SUSANA LÓPEZ-URRUTIA Madrid
25/07/2011/El Mundo
Los indignados celebraron así la llegada a Madrid de las siete marchas de protesta que hace un mes habían partido a pie hacia la capital.
El 15-M no va a quedarse en una mera anécdota y así lo quisieron expresar los seguidores de la marcha que ayer arrancó en Atocha. A los caminantes -unos 600-, que el pasado sábado llegaron a Madrid, se unieron ayer los indignados locales y más de medio centenar de autobuses fletados desde todos los puntos de la península.
Aunque sin las pretensiones del 19-J -que reunió a más de 37.000 manifestantes en protesta por el Pacto del Euro-, la marcha de ayer es muy simbólica por lo que de reconquista tiene.
Los indignados, que volvieron a llenar Sol la noche del sábado, también eligieron su plaza como meta de la marcha del domingo. Los madrileños vieron este fin de semana como Sol volvía a recuperar el espíritu de aquellos días previos a las elecciones autonómicas: se levantaron estructuras, se improvisaron conciertos, se esgrimieron consignas y se recuperó -en parte- la vieja Acampada Sol.
Como en anteriores ocasiones, la marcha se llevó a cabo de forma pacífica y estuvo encabezada por una pancarta con el lema consensuado popularmente: No es la crisis, es el sistema. Entre los asistentes abundaban las banderas republicanas e incluso las griegas, en solidaridad con este país. Óscar, de Pamplona, ondeaba una de ellas. Explicaba que se une al movimiento porque cree que, «España ha involucionado desde el franquismo» y que «vamos a menos en derechos».
La andadura de los indignados coincidió a su salida en Atocha con otro campamento del colectivo, que llevaba instalado en ese espacio cerca de tres meses y que también se unió a la protesta. Alejandro de la Cruz, uno de sus miembros, relataba el motivo de su particular indignación. Con 20 años se embarcó en el proyecto de su vida: adquirir un piso. Quiso hacerlo a través de una cooperativa, a la que llegó a ingresar 40.000 euros, supuestamente destinados a la edificación de una vivienda que debería haber recibido en 2006. La cooperativa quebró y Alejandro, junto a otras trescientas familias, muchas de las cuales sumaron su disgusto a las reivindicaciones hechas ayer en la marcha, ha perdido todos sus ahorros. «He pagado por un techo y ahora tengo un berberecho», rezaban sus pancartas.
Entre el conglomerado de consignas que ayer se vieron en Madrid destacaron por su número las del colectivo Stop Desahucios, uno de los brazos del 15-M que más activo ha estado en los últimos meses. Sólo en Madrid esta plataforma ha evitado en las últimas semanas casi una decena de desalojos. En España, más de 50.
Precisamente a los bancos -blanco habitual del colectivo 15-M- fueron dirigidas las acciones más reivindicativas de la marcha. En su camino hacia la Puerta del Sol varios activistas imprimieron en las vidrieras de algunas sucursales sus manos pintadas de rojo como símbolo de protesta. Una veintena de ellos optó por plantear su demanda en términos más contundentes y posaron desnudos ante el Banco de España al grito de «Nos habéis dejado en cueros». Uno de ellos, llamado Naun, encabezó la protesta de esta guisa durante buena parte de su recorrido. Lo hizo, según confesó, «para llamar la atención de los medios».
Durante la marcha, -que recorrió el paseo del Prado, Neptuno, Cibeles, Alcalá y Gran Vía, un recorrido de unos 2 km- un grupo de exaltados se encaró a los agentes de policía que custodiaban el Congreso al grito de «PSOE, PP, la misma mierda es». Por norma general, sin embargo, los indignados fueron ejemplares en su conducta.
A la comitiva se unieron turistas y viandantes dando forma a una marcha muy heterogénea en la que se vieron familias con niños y jubilados. Uno de ellos caminaba silencioso con una bandera republicana doblemente anudada al cuello. «Me la robaron [la República]», decía calladamente. «Muchos estábamos esperando a que los jóvenes tomaran las riendas», confesaba, «a mi me quitaron mi juventud. No quiero que les roben la suya».
Los indignados conquistaron por fin su Meca pasadas las ocho de la tarde. A su llegada fueron recibidos por una pancarta que rezaba: «Sin el pueblo no sois nada», que fue desplegada entre aplausos.
Con la toma de Sol de este fin de semana la agenda del movimiento queda libre de grandes eventos hasta el próximo 15 de octubre, fecha en la que planean organizar un referéndum para sondear la «auténtica» opinión del «pueblo»
Bueno, pues haber si sacan algo en claro, porque lo que se está viendo, es que algunos partidos y el de alfredo, intentan sacar tajada de todo esto.
ResponderEliminarHaber cuando hacemos algo igual o mejor las FCSE, porque nosotros si que estamos MUY INDIGNADOS, y estamos hasta los web.