ropa interior o los pantalones vaqueros.
Actualmente la mayor demanda de Cáritas es, sin duda, la ayuda de subsistencia. Esas aportaciones económicas para comida, alquiler o medicinas no contempla sin embargo soluciones que rompan el parasitismo al que parecen abonados muchos extranjeros. El axioma es así de simple: ¿para qué preocuparme de trabajar si consigo lo mismo a través de Cáritas?

De los 4.300.000 extranjeros que viven en España, entre 400.000 y 800.000 se encuentran en situación irregular. De los 400.000 extranjeros que atiende Cáritas, 150.000 no están regularizados –más de un tercio del total de los irregulares en España–. Se calcula que las ayudas asistenciales que destina Cáritas a esos colectivos podrían servir cada año para construir 50 escuelas y 200 guarderías. Además, con esos recursos económicos podrían evitarse la mayoría de los embargos hipotecarios que tienen como víctimas a familias españolas sin recursos. Es la diferencia entre la solidaridad progre y la caridad cristiana con los de casa. Juzguen ustedes mismo.

1 comentario:

  1. Pues eso, igualito que en sus paises, verdad??. Aqui el que no cotize, que se vaya a su país, y si quiere que vuelva de nuevo, pero en condiciones de currar.

    ResponderEliminar