lunes, 26 de septiembre de 2011

El investigador Germán y un subordinado, denunciados como autores del chivatazo



  • 26-09-2011 | La gaceta

    Manos Limpias presenta un escrito en el que asegura que el policía González Moreno le entregó el móvil a Joseba Elosúa. La conversación entre ambos sospechosos duró 4 minutos y 43 segundos. El delito también es de colaboración con ETA.

  • D. Carrasco. Madrid

    A medida que pasan los días, desde el entorno de la Policía se trabaja para aportar a la Audiencia Nacional nuevas pruebas que lleven a la pista para averiguar quién o quienes fueron los autores del chivatazo a la banda terrorista ETA. De lo que se trata es de facilitar al titular del Juzgado Central de Instrucción número 5, Pablo Ruz, datos para iniciar otra investigación, tal y como así lo ordenó hace unos días el Pleno de la Sala Penal de la Audiencia.

    Este es el caso del Colectivo de Funcionarios Públicos Manos Limpias, que acaba de presentar una denuncia en la Audiencia Nacional contra Carlos Germán, jefe del aparato económico de la Unidad Central de Inteligencia (UCI) que llevó a cabo la operación, y Enrique González Moreno, miembro de la UCI y subordinado de Germán.

    Manos Limpias considera que ambos policías han cometido los presuntos delitos de “colaboración con banda armada, revelación de secretos, encubrimiento, falsedad en documento público, falso testimonio y omisión del deber de perseguir delitos”. Esta nuevas acusaciones son distintas de las que Ruz mantiene como imputados a los policías Víctor García Hidalgo, Enrique Pamies y José María Ballesteros.

    Los nuevos hechos aportados por el sindicato coinciden en parte con los que el sábado pasado publicaba este diario y que apuntaban directamente a Carlos Germán como autor del soplo. Sin embargo, ahora se da un paso adelante hasta ahora desconocido en este caso. Se denuncia al inspector de Policía Enrique González Moreno por ser el que supuestamente le entregó el teléfono a Joseba Elosúa en la mañana del chivatazo. En consecuencia, para Manos Limpias fue González Moreno y no Ballesteros el que realizó esta acción.

    En este sentido, “instantes antes de que Elosúa saliera de huida a Francia se produjo una llamada telefónica no investigada hasta el momento. Se trata de la realizada en la mañana del soplo entre Carlos Germán y su subordinado González Moreno”, explica la denuncia. Dicha conversación “ocurrió cuando Germán ya no se encontraba en el despacho del magistrado Marlaska, ya que lo abandonó a las 11.50 minutos”, dice el escrito.

    Falsa coartada

    No hay que olvidar que Germán, cuando ha sido acusado por los sindicatos de Policía, siempre ha utilizado la coartada de que el chivatazo le pilló dentro del despacho del juez. Pero “esta nueva llamada sitúa el soplo una hora después del chivatazo oficial”, apuntan. Según prueba Manos Limpias, “esta llamada, localizada a las 12.26 PM, duró 4 minutos y 43 segundos. Salió desde el número 60934XX76, asignado a la UCI y que ese día llevaba el inspector García Moreno, hacia el teléfono 62924XX81 que llevaba Carlos Germán”.

    Además, el Colectivo de Funcionarios Públicos da al juez Ruz otra pista basada en las declaraciones que hizo Elosúa sobre la descripción física de la persona que entró en el bar y le “pasó el móvil”. Según el dueño del bar Faisán, “se trataba de un individuo de 35-40 años, aspecto raro, moreno, poco atlético y vestido con ropa barata”.

    Esta descripción, según las fuentes policiales consultadas por Manos Limpias, se ajusta más al policía González Moreno que a su compañero Ballesteros. En efecto, el primero es conocido en el Cuerpo por su “tez morena, poco atlético, descuida su modo de vestir y, en ocasiones, por su dejadez en la forma física y aseo”. En cambio, Ballesteros es todo lo contrario. Otro dato interesante se refiere a la declaración de Elosúa sobre la ropa que portaba el individuo que le entregó el teléfono y que, según la denuncia, no coincide con la de Ballesteros el día de autos. Otro detalle significativo. Elosúa dijo que la persona que le entregó el teléfono podría llevar una peluca. “La Guardia Civil probó que hubo tráfico de llamadas entre un móvil situado en las proximidades del bar Faisán y un establecimiento de Madrid dedicado a pelucas y postizos, llamado Justino Delgado Arranz”, dice el escrito.

    En los próximos días Ruz decidirá si admite la denuncia y, en su caso, si incorpora estos nuevos hechos al Sumario.

1 comentario:

  1. Vaya, vaya, ya va saliendo el humo falso del faisán. Haber si es verdad, y se hace justicia de una vez.

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