SOSTIENE QUE NO APORTARÍA DATOS OBJETIVOS
@C. Guindal.- 18/02/2011 (06:00h) / El Confidencial.com
La Fiscalía no va a llegar hasta el final en la investigación del 'chivatazo' a ETA. A pesar de las nuevas pruebas aparecidas desde que la causa cayó en manos del juez Pablo Ruz, el Ministerio Público seguirá con su tesis: ha rechazado la práctica de todas las diligencias solicitadas por las partes con el único objetivo de proteger a Carlos Germán, responsable de la investigación de esta delación policial, y jefe entonces del operativo que iba a desarticular la red de extorsión de la banda terrorista y que fue abortado en el último momento.
El fiscal Carlos Bautista ha remitido un informe al juez en el que rechaza de manera tajante el careo entre Germán y el que fuera su jefe directo en el momento de los hechos, José Cabanillas. El careo, sostiene, no es un medio de prueba “autónomo e independiente”; no aporta datos objetivos y únicamente sirve para que se produzca un enfrentamiento dialéctico los protagonistas. Considera que la utilidad de esta prueba es “escasa o nula” y no va a solventar las contradicciones entre uno y otro.
Dicho esto, fuentes jurídicas explican que para el Ministerio Público la declaración de Cabanillas ante Ruz sólo sirvió como objeto distorsionador para su tesis. El comisario accidental de la Unidad Central de Información cuando se produjo la delación, el 4 de mayo de 2006, sostuvo ante el magistrado hace unos días que Germán le dijo el día antes de los hechos que llevar a cabo una operación contra la red de extorsión de la banda iba a tener consecuencias políticas por el momento de tregua que se vivía. No sólo eso, también aseguró que ese mismo día presenció una llamada de teléfono de Baltasar Garzón -en ese momento de excedencia en Nueva York- a Germán, desde el despacho del juez titular en ese momento, Fernando Grande-Marlaska. Ante la negativa de este último de paralizar el operativo, mantuvo una conversación con el responsable policial de la operación.
No sólo eso, Germán pidió a Cabanillas el mismo día del chivatazo que borrara el contenido de la baliza del coche del dueño del Bar Faisán, Joseba Elosúa. En ésta, aparece la conversación entre Elosúa y su yerno, en el que le comenta que le acaban de alertar de que iba a ser detenido.
No habrá más imputados
Con todos estos datos, la Fiscalía sin embargo entiende que se tratan de aspectos “muy colaterales y accesorios” para la instrucción. En ningún caso, señala, pone en duda los fundamentos básicos de la investigación de Germán, que es precisamente, la que sustenta la tesis acusatoria para los tres imputados.
Fuentes cercanas al Ministerio Público recalcan que no se plantea en ningún caso ampliar las imputaciones. Los tres altos cargos policiales Víctor García Hidalgo, José María Ballesteros y Enrique Pamíes seguirán siendo el objeto de investigación. No va a haber modificaciones, a pesar de las nuevas pruebas aparecidas.
El fiscal Carlos Bautista se niega a tener dos vías de investigación abiertas, como ocurrió con la instrucción del 11-M, cuando tanto los islamistas como ETA fueron investigados como posibles autores del atentado. En este caso, tiene clara su postura. Es más, es partidario de que se dejen de practicar pruebas y se espere al momento del juicio. Cree que cinco años de investigación son más que suficientes, aunque el Ministerio Fiscal haya pedido ya el archivo de la causa por falta de pruebas contra ninguno de los actuales imputados.
Se ha negado a que este juez escuche a Carlos Germán como testigo porque, a su juicio, no tiene nada más que añadir a la investigación. Todo lo que sabe, ya lo ha dicho en sus informes. La acusación Dignidad y Justicia tiene intención de solicitar su imputación, pero fuentes jurídicas mantienen que el fiscal se inclina por oponerse.
Tampoco quiere que declare como testigo el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho. En este caso, Ruz ya se ha opuesto a esta testifical al entender que nada tiene que ver con los hechos. Ahora, la Fiscalía recalca que no va a aportar nada al esclarecimiento de los hechos porque el tráfico de llamadas entre Camacho y García Hildago, en ese momento director general de la Policía, “obedece a la lógica y natural relación diaria entre órgano directivos ministeriales y son ajenas al contexto de circunstancias de tiempo y lugar en el que se desarrollan los intercambios de llamadas de los imputados”.
Si esto es así, todo quedará en aguas de borrajas. Lo de este juez, una cortina de humo, que nos a echo albergar esperanzas. Se pone de manifiesto de nuevo, que son todos de la kgb, y que la verdad no interesa que se sepa. Vaya país tercer mundista, luego dicen que estamos en democracia...., son todos unos vendidos.
ResponderEliminar