viernes, 6 de mayo de 2011

El Gobierno sugiere al TC que admita algunas listas de Bildu


El Mundo

Transmite el mismo mensaje que ya mandó al Tribunal Supremo: sólo las candidaturas contaminadas de la coalición deben ser anuladas / Francisco Hernando, artífice de la ilegalización de Batasuna, será el ponente inicial
Zapatero embustero El Gobierno ha sugerido a miembros del Tribunal Constitucional (TC) que una salida al problema Bildu sería la legalización en parte de sus listas, aquellas en las que la presencia de independientes vinculados a Batasuna sea irrelevante o, lo que es lo mismo, aquellas en las que sean más significativos o mayoritarios los candidatos de EA y Albernatiba.

La Sala Segunda del TC comenzó ayer a analizar el recurso de Bildu. La ponencia ha recaído en Francisco Hernando, ponente de la sentencia que ilegalizó Batasuna, que fue recusado por Bildu a última hora. Llamativamente, el recurso elude referirse a la abrumadora presencia de «independientes» en las listas y renuncia a plasmar la tesis que defendió en el Supremo de que «cientos» de esos candidatos pertenecen a EA y no a Batasuna.

Fuentes políticas y judiciales han señalado que, pese a que el Gobierno ha promovido a través del abogado del Estado el proceso para ilegalizar todas las listas de Bildu, ahora está transmitiendo al Constitucional que vería con satisfacción una anulación sólo parcial, de manera que se salven los candidatos de Eusko Alkartasuna (EA) y Alternatiba, los dos partidos legales que formalmente integran la coalición.

Zapatero embustero Esa opción ya se hizo llegar a relevantes magistrados de la Sala del 61 del Supremo, que en la pasada noche del sábado al domingo acordó por nueve votos frente a siete echar abajo las 254 candidaturas de Bildu al concluir que EA y Alternatiba han permitido a ETA/Batasuna «ocupar» las planchas.

La posibilidad de una anulación parcial ni siquiera llegó a tomar estado en la deliberación de la Sala del 61. Cuando fue sugerida, dos jueces del sector mayoritario pusieron de manifiesto la contradicción que supondría avalar algunas candidaturas cuando se afirma al mismo tiempo que la coalición Bildu está, en sí misma, bajo la dirección y tutela de ETA/Batasuna.

La Sala Segunda del TC comenzó ayer a analizar el recurso de Bildu, que tuvo entrada a las 16 horas. La ponencia ha recaído en Francisco Hernando, que desde su anterior cargo de presidente del Supremo fue ponente de la primera sentencia de ilegalización, la que expulsó de la vida política a Batasuna en 2003.

Al trascender el nombre del ponente, Bildu presentó un nuevo escrito para recusar a Hernando. A la hora de cierre de esta edición la Sala Segunda -que por el momento no ha avocado el recurso al Pleno- debatía el rechazo de la recusación.

El recurso alega la vulneración del derecho a la participación política pero, llamativamente, no contesta a un argumento nuclear en la sentencia del Supremo: el relativo a la abrumadora presencia de «supuestos independientes» -en realidad, «vicarios de Batasuna»- en las listas de dos partidos que han consentido quedar postergados a una presencia minoritaria en sus propias planchas.

El recurso, además, no hace referencia alguna a la tesis que Bildu sostuvo en el Supremo de que «cientos» de esos candidatos independientes pertenecen a EA y Alternatiba y no a Batasuna.

NAIARA ORTIZ / Bilbao

05/05/2011

El Ejecutivo de López se alinea con Bildu ante las elecciones más reñidas

«Batasuna parece estar más alejada que nunca de ETA», dice la consejera Zabaleta
Zapatero embusteroEl lehendakari fue el primero en ir más allá y romper una lanza a favor de la presencia de Bildu en las elecciones del próximo 22 de mayo, pero los miembros del Gobierno que lidera no han tardado en alinearse con sus tesis.

El PSE está mostrando estos días su visión más vasquista y más rompedora con la visión que pueden tener los socialistas en el resto de España sobre la concurrencia de Bildu en los comicios, y ayer los consejeros Iñaki Arriola y Gemma Zabaleta, dos pesos pesados del PSE de Guipúzcoa, reforzaron aún más esa postura. Incluso la consejera aseguró que Patxi López «expresa lo que pensamos el conjunto del PSE». Unas declaraciones que coinciden con el inicio de una de las campañas más abiertas que se recuerdan en la política municipal vasca, lo que obliga a los partidos a no cerrarse puertas con los votantes indecisos.

El consejero de Vivienda, Transportes y Obras Públicas, Iñaki Arriola, reconoció que el poder municipal de los socialistas vascos «no confronta directamente» con el mundo de la izquierda radical en la disputa por las alcaldías, pero consideró que «sería una buena noticia» que el Constitucional fallara a favor de que la coalición se pueda presentar.

Arriola se mostró muy duro con el PNV, a cuyos responsables reclamó «un poco de disimulo» a la hora de exteriorizar «sus instintos carroñeros y lanzarse directamente a los votos que, en su caso, pudieran corresponder a Bildu».

«Seguramente, otros partidos que hacen llamamientos sobre la decisión del TS y que lanzan incluso mensajes antisistema deberían estar más preocupados que el PSE en cuanto a la presencia de Bildu en las próximas elecciones. Seguramente se juegan mucho más que el PSE, desde el punto de vista de lo que supone la presencia y la propia capacidad de gestión de instituciones en Guipúzcoa».

La consejera vasca de Empleo y Asuntos Sociales, Gemma Zabaleta, miembro de la antigua plataforma de mujeres Ahotsak, en la que se encontraban conocidas representantes de la izquierda abertzale como Jone Goirizelaia y cuyo objetivo era impulsar la paz en Euskadi, se alineó con los jueces del Supremo que discreparon de la postura mayoritaria. Zabaleta consideró que precisamente en una época en la que «está mucho más cerca la derrota de ETA y Batasuna parece estar más alejada que nunca de la organización terrorista» es cuando «menos sentido» tiene la ilegalización de listas.

También el secretario general de los socialistas vizcaínos y candidato a diputado general de Vizcaya, José Antonio Pastor, refrendó la tesis del lehendakari de que Eusko Alkartasuna y Alternatiba «no están en la estrategia de ETA», aunque aseguró que la no presencia de Bildu en las elecciones y que ésta acudiera a Europa para reivindicar sus derechos no provocaría que éstas fueran ilegítimas.

CARMEN REMÍREZ DE GANUZA / Madrid

05/05/2011

El PP confía en el fallo del Constitucional

El Comité de Dirección decide que, en caso contrario, pedirá impugnar la coalición
Los populares se muestran relativamente confiados en que el Tribunal Constitucional (TC) confirmará el fallo del Supremo contra Bildu.

Por sorprendente que parezca, Génova se resiste a ver en la mayoría progresista del Alto Tribunal un indicio claro de que la coalición abertzale tendrá finalmente luz verde en estas elecciones.

Lo único que sí ven claro en la cúpula del partido es el doble juego de Zapatero -recurriendo, por un lado, contra todas las listas, y exhortando luego, oficiosamente, a su legalización-. Pero, aseguran, de momento la cosa va bien y no tiene por qué torcerse. Además, y sobre todo, ven diáfana una segunda cosa, y es que al PP no le conviene nada ahora, por motivos electorales, meterse en el charco de la política antiterrorista.

Así que, reunidos ayer en el Comité de Dirección, el equipo de Rajoy decidió dos cosas: hablar lo menos posible del asunto y actuar más. En este sentido, y para el supuesto de que falle la actual premisa y el TC legalice las listas, las fuentes consultadas en la dirección aseguraron que el PP «no se va a quedar de brazos cruzados», e insistirá en exigir al Gobierno la impugnación de la propia coalición -tal como reivindicó en su día la secretaria general, María Dolores de Cospedal- como una vía «compatible» con la propia impugnación de las listas ya acordada entre el ministro Alfredo Pérez Rubalcaba y el popular Federico Trillo.

Otras fuentes populares matizaron, no obstante, que sólo sería posible impugnar la marca Bildu «por motivos nuevos» y distintos a los presentados contra las listas. Desde algunos despachos de Génova, además, persistían las dudas jurídicas sobre esta solución, y se insistía en apostar sobre el fallo confirmatorio del Constitucional.

Ayer, en el acto de precampaña organizado en Guadalajara, a 24 horas del final de plazo para el Alto Tribunal, ni Cospedal ni Rajoy se refirieron a este asunto. Pero sí lo hizo el vicesecretario de Comunicación, Esteban González Pons, quien criticó a Zapatero, pero sólo para defender al TC y reprocharle a él el daño que su tranquilizador mensaje hacia el PNV, pudiera tener en la propia sentencia.

«El Gobierno está trasladando la sensación de que controla el TC, y destacados miembros del PSOE están intentando dar a entender que tienen algún tipo de control sobre lo que vaya a decir el TC», dijo Pons.

Según advirtió, «si el TC confirma la sentencia del Supremo tendrá menos valor, porque parecerá que ha sido influida por un Gobierno con capacidad de condicionar a los jueces del Constitucional; y si la revoca, nos quedará la sensación de que ha sido porque el PNV y el PSOE de Cataluña presionaron al Gobierno». Pons pidió a los socialistas «no que dejen de presionar al TC, que eso ya estaría bien, sino que dejen de dar a entender que saben lo que va a decir».

«El Gobierno no tiene control del TC», puntualizó, antes de advertir que éste no constituye una última instancia. «En la medida que el TC no debe, salvo casos excepcionales, volver a analizar las pruebas que ha analizado el Supremo, lo lógico es que la sentencia del TC se parezca mucho a la del Supremo», afirmó.

LEYRE IGLESIAS / Vitoria

05/05/2011

Los vascos desconfían de un final de ETA a corto plazo

El pretendido camino hacia la democracia que ha emprendido la izquierda abertzale ilegalizada no da motivos a los vascos para tener fe en la manida promesa de que el final del terrorismo puede palparse con las manos. El 45% de los encuestados para el último Sociómetro elaborado por el Gobierno vasco cree que el epílogo de ETA tardará tiempo, frente al 37% que estima que puede estar cerca, mientras que el 18% restante no sabe o no contesta.

Los datos, recogidos entre el 4 y 11 de abril, hacen concluir al responsable del Gabinete de Prospecciones Sociológicas, Víctor Urrutia, que en la sociedad vasca predomina «una desconfianza mayoritaria en que el fin de ETA pueda llegar pronto».

El Gobierno de Patxi López ha incluido esta pregunta por primera vez en su serie de encuestas al entender que en este momento es una «cuestión significativa». También ha testado la opinión de los vascos sobre la pervivencia de las secuelas sociales del terrorismo. En este caso, el 43% opina que los «recelos políticos y culturales» perdurarán durante muchos años y el 25%, que no desaparecerán nunca.

En este contexto de desconfianza hacia ETA llama la atención, sin embargo, la creciente «simpatía» que despierta la antigua Batasuna, que, en una nota del 0 al 10, obtiene un 2,8 de media. Por encima, como viene siendo habitual, del PP (1,7 puntos) y UPyD (1,5). El espectro político radical se convierte, además, en el único que gana adeptos. Aunque se trata de un ascenso mínimo -de una décima desde noviembre y de cuatro décimas desde 2009-, sí permite vislumbrar que la izquierda abertzale se ha recuperado del retroceso que supuso en su base social la ruptura de la anterior tregua tras el atentado de la T-4.

Y si la izquierda radical sube, su principal aliado legal acusa el golpe: Eusko Alkartasuna (EA) anota un 3, tres décimas menos que en la consulta realizada en noviembre. El partido mejor valorado continúa siendo el PNV, con una calificación de 4,1, seguido del PSE y Aralar (ambos un 3,1).

MANUEL SÁNCHEZ / Madrid

05/05/2011

Bildu agrieta la unidad del PSOE

Jáuregui y Bono, entre otros, reconocen que hay diferentes sensibilidades, y la consigna interna es acatar y respetar lo que diga el Tribunal Constitucional
Zapatero embusteroLa legalización o no de la coalición abertzale Bildu empieza a abrir serias grietas internas en el PSOE, donde está muy dividida la opinión en cuanto a la resolución adoptada el sábado por el Tribunal Supremo y sobre cómo está actuando el Gobierno.

No es ningún secreto que dirigentes del Partit del Socialistes de Catalunya (PSC) y del Partido Socialista de Euskadi (PSE) no comparten la decisión judicial, y discrepan tanto de la decisión del Tribunal Supremo de no permitir a Bildu presentarse a las elecciones, como del hecho de que el Ejecutivo esté forzando, al máximo, su apuesta por la ilegalización.

Fuentes de la dirección del PSOE reconocieron a EL MUNDO que crece en las filas socialistas la opinión de que se está al borde de la ley, que se está jugando con cosas muy serias y que no vale todo para impedir que la coalición abertzale se presente a las elecciones municipales del 22 de mayo.

Sin embargo, desde el Gobierno se afirma que ha cumplido con su deber y que, una vez despejada cualquier duda sobre la actuación del Ejecutivo, todo queda en manos de los tribunales y, ahora en concreto, del Tribunal Constitucional (TC).

Por ello, la consigna interna que se está transmitiendo a los socialistas es que esperen a la resolución del TC y que, sea cual sea, manifiesten su respeto.

La división interna en el partido fue admitida ayer hasta por el presidente del Congreso, José Bono, quien reconoció que en su partido «puede haber algún matiz» en la posición sobre la anulación de las listas de la coalición Bildu.

Bono, sin embargo, destacó que todos en el Partido Socialista están de acuerdo «en lo esencial», como la defensa del Estado de Derecho y que «quien toma las decisiones son los tribunales». Decisiones que, según dijo, «hay que acatar, guste o no guste».

A nivel personal, indicó que a él le gusta la decisión del Supremo sobre Bildu; pero admitió que en su partido la «costumbre» es formar un criterio y una opinión, «en donde nadie piensa milimétricamente lo mismo como en otros partidos, en los que o bien ninguno piensa o uno piensa por todos».

La misma reflexión hizo el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, quien negó que haya dos corrientes de opinión en el PSOE sobre Bildu, aunque asumió que estamos en un «plano políticamente opinable», que incluye todos los movimientos que se están produciendo en el País Vasco en torno al fin de la violencia terrorista de ETA.

No obstante, ciñéndose a la doctrina oficial, Jáuregui indicó que «lo que hay que tener es respeto a los tribunales, como hace el Gobierno», dijo.

Éste también fue el mensaje de la portavoz del Comité Electoral del PSOE, Elena Valenciano, tras reunirse a media mañana con el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Valenciano indicó que en el PSOE, como en el propio Tribunal Supremo, caben opiniones distintas, pero la postura política es única: lo que digan los jueces.

«Tribunales, tribunales, tribunales», afirmó la dirigente socialista, «porque sólo importa lo que haya dicho el Supremo, y sólo importará lo que diga el Constitucional».

El PSOE, para evitar una fractura mayor, se aferra a que el Gobierno ha acudido con todas sus armas para la ilegalización de la colación abertzale por lo que, sea la decisión que sea, nadie podrá reprochar al Ejecutivo que no ha cumplido con su obligación política.

No obstante, en el PSOE no faltan reproches a la actitud del PP, a quien no sólo acusan de presionar a los jueces sino de no reconocer la actuación del Gobierno en este asunto.

Fuentes de la dirección del PSOE consultadas por EL MUNDO aseguraron que hay un gran malestar por la posición de los populares, y que el PSOE empieza a estar dispuesto a no consentirla por más tiempo.

ANÁLISIS
ÁNGELES ESCRIVÁ / Madrid

05/05/2011

Estudiado reparto de papeles

No es probable que nadie se llame a engaño, pero por si acaso: no hay una división entre el PSE y el Gobierno respecto a Bildu, sino un reparto de papeles que se produce estudiadamente desde hace meses y que ha sido administrado como sus protagonistas han creído más oportuno política y electoralmente.

El pasado mes de septiembre, ETA hizo público un comunicado decepcionante también a la luz de las expectativas creadas por la izquierda abertzale. Sus dirigentes habían difundido desde la primavera anterior que la banda prácticamente estaba dispuesta a abandonar la violencia. Le habían pedido una tregua permanente y verificable para empezar el camino que les haría recuperar el protagonismo hacia su legalización. ETA se despachó con el simple anuncio de que hacía algunos meses que había decidido «no llevar a cabo acciones armadas», Batasuna, lejos de recriminarle su tacañería, alabó su iniciativa y el Gobierno manifestó públicamente que el comunicado era «absolutamente insuficiente».

Sin embargo, ese planteamiento no se correspondía con la predisposición del Ejecutivo. El mismo día del comunicado, un miembro del Gobierno defendió la siguiente tesis: la izquierda abertzale ha dado pasos, Batasuna y ETA no son lo mismo, el proceso Bateragune por el que fue encarcelado Otegi (por intentar refundar la formación ilegalizada bajo la autoridad de la banda) no se sostiene y, además, hay que tener en cuenta que pronto hay unas elecciones que hay que resolver. Habida cuenta de que la sensibilidad de la opinión pública vasca -que, según los propios socialistas, premió con la Lehendakaritza sus esfuerzos en la última negociación- es distinta sobre estos asuntos a la del resto del país, el mensaje tenía que ser distinto.

No hacía mucho que el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, había sido desautorizado por el lehendakari, Patxi López, por haber escrito una carta en la que, tras mantener contactos conocidos por el Gobierno con la izquierda abertzale, había solicitado al presidente vasco que liderase la «pacificación». «Lo que Batasuna tiene que hacer es condenar a ETA», aseguró López mientras el ministro Rubalcaba reconocía el derecho a discrepar de Eguiguren con el que aseguró no estar de acuerdo. No menos escándalo provocó que el mismo protagonista se mostrara partidario de legalizar Batasuna.

En realidad, lo que Eguiguren había hecho era enseñar su estrategia antes de tiempo. Al final, el lehendakari está abanderando la reivindicación de Bildu, mayoritariamente aceptada en el País Vasco, mientras el Gobierno ha recurrido duramente las listas en el Supremo sabedor de que otra cosa no hubiese sido entendida en el resto de España. Pero comunicándose en secreto con los magistrados de los altos tribunales para hacerles llegar que vería con buenos ojos una lectura de la ley menos rigurosa. Una posición cuyo representante más espontáneo sería el ministro de Justicia quien, en privado, ha comentado su incomodidad con las ilegalizaciones. Así, no resulta creíble que los jueces progresistas del Supremo estuviesen a favor de legalizar Bildu sabiendo que el Gobierno estaba en contra.

El Ejecutivo sostiene que ETA está tan débil que es útil la estrategia de dejar que la izquierda abertzale se vaya fortaleciendo a cambio de anular a la organización. En su día se esgrimieron también otras razones. ¿Qué pasa si no son legalizados y dan un paso atrás, o ETA...?, se preguntaban en el entorno de la Lehendakaritza. Es posible que la razón práctica esté sustentada, pero así, hoy, paradójicamente, puede ocurrir que una decisión del Constitucional haga que regrese a las instituciones una formación (Batasuna) que reivindica haber respaldado el asesinato de casi 900 personas y se niega a condenar a ETA.

1 comentario:

  1. Después de tanto marear la perdiz, el faisán el 11-M etc., ahora resulta que quieren lo que supuestamente, no querían, o si. Como siempre la indecencia aflora en lo más profundo de su ser..

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