Alerta Digital
E.I.G.- Hace unos años, cuando las fuerzas de seguridad comenzaron a desmantelar por orden judicial algunas de las decenas de herriko-tabernas existentes en el País Vasco, algunos policías mostraron su asombro al encontrar reiteradamente, en muchos de estos locales, fotografías e imágenes laudatorias del presidente de Irán, el integrista islámico Mahmud Ahmadineyad, y de Bin Laden, cerebro de los atentados del 11-S en Nueva York y Washington.
Más allá de las complejas, variables e intensas relaciones que ETA, a lo largo de su historia, ha cultivado con diferentes organizaciones terroristas de corte islamista, el independentismo vasco proetarra siempre ha mantenido una mirada de cercanía identitaria con los palestinos, a quienes contemplan como el auténtico “pueblo vasco”, “oprimido, represaliado, despreciado y abandonado”, de Oriente Próximo. A su vez, el radicalismo islamista representado por Hamas ha encontrado en el País Vasco un ejemplo perfecto de cómo en el mundo occidental también hay otros “pueblos humillados” y otras “naciones sin estado” que luchan, tanto “militar” como políticamente, por su liberación.
Pero, por encima de esta convergencia de intereses estratégicos e inmediatos, hay tres elementos ideológicos básicos que hacen converger las estrategias y los objetivos del fanatismo proetarra con el totalitarismo ideológico islamista: odio ciego hacia las democracias capitalistas; apelación hacia el irracionalismo (político, cultural, económico o religioso) como elemento de cohesión grupal; aborrecimiento de las libertades individuales; y legitimación sin fisuras de la utilización de la violencia terrorista como medio para alcanzar el gran “objetivo final”. De hecho, no son pocas las ocasiones en las que los asesinos de la banda terrorista han “admirado”, tanto pública como privadamente, la capacidad organizativa, la falta de escrúpulos y los instintos suicidas de sus homólogos islamistas. Mikel Zubimendi, un psicópata etarra actualmente encarcelado, expresó muy claramente esta sensación tras los atentados del 11-M en Madrid: “Los moros sí que saben hacer una ‘ekintza’”. (“Ekintza”: “Acción”, en euskera. Término utilizado por los etarras para denominar a un atentado).
Durante los últimos años, la creciente llegada al País Vasco, como al resto de España, de un importante número de inmigrantes islámicos, ha facilitado los encuentros entre proetarras e islamistas. En este punto, la proporción de musulmanes islamistas que ha llegado a esta comunidad no ha perdido tiempo para entablar relaciones con los siempre demasiados vascos proetarras que viven entre nosotros.
De este modo, durante los últimos meses se han celebrado numerosas reuniones entre jóvenes de distintas organizaciones palestinas y de la autodenominada “izquierda abertzale” para poner en marcha lo que han definido como “una organización internacional única que sirva de punto de encuentro del movimiento juvenil palestino”. En el lanzamiento de esta iniciativa estuvieron presentes, entre otros, Miren Legorburu, portavoz de la “izquierda abertzale” y concejal de la proetarra ANV en Hondarribia, y la alcaldesa de Zestona, Alasne Olaizola, también de la ilegalizada ANV. La declaración final del encuentro fue muy esclarecedora: “Palestina y Euskadi son dos pueblos hermanos luchando por su libertad”.
Esta alianza del entorno de ETA con los grupos violentos internacionales que quieren acabar con Israel, que no hay que olvidar que es el gran bastión de las democracias occidentales en Oriente Próximo, se ve reforzado, además, por las constantes muestras de apoyo que desde el mundo nacionalista vasco y desde ámbitos de izquierda de Euskadi se lanzan hacia el islamismo radical. Para muestra, un botón. Todos los sindicatos independentistas vascos, a los que se ha sumado Comisiones Obreras, hicieron público hace unas semanas un manifiesto en el que mostraban su adhesión a las diferentes campañas que se han puesto en marcha para boicotear a Israel y se comprometían a “no colaborar con la política de ‘apartheid’ en Palestina y la ocupación ilegal en sus territorios”. Del terrorismo de Hamas, de la falta de libertades en los países árabes, de la proliferación del integrismo islamista, de los ataques humillantes a extensos sectores de la población en estas regiones (mujeres, homosexuales, etc.), no tocaba hablar entonces. Ni nunca.
Los israelíes si que entienden a unos y a otros, si no fuera por ellos, ya los tendríamos a todos asentados en europa.
ResponderEliminarAupa israel.