jueves, 1 de septiembre de 2011

Las vacaciones del señorito



  • 01-09-2011 | La Gaceta

    Sobran los argumentos para defender la reforma constitucional por la que se fija el techo de gasto y para desmontar las inconsistentes objeciones que se escuchan estos días.

  • Sobran los argumentos para defender la reforma constitucional por la que se fija el techo de gasto y para desmontar las inconsistentes objeciones que se escuchan estos días. Sobre todo viniendo de quienes vienen: los insolidarios (esos partidos nacionalistas que tratan de obtener tajada a golpe de chantaje) y los parásitos (esos sindicatos que se arrogan la defensa de los desfavorecidos cuando viven del cuento y no representan a nadie). Pero el argumento más definitivo para desautorizarlos puede ser una simple foto. Por ejemplo, la que publica hoy LA GACETA. El mismo señor que posa en un hotel de 5 estrellas en la isla de Madeira, un exclusivo complejo que incluye accesos directos para los cruceros, es uno de los convocantes de la movilización del 6 de septiembre contra la reforma constitucional. Se llama Ignacio Fernández Toxo y es el líder de Comisiones Obreras. Si el año pasado quedó en evidencia al preparar la huelga general a bordo de un crucero de lujo por el Báltico, ahora organiza las movilizaciones en la playa de Funchal, con una estancia de nueve días con su esposa, que le ha podido costar no menos de 4.500 euros.

    ¿A qué famélica legión cree que va a engañar el compañero del metal que pasa unas lujosas vacaciones en un resort diseñado por Oscar Niemeyer? ¿Con qué autoridad se atreve a protestar este teórico defensor de los trabajadores cuando veranea ora en un crucero por San Petersburgo y Tallin, ora en hoteles de lujo, mientras la mitad de los españoles se quedan sin vacaciones por la crisis? ¿De qué coste social habla CC OO –para justificar su movilización contra la reforma constitucional– cuando su líder ofrece tan demoledor ejemplo y se ríe de los cinco millones de parados, mientras mantiene un paripé de lucha obrera que sólo existe en la memoria prehistórica? Las vacaciones a todo tren de los señores de Toxo, en el Báltico o en Madeira, constituyen la imagen misma de la incoherencia. Obviamente no es un tema de ilegalidad, pero sí de estética y de ética... social. Porque con su actitud, Toxo deja en evidencia la movilización y el papel mismo de las centrales en la España de 2011.

    El problema de fondo no es sólo la catadura moral de Toxo sino la razón de ser de unos sindicatos que han perdido el norte ideológico. ¿Qué sentido tienen estas organizaciones espectrales, que devienen en zánganos de la colmena social y en rémora añadida para la economía? En primer lugar, no son representativas –el nivel de afiliación de UGT y CC OO es uno de los más bajos de Europa– y, en segundo lugar, están lastradas por su fuerte dependencia del poder político –la Ley Sindical de 1985 consagraba el sindicalismo único y obligatorio, al conferir a las dos grandes centrales un desmedido poder institucional–. El generoso maná de las arcas públicas, que comenzó con el reparto del antiguo patrimonio sindical, ha convertido a UGT y CC OO en apéndices de los Gobiernos y en garrapatas de la sociedad. Ser sindicalista ha resultado ser un auténtico chollo en tiempos de crisis, porque viven como señoritos sin dar un palo al agua a costa del erario público –y ahí está el escándalo de los liberados, cuyo elevado número sigue siendo un misterio gracias a la opacidad del Gobierno–. O preparan la lucha obrera en las hamacas de hoteles de lujo en el Atlántico. Por eso, reiteramos lo que venimos defendiendo en LA GACETA: la necesidad de redefinir el papel de los sindicatos y abordar una reforma ineludible.

1 comentario:

  1. A estos sindicalistas, que no lo son, a ponerlos a currar, que ya no saben lo que es. Es incoherente lo que hacen, para luego decir lo que dicen, asi cualquiera.

    ResponderEliminar