martes, 12 de julio de 2011

El PP exige que Rubalcaba pida perdón a Marta Domínguez tras archivarse el caso de dopaje


LUIS F. LÓPEZ / P. CALLE / Madrid

12/07/2011/El Mundo

Marta Domínguez ni traficó ni administró sustancias prohibidas. Siete meses después de aquel mediático registro en su domicilio de Palencia, la jueza Mercedes Pérez Barrios ha decretado el sobreseimiento provisional y el archivo de las actuaciones sobre el delito de dopaje.

Zapatero embusteroLa magistrada entiende que la atleta actuó correctamente en el tratamiento de iontoforesis de su liebre, Eduardo Polo, aquejado de una lesión. Mercedes Pérez Barrios también sostiene que la palentina en ningún caso puso en peligro la salud de su compañero de entrenamiento. Esta resolución es recurrible en un plazo de cinco días.

Formalmente, Marta Domínguez podría regresar ya a la competición, pero retrasará su vuelta varios meses porque recientemente ha dado a luz un niño. Desde la entrevista realizada por Pedro J. Ramírez, el pasado 25 de enero, la campeona española no ha hablado con los medios de comunicación. Ayer, el director de EL MUNDO contactó con ella para felicitarla por la resolución de la jueza y en su cuenta de Twitter apuntó que la atleta le exclamó: «Te dije que el oro era oro y el ron era ron».

El archivo de esta causa se une al del caso oro, dictado el pasado 14 de abril, cuando se certificó que el vial de color dorado que la atleta había entregado al mediofondista Alberto García no había rastros ni de trembolona, testoterona, nandrolona o estanozolol. Todos los exámenes de la Agencia Española del Medicamento y de los laboratorios Antidopaje de Madrid y Colonia fueron negativos. Marta aseguró que el oro era un producto permitido y que su composición se basaba en sustancias naturales. Ahora, sobre la atleta sólo recae un delito fiscal.

Polo es un atleta amateur que colaboraba con Marta Domínguez en la preparación física. El pasado septiembre sufrió una tendinitis en un tobillo y decidió recuperarse con el método de la iontoforesis, un tratamiento por vía dermatológica que se aplica con electrodos y que incluye el uso de Fortecortín (corticoide autorizado fuera de competición) y Scandinibsa, un anestésico, y para ello acudió a una clínica de Palencia, donde trabaja el fisioterapeuta Manuel Corral. Este método fue utilizado por Marta, en mayo de 2010, para curar una lesión en el pie izquierdo. La iontoforesis fue prescrita por los servicios médicos de la Federación Española de Atletismo.

En el nuevo auto judicial, con fecha del 4 de julio de 2011, la magistrada Pérez Barrios afirma que Marta Domínguez «suministró a Polo las mismas sustancias que le habían sido médicamente prescritas y que se adquirieron con receta médica». También añade: «No se puso en peligro la vida o la salud del deportista, máxime si se tiene en cuenta que tal sustancia le fue prescrita al día siguiente a Eduardo Polo por un médico... De esta circunstancia cabe inferir, además, que Eduardo Polo padecía una lesión o enfermedad que justificaba dicha medicación, por lo que tampoco cabe sostener, razonablemente, que la conducta de Marta Domínguez y Manuel Corral tuviese como finalidad aumentar la capacidad física de Eduardo Polo o modificar sus resultado en competición».

Marta, tras acudir a una farmacia, compró Forticotín y Scandinibsa para el primer día de tratamiento de Polo. Las recetas para el resto de los nueve días de tratamiento las adquirió Polo. Esas recetas fueron presentadas por la liebre ante la jueza como prueba.

La Guardia Civil sospechó que Marta dopaba a su compañero y por eso organizó un seguimiento de ambos. En el sumario de la operación Galgo aparecen fotos de ambos en la entrada de la clínica de Corral. Polo explicó que esas imágenes se captaron en un fin de semana en el que el fisioterapeuta se trasladó a Madrid a un curso y que como el tratamiento no podía suspenderse, le dejó las llaves del centro para que le aplicaran la iontoferesis. «El proceso es sencillo: le pones a la máquina la función de la iontoforesis; colocas dos electrodos con la gasa empapada con el medicamento y sujetas todo con una venda. Como no tengo tres manos, Marta me ayudó con la venda», afirmó en enero a este periódico.

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El atleta 'amateur' y las motivaciones políticas

Eduardo Polo es un deportista 'amateur' de 44 años que carece de licencia Federativa, desde hace año se entrena con Marta Domínguez sin ánimo de lucro, sólo por amistad. Siempre ha mantenido que la palentina nunca le dopó y sospechó que detrás del asunto había una clara intención política. «A Marta la meten porque sin galgo no hay 'operación Galgo'. Sin Marta, no tendría contenido. Los medios de comunicación siempre dicen: 'La operación en la que está implicada Marta'. A la operación le faltaba un galgo, y ése era Marta. No hay duda», explicó en un encuentro con EL MUNDO el pasado enero.

«El tratamiento de iontoforesis ni es dopante, ni se pincha. Yo mismo compré las recetas», insistió este funcionario de Tráfico que en los últimos años ha trabajado en Palencia

Una carrera (favorable) de obstáculos

Recibió la noticia del sobreseimiento de la causa de dopaje en su domicilio de Palencia, al cuidado de su hijo Javier, a punto de cumplir sus dos primeros meses de vida. Marta Domínguez ha tenido que vivir una dolorosa carrera de obstáculos para intentar recuperar la credibilidad y subsanar su imagen pública después de que la Guardia Civil irrumpiera en su casa, el pasado 9 de diciembre, para realizar un exhaustivo registro en busca de sustancias dopantes. No se encontraron productos prohibidos.

Antes del auto conocido ayer, el primer golpe de efecto favorable apareció cuando la jueza Pérez Barrios consideró que no existía nexo de unión con el doctor Eufemiano Fuentes y el entrenador Manuel Pascua, supuestos cabecillas de una red de sustancias dopantes que suministraba productos a algunos deportistas.
Esta decisión judicial cimentó la tesis de que la palentina fue utilizada para otorgar relevancia a un caso que carecía de un nombre llamativo. El segundo paso relevante para la campeona del mundo de los 3.000 metros obstáculos se dio cuando se decretó que el producto entregado, por mediación del representante José Alonso Valero, a Alberto García no vulneraba la legalidad, ya que se trataba de una sustancia natural que sirve como relajante muscular y que está al alcance de cualquier ciudadano de a pie en los herbolarios.

LUIS F. LÓPEZ / P. CALLE / Madrid

12/07/2011

El perdón que nunca llega

El PP emplaza a Lissavetzky y Rubalcaba que se disculpen ante la campeona española / Ambos destacaron en el proceso contra la atleta

Siguiendo la línea argumental de su íntimo Jaime Lissavetzky, Alfredo Pérez Rubalcaba puede decir, para negar su responsabilidad en el caso Marta Domínguez: «Yo ya no soy ministro del Interior». Porque Jaime Lissavetzky, cuando le preguntaron cómo podía haberse enviado a Alemania, sin autorización judicial, la prueba clave contra la atleta, respondió: «Cuando se envió, yo ya no era presidente del CSD [Consejo Superior de Deportes]». Lo cierto es que, cuando se produjo ese envío, Lissavetzky sí presidía el CSD. Pero eso se supo tiempo después, el tiempo suficiente para que el asunto no interfiriese en la carrera de Lissavetzky por la Alcaldía de Madrid.

A Rubalcaba la sentencia de Marta le llega en plena carrera por la Presidencia del Gobierno. En estas circunstancias, podría excusarse en la línea de Lissavetzky, esgrimiendo: «Yo ya no soy ministro del Interior». Dicho eso para negar toda carga en una persecución que tuvo a Lissaveztky y Rubalcaba como actores principales. Por eso, Esteban González Pons, vicesecretario de Comunicación del Partido Popular reaccionaba ayer así: «Si Rubalcaba y Lissavetzky no piden perdón a Marta [ex concejal del PP en Palencia], le harán un flaco favor a la credibilidad del sistema policial y judicial español». Y aún incrementó el tono de la queja para proclamar: «La etapa de Rubalcaba va a ser recordada por utilizar las actuaciones policiales como instrumentos de propaganda y publicidad política a costa de la escabechina con algunos ciudadanos honrados».

Lissavetzky y Rubalcaba opinaron, como les correspondía, desde los primeros pasos de la operación Galgo, inaugurada un 9 de diciembre de 2010, en fechas vecinas de la crisis de los controladores aéreos. Aunque sus cargos quizá aconsejasen mayor cautela, se manifestaron contrarios a la atleta. No obstante, sus palabras no desentonaron en el griterío general de condena de la campeona. A los pocos meses se retrataron más claramente, pese a que los hechos reorientaban la trama en una sentido distinto al original.

El despliegue mediático en el arranque de la redada y las filtraciones de las primeras horas configuraron un perfil terrible de la palentina. Esa imagen se sostuvo hasta principios de enero, gracias a interesadas filtraciones.

Cuando otros medios, especialmente EL MUNDO, tuvieron acceso al sumario, se comprobó la fragilidad de la investigación. Sin embargo, Lissavetzky y Rubalcaba persistieron. De hecho, la juez del caso llegó a exigir por escrito a la Guardia Civil, dependiente de Rubalcaba, «independencia». Mientras, el CSD de Lissavetzky llegó al extremo de expatriar, sin autorización judicial, la prueba clave contra Marta Domínguez, en un intento desesperado de encontrar algo prohibido. Al descubrir esa treta, la juez archivó la parte del caso que tenía a Marta como supuesta traficante de sustancias dopantes.

Esa realidad tampoco se correspondió con palabras cálidas de Lissavetzky o Rubalcaba. Podrían haber celebrado que la mejor atleta de la historia de España quedase libre de esa mancha, pero no lo hicieron. Ayer, la juez borró el última imputación contra Marta por un delito de dopaje. Y un portavoz del CSD reaccionó: «Como hemos hecho siempre, respetamos las resoluciones judiciales. Nos alegramos por lo que concierne a la deportista». Palabras de cortesía

Un último frente abierto

Sobreseída provisionalemente su imputación y archivadaa las actuaciones sobre el caso del suministro de un producto farmacéutico al atleta Eduardo Polo, a Marta Domínguez únicamente le queda un frente abierto, el referido a un posible delito fiscal.
Tras las investigaciones realizadas por la Guardia Civil se sabe que la palentina posee dos cuentas bancarias en Andorra y el Principado de Mónaco. En la primera, con un saldo de 45.000 euros, no hay movimientos desde 2008 y los intereses que genera son utilizados para la gestión de la cuenta. En la segunda, con 37.000 euros, tampoco hay movimientos desde hace cinco años (2006) y los intereses anuales ascienden a unos 200 euros.
La ley establece que se considera fraude fiscal a partir de los 120.000 euros, pero Marta Domínguez no ha llegado a esa cifra. No obstante, en su declaración de ingresos de 2009 no incluyó el premio ganado en los Mundiales de Berlín de atletismo -alrededor de los 60.000 dólares (unos 42.700 euros)- porque aún no lo había recibido y, aunque cotizó por ello en Alemania, ya se ha puesto al día con Hacienda y ha regularizado su situación fiscal. La juez Mercedes Pérez Barrios tiene todos los papeles en su poder, incluidas las declaraciones de la renta de la atleta en los últimos cuatro años, la correspondiente declaración de bienes y su situación patrimonial

1 comentario:

  1. Que pida perdón, que cosas tenéis, este lo suyo es avasallar y tirotear, pero la humildad, no la conoce.

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