ÁNGELES ESCRIVÁ / Madrid/ El Mundo
Las Fuerzas de Seguridad están recogiendo datos de esta peculiar campaña, que nació incluso antes de que fuese presentado Sortu, pero que está al servicio de este partido o, en caso de que éste fuese ilegalizado, al de la marca que la autodenominada izquierda abertzale pretenda finalmente colar en las instituciones.Sigue en página 5
A pesar de que Batasuna lleva calentando motores desde semanas antes de Navidad, los expertos consideran que el pistoletazo de salida electoral dirigido a sus bases se disparó el pasado 19 de enero, en un acto público celebrado en el Palacio de Miramar de San Sebastián en el que fue dado a conocer el denominado Herri Programa 2011.
Uno de los representantes de la izquierda abertzale, Aitor Bezares, que fuera candidato a las Juntas Generales de Álava por la ilegalizada ANV, anunció entonces que se disponían a registrar una nueva formación que cumpliría con la Ley de Partidos. «Aunque no nos guste, la vamos a cumplir», aseguró Bezares semanas antes de asistir, junto a los veteranos de las sucesivas mesas nacionales de Batasuna, a la presentación de los estatutos de Sortu, donde Rufi Etxeberria e Iñigo Iruin expusieron lo que tanto disgustaba al coordinador de su programa: el rechazo a la violencia futura de ETA.
En el acto del Palacio de Miramar se anuncio, por tanto, una campaña que se ha venido afianzando sin problemas y que consiste en la difusión, incluso mediante el buzoneo, de un documento en el que se les explica a los ciudadanos de las capitales y resto de localidades vascas que está en el tejado del Gobierno la pelota de la pacificación mediante la legalización de la izquierda abertzale. E incluye una encuesta para la elaboración del citado Herri Programa.
Las fuerzas de Seguridad han hecho hincapié en un detalle sutil al lado de las evidencias de continuidad entre Batasuna, Sortu o la marca que pueda ser presentada a las próximas elecciones. En el logotipo utilizado en el reclamo del Herri Programa figura una estrella blanca redondeada de cinco puntas sobre fondo rojo, igual a la empleada en el logotipo de Abertzale Sozialisten Batasuna (ASB), cuya inscripción fue prohibida en el Registro de partidos políticos del Ministerio del Interior en marzo de 2007 y fue ilegalizada por el Tribunal Constitucional posteriormente por considerarla continuación de Batasuna.
La estrella es el único elemento representativo de formaciones proetarras que se mantiene, mientras que el resto han sido eliminados. Y este es uno de los factores que tiene en cuenta la Ley de Partidos para la ilegalización de una formación política.
El hecho es que, aun cuando está pendiente la legalización o no de Sortu, miembros de partidos ilegalizados por su vinculación por ETA están elaborando el programa y las candidaturas de la formación sin tapujo alguno. Sortu, de hecho, todavía no ha hecho públicos ni sus cuadros directivos ni ha configurado sus estructuras como un partido homologable tal como recogen sus estatutos y exige la Ley de Partidos, pero está siendo impulsado por un equipo que emplea el modo de funcionamiento de las asambleas locales (batzarras) y provinciales (herrialdes) típicas de la ilegalizada Batasuna.
Este sistema permite cohesionar a los votantes de la izquierda abertzale, y garantiza que, si Sortu no pasara el filtro, el trabajo ya realizado serviría igualmente para la marca, las plataformas o el partido asociado que lo sustituyan.
El Herri Programa difundido en Álava, por ejemplo tiene a Jon Basterra, Xabi Izaga o Aitor Bezares como reclamo. El de Bilbao incluye en la foto a Ander Etxebarria. Ambos, como todos, vienen encabezados por la pregunta: «¿Por qué el Estado tiene que legalizar a la izquierda abertzale?».
Este es el procedimiento que está siendo empleado y que está perfectamente coordinado por la cúpula de Batasuna. Tal como publicó este periódico hace dos semanas, los informes aportados por la Policía ante la Fiscalía General del Estado muestran con fotos cómo unos 28 miembros de la izquierda abertzale (entre los que se encontraba Bezares), se reunieron 45 minutos antes de la presentación de los estatutos de Sortu en los aledaños del Palacio Euskalduna para caminar juntos hasta allí.
Estaba también Rafael Díez de Usabiaga, a quien la Policía considera, junto a Arnaldo Otegi, el autor del proyecto elaborado a las órdenes de ETA sobre la «refundación de Batasuna».
La Policía documentó para la Fiscalía las reuniones -días antes de la presentación de Sortu- de Usabiaga con Rufino Etxeberria en el asador Aratz de San Sebastián el 1 de febrero y en la sede del sindicato LAB el 2 de febrero.
El día 4, Díez Usabiaga -en libertad a condición de que no continúe con la actividad política que le llevó a prisión-, acudió al despacho del abogado Iñigo Iruin junto con el dirigente de la mesa nacional de Batasuna, Joseba Álvarez Forcada.
OORBYT.es
>Vea hoy en EL MUNDO en Orbyt el análisis de Lucía Méndez sobre la campaña electoral de la ilegal Batasuna.
SANTIAGO GONZÁLEZ
El 'sortu' de Venus
Sortu significa crear o nacer. Su anagrama es un sol naciente y su imagen en El nacimiento de Venus que se exhibe en la florentina Galería de los Uffizi. Ahí está la criatura, en pelota picada entre la espuma, saliendo de la concha (venere, de ahí su nombre) y auxiliada en todo momento por gente de la ilegal Batasuna que tiene su protagonismo en el parto de las aguas, según la representación de Botticelli: los angelotes que soplan, la abogada que le tiende el manto, y los que no están en el cuadro: el ginecólogo, la matrona, los redactores de los estatutos, todos batasunos. También están las estrellas invitadas: el constitucionalista español y el juez que puso en libertad a Usabiaga para el cuidado de su anciana madre, en un auto delirante, que advertía al mismo tiempo del riesgo de que reincidiera en el mismo delito que lo había llevado a la cárcel: reconstituir la ilegalizada Batasuna, una profecía autocumplida de Baltasar Garzón. Tenía razones el ex juez de la Audiencia Nacional para temerse que el excarcelado no iba a emplear su tiempo en llevar a su madre de paseo, sino en quedar con la cuadrilla, Iruin y Rufi, para hablar del tema. La vida moderna es en sí misma una extraordinaria paradoja, como un auto de Garzón: éste, sin ir más lejos.
Los informes policiales acreditan sobradamente todo esto. También dan fe de la presentación del «nuevo proyecto político y organizativo de la izquierda abertzale», realizada en el Hotel Tres Reyes de Pamplona, el 27 de noviembre. Los maestros de ceremonias fueron Rufi Etxeberria y la alcaldesa de Hernani, Marian Beitialarrangoitia, y tuvieron detrás unos coros que ni los del Ejército Soviético en los años de esplendor del Bolshoi: cerca de un centenar de personas detrás, de las cuales, las FSE identificaron a 92 como «relacionadas con órganos de dirección de HB/EH/Batasuna», las tres marcas de la cosa expresamente ilegalizadas por sentencia del Supremo el 27 de marzo de 2003.
Todavía no se ha pronunciado el alto tribunal sobre el asunto, pero la criatura ya tiene hecha la campaña electoral. Nunca tantos soplaron tanto a favor de una candidatura. Nunca se expresó tanta fe en unos estatutos no leídos, ni en una presunta voluntad de ETA de abandonar la violencia que la banda terrorista jamás ha insinuado.
Éste es un problema para el nuevo proceso. La mera posibilidad de que una parte de ETA rechace la idea de abandonar y lo exprese como suele, tiene que inquietar no poco al Gobierno, que no puede permitirse más riesgos, aparte de los que ya arrostra. Rubalcaba no cree que haya división en ETA, pero el futuro no es una ciencia. ¿Y si tiene razón Jáuregui?
La nueva Batasuna o nueva marca blanca está ya en marcha y, pese al énfasis gubernamental, ya ha recibido un regalo inapreciable: la propaganda. Hoy se siente mucho más fuerte que hace tres meses y su listón va a estar más alto. De una posición agónica ha pasado a ocupar el centro del debate político español, por no hablar del vasco: el lehendakari ha completado brillantemente una ronda de conversaciones con los partidos vascos para hablar de Sortu y, coherentemente, el presidente del PNV le ha exigido que acorte la legislatura y convoque elecciones autonómicas en el momento en que lo que venga sea legalizado.
No hay que extrañarse de nada. Las mitomanías de hoy se alimentan de las mismas paradojas que la mitología clásica: después de todo, Venus nace virgen en su concha y a nadie le sorprende que, a pesar de su falta de experiencia, estuviera predestinada a ser la diosa del amor y a prestar su nombre, ay, a las enfermedades venéreas.
Pues claro, si ellos saben que de una manera o de otra van a estar en las elecciones, pues adelante con la propaganda. Todo esto, con el beneplácito del gobierno rancio que tenemos, y de su falta de valores.
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